la maldición de ser popular
Un hermoso día, comenzaba la primavera, chicos trataban de declarar su amor ante la persona que les gustaba, mucho fueron rechazados por el mismo motivo, gustaban de otra persona, destrozando las ilusiones de aquellos que trataron de tener valor para confesarse, dejando a los famosos "soldados caídos" devastados, y peor aún, con celos al ver que todas las chicas los rechazaban por el mismo chico "Perdón, pero aún me gusta el otro chico" "Aún me gusta Gastón" "No es un buen momento ¿No ves que aún me duele que Gastón este con otro?" Decían las chicas algunas con pena, otras frías y directas, dejando a muchos con un odio internó muy intenso hacía el chico de pelo naranja de lana.
—Luisa bel, quiero decirte algo. —dijo un chico lagarto acercándose a la chica que le gustaba—Pues, creo que eres muy linda y muy inteligente y quiero decirte que... — el chico trato de hablar, pero fue interrumpido por ella.
—Mira, que lindo se ve con su sudadera y su cara seria y despreocupada. —dijo risueña la chica, dejando al chico muy confundido dirigiendo su mirada al muchacho peli-naranja que estaba hablando con sus amigos.
—¿Aún te gusta? Ya tiene novio, supéralo. — habló el chico lagarto muy molestó y celoso, sorprendiendo de mala manera a la chica.
—¿Tú crees que no lo sé, idiota? Ya vete, no tengo ganas de verte. —expreso la muchacha muy enojada e indignada, dejando al lagarto con rabia acumulada, viendo a Gastón con malicia.
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Horas después, terminaron las clases, los amigos estaban en la puerta hablando con tranquilidad —Chicos, ya me tengo que ir a trabajar, después nos vemos. —aviso Gastón agarrando su mochila—Ve con cuidado. —dijo Julián dándole un beso en la mejilla—No te preocupes, estaré bien. —Gastón se aleja de Julián con calma, pero Julián tenía un mal presentimiento, y no era el único, Patrick también sentía desconfianza.
Gastón caminaba por una de las veredas que rodeaba su escuela, era la que menos transito tenia, casi nadie caminaba por ahí, y menos en ese momento en donde ya no había nadie; pero a él no le importaba, en realidad le gustaba caminar ahí, era tranquilo y hasta relajante, él transitaba el lugar escuchando música y con una leve sonrisa muy despreocupado, pues no se esperaba que una chica este por esta zona para pedirle ser su novia, relajando aún más al chico.
Pero eso duraría poco, de la nada, Gastón es empujado, cayendo con fuerza en la acera, dejando a este muy confundido—Hola galán, vamos a jugar un rato. —dijo el chico lagarto levantando de la sudadera a Gastón y estrellando su cara contra la pared—Nos tienes hartó con que seas el chico guapo de la escuela, vamos a cambiar eso ahora. — él saca unas tijeras y otro chico arranca un poco el pelo de Gastón, dejando a este último con miedo de que le hagan daño más allá de su pelo.
El lagarto estaba a punto de cortarle el pelo, pero sus tijeras empezaron a desviarse y a controlarse como si tuvieran vida propia, intimidando a los chicos que se alejaron de esa herramienta aterrados. Gastón liberado ve la tijera flotando y después ve que Julián se acerca a él con una mirada amenazante junto con Patrick quien tomó la adelantará gracias a su vuelo —Julián, dame esa tijera. —pidió Patrick serio delante de los aterrados y confundidos chicos. Julián se lo negó y rompió las tijeras con su telequinesis, asustando aun los cabros— Para que aprendan a no meterse con uno de nosotros, idiotas. —dijo Patrick intimidando al grupo de muchachos, para después dejarlo huir del lugar.
—¿Estás bien? —pregunto Julián serio revisando la cara de su novio— estoy bien, no te preocupes, no me hicieron daño. —contesto Gastón tratando de sonar serenó ante la situación, abrazando a Julián para bajar un poco su preocupación—Que casualidad, justo cuando despido a los guardaespaldas te vienen a atacar. —bromeo Julián abrazando a Gastón con fuerza.
—Igual le dimos una lección, ya no se meterán con nosotros. —dijo Patrick calmado.
—¿Sabes que significa, verdad? —pregunto Julián un poco burlón—¿Qué tenías razón y que es necesario de que tenga guardaespaldas? —cuestiono Gastón con un poco de sarcasmo dándole la razón a Julián— Odió cuando el universo te ayuda. —hablo nuevamente Gastón más sarcástico pero mostrando una leve sonrisa.
Ellos acompañaron a Gastón hasta su trabajo para no tener más problemas, al llegar estos se separan, llendo cada uno hacia su destino.
Al día siguiente Julián le cuenta lo ocurrido a un profesor dejando a los involucrados castigados y ganándose el odió de la mayoría de las chicas de la escuela.
Fin.
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