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Un bebé especial.

  Patana estaba en su casa estudiando para un examen muy importante, cuando de repente empieza a sonar su celular—¿Tío Tulio? —pregunto algo confundida, ya que él casi nunca la llamaba—hola tío ¿Que sucede? —pregunto preocupada y a la vez curiosa—Necesito tu ayuda urgentemente sobrina. —contesto su tío preocupando a Patana—¿Que pasa tío? —pregunto la pajarita preocupada—No te puedo explicar ahora, tienes que venir rápido a mí casa, cuando llegues te lo cuento todo. —dijo Tulio tratando de parecer tranquilo, pero se le notaba que estaba muy preocupado—Está bien, voy al tiro. —dijo patana para después colgar la llamada y prepararse para ir a la lujosa mansión de su tío.

  —Dijo que ya viene. —le aviso el narcisista al albino que estaba atento al bebé—¿Sera niño o niña? —pregunto el albino viendo a la guagua más de cerca—Es varón. —contesto Tulio sin problemas dejando sorprendido y a la vez confundido a su amigo blanco—¿Cómo lo sabes? —pregunto con curiosidad Juanin—No sé, pero me suena que es varoncito. —esa respuesta dejo al Juanin con dudas, no sabía si confiar en la precepción de Tulio, pero a la vez el niño parecía ser de sus especie, además, él no quería averiguar por vista propia el sexo del niño, eso solo lo pondría incómodo.

  Mientras tanto Bodoque, después de un par de quemaduras, pudo terminar de preparar la leche para el niño—Bueno, creo que ya terminé, desde ahora en adelante llamadme el "Chef Juan Carlos Bodoque". —después de alabarse, fue a la sala para entregar el biberón, al llegar ve que sus amigos estaban todo el tiempo viendo al bebé, tratando de averiguar el sexo de este a simple vista, dejando al conejo confundido.

  Pero algo que sus amigos no se dieron cuenta es que el bebé se sentía incómodo, estaba inquieto, se quejaba un poco y trataba de sacarse la sábana, esto preocupo un poco a Juan Carlos yendo hacia ellos para averiguar que le incomodaba al pequeño—Hey, muchachos, creo que el niño esta incómodo. —dijo el conejo llamando la atención de sus compañeros—Tienes razón, por ahí la sábana lo está incomodando. —dedujo Juanin para después observar como Tulio le retiraba la sabana. Al sacarle la sábana ellos se quedan impactados por lo que poseía el bebé—Acaso es... —Juanin trato de hablar, pero no encontraba las palabras—Es una cola de reptil. —expresa Juan Carlo termino el comentario del albino.

  —¡A ver Bodoque! ¡Espero que no esté pasando lo que estoy pensando! —confronto Tulio a su amigo algo molesto—Te juro que yo no hice nada con tu hermana. —contesto el conejo negando la acusación— Miren, su pelo es igual al mío. —dijo Juanin interrumpiendo la discusión, dejando a los tres amigos muy confundidos.

  Bodoque carga nuevamente al bebé para después darle el biberón y alimentarlo— Esto no tiene sentido, parece ser de la especie de Tulio, pero al mismo tiempo no, tiene características de ser un chimpancé con ojos de botón, pero también tiene una cola de reptil y lo más extraño, tiene el pelo blanco como tú, Juanin. —trato de deducir Bodoque, pero solo provocaba más preguntas—El pelo blanco para mí no es tan raro, tengo familiares con ese color de pelo. —dijo Tulio normalizando el pelo albino del niño—¿Y cómo explicas la cola de reptil? —pregunto el reportero desafiando al chimpancé—Uno de sus padres...era...un... ¿Reptil? —contesto el chimpancé algo inseguro—No lo sé, pero esto me parece sospechoso, tiene características de los 3. —dijo el conejo confundido, mirando cómo se alimentaba al bebé.

  Su charla es interrumpida por el timbre de la mansión, Tulio, quien ya sabía quién había tocado el timbre, va rápido a abrir la puerta—Patanita, sobrina. Qué bueno que viniste. —dijo el mono de lana un poco aliviado por la llegada de su sobrina—Vine lo más rápido que pude tío, ahora ¿cuál es la emergencia? — pregunto la joven pajarita con intenciones de ayudar—Será mejor que mires por tu cuenta. —dijo su tío dejándola pasar a su casa—Esa es la emergencia. —Tulio apunta a Bodoque que tenía el bebé entre sus brazos—Tío Juan Carlos ¿tuviste un bebé? — dijo confundida y a la vez sorprendida—¿Qué? no, lo abandonaron en la puerta de la mansión, yo solo lo estoy alimentando. —negó Bodoque sorprendido por lo que dedujo la chica.

  Patana vio más de cerca al bebé—Si no es tuyo entonces ¿Por qué tiene una cola de reptil? —interrogo la confundida pajarita— No lo sé, es extraño, parece ser de la especie de Tulio, pero también tiene una cola de reptil y el color de pelo blanco como el de Juanin. —trato de explicar el conejo, llenando de dudas a la pajarita—Parece que juntaron sus ADNs en uno solo, como una fusión de ustedes tres, pero en bebé. —teoriza Patana, dejando pensar a los demás.

  —Te llame sobrina porque no sabemos qué hacer con él. —explico Tulio con la esperanza de que su sobrina tenga alguna respuesta—Creó que hay que conservarlo ¿Había una nota o algo así juntos al bebé? —pregunto la chica de plumas verde mientras revisa la canasta en dónde estaba el bebé—No, no vino con notita, vino con esa ropita, esa sábana y esa canasta. —respondió Juanin apuntando lo que nombraba—Miren, hay algo escrito en la sábana. —descubrió Patana apuntando a la sábana.

  Juanin agarra la sábana y trata de leer lo que decía, pero no sé podía leer casi nada—No se puede leer nada, parece que fue escribió por un niño de primaria. —el conejo empezó a quejarse con lo que podría ser la única cosa que daba pista del origen del bebé—Creo que dice "Cuide lo bien, hay... que lo quiere lastimar, es el" ... esperen, no llego a leer bien... creo que dice "¿mutación genéticamente creado artificialmente?" —leyó con dudas Juanin desconfiando el final—Creo que no dice eso último, pero me preocupa la parte en la que dice "quiere lastimar" ,creo que alguien quiere lastimar este bebé... pero... ¿Por qué?—se preguntó el conejo que aún alimentaba al bebé.

  Todos se quedan pensando hasta que Tulio observa al bebé, quien aún bebía de su biberón, el narcisista se queda encariñado con él bebe, que también lo mira mientras toma de su leche. Esta escena provoca que al chimpancé se le ocurra algo que no parecía venir de él—No sé ustedes, pero... quiero cuidar del bebé hasta que esto se resuelva. —dijo Tulio tratando de sonar seguro de si mismo, dejando a todos en la sala sorprendidos, ese comentario no parecía venir de él, de un narcisista—Creo que Tulio tiene razón, el bebé nos necesita, él ahora mismo está en peligro. — dijo Juanin apoyando la idea de su amigo—¿Están Seguros? Un bebé es mucha responsabilidad. —advirtió serio el conejo rojo a sus amigos, estos solo asienten con la cabeza dejando a Patana y a Juan Carlos más sorprendidos. Juan Carlos mira al bebé, este recién había terminado su leche, el pequeño lo mira con inocencia, para después mirar sus manos con asombro y jugar con ellas—Si este es el caso, yo también ayudare, no pienso dejarlos solos con el niño, en especial con Tulio. —dijo Bodoque aceptando la idea también.

  —Guau tíos, eso sí que no me lo esperaba, pero... ¿Ustedes podrán cuidar de un bebé solos? es demasiada responsabilidad. —dijo Patana un poco preocupada y desconfiada—Claro que podemos con esto ¿Qué tan difícil puede ser la paternidad? —respondió Tulio confiado—Encima, no estamos solos, nos vamos a ayudar entre los tres. —dijo el conejo determinado y confiado también—Esta bien, confío en ustedes tíos. —dijo la pajarita tratando de confiar en ellos. Ella después se fija la hora y se da cuenta que se estaba haciendo tarde—Oh, pero que tarde, será mejor que me vaya antes de que oscurezca más, adiós tíos, adiós Juanin, adiós bebé. —se despidió con prisa para después ir a la salida—Si necesitan ayuda llámenme, adiós. —aviso apurada para después irse de la mansión.

  —Bueno, ahora seremos niñeros temporales. —dijo el conejo algo incómodo y dejando al bebé en su canasta—Yo voto con que el bebé se quede en la casa de Tulio. —anuncio Bodoque levantando la mano—Yo también voto para que se quede con Tulio. —dijo el albino también levantando la mano—¿pero por qué yo? —pregunto Tulio confundido y enojado—Porque eres más rico que nosotros dos, porque Juanin no tiene espacio en su casa y porque no tengo casa, estoy durmiendo en la casa de mi hermana ahora. —explico Bodoque severo, dejando casi sin respuesta a Tulio—Está bien, se quedará conmigo. —acepto Tulio resignado— No puede ser tan malo, al fin y al cabo, tendré más tiempo para conocer al bebé. —dijo el simio viendo el lado positivo del asunto.

  —Está bien, pero antes de que me vaya, tenemos que discutir algo muy, pero muy importante. —dijo el conejo serio—¿Qué cosa Juan Carlos? —preguntó el inocente albino—Un nombre para bebé, hay que decidir cómo se llamará, no podemos llamarlo bebé por mucho más tiempo; será más fácil si le ponemos un nombre. —dijo el conejo serio—¿Vieron si es niño o niña? —pregunto bodoque con curiosidad—Según Tulio el bebé es varón. —respondió Juanin con dudas—¿Cómo sabes que es niño? —pregunto Bodoque dudando de su amigo—Su carita, esos rasgos, son muy parecidos a un chimpancé niño, además, miren su ropita, es de niño ¿Verdad? —asumió el conductor de noticieros dejando en dudas a todos—¿Y si revisamos cuando vaya que cambiarle el pañal? —pregunto el albino desconfiado el chimpancé.

  —Buena idea Juanin ¡¡MARÍA ELENA!! —grito el narcisista atrayendo la atención de su mucama—¿Qué sucede Sr. Tulio? —pregunto con preocupación la muchacha yendo hacia ellos— María Elena, necesito que le cambies el pañal al bebé y te fijes si es niña o niño. —ordeno Tulio otorgándole el dedicado bebé a su mucama—Esta bien Sr. Tulio. — accedió llevándose al bebé con ella a un lugar más cómodo y oxigenado.

  Un rato más tarde viene María Elena con la guagua—¿Es niño o niña? —pregunto tulio algo impacienté— Es niño Sr. Tulio. —afirmo con una sonrisa la joven regresando el bebé a su canasta.

  —Hombrecito, entonces hay que pensar en nombres masculinos. —expresó el conejo pensando un nombre para el infante—¿Y si lo llamamos Juanito? —pregunto el albino con felicidad—No me gusta, se parece mucho a tu nombre. —negó el conejo—¿Y si lo llamamos Marcos? —sugirió el conejo—No, se parece a tu nombre. —negó ahora Juanin—Oh bueno. —respondió Bodoque para seguir pensando—Oh, ya se, llamémosle Tulio. —propuso el narcisista con felicidad—Ni siquiera lo intentaste, idiota. —dijo frio él conejo para después seguir pensando—ya se, lo llamaremos Julián ¿les gusta? —sugirió con alegría el Juanin—No es un mal nombre Juanin, me impresionas. —acepto con satisfacción el conejo—Al menos uno de los dos usa la cabeza. —dijo Juan Carlos con sarcasmo mirando a Tulio—Bueno, Julián será. —dijo el simio ignorando a Bodoque y acercándose al bebé—Ahora te llamaras Julián. —dijo Tulio alzando al bebé provocando que este se ría.

  —Bueno... ya está decidido, nos vemos mañana. —se despidió el conejo poniéndose su campera de cuero y yéndose hacia la puerta—Chau Bodoque, cuídate. —se despidió Tulio aun mirando al bebé—yo también me voy, adiós Tulio, adiós Julián. —se despidió también el albino dirigiéndose hacia la puerta—adiós Juanin, nos vemos el lunes. —se despidió el amante de las corbatas—Si necesita algo puede llamarme Sr. Tulio, hasta mañana. —también se fue la dama de llaves dejando a Tulio solo con el bebé—¿tienes sueño Julián? vamos a dormir. —dijo alegre y juguetón alegrando al niño con cosquillas en la guatita.

  Tulio antes de irse a dormir pidió una cuna ya construida para Julián, para que no tuviera accidentes y no se quedara en la incómoda canasta en la que él fue encontrado.

Está historia continuará.

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