Lo Haré Por Él
Tulio y Juanin veían a la tenebrosa y desquiciada muchacha con terror, no sabían qué hacer, estaban encerrados y no parecía que hubiera alguna salida.
—¡Te exijo que nos dejes salir de aquí ahora mismo o te demando! —grito el chimpancé con ojos de botón con un falso enojo para disimular su miedo
—Eso no me importa, por fin tendré mi venganza Juanin, y está vez tus amigos no podrán salvarte. —dijo la muchacha con una sonrisa retorcida y sádica dejando a ambos amigos muy aterrados.
De la nada, vienen un montón de muñecas con casi todo el equipo del canal atados y debilitados, dejando aún más preocupados a Juanín y a Tulio.
—Perdona Tulio, estas muñecas son muy fuertes. —hablo con tristeza en su voz el Chihuahua con mucho miedo en su interior.
—¡Sueltenme! ¡Me rehusó a volver! ¡No quiero! ¡No quiero! ¡No quiero! ¡Primero muerto a volver a ser secuestrado! —grito el Huachimingo con desesperación tratando de sacar las cuerdas que lo tenían atado.
—¡Sueltenme! ¡No pueden hacerle esto al personaje favorito de los niños de 31 minutos! bla~ah —gritó también el monstruo de lana tratando de sacarse las cuerdas y acercándose Mario Hugo—. No te preocupes chiquito, tu Guaripolo te va a salvar bla~ah. —dijo con intenciones de cumplir su palabra y de paso enamorarlo.
—ya te dije que dejes de llamarme así. — dijo enojado el Chihuahua al ver cómo se lo tomaba la situación el monstruo de lana.
—¿y Bodoque?
—Él está con Julián.
Preguntaron ambos amigos preocupados por el conejo y su hijo.
—no lo sé, no lo hemos visto desde que se fue. —les contestó serio Policarpo.
—yo solo sé que Patana fue a buscarlo. —agregó el Chihuahua preocupado por su pajarita.
—¡Muñecas! ¡Encierren a todos! ¡AHORA! —les ordenó Cachirula a todo su ejército, quienes obedecieron y encerraron a todos en una misma jaula.
—¿Y ahora qué hacemos?— preguntó el micrófono angustiado mirando a Tulio.
—No…no lo sé… solo quiero salvar a mi niño, a mi sobrina y a Bodoque. —contestó con una notoria preocupación, miedo y tristeza, dejándose ver que estaba a punto de llorar.
—¡Quiero que escuchen bien pues esto solo lo repetiré tres veces! —alzó la voz Cachirula con una mirada fría a todos los presentes, apareciendo una pantalla grande en el lugar—¡Ustedes me robaron algo muy importante para mí! ¡Y ya es la segunda vez que lo hacen! ¡Primero me roban a mi Juanin y ahora me roban a mi querido y supuestamente destructivo clon! —grito enojada la muchacha dejando a todos confundidos.
—¿Clon? Nosotros no le robamos nada de eso. —contestó el albino confundido.
—Déjame que les refresque la memoria. —Cachirula agarra un control remoto y mostrando en la pantalla grande a Julián, dejando sorprendidos a todos.
— Es… mi…
—Es Julian. —terminó la frase del albino muy sorprendido y sin creérselo, dejando a todos los demás boquiabiertos.
—¡Ja! Julián, qué nombre más ridículo. Él es el clon número… ya no me acuerdo, él va a hacer añicos a todos ustedes, oh eso se supone. —explicó Cachirula con maldad en su rostro.
—¿Esto significa que Julián?… ¿Lo creaste tú? —pregunto sorprendido y al mismo tiempo confundido el albino.
—¿Pero cómo? —preguntó aún sin creerle a la loca de pelo rosa.
—Que buena pregunta, enano. Yo les voy a contestar: este bebé que están viendo en la pantalla fue creado artificial de sus ADNs y con una escencias mágicas y científicas. si, hice otros antes de ese, pero si mejoro a este clon su naturaleza destructiva activa él será imparable. —Explico la loca con una mirada desquiciada.
—Eso tiene mucho sentido, es por eso que tenía características de ustedes 3, uso sus ADNs para crearlo. —agregó el chihuahua analizando la situación.
—Pero entonces ¿Cómo fue que se te escapó de las manos? —preguntó muy interesado Policarpo.
—Oh, eso fue por culpa de él —Cachirula apunta a la pantalla en donde sale chihuamingo—, este estúpido clon me lo arrebato de mis manos, pero lo voy a recuperar y tendré mi tan anhelada venganza. —Dice fantasiosa Cachirula por su venganza empezando a reír de forma psicópata y demencial, dejando a todos aterrados de su locura.
Por otro lado, Bodoque y Patana aún seguían en persecución, creían que esto nunca iba a terminar, las muñecas eran muy rápidas y ellos temían que los alcanzarán y se llevarían a los 3.
Pero de la nada, algo volaba arriba de ellos, un helicóptero que en donde se podía ver a Estrella, que estaba en la puerta con un altavoz.
—¡Ríndanse ahora! ¡Detengan el auto y entréguese con el clon!-dijo con una voz intimidante Estrella desde los aires mientras las muñecas aún los perseguían.
—¿Y ahora qué hacemos? —preguntó muy preocupado el conejo mirando a su bebé.
Patana piensa un montón y se le ocurre un último plan, uno que podrá salvar al menos a uno de ellos, agarrando su teléfono y entrando a sus contactos para después llamar al único títere que podría ayudarlos— Hola, soy Patana, sobrina de Tulio triviño, necesitamos tu ayuda, urgentemente, estamos siendo perseguidos por muñecas y hay un bebé en el auto… vendrás, genial.
—¿Con quién hablas? —preguntó Bodoque serio.
—El único títere que puede con esta amenaza. —Contestó la pajarita para después ver cómo una media entró de imprevisto al auto.
—¡Calcetín Con Rombos Man! —dijeron ambos al unísono para después escuchar la canción de fondo de nuestro héroe.
—¿Qué sucede Patana? ¿Por qué estás en medio de una percepción peligrosa? —pregunto seriamente el calcetín analizando la situación.
—Lo que pasa Calcetín Con Rombos Man (música) es que hay unas muñecas que nos está persiguiendo y nos quiere secuestrar
—Yo no quiero que le pase nada a mi bebé, si te lo puedes llevar y ponerlo a salvo te lo agradecería hasta el fin de los tiempos. —dijo casi rogándole el conejo al héroe.
—Claro, no hay problema, yo lo llevaré porque~e, todo niño tiene derecho a…— no pudo terminar el calcetín de decir el derecho del día por culpa del conejo.
—si, si, si, después me lo dices ahora llévate a mi niño y cuídalo como si tu vida dependiera de ello, porque si depende de ello —dijo para después ver a Julián que estaba asustado, a Bodoque se le salio una lagrimita traicionera de los ojos y acaricia la mejilla de su hijo con miedo—. No te preocupes Julián, papá después volverá por ti. —dijo para darle un beso en la frente y después entregárselo al calcetín.
—Antes de irme, quiero darles esto. —el calcetín les entrega un pequeño objetó a ambos.
—¿Qué es esto? —preguntó el conejo rojo agarrando el pequeño objeto y secándose la lágrima de la cara.
—Son unos chips, para saber en donde los tienen —le contestó entregando el otro a Patana—. Se que se van a entregar, así que escondan esto para que después los vaya a salvar.
—Está bien. —aceptó el conejo rojo para después guardar el chip en el bolsillo de su pullover. Patana hizo lo mismo, guardándolo en el bolsillo de su chaleco.
—Bueno, ya me voy, no se preocupen, volveré con un ejército. —habló con seguridad el héroe para después irse volando del auto con Julián.
Ambos estaban ahora solos, estaban replanteando la situación y estaban muertos de miedo—Bueno… es hora de entregarnos —dijo la pájara mirando al frente con miedo—. ¿Estás listo tío? —preguntó mirando a su tío.
Bodoque miro a Patana con el mismo miedo—La verdad no, pero lo voy a hacer, por mi bebé. —dijo para mirar al frente con determinación.
—Está bien, aquí vamos. —dijo para después detener el auto y estar de a poco rodeado de muñecas. Ellos salen del auto y levantan las manos.
—¡Nos rendimos! ¡Ya no podemos más! —gritó el conejo entregándose junto a la pajarita.
—Perfecto ¡Muñecas! ¡Llevenselos! —les ordenó Estrella y ellos sin defenderse se dejaron secuestrar.
Bodoque solo quería poner a su bebé seguro, y salvar a sus amigos, mientras lo ataban él estaba planeando cómo escapar.
Pero…
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|¿Podré salvar a todos?|
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Está historia continuará…
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