Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

**** 32. Organizando mi nueva vida. ****

Emily me ayudó a recoger las cosas de Adrián mientras le contaba lo que había sucedido.

—No puedo creerlo, ¿cómo pudo hacer algo así? —dijo Emily, mirándome con una mezcla de sorpresa y desaprobación—. Siempre pensé que era un hombre honesto y fiel.

—Lo sé, yo tampoco me lo esperaba —respondí, sintiendo cómo se me hacía un nudo en el estómago. Asentí con tristeza, todavía tratando de asimilar la noticia. Adrián ya no era ni la sombra del hombre amable y correcto del que me había enamorado hacía años atrás, nunca habría imaginado que sería capaz de algo así.

—Quién iba a decir que "el señor Don correcto" tenía una amante en tus propias narices y hasta llegó a embarazarla —exclamó Emily, con la boca aún abierta de incredulidad—. Pero ya sabes lo que dicen, nunca sabes lo que ocurre detrás de puertas cerradas.

—Supongo que nunca llegamos a conocer completamente a las personas —dije, tratando de encontrar una explicación.

Emily pareció reflexionar sobre mis palabras y asintió.

Terminamos de empacar las cosas de Adrián en silencio, con una sensación de decepción y tristeza que nos acompañó durante todo el proceso.

—Sí, definitivamente he aprendido que aunque te enamores profundamente, no debes perder tu esencia. Quizás cambiar algunos hábitos por otros, pero tener que transformar tu forma de ser al cien por ciento por otra persona no vale la pena. Además, si necesitas cambiar quién eres para estar con alguien, eso significa que estás con la persona equivocada.

—De verdad que estoy sorprendida. ¿Qué le has hecho a Nicol? ¿Dónde está mi amiga? —bromeaba Emily con guasa—. No, hablando en serio, estoy muy feliz por este cambio que has dado. Todos necesitamos tener paz, y tú has encontrado la tuya.

—Así es, Em, justo así es como me siento. En paz conmigo misma.

—Bueno... Y qué va a pasar ahora con la empresa. ¿Seguirás trabajando?

—No, no quiero volver a poner un pie en la oficina. No puedo seguir trabajando con alguien que me ha mentido de esa manera.

—Entiendo, pero aun así tienes derecho a la mitad de la empresa, ¿verdad?

—Sí, por supuesto. Pero no quiero tener nada que ver con Adrián ni con su parte del negocio. Me encargaré de cobrar mis ingresos a distancia y dejaré que el abogado se ocupe del resto.

— ¿Y no crees que deberías hablar con él para finiquitar lo de la empresa?

—No, en este momento no quiero ver su cara ni tener esa conversación. Ahora es problema de Sandra, que ella se encargue de lidiar con Adrián.

Después de recoger las pertenencias de Adrián, decidí enviarlas a la oficina en un taxi. No quería tener ningún tipo de contacto con él en ese momento y preferí mantener mi distancia.

Ya era tarde y estaba agotada. Necesitaba un descanso urgente. Acompañe a Emily hasta la puerta, no sin antes agradecerle por su ayuda.

—Gracias Em. No sé qué haría sin ti. Eres la mejor amiga que alguien podría tener.

— ¡Aw, qué linda eres! Pero no abuses, ¿eh? Me has tenido de esclava toda la tarde, recogiendo cosas.

—Tienes razón —dije sonriendo—, pero no te preocupes, la próxima vez te compensaré de alguna manera.

— ¡Espero que así sea! Pero hablando en serio, ¿quieres que te ayude con algo más?

—No, gracias. Ya has hecho demasiado. Pero sabes qué, estaba pensando en remodelar mi habitación. ¿Quieres ir de compras mañana para elegir algunas cosas?

— ¡Claro que sí! —exclamó con emoción —. Me encanta ir de compras y si no es mi dinero, mucho mejor. Estás de suerte, mañana estoy libre.

— ¡Perfecto! Te veo mañana entonces. Y de nuevo, gracias.

— ¡Es un placer ayudarte, cariño! —dijo dándome un abrazo—, sabes que siempre estoy aquí para ayudarte en lo que sea.

Nos despedimos y Emily se fue a su departamento. Cerré la puerta y me quedé apoyada en la misma, meditando sobre las revelaciones que habían traído este día. En tan solo veinticuatro horas mi vida había dado un cambio brusco.

— ¿Está todo bien, Nicol? —preguntó Doña Ana al verme allí.

—Sí, todo está bien, gracias Doña Ana. Nada más estoy un poco cansada y necesito un momento para procesar todo lo que ha pasado hoy.

—Comprendo, querida. Si necesitas algo, no dudes en pedírmelo.

Le di las buenas noches a Doña Ana y fui a la habitación de Annie para darle las buenas noches, pero ella ya estaba instalada en mi habitación, durmiendo plácidamente. Me acosté a su lado y la abracé con fuerza, sintiendo su suave respiración en mi pecho. Fue entonces cuando me di cuenta de que, aunque mi vida había dado un giro inesperado, tenía a mi hija conmigo y eso era lo más importante.

Esa noche dormí abrazada a mi hija, sintiéndome más relajada y feliz que nunca. Sabía que había un largo camino por delante, pero tenía fe en que todo saldría bien.

Cuando desperté era poco más de las ocho de la mañana y había tenido una noche tranquila donde pude descansar como hacía mucho tiempo que no lo hacía. Dejé que Annie siguiera durmiendo y fui a darme un merecido baño, disfrutando de la relajante sensación del agua caliente en mi piel cansada. Mientras estaba en la tina, recordé a Daniel y lo mucho que me gustaría verlo. Quería llamarlo y tener esa conversación que tanto había aplazado, así que salí del baño, busqué mi teléfono y le marqué.

Sin embargo, ni siquiera repicó, me llevó directo al buzón de voz, al igual que había sucedido las veces anteriores que había tratado de contactarlo. Tal vez estaba descansando u ocupado con algo importante. Decidí intentar llamarlo de nuevo más tarde, quizás tendría más suerte.

Mientras tanto, preparé el desayuno, disfrutando de la tranquilidad de la mañana y de la compañía de mi pequeña hija. Hablamos sobre lo que íbamos a hacer ese día.

Después de desayunar, me arreglé rápidamente y nos fuimos a casa de Emily. Ella nos acompañó a hacer unas compras para la casa. Quería cambiar ciertas cosas que me recordaban a Adrián. Doña Ana prefirió quedarse en casa, así que nos fuimos Annie, Emily y yo. Pasamos el día de un lado a otro, buscando cosas para hacer nuestra casa más acogedora y agradable.

Compré varios juegos de sábanas y almohadas nuevas, así como unas lámparas que hacían juego con las cortinas recién compradas. También adquirimos algunos adornos para las paredes y algunos muebles nuevos para la habitación de Annie. Después de varias horas de compras, decidimos hacer una pausa y almorzar.

Luego de que Annie se comiera su hamburguesa, se fue al parque de juegos, mientras Emily y yo nos tomamos un café y conversamos. Cuando ella fue al baño aproveché para llamar de nuevo a Daniel, esperando que esta vez estuviera disponible. Pero nuevamente, no conectó la llamada y me envió directamente al buzón de voz. Bufé de frustración al no obtener respuesta.

— ¿Qué pasa? Porque la cara larga —preguntó Emily, notando mi preocupación.

—Todavía no sé nada de Daniel. He intentado llamarlo varias veces, pero no conecta la llamada. Estoy un poco preocupada.

—Tranquila, seguro hay una explicación. ¿Por qué no llamas a Jackson? Él podría saber algo —propuso Emily.

—Tienes razón, lo haré —tomé mi celular y marqué su número—. Hola, Jackson, soy Nicol, ¿cómo estás?

—Hola, cariño. Qué gusto escucharte de nuevo. ¿Cómo has estado? ¿Todo bien? —respondió tan educado y amable como siempre.

—Sí, todo muy bien, gracias. Quería preguntarte, ¿sabes algo de Daniel? Necesito hablar con él y he estado intentando llamarlo, pero me envía directamente al buzón de voz.

—Sí, a esta hora debe estar en alguna entrevista o evento de publicidad. ¿Es algo urgente? ¿Te puedo ayudar en algo?

—No, no es urgente. Si te llama, dile que necesito hablar con él por favor.

—Claro cariño, cuenta con ello. Si necesitas algo más, no dudes en llamarme.

—Gracias, Jackson. Eres muy amable.

—Estoy a tus órdenes. Adiós.

—Adiós —corté la llamada y suspiré—. Jackson cree que podría estar en alguna entrevista o evento. Supongo que toca esperar.

—No te preocupes, Nicol. Seguro pronto tendrás noticias de él. Mientras tanto, disfrutemos del día —dijo Emily, tratando de animarme.

Así que, traté de dejar de lado mi preocupación. El resto de la tarde lo pasamos comprando otras cosas que necesitaba para mí y Annie, incluyendo juguetes nuevos y algunas prendas de ropa. Decidimos ir al cine para ver una película divertida y luego regresamos a casa.

Agotadas por el largo día, nos despedimos de Emily y acompañé a Annie a su cuarto. Después de ayudarla con su baño, leímos su cuento favorito y la arropé en su cama. Mientras esperaba a que se durmiera, revisé mi teléfono y no había señales de Daniel. No conocía esa parte de su mundo, ni sabía qué tan ocupado estaba con sus eventos y entrevistas, pero eso no evitaba que empezara a inquietarme.

Intenté llamarlo nuevamente, pero seguía igual, sin respuesta. Me sentía frustrada y preocupada, sin saber nada de él. Decidí dejarlo por ahora y tratar de descansar, esperando que mañana fuera un nuevo día y que finalmente pudiéramos hablar.

Me dirigí al baño y me di un baño relajante para tratar de calmar mis pensamientos. Cuando estuve acostada en mi cama, miré al techo, pensando en todo lo que estaba sucediendo en mi vida. Sentí un nudo en mi estómago al pensar en Daniel y en lo mucho que lo extrañaba.

Pero también me sentía agradecida por tener a mi hija y a Emily a mi lado, apoyándome en todo momento. Cerré los ojos y traté de dejar de lado mis preocupaciones, esperando poder dormir y descansar.

Por la mañana, me dediqué a reemplazar las cosas nuevas que había comprado para la casa. Me tomó gran parte del día, pero lo agradecía, ya que necesitaba mantener mi mente ocupada y distraída. No quería seguir llamando a Daniel constantemente o pasaría a ser una acosadora más en su club de fans.

La noche anterior, al no poder dormir, había tratado de buscar información en internet sobre los eventos a los que debía asistir Daniel, pero no encontré mucho. No era como si todo su itinerario estuviera a merced de cualquier persona.

Al final de la tarde, cansada, pero sin poder olvidarme de Daniel, decidí ponerme mis zapatillas de deporte, mi nueva licra favorita y salí a dar un paseo. Esta vez, fue un paseo tranquilo en compañía de mi hija Annie. Disfrutamos de un hermoso atardecer a orillas del malecón, con un mar totalmente en calma.

Hablamos sobre las cosas que nos gustaría hacer juntas ahora que iba a tener mucho tiempo libre. Quizás apuntarnos a clases de baile o música, hacer algún viaje o excursión. Las posibilidades eran infinitas, y Annie estaba emocionada por todo lo que podríamos hacer juntas.

Una vez más, Annie durmió a mi lado, acurrucada como un bebé, y lo agradecí. Mi pequeño solecito estaba creciendo muy rápido, y me di cuenta de que no había estado prestando la suficiente atención a su crecimiento y desarrollo. Pero ahora, decidí que le dedicaría más tiempo y estaría presente en cada uno de sus momentos importantes.

Con esa promesa interna, dormí feliz y agradecida por tener a Annie a mi lado, así como por la posibilidad de tener tiempo para hacer cosas nuevas juntas. Esperaba que pronto pudiera hablar con Daniel y resolver las cosas entre nosotros, pero mientras tanto, disfrutaría del tiempo con mi hija y de los pequeños momentos que la vida nos brindaba.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro