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Capítulo 35.5. Un pequeño vistazo a una vida felíz.

Los rayos del sol entraban por la ventana, dejando vislumbrar la llegada de la mañana, algunos pájaros cantando avisaban que era hora de despertar en esa casa.

-Bell, despierta, llegaremos tarde-Susurró una dulce voz en el oído del peliblanco quien hacia plácidamente dormido en su cama.

-¿Hmmmm? ¿Syr? ¿Qué hora es?-Preguntó Bell, limpiando sus ojos con la parte posterior de sus dedos índices.

-Son las 10 de la mañana, ya hasta los niños están despiertos y tú te estás levantando-Contestó la bella chica, inflando sus mejillas ligeramente por la molestia.

-Lo lamento, me arreglaré rápidamente, dile a Noel y a Keitaro que no tardo-Contestó Bell mientras se ponía de pie e iba al baño para lavarse el rostro.

8 años habían pasado desde que Bell y Syr habían contraído matrimonio, ahora vivían felizmente juntos en una pequeña casa cerca de la calle dédalo, cercana a la iglesia y orfanato de Maria, para cuidar a los huérfanos del lugar y que su hijo e hija tuvieran amigos con quienes jugar.

-Está bien Bell, pero no tardes mucho, hoy tenemos que ir a tomarnos la foto en familia, dicen que esa "Cámara" como la llamó el que la inventó, retrata perfectamente a las personas en muy poco tiempo, quiero un retrato así de nosotros juntos-Dijo Freya, quien se encontraba como Syr, con brillos en sus ojos.

-No tardo, tranquila, por cierto ¿Irás como Syr? ¿No prefieres ir como tu forma verdadera?-Preguntó el peliblanco, al ver a su esposa.

-Ya hablamos de esto hace poco, después de tanto tiempo comprendí que mi verdadera forma, mi verdadero ser, la verdadera yo, es esa linda camarera de la que te enamoraste, yo que juraba que era la fachada y resultó que la forma de diosa lo era-Dijo la chica mientras posaba ambos brazos atrás del cuello de Bell.

-Yo amo a la linda camarera, pero también amo a la hermosa diosa, yo me enamoré completamente de ti, de ambas partes, de toda tú-Contestó Bell, posando su frente en la de su esposa.

Poco a poco fueron acercando sus labios para darse un tierno beso.

-Ahhhhh, mamá y papá se están besando-Dijo Keitaro al entrar sin imprevisto al cuarto de sus padres.

-Keitaro... ¿No te hemos dicho que toques a la puerta?-Preguntó en manera de regaño la madre del niño.

-Lo lamento mamá, es que quería saber si ya nos íbamos, igual Noel pero ella se quedó sentada en el sillón-Contestó el pequeño Niño, con algo de miedo por la mirada de su madre, y con justa razón, ella era extremadamente estricta y sobre protectora.

-Ya nos vamos Keitaro, estoy listo-Dijo Bell, salvando a su hijo de la mirada fulminante de su madre.

-Bien, es hora de irnos-Respondió Syr, pegándose al brazo de Bell y con su mano libre tomando la mano de su hijo, por otra parte, Bell tomaba la pequeña mano de Noel.

Salieron a la calle en dirección al centro de Orario, en el camino se encontraron a varios amigos suyos que pasaban por el lugar.

-Hola Cranel, hola Syr-Saludó calmadamente Ryuu al notar a sus dos amigos.

-¡Hola tía Ryuu!-Saludó Keitaro, abrazando a la elfo, algo raro en ella ya que no le agradaba mucho el contacto físico.

-¿Qué te trae por aquí Ryuu? Estamos en dirección al centro de la ciudad-Preguntó Bell al ver q su amiga elfo.

-Nada en especial, Astrea-Sama me pidió que le comunicara si usted podría acompañarnos junto con la familia Hestia a una expedición corta en el calabozo, ya ves que nuestra familia tardó en volverse a formar y tenemos pocos miembros de bajo nivel, por eso mismo queremos tener la seguridad de que sus vidas no están en riesgo, además de que serviría de inspiración para ellos ver al héroe que tanto admiran-Respondió la elfo ante la pregunta del peliblanco.

-Ya veo, dile a Astrea-Sama que con gusto iremos, pero hoy no podrá ser, tenemos día libre todos los de la familia Hestia y quiero pasarlo con mi familia-Contestó Bell, disculpándose con Ryuu.

-No hay problema, yo le diré a Astrea-Sama, nos vemos luego, Cranel, Syr, Keitaro y Noel, disfruten su día-Contestó Ryuu mientras se retiraba.

-Oye papá ¿Yo algún día podré ser tan fuerte como tú? Quiero ser aventurero para derrotar a monstruos malos, no como Wiene, a ella la quiero mucho, quisiera que no tuviera tanto trabajo en el calabozo y que viniera a jugar conmigo-Comentó alegremente el pequeño niño aunque esa última parte reflejó cierta tristeza por su parte, con motivos suficientes, ya que Keitaro había crecido jugando con la Vouivre.

-Respecto a lo primero, no, no creo que llegues a ser tan fuerte como yo... serás más fuerte, yo te entrenaré si tu madre no me mata por ponerte en peligro, aunque siempre te protegeré, creo que se preocupa demasiado-Contestó Bell, viendo de reojo la mirada de reproche y de enojo que Syr le lanzaba al oír las palabras de su marido, esto hizo que tanto Bell como su hijo e hija tuvieran un escalofrío.

"Enserio son idénticos, no sólo el parecido físico, también en la forma de pensar" pensó Syr al escuchar la pregunta de su hijo y la respuesta de su esposo.

-Continúo, respecto a lo otro, creo que podría hablar con Fels para ver si le aligera el trabajo a Wiene, al fin y al cabo sigue siendo una niña-Agregó Bell a su comentario anterior.

-¡Yeiiiiii! ¡Gracias papá! ¿Oíste eso Noel? Volveremos a jugar juntos con Wiene-Celebró el pequeño Niño, dirigiéndose a su hermana.

-Si, yo también la extraño mucho, quiero verla-Respondió Noel con una bella sonrisa.

-Oigan, debemos continuar nuestro día libre, dudo que estando aquí parados lo disfrutemos-Interrumpió Syr a la plática de sus hijos y esposo.

-Mamá tiene razón, vamos papá-Dijo Keitaro mientras tomaba la mano de su mamá, así los cuatro estaban en forma de cadena tomados de la mano, desde Keitaro, hasta Noel y en medio de ambos estaban Syr y Bell.

Avanzaron por la ciudad hasta que una duda pareció entrar en la mente del niño.

-Mamá, papá ¿Puedo hacerles una pregunta?-Comentó Keitaro, rompiendo el silencio que había entre ellos.

-Claro que si-Contestaron ambos padres.

-¿Por qué me pusieron mi nombre?-Preguntó el niño, ladeando la cabeza.

-Es una pregunta muy interesante ¿Verdad Syr?-Expresó Bell.

-Bueno Keitaro verás, cuando tu padre y yo nos casamos, esa misma noche, pensaba que yo no podía embarazarme, al menos en teoría yo no podría, pero aún así, la posibilidad, aún siendo pequeña, existía, por eso tu nombre significa bendecido, aunque claro, los bendecidos fuimos tu papá y yo en tenerte-Contestó Syr, agachándose a la altura de su hijo y acariciando le la mejilla.

-¿Cómo se enteraron de que iba a nacer? ¿Cómo reaccionó papá?-Lanzó el pequeño Niño ambas preguntas.

-Bueno...-Dijo Bell, rascando su cabeza con nerviosismo y mirando hacia un lado.

Flashback.

1 mes y medio después de la boda.

Syr se encontraba trabajando en la señora de la abundancia como era habitual, sirviendo la comida y tomando las órdenes de los clientes, pero Ryuu notó algo en su amiga mientras la observaba.

-Syr ¿Te sucede algo?-Preguntó la elfo.

-No Ryuu ¿Por qué preguntas?-Contestó la chica.

-Te ves un poco mal, ligeramente pálida, incluso teniendo tu piel blanca como la nieve se nota-Contestó Ryuu ante la respuesta de su amiga.

-Pensé que era imaginación mía... al parecer si se nota-Respondió Syr ante la conclusión de la elfo.

-Preguntaré de nuevo ¿Sucede algo?-Repitió Ryuu la pregunta.

-Últimamente me siento algo cansada, también siento ligeras náuseas y algo de dolor en la zona del vientre, igual me comentó Bell que parecía cambiar de humor muy rápidamente, pero me daba risa verlo tratando de contentarme cuando me molestaba-Contestó Syr, riéndose ligeramente por lo último.

-Creo que sería bueno ir a ver a Airmid, para descartar cualquier posibilidad de una enfermedad-Sugirió Ryuu.

-Es lo mejor, le pediré permiso a Mia Grand para ausentarme unos momento e ir con Airmid-Respondió Syr mientras se dirigía a donde su jefa se encontraba, ella le dio permiso de reiterarse junto a Ryuu para que la acompañara por sí ocurría algún incidente, Bell no podía hacerlo porque estaba en una expedición con su familia para conseguir fondos, la familia Hestia comenzó a crecer mucho desde la derrota del dragón negro y la fama del peliblanco.

Llegadas ambas chicas a la sede de la familia Dian Cecht, fueron atendidas por Airmid con prontitud.

-Bueno chicas, es raro verlas aquí ¿Me dirán que sucede?-Preguntó la sanadora/doctora de la familia.

-Lo que sucede es que últimamente he tenido ciertos dolores en el abdomen y ligeras náuseas-Explicó Syr sin entrar en muchos detalles.

-Entiendo, es algo raro ¿Algún síntoma más?-Preguntó la chica.

-Según Bell, he tenido cambios de humor-Agregó la peliplateada.

-Entiendo, entiendo-Decía Airmid, con una ligera risita.

-Perdón Airmid pero ¿Qué es tan divertido?-Preguntó Ryuu al notar la actitud de la sanadora.

-Haré una última pregunta antes de explicarte por qué me me estoy riendo-Comentó Airmid a la elfo.

-Bien, Syr ¿Haz sentido que tu vientre a crecido un poco?-Dijo la doctora lanzando la pregunta.

-¿Uh? Crecido... ahora que lo mencionas creo que sí-Contestó Syr, volteando a ver en la zona mencionada.

-Es simple entonces, lo que tienes no es más ni menos que... un embarazo, felicidades a los padres primerizos-Expresó Airmid con una sonrisa.

-¿¡Embarazada!?-Preguntó con sorpresa la elfo.

-Embarazada... entonces si era posible...-Soltó esas palabras Syr al oír la noticia y para sorpresa de las otras dos chicas en la sala, ella sonrió enormemente con un gran sonrojo, dejando ver su felicidad ante la noticia.

-Wow, lo tomaste muy bien, otra persona pensaría que es el fin del mundo-Dijo Airmid con sorpresa en sus ojos ante la reacción de la chica.

-Es que... siempre había querido ser madre y por fin podré serlo, lo seré con el hombre que amo, estoy muy feliz, demasiado feliz-Respondió Syr con lágrimas de alegría en sus ojos.

-Felicidades-Dijeron tanto la sanadora como la elfo mientras la abrazaban.

Después de la noticia, Syr y Ryuu fueron con Mia Grand a contarle sobre lo sucedido, la enana, curiosamente, al ver la reacción de su camarera y diosa a la hora de mencionar que tenía algo importante que decir, cerró sin aviso alguno el lugar para que tuvieran privacidad.

-Bien Freya, cuéntanos ¿Qué sucede? Por tu rostro o es algo muy bueno o muy malo-Preguntó Mia Grand sin rodeo alguno, detrás de ella estaban Chloe, Anya y Lunoire, expectantes a lo que su amiga tenía que decir, Ryuu por su parte, estaba al lado de Syr.

-V-Verán... lo que sucede es que... estoy... estoy... ¡ESTOY EMBARAZADA!-Dijo Syr con mucho sonrojo en su rostro.

-Embarazada... a menos de dos meses de casarse... ese niño tiene buena puntería-Expresó Mia Grand con sorpresa en su rostro.

-Pero ¿Cómo? Eres una diosa-Agregó la enana.

Las tres chicas detrás de ella saltaron hacia Syr para abrazarla y felicitarla pero se calmaron un poco al oír lo que Mia Grand preguntó.

-Lo qué pasó es que... en la noche de bodas... Bell y yo lo hicimos pero yo tomé esta forma-Contestó Syr, con pena al recordar aquella noche.

Las miradas de todas estaban sonrojadas al imaginarse la escena.

-Entiendo... así que al tener la forma de Syr, pudiste embarazarte, es un gran descubrimiento... en fin, lo importante es que tendrás un hijo, cuando sientas que se te vuelve pesado seguir trabajando, te dejaré irte, no quiero que te arriesgues de más, pero sobre todo, debes decirle al padre, cuando él vuelva le tienes que decir-Contestó la enana hacia su camarera, posando su mano en el hombro de la chica, ella apoyaba la decisión que Syr tomara.

-Gracias Mia Grand-Contestó la chica con una sonrisa agradecida.

-Gracias a ti, no tendré que soportar tus antojos y cambios de humor mientras trabajas, mejor que de eso se encargue Bell-Contestó la enana, riéndose a carcajadas.

-¡Mia Grand!-Gritó Syr con vergüenza ante el comentario de su jefa.

Las horas pasaron, Mia había vuelto a abrir la señora de la abundancia, pero Syr se encontraba en una de las habitaciones de arriba, esperando a la llegada de Bell para darle la noticia, ella se encontraba nerviosa, si bien ambos están casados, no sabía cómo reaccionaría Bell, él había comentado que no le importaba el no tener hijos pero que de todas maneras quisiera tenerlos, aún si fueran adoptados, pero ella no creía que él se refería a un futuro tan cercano como en menos de 1 año después de haberse casado.

"Tranquila Freya, Bell te ama, de seguro estará igual de emocionado que tú" pensó la chica para calmarse.

Ella se encontraba en una discusión interna al imaginarse los diferentes resultados que esa noticia podría desencadenar hasta que alguien tocó a la puerta.

-¿Syr? Soy Bell, las chicas me dijeron que estabas aquí, vine a verte, Ryuu me dijo que te sentías mal esta mañana ¿Estás mejor? ¿Puedo pasar?-Decía el peliblanco mientras toca a la puerta levemente.

"¿Bell? ¿¡Cuánto tiempo estuve perdiendo en mi mente!?" Gritó internamente la chica para voltear a ver a la ventana y notar que ya había oscurecido.

-P-Pasa Bell...-Comentó la chica, dándole permiso de entras al peliblanco.

-Buenas noches Syr ¿Cómo te sientes?-Preguntó Bell, acercándose y sentándose junto a ella en la cama.

-Respecto a cómo me siento... Bell... hay algo que tengo que decirte-Dijo la peli plateada con la mirada abajo para que no se note su sonrojo.

-Dime Freya, me está preocupando verte así pero para eso estoy aquí, cualquier cosa que te mortifique, no dudes en decírmelo, estamos casados ¿Recuerdas?-Dijo Bell, tomando la mano de su esposa.

Ella tomó aire y lo miró a los ojos.

-Bell... estoy embarazada-Confesó con una voz tensa pero con una mirada seria.

El chico quedó realmente sorprendido, como si no pudiera creer lo que sus oídos acababan de escuchar en ese preciso instante.

-Embarazada... eso significa que... seré padre-Decía Bell, aún pasmado por la noticia.

-No esperaba que esto pasara tan pronto pero, me hace feliz saberlo-Agregó el peliblanco, haciendo que la chica volteara boquiabierta ante la reacción que tomó Bell.

-Freya, yo te amo, esa noche que decidimos cruzar la línea, lo hice sabiendo las consecuencias, en ningún momento me he arrepentido de haber tomado esa decisión, así que voy hacerme responsable, soy tu esposo y aunque sea joven, haré todo lo posible por cuidarlos a ti y a mi futuro hijo o hija-Comentó Bell, al ver la reacción de su esposa, la tomó de ambas manos, poniendo encima las suyas.

Freya únicamente lo abrazó.

-Soy muy afortunada de tenerte, podremos tener nuestra familia, estoy muy emocionada-Dijo la diosa, llorando de felicidad.

-Ya éramos una familia, sólo se nos integra un miembro más, al cual amaremos incondicionalmente así como nos amamos tú y yo, tal vez un poco más-Contestó Bell, besando la frente de Freya.

Esa misma noche, ambos decidieron quedarse juntos en esa habitación, él no volvió a la mansión de la chimenea y ni ella a su habitación en Folkvangr con su familia.

Al día siguiente, ambos se levantaron y fueron a darle las buenas noticias a sus seres queridos y cercanos, muchos de ellos quedaron realmente sorprendidos por aquello, Bell recibió un regaño muy fuerte de Eina por su irresponsabilidad al hacer un acto como ese aún siendo joven, y por parte de Hestia con los mismos motivos que la asesora, después de eso, toda la familia felicitó a Bell, mismo caso que la familia Freya con su diosa.

Fin del flashback.

-Y eso fue lo que pasó Keitaro, tu mamá y yo te quisimos desde el primer momento, te amamos al igual que amamos a Noel y a Wiene, son nuestros tres hermosos hijos-Dijo Bell, abrazando a ambos.

-Su padre tiene razón, ustedes dos han sido bendiciones para nosotros-Agregó Syr, estando de acuerdo con Bell.

-Gracias papá, gracias mamá, por ser mis padres-Dijo Keitaro sin separarse del abrazo de ambos.

-Gracias a ustedes dos, por ser tan buenos hijos, aunque falta Wiene-Contestaron Bell y Syr al unísono.

Después de ese lindo momento, la familia pasó por muchos puestos en los que pudieron comprar algunas cosas como ropa, souvenirs, un poco de comida, al fin y al cabo era un día libre que deseaban disfrutar, hasta que por fin llegaron para tomarse la foto familiar.

-Oye Syr ¿En serio no quieres guardar este recuerdo en tu forma de Diosa?-Le susurró Bell a la chica quien se encontraba al lado de él, delante de ambos estaban Noel y Keitaro.

-Ya te dije que no es necesario, esta es mi verdadera yo-Contestó la chica con calma.

-¡Si! Mi mamá es mi mamá, se vea como se vea-Dijo el pequeño Niño al oír la plática de sus padres.

-Tienes razón, tu mamá es tu mamá, sea como sea, es la mujer más hermosa del mundo-Expresó Bell, mirando a Syr con una sonrisa, la cual fue correspondida por ella.

-Bueno linda familia, todos volteen hacia adelante y sonrían-Dijo el encargado de tomar la foto.

-1... 2... y 3-Contó el camarógrafo.

*Clic*

-Aquí tienen, se ven muy bien y felices juntos-Dijo aquella persona mientras le entregaba la foto a Syr.

-Muchas gracias-Dijo la chica.

Ella la observó unos momentos y sonrió.

-Mamá ¿Puedo verla?-Preguntó Keitaro.

-Claro, toma, enséñasela igual a Noel-Dijo Syr, entregándole la foto a sus dos hijos.

Ambos niños se quedaron viendo la foto.

-Syr ¿Qué sucede? Estás muy callada-Preguntó Bell, al notar que su esposa estaba fijamente viendo a los niños.

-Bell... estemos juntos y seamos felices por siempre-Dijo eso únicamente la bella peli plateada.

Una brisa suave pasó por el rostro sorprendido del chico, moviendo su cabello.

Se recompuso y dijo, sonriéndole de manera dulce, con esa linda expresión que desde la primera vez que Freya vió, hizo que cayera completamente enamorada de él:

-Así será, Syr-




Fin

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