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Capítulo 31. Comenzando el viaje, contratiempo inesperado.

-Entonces Bell, déjame ver si entiendo todo, tienes planeado ir de pronto a otra exploración sin avisarme, además de que no será al calabozo, será a afueras de Orario y si eso no es suficiente, la familia Loki o mejor dicho un pequeño grupo de ellos te acompañará, toda nuestra familia irá por esa arma que puede o no existir porque un monstruo que posiblemente esté delirando te dijo que podrías encontrarla ahí, te seré sincera Bell, no me convence todo lo que me estás diciendo, no entiendo como es que Urano permitió esto, tomar tan en serio las palabras de un monstruo del que no sabemos ni su nombre o raza es peligroso, es como si un extraño se te acercara y te dijera que hay oro en el piso donde estás parado ¿Te pondrías a cavar? ¡Por supuesto que no!-Dijo Hestia con claro cólera por la historia que su hijo le acababa de contar apenas llegando a la mansión de la chimenea.

-Lamento que todo este asunto le dé esa impresión Kami-Sama, pero no tenemos muchas opciones, el dragón negro está cerca, no tomar en serio las palabras de "Ente" podría ser un error, si hay la posibilidad de que dicha arma exista, creo que vale la pena ir por ella, además, creo en "Ente", algo me dice que no nos está mintiendo pero tengo que admitir que si existe el riesgo de que ambos estemos equivocados-Contestó Bell ante su diosa para tratar de justificar lo que estaba apunto de hacer, justificar el viaje que pronto haría.

-Mira Bell, solo estoy expresando mi forma de pensar sobre al tema, no puedo evitar que vayas, eso me ha quedado claro desde que haces lo que deseas cuando te decides y tienes esa mirada tan determinada, además, Urano ya emitió el llamado, es imposible que pueda detenerte aún si quisiera-Expresó Hestia con una mirada rendida y cansada, le preocupaba su familia en exceso, sin embargo, su hijo ya estaba decidido a emprender ese viaje.

-Me alegra saber que no habrá problema por eso Kami-Sama, verá que todo saldrá bien, volveremos sanos y salvos para derrotar al dragón negro-Contestó Bell ante las palabras de Hestia.

-Más les vale, si no, Freya te golpeará si te haces daño-La diosa al decir eso pudo ver como Bell desviaba la mirada.

-No le haz dicho ¿Verdad?-Agregó Hestia con una mirada fulminante dirigida al chico.

-E-Es que... todo este asunto está pasando rápido y no he podido ir a verla...-Respondió el conejo peliblanco a la presión que Hestia ejercía sobre él con una sola mirada.

-¡Pero lo haré! ¡iré a hablar con ella! ¡Así que Kami-Sama por favor deje de verme de esa manera!-Agregó Bell tratando de ocultar su rostro con su brazos y palmas de la mano extendidas.

-No es como que me interese, pero Freya se preocupa por ti, si te pasa algo no quiero imaginarme lo que haría, así que piensa en eso cuando estés apunto de arriesgar tu vida en otra de tus aventuras donde es posible que salgas herido o peor aún, muerto, no sabemos qué hay a afueras de Orario, no sabemos lo que te podrías encontrar, entiendo que la zona es cercana a donde vivías pero no es exactamente ahí ¿alguna vez te embarcaste en un viaje hacia esa zona? ¿Conoces lo que te podrías encontrar?-Atacó Hestia con esas preguntas, no enojada, más bien preocupada.

El silencio de Bell se hizo presente, la respuesta ya estaba dada, su falta de palabras le daba la razón a la pequeña diosa.

-¿Ves? Es por eso que estoy preocupada...-Decía la diosa hasta que Bell interrumpió.

-Sé que es peligroso, no, no conozco la zona y puede que nos encontremos con monstruos realmente peligrosos como en el calabozo, pero no tenemos opción, el dragón negro es un peligro realmente grande, además, prometí no morir, por ti Kami-Sama, por todos mis amigos, por nuestra familia y por Freya, tengo pensado cumplir mi promesa a como dé lugar, también debo protegerlos-Contestó Bell.

-Entiendo..., ya no eres ese niño asustadizo de antes, me alegra saber que haz madurado-Expresó Hestia mientras abrazaba tiernamente a Bell.

-Confiaré en ti, como siempre lo hago-Agregó la Diosa a sus palabras mientras se separaba del abrazo.

-Gracias Kami-Sama-Respondió el joven a las palabras de su diosa, a la confianza puesta en él.

-Pero antes de eso, por lo menos déjame actualizar tu estado, esos 5 días en la expedición a los pisos profundos debieron ser fructíferos para tu crecimiento, quítate la camisa y acuéstate, veamos cuánto aumentaron tus estadísticas-Expresó la pequeña diosa mientras le daba esa orden a Bell y apuntaba a la cama para que el peliblanco se acostara.

-D-De acuerdo Kami-Sama, pero cuando lo dice de esa manera me hace sentir incómodo-Dijo el peliblanco mientras retiraba la camisa de su cuerpo y dejaba al descubierto su torso.

"Freya, creo que te encantaría estar en mi lugar ahora mismo ¡Pero no puedes por ahora! ¡Este momento me pertenece" pensó Hestia mientras resonaba una pequeña sonrisa maliciosa de ella.

En la Torre de Babel, la diosa Freya únicamente estornudó ligeramente.

-Listo Kami-Sama-Contestó Bell, ya acostado en la cama, interrumpiendo el hilo de pensamiento de la pequeña Diosa.

-¿Ah? De acuerdo Bell, comenzaré-Dijo Hestia dirigiéndose a la cama y poniéndose encima de la espalda del peliblanco.

De un momento a otro, ella hizo un ligero corte en su dedo, dejando caer una pequeña gota de sangre proveniente de la misma que pronto cayó en la espalda del chico, dejando revelar el estado de Bell.

Bell Cranel.
Humano.
Nivel 6.

Fuerza:I0.
Resistencia:I0.
Destreza:I0.
Agilidad:I0.
Magia:I0.
Suerte:D.
Resistencia anormal:E.
Escape:G.

Habilidades:
Liaris Freese.
Ox slayer.
Argonauta.
Failed attack: El primer ataque del contrincante nunca dará en el blanco.

Magia:
Firebolt: Es una magia sin canto, lo que le permite usarla sin recitar un conjuro.
Thunderbolt: Magia de activación sin canto, la potencia del rayo es inversamente proporcional a la magia que le queda al portador.(En resumidas cuentas, entre más cerca esté del Mind Cero, más potencia tendría el ataque).

-Bien, ese es el estado actual, veamos cuánto haz crecido mi lindo Bell-Dijo Hestia en voz baja para sí misma.

Bell Cranel.
Humano.
Nivel 6.

Fuerza:D503.
Resistencia:C650.
Destreza:B703.
Agilidad:B767.
Magia:B709.
Suerte:C.
Resistencia anormal:D.
Escape:F.

Habilidades:
Liaris Freese.
Ox slayer.
Argonauta.
Failed attack: El primer ataque del contrincante nunca dará en el blanco.

Magia:
Firebolt: Es una magia sin canto, lo que le permite usarla sin recitar un conjuro.
Thunderbolt: Magia de activación sin canto, la potencia del rayo es inversamente proporcional a la magia que le queda al portador.(En resumidas cuentas, entre más cerca esté del Mind Cero, más potencia tendría el ataque).

Hestia observaba el estado de Bell con clara sorpresa, ella ya estaba acostumbrada al crecimiento acelerado del chico pero Bell acababa de subir a nivel 6, todas sus estadísticas estaban en cero hasta antes de comenzar la expedición, había más de 3000 puntos de excelia de diferencia entre hace 5 días y ahora, no podía darle crédito a eso ¿tan fuertes eran sus sentimientos? ¿Esa forma de potenciar su crecimiento en verdad iba acorde por su amor por Freya?, la respuesta era simple, el crecimiento estaba relacionado con Freya pero ese no era su único sentimiento fuerte, él deseaba alcanzar a Aiz y aunque ya lo logró, desea superarla, otra cosa a recalcar es la fuerza de su deseo de convertirse en un héroe y proteger a las personas que considera importantes en su vida, juntando todos esos sentimientos que tienen una meta en común, era obvio que la habilidad Liaris Freese potenciara toda su fuerza hasta alcanzar un punto en que los límites no existen.

La pequeña diosa únicamente pudo tomar una hoja que tenía en su mano y transcribió todo el estado del chico para que él pudiera observarlo y así ver todo lo que había conseguido en lo que a Excelia corresponde, dando énfasis en sus estadísticas que subieron de I a D o mayor.

-Aquí tienes Bell, sé que te había dicho que era tonto seguir sorprendiéndose por tu crecimiento pero tengo que hacer una excepción esta vez, yo quedé realmente asombrada al ver lo que creciste, me siento orgullosa de ti-Expresó Hestia con una sonrisa tierna dirigida hacia su hijo, mientras se bajaba de la espalda del chico y le entregaba la hoja con sus resultados.

-E-Es increíble... más de 500 puntos en cada estadística en poco menos de una semana, tengo que ir a más expediciones, es realmente sorprendente-Dijo Bell sin retirar la mirada de la hoja con sus estadísticas, él ya sabía sobre su habilidad especial desde hace un tiempo, por eso Hestia ya no la ocultaba, está realmente feliz sabiendo que entre más fuerte se volviera, más probabilidades tenía de salir victorioso en el conflicto que venía.

-Bien Bell, ese es tu estado, quiero suponer que cuando vuelvas de ese viaje subirás aún más, puede que no, ya que es poco probable encontrarse con bestias peligrosas pero no podemos tentar a tu suerte, siempre encuentras la forma de verte envuelto en problemas, de todas maneras, me habías comentado que querías contarme algo al igual que a toda la familia, ellos están esperando en la sala, estamos listos para lo que quieras decirnos-Dijo Hestia mientras abría la puerta de su habitación y empujaba al peliblanco hacia afuera de la misma, saliendo tras de él.

Ya en la sala de la mansión, Bell informó a todos los del lugar sobre un detalle que omitió a la hora de dar la información que había conseguido de "Ente" al interrogarlo/entrevistarlo, lo había pasado por alto ya que no era algo importante en ese momento, el objetivo principal era recolectar información que pudiera ser útil a la hora de enfrentar al dragón.

-Bien Bell, coméntanos lo que atormenta tu mente, se te ve demasiado pensativo desde que regresamos a la mansión, no le mientes a nadie, tu rostro solo muestra que estamos en lo correcto-Expresó Welf de un momento a otro, sacando al chico de su hilo de pensamiento, ya que deseaba unir los puntos de manera adecuada para contar correctamente la historia.

-A-Ah, lo lamento, estaba viendo como contar todo correctamente, bien, hace unas pocas horas Hermes-Sama nos dio la noticia o mejor dicho, me dio la noticia de que Zeus era mi abuelo, bueno, al parecer Ente igual sabía algo sobre mi origen, algo que no esperaba-Comentó Bell con una risa nerviosa mientras rascaba levemente su cabeza.

La familia Hestia junto a la diosa miraron expectantes a lo que el peliblanco estaba apunto de decir, aunque eran sus amigos, sabían poco o nada de la vida que Bell llevaba antes de llegar a Orario, era simple, el conejo no tenía mucho que decir respecto a ello, su vida se centraba en lo poco que había pasado con su abuelo, historias de héroes y cosas por ese estilo que vivía en su pueblo.

-Por eso mismo, le pedí a Hermes-Sama que hablara con Freya para que viniera ahora mismo, creo que sería buena idea que también escuche eso, sólo era para decirle que mi abuelo era Zeus, le prometí que no habría secretos entre nosotros, sé que podría haber hablado con ella en la mañana pero me gustaría que todos estuviéramos juntos para que lo escuchen-Comentó Bell mientras miraba la puerta de la mansión, en espera de su amada.

Más pronto que tarde, un ligero golpe sonó, se trataba del sonido de un pequeño y fino puño tocando la puerta en señal de que había alguien del otro lado de la misma, se trataba de Freya o en este caso Syr, ya que tenía su vestimenta de camarera y apariencia de la misma.

Haruhime se apresuró a abrir la puerta como ya era costumbre.

-Hola Haruhime, buenas noches, lamento la hora, Hermes me comentó que Bell quería hablar conmigo a esta hora y al parecer es urgente-Dijo Syr/Freya con una sonrisa calmada al tiempo en que saludaba a la renard.

-No se preocupe Freya-Sama, Bell nos informó de su llegada, hace algunos momentos apenas pero lo hizo, adelante-Contestó Haruhime con una sonrisa idéntica a la de la diosa.

-Freya, perdón por citarte a esta hora, prometo que cuando terminemos la plática, te llevaré a la Torre de Babel, no puedo permitir que salgas sola a altas horas de la noche-Expresó Bell con gran calma, ofreciendo asiento a la bella chica.

Ya todos reunidos, sentados y esperando a que las palabras salieran del peliblanco, comenzó.

Bell contó todo lo sucedido con Ente, lo qué era, quién era antes de renacer como aquel monstruo, la vida que vivió, su familia, sus amigos, cosas que marcaban una introducción para después decir los que se relacionaba con él, comenzó con la historia de sus padres, la historia de las familias a las que ambos pertenecían, su madre a la familia Hera, su padre a la familia Zeus, la manera en la que su padre falleció a la hora de luchar contra el dragón negro y su madre que murió apenas Bell nació, también mencionó que, gracias al exilio de ambas familias, se vió obligado a vivir con Zeus, que a este punto todos menos Freya sabían que era su abuelo, ya al finalizar la historia sobre su origen, gran parte de los presentes se quedaron callados, no sabían qué decir, se alegraban por Bell quien logró descubrir de donde venía pero el enterarse del fallecimiento de sus padres no debía ser sencillo para un joven que apenas cumplirá 15 años, el silencio se vió roto por el ligero llanto de una persona.

-Lo lamento Bell...-Dijo Freya con ligeras lágrimas en su rostro.

Nadie entendía el motivo por el cual se disculpaba, no es como si Freya tuviera la culpa de lo que sucedió ¿o si?.

-Lo lamento... mi familia fue quien exilio a la tuya, fue por celos y cuando vimos que quedaron debilitados después del enfrentamiento con esa bestia, Loki y yo nos aprovechamos de la situación para exiliarlos-Agregó Freya aún con lágrimas en sus ojos, le dolía saber que, en cierta parte, era culpa suya la falta de personas en su vida y haber crecido fuera de Orario.

Ya todos en el lugar entendían lo que sucedía, habían leído sobre ese tema en el registro sobre la familia Hera y Zeus, los documentos eran públicos al fin y al cabo pero ver que la diosa frente a ellos, esa diosa que yacía de pie con lágrimas que demostraban arrepentimiento, era la responsable de darle el último golpe a ambas familias, hizo que estuvieran expectantes a la reacción que su compañero tomaría al enterarse de ello, Freya simplemente pudo haberse guardado eso pero de alguna u otra forma se enteraría tarde o temprano, Bell es una persona demasiado curiosa, en algún momento encontraría lo que buscaba.

-Ya veo... así que lo que me dijo Fels es cierto...-Comentó Bell al oír las disculpas de la bella camarera.

Freya solo guardó silencio con la cabeza agachada, sabía que no tenía de otra más que disculparse, aún teniendo sus motivos para hacer aquel acto, afectó indirectamente a Bell, aunque no tenía idea de ello.

-No hay problema-Agregó el peliblanco de forma tranquila, despertando la mirada sorprendida de Freya.

-¿Q-Qué quieres decir con que no hay problema?-Preguntó La diosa con clara confusión, no entendía la falta de enojo del chico.

-Que no importa lo que sucedió, entiendo tus motivos, no los comparto, claro está, pero...-Dijo Bell antes de ser interrumpido.

-¿¡Cómo que no te importa!? ¡Por culpa mía no pudiste crecer aquí! ¡Por culpa mía perdiste a la poca familia que podías tener! ¡Y aún sabiendo eso no te enojas! ¿¡Por qué!? ¿¡Por qué Bell!? ¡Que no te enojes me hace sentir peor conmigo misma! ¡Me hace recordar lo mala persona que soy! ¡Enójate!-Gritó Freya desesperadamente, ella más que nadie conocía todas las atrocidades que había hecho en toda su vida, cualquiera sentiría repulsión por todo ello pero ¿Por qué Bell no? ¿Por qué si Bell se enteraba poco a poco de lo que ella había hecho no la odiaba?.

-Freya-Dijo Bell caminando lentamente hacia ella.

De pronto le dió un ligero golpe en la cabeza.

-Eres una tonta-Comentó Bell cuando Freya levantó la mirada.

-¿Ah?-Logró decir la diosa, deteniendo las lágrimas que salían de sus ojos.

-No te puedo odiar, sé lo que hiciste pero no puedo odiarte ¿Sabes por qué?, en primera porque la muerte de mis padres fueron causadas por otras cosas, no por ti, segunda, aunque hayas matado al resto de la familia Zeus y Hera, no puedo odiarte porque lo hiciste por alguna clase de motivo, repito, no lo comparto pero por algo ha de haber sido y tercero, te amo, no puedo odiarte porque te amo, sé que ya no eres aquella persona de antes, quiero creer que eso es gracias a mi, haz cambiado, para bien, por eso mismo, al tener las ganas y voluntad de cambiar, no puedo odiarte-Respondió Bell con una sonrisa amable, que hizo latir rápidamente el corazón de la Diosa, quien se encontraba entre lágrimas y algo despeinada.

-Pero si hay algo que me enoja, que te tengas en tan mala estima y que me tengas tan poca fe ¿De verdad piensas que te odiaría? Me duele tu desconfianza-Agregó el chico peliblanco a sus palabras anteriores, fingiendo cólera.

-Te amo Freya, no me interesa tu pasado, no te juzgaré, para mi siempre serás la bella camarera que robó mi corazón poco a poco-Finalizó Bell abrazando tiernamente a la diosa con disfraz de humana.

Freya solo correspondió al abrazo tiernamente, pegando su rostro en el pecho del chico, le tranquilizaba oír los latidos de su corazón, era feliz por tener a alguien en su vida, no... le hacía feliz tenerlo a ÉL en su vida.

-*UHUUUUM*-Welf aclaró la garganta, haciendo que la pareja se separe con el rostro sonrojado, se les había olvidado que no estaban solos.

-Miren, es muy tierno verlos así y me alegra saber que son tan buena pareja pero no coman frente a quienes se mueren de hambre-Dijo Welf de manera burlona hacia la melosa pareja.

Mikoto y Haruhime miraban para otro lado, estaban avergonzadas, Lili solo ignoraba lo que sucedía, si bien ella estaba en su proceso de duelo para superar a Bell, aún quedaban restos de dicho sentimiento, Hestia solo miraba con enojo a Freya aunque era surgido por los celos.

Se hizo un silencio incómodo en el lugar hasta que Hestia rompió el hielo, recapitulando lo contado por Bell.

-Bien, entonces tu abuelo es Zeus porque fuiste hijo de 2 personas de diferentes familias, por lo que entiendo, tu madre se llamaba Meteria, de tu padre no nos dijiste el nombre ¿Hay algún motivo de ello?-Preguntó la diosa de coletas con cierta duda, no es como si fuera algo importante pero deseaba romper lo tenso que se había puesto el lugar y era la única forma que se le ocurría en ese momento.

-Tiene razón Kami-Sama... no pregunté el nombre de mi padre-Contestó Bell dándose una golpe con la palma en su frente, al caer en cuenta de que había dejado pasar por alto esa información.

-Fufufu, Bell, a veces eres demasiado olvidadizo por no fijarte en los detalles pequeños-Expresó la bella chica pegada al brazo de Bell, sus lágrimas habían cesado, ahora sólo tenía una bella sonrisa aunque su rostro seguía algo hinchado tras llorar.

-N-No puedo defenderme de eso... si tengo la oportunidad de verlo nuevamente me gustaría preguntarle por el nombre de mi padre, al menos para darles luto juntos-Respondió el chico peliblanco de manera tranquila, con la esperanza de volverse a topar con Ente.

-Bell, aprovechando que ya está Freya aquí, creo que hay algo que deberías decirle ¿no?, los dejamos solos, no queremos interrumpirlos ¡Familia! ¡A sus habitaciones!-Ordenó Hestia y los compañeros de familia en la sala abandonaron sus asientos.

-Buenas noches Freya-Sama, espero que no haga nada indecente con Bell en la sala mientras no estamos-Advirtió Lili después de su despedida.

-Fufufuf, no prometo nada-Susurró la diosa al oído de la hobbit, en forma de broma, claro está ¿cierto?.

Todos los demás de la familia Hestia se despidieron de Freya, incluida la Diosa de la misma, dándoles privacidad a ambos.

-¿Qué quieren decir con qué hay algo que me vas a contar? ¿No era únicamente el tema de tus padres y tu abuelo?-Lanzó ambas preguntas la chica peliplateada.

-En parte si pero, no era lo único, lo que sucede es que... tendré que hacer un viaje nuevamente, tomará al menos semana y media, lo que nos dijo ese monstruo no se centraba únicamente en el tema de mis padres, también habló sobre el dragón negro, al parecer ya es un hecho que su llegada está próxima, debemos prepararnos para ello, así que... si no es mucha molestia, por favor protejan a Kami-Sama y a Orario junto a la familia Ganesha mientras nosotros no estamos, respecto al lugar al que iremos, Ente nos comentó que es posible la exista un arma capaz de hacerle frente al dragón negro, ubicada a proximidades del pueblo en el que crecí, que se encuentra a 4 días de Orario aproximadamente, Urano-Sama, al ver que aquella bestia llegará, nos mandó a nosotros a comprobar si la existencia de aquella arma es real, si ese fuera el caso, tendríamos una oportunidad contra el dragón negro, en caso de que no, se les emitió un comunicado a todos los aventureros y ciudadanos del lugar respecto al tema, a los herreros se les encargó la realización de armas fuertes que se les serán pagadas cuando el conflicto termine, el precio será cubierto por el Gremio así que no debería haber problema respecto a eso, pero volviendo al tema del arma, tengo que ir, al parecer en la visión de Ente, es muy probable que yo sea quien derrote al dragón negro pero de todas maneras no podemos confiarnos por eso mismo algunos integrantes de la familia Loki irán con nosotros, no sabemos aún quiénes serán pero serán de gran ayuda, lamento ausentarme nuevamente cuando apenas acabo de volver y entiendo si estás preocupada, pero es algo que debo hacer, prometo, como siempre, cuidarme y volver vivo-Dijo sin tartamudeo el joven peliblanco, sabía que el tiempo que ha pasado últimamente con su amada a sido corto, los problemas son cada vez más grandes y el enfrentamiento que determinará el destino de Orario y su gente, incluyendo a las personas que Bell ama, está cercano y no se encuentran ni cerca de estar preparados para eso, no tienen la fuerza que la familia Zeus tenía en aquella ocasión.

Freya se quedó sorprendida, por el tema del dragón negro en principio, no tenía ni una semana que se le fue informada de la probabilidad de que llegara pero ahora, saber que será un hecho, la preocupaba, no deseaba perder a toda la gente que ella quería, su familia, las chicas del Bar que incluyen a Ryuu, Anya, Chloe, Mia Grand, Noel y Lunoire, le causaba terror que su amado Bell fallezca en el combate, aunque ella dijo que iría al cielo por su alma personalmente, deseaba cumplir una vida junto a él en el mundo de los mortales, quería caminar junto a él, casarse, tener la boda más grande que el mundo haya visto, cuidar a los huérfanos del orfanato que ella frecuentaba, cuidar a la bella Noel, había muchas cosas que ella deseaba hacer antes de que la muerte natural de Bell llegara, el saber que posiblemente esté destinado a derrotar al dragón negro le hacía sentir feliz, su amado sería un héroe pero ¿Sobrevivirá? ¿Cuál será el precio a pagar?.

-Entiendo tu silencio, no deseo irme pero... debo hacerlo-Interrumpió Bell el hilo de pensamiento de la bella chica, se notaba su cara de desconcierto por la noticia, no era para menos, en algunas horas todo Orario tendrá ese rostro cuando igual se enteren.

-Es... mucho para procesar, sé que no servirá de nada decirte que no vayas, lo harás de todas maneras, pero por eso quiero que me prometas una cosa-Expresó Freya con clara seriedad, dejando de lado el miedo anterior.

-Lo que sea, lo prometeré-Contestó Bell.

-Cuando todo esto acabe, cuando derrotes al dragón negro y salgas vivo, nos casaremos, aunque habría que pensar en el tiempo de reconstrucción de la ciudad, bien, cuando derrotes al dragón y Orario sea reconstruido, nos casaremos, si no me lo prometes, así tenga que encerrarte, impediré que vayas-Dijo Freya abrazando a Bell, estaba realmente avergonzada, no era común que ella sacara el tema del matrimonio y nunca en su vida lo había hecho, la hacía sentir nerviosa.

Esto tomó por sorpresa al peliblanco provocando un enorme sonrojo, de todas maneras, se calmó y dijo lo siguiente.

-Lo prometo-Para después darle un beso, sellando la promesa.

Ya finalizado el asunto, Bell llevó personalmente a la Diosa hasta su vivienda en la Torre de Babel, al llegar un gran Boaz los recibió en la entrada, al parecer Ottar había estado vigilando todo el tiempo la dirección de donde venían, es sorprendente la dedicación que tiene para cuidar a Freya, ambos se despidieron sin demostrar afecto, la presencia de Ottar los hacía sentir nerviosos, se dieron un abrazo y el peliblanco volvió a la mansión de la chimenea, listo para partir a la misión en 2 días.

Y así los dos días pasaron.

En la puerta que permite la entrada a Orario se encontraban casi todos los que realizarían el viaje, sólo faltaba cierto chico peliblanco que ya se le había hecho costumbre llegar tarde a la hora de una misión, no había que ser muy listos para saber con quién estaba y por qué tardaba en llegar, después de algunos minutos Bell había hecho acto de presencia en el punto de partida y estaban listos para empezar el viaje.

Muchos pensarían que la misión sería con carruajes pero no podían estar más equivocados, sería a pie, para su mala fortuna todos los carruajes no estaban disponibles, los civiles al enterarse ese mismo día de la información del dragón negro, decidieron abandonar el lugar sin dudar ni un segundo, sobra agregar que las personas que no eran aventureros fueron evacuados, el miedo abundaba, así sean días o meses que el monstruo se demore en hacer acto de presencia, lo importante es que llegaría y nada les aseguraba que los civiles y la gente inocente de Orario saldría bien librada cuando la lucha empiece, Urano sabía eso, por lo mismo decidió evitar cualquier baja innecesaria.

Orario se llenó únicamente de aventureros, algunos pocos negocios quedaban abiertos, tal es el caso del Bar de Mia Grand que se mantenía atendiendo a los clientes que desearan comer o beber para ahogar sus penas, también la Torre de Babel, la zona de armas más específicamente y algunos puestos de pociones junto a la sede de Dian Cetch.

Pero volviendo con el grupo de búsqueda conformado por Bell, Finn, Aiz, Bete, Welf, Mikoto, Haruhime y Lili, con el primero de ellos siendo quien los guíe por el camino que, a pesar de tener casi 8 meses sin recorrer, recordaba perfectamente, al parecer el conejo regresaría a la madriguera que lo vió crecer.

-No sabemos qué peligros nos esperen, si bien es posible que sea un viaje tranquilo viendo que fuera del calabozo no hay monstruos con mucha fuerza, también podemos toparnos con alguna sorpresa, conociendo la suerte de Bell, es muy posible que eso suceda, el plan es el siguiente, cuando el sol se oculte, descansaremos en la primera zona que consideremos segura y apta para acampar, no tiene sentido agotar nuestras energías apenas iniciando el viaje, nos turnaremos los horarios de vigilancia cuando llegue eso, por el momento, comencemos el viaje-Informó Finn, tomando la batuta del viaje, Bell era el guía pero Finn seguía siendo el capitán que se encargaría de la toma de decisiones.

-Sé que doy esa impresión pero espero en serio que esta vez mi suerte, no aplique únicamente para obtener botines, ya tenemos suficientes problemas con buscar un arma que puede o no existir, por cierto ¿alguno de ustedes tiene idea de qué arma se puede tratar? Yo tengo una pero no es tan clara y podría equivocarme-Dijo Bell mientras caminaba por delante del grupo junto a Aiz y Bete.

-No estoy seguro pero si esa maldita arma tiene la capacidad para inclinar la balanza a nuestro favor, no me interesa de quién haya sido o cuál sea-Respondió Bete con claro desinterés por la pregunta del peliblanco.

-No sé, lo importante ahora es acabar con ese monstruo...-Expresó Aiz con una mirada seria, demostrando que el odio por el dragón negro aún seguía presente dentro de ella.

-Aiz, recuperaremos a tu madre, te di mi palabra-Susurró Bell al oído de la princesa de la espada, causando un ligero sonrojo en la misma aunque no fue notado por quien lo provocó.

-Por cierto Bell ¿a que te refieres con que te haces una idea del tipo de arma que es?-Preguntó Finn, quien parecía el único interesado en esa parte de lo que el chico había dicho.

-Me refiero a que, muy posiblemente, sea el arma del héroe mercenario, la espada con la que siempre contaba según los cuentos-Dijo en tono bajo, sólo pudo ser escuchado por Aiz y Finn, la bella chica rubia únicamente abrió los ojos al saber que Bell tenía presente la historia de su padre, el joven tenía razón, era muy posible que el arma del padre de sea el arma a la que se referían, no por nada fue un gran héroe, si no es que el más grande que el mundo a conocido.

-Puede ser posible, pero no nos hagamos ilusiones, aún no sabemos de su existencia-Contestó Finn tomando su barbilla, él se enteró por parte de Riveria sobre el hecho de que Bell sabía la verdad sobre los padres de Aiz y lo que sucedió con ellos, por eso mismo no se sorprendió cuando habló de ellos frente a Aiz.

-Ya basta de plática, debemos ir más rápido-Expresó Bete.

-No podemos, si bien es una misión de emergencia, no podemos sobre exigir a quienes están a niveles abajo de nosotros, si tan solo el gremio hubiera sido tan amable de proporcionarnos algunos carruajes, pero es entendible que no lo hicieran, la seguridad de los civiles es primero-Respondió Finn ante la queja del hombre lobo.

-Tch, entiendo, no tienes que repetírmelo-Dijo el hombre lobo, mirando detrás de él a cierta renard quien caminaba lentamente junto a una chica de cabello negro.

"Por primera vez puedo decir que vale la pena pensar en los débiles" pensó Bete, regresando su mirada hacia adelante.

Así pasaron las horas de caminata, con algunas pequeñas pausas para alimentarse, no se toparon con nada a resaltar, algunos monstruos solamente como los goblin pero nada rescatable o que representara un reto muy grande para ellos.

Comenzaron a armar el campamento para descansar, el primer día había sido aburrido aunque no fuera de lo planeado, todos sabían que era muy posible que todo el viaje sea de esa manera.

Al terminar de armar las carpas, podíamos ver a todos conviviendo pacíficamente, el ambiente era realmente calmado a pesar de saber la urgencia de la misión.

-Señor Bete, no creo que sea necesario que me ayude a poner la carpa, puedo hacerlo sola, no soy tan inútil-Dijo Haruhime con cierta pena y sonrojo al ver al hombre lobo armando la tienda donde la renard dormiría.

-No lo hago por eso, es amabilidad y no te digas inútil, si lo fueras, no estarías aquí ¿me equivoco? Es molesto que te subestimes tanto cuando muchas personas te valoran-Contestó Bete sin mirar a ver a Haruhime, sería un error hacerlo, por accidente dijo esas palabras tan impropias de él y por eso mismo estaba ligeramente sonrojado, lo que él no sabía es que había causado la misma reacción en la renard.

-Es que... toda mi vida había sido hecha a un lado, hasta por mis padres...-Comentaba Haruhime con una mirada triste.

-Entoncee tus padres son unos idiotas por haberte tratado así, pero no tiene importancia vivir en el pasado, lo importante es el presente, eres feliz ahora ¿no?, todos tenemos un pasado que nos acarrea y nos lastima, sin embargo, no tiene sentido alguno vivir pensando únicamente en ello-Interrumpió Bete a la renard, sabía mejor que nadie lo que era el dolor, no comprendía la clase de dolor que Haruhime sentía pero no era muy diferente al sufrimiento que él había vivido y que siempre trataba de ocultar.

-Señor Bete, lamento si soy entrometida pero parece saber mucho de pasados dolorosos, no tiene que contestar ni escucharme en lo más mínimo... ¿Cómo ha sido su vida hasta ahora?-Lanzó Haruhime la pregunta con preocupación por hacer enojar al hombre lobo.

Bete pudo ver en sus pensamientos todo lo que había vivido, cómo las personas cercanas a él, el caso de su hermana, habían muerto sin que pudiera hacer algo para evitarlo, por eso mismo había decidido nunca más formar vínculos afectuosos con alguien, Bete pensaba que era la única manera de poder evitar ser lastimado nuevamente.

-V-Veo que es grosero de mi parte ¡Lo lamento!-Se disculpó Haruhime al ver que el lobo se quedó callado y sin moverse.

-No, no te disculpes, ya acabé de hacer la tienda, toma asiento y escucha lo que tengo que decir-Expresó Bete con una sonrisa melancólica, rara en su persona, normalmente tenía una sonrisa burlona o una mirada fulminante y sería.

En ese momento procedió a contar todo lo que llegaba a su mente cuando Haruhime lanzó aquella pregunta, la renard escuchaba atentamente todo lo que él había sufrido y vivido, sentía el pesar en las palabras del hombre lobo.

-Y es por eso que trato de no relacionarme con las personas...-Finalizó cuando de pronto sintió una palmada en su cabeza, era Haruhime quien acariciaba la cabeza del hombre lobo.

Esto tomó por sorpresa a Bete.

-Como tú mismo dijiste, lo importante es el presente, el pasado es doloroso pero usted también tiene personas que lo quieren, el caso de su familia, Bell igual tiene respeto por usted, yo pienso que es una buena persona y muy amable aunque con un vicio muy grande por la bebida-Expresó Haruhime, diciendo la última parte con una ligera risa.

-Gracias a esos motivos pienso que debería confiar más en quienes lo rodean en vez de encerrarse, guardarse todo para si mismo no evita más dolor, solo lo posterga por momentos, pero tarde o temprano necesitará a alguien, todos necesitamos a alguien en algún momento, señor Bete-Expresó Haruhime con una mirada melancólica y volteando a ver a las amistades que había formado, quienes estaban teniendo problemas para prender la fogata.

-Si necesita a alguien, puede confiar en mi-Dijo Haruhime con una tierna sonrisa.

El corazón del hombre lobo empezó a latir aún más fuerte que antes.

-Gracias Haruhime pero... solo dime Bete, al decirme señor me haces sentir más grande-Respondió el hombre lobo.

-De acuerdo... Bete-Corrigió la renard, sin dejar de acariciar la cabeza de Bete.

Desde lejos, dos personas estaban viendo la escena.

-Aiz ¿qué está pasando?-Preguntó Finn con clara sorpresa en su rostro por lo que acababa de presenciar.

-No lo sé...-Respondió la princesa de la espada, algo sonrojada por el actuar de la chica zorro y el hombre lobo.

Pasaron la noche tranquilamente, no hubo nada que resaltar, Bell se encargó de la vigilancia al principio mientras el resto dormía hasta que de pronto pudo escuchar a alguien acercarse, se puso en guardia al desenfundar su daga y espada corta, pero grande fue su sorpresa cuando vió que el "intruso" se trataba de una bella rubia de nombre Aiz Wallenstein.

-A-Aiz ¿qué sucede? ¿No puedes dormir?-Preguntó Bell al ver como la princesa de la espada se acercaba a donde él se encontraba.

-No...-Respondió Aiz con su típico tono frío y sin cambiar la expresión sería de su rostro.

-¿Por qué no puedes dormir?-Lanzó Bell la pregunta, estaba preocupado por ella.

-El dragón negro... me he preparado toda mi vida para derrotarlo pero... no me siento lista, eso me preocupa, no deseo perder más gente cercana a mí por su culpa-Contestó Aiz bajando levemente la mirada, se notaba la tristeza en su rostro, era obvio el origen de la misma, ella recordaba perfectamente la manera en que aquella bestia le arrebató a su familia.

-No pasará, verás que todo saldrá bien, nadie morirá, saldremos victoriosos, podemos hacerlo si estamos todos juntos, así que levanta la mirada-Dijo el joven a su costado en respuesta a los sentimientos de la chica, con la esperanza de que sus palabras fueran lo suficientemente fuertes para lograr calmarla.

-Eres demasiado bueno Bell... muchas gracias, pero la preocupación está ahí...-Agregó Aiz con una leve sonrisa que sacaba a relucir su intranquila.

-Soy consciente de ello, yo también me encuentro preocupado y con miedo pero prefiero confiar en que lo lograremos, ser pesimistas en momentos como este no puede resultar bien, además, yo te prometí que salvaremos a tu madre y lo voy a cumplir, no perderás a nadie, al contrario, recuperarás a alguien-Contestó Bell mientras ponía su mano en el hombro de la chica, tranquilizando su corazón rápidamente.

-Bell ¿puedo preguntar algo?-Lanzó esas palabras Aiz.

-Claro-Contestó el peliblanco.

-¿Sentías algo por mi?-Preguntó la princesa de la espada de manera directa, despertando una mirada de sorpresa en Bell, el cual quedó en shock, normalmente Aiz no haría una pregunta como esa y no la creía capaz de darse cuenta de ello.

"En cualquier otro caso mentiría y se arreglaría todo pero... no puedo hacerlo, merece que sea sincero con ella" pensó el muchacho, tomando aire de un momento a otro para comenzar a dar su respuesta.

-Si, así es... al principio sí pero... mis sentimientos por Freya terminaron siendo más fuertes, lamento eso, pero no deseo dejar de ser amigo tuyo, eres especial para mi-Dijo Bell con una mirada serena aunque algo decepcionado de sí mismo por ilusionar a la chica frente a él.

-No hay manera de cambiar eso ¿cierto?-Dijo Aiz en respuesta a la declaración.

-No..., yo amo a Freya-Contestó Bell directamente, sin una pizca de duda.

-Entiendo... al menos es reconfortante saber que... seguirás a mi lado y no me abandonarás, a manera de amigo claro, pero eso es lo importante-Respondió Aiz con una sonrisa pura y algunas lágrimas saliendo de sus ojos.

-Lo lamento...-Dijo Bell en voz baja.

-No es necesario Bell, si la elegiste a ella, hazla feliz, es lo único que pido-Comentó la princesa de la espada quien escuchó la disculpa del chico a pesar de haberlo dicho en voz baja para que nadie lo oyera.

-No hace falta que lo digas, así será-Dijo Bell alzando la mirada.

Y de esa manera, ambos regresaron a sus carpas, el turno de Bell para vigilar ya había pasado, le tocaba a Bete hacer la guardia, aunque como se mencionó antes, no sucedió nada.

Así continuaron su viaje la mañana siguiente hasta que lograron vislumbrar algunos monstruos extraños atacando un pequeño grupo de gente, era una familia conformada por ambos padres y 3 hijos, quienes corrían para salvarse.

Se apresuraron para salvarlos, eran como 5 o 6 monstruos con apariencia extraña, como una combinación entre escorpión y araña, de color negro con rojo, su velocidad se podía destacar pero lograron acabar con ellos sin vacilar.

-¿Qué eran esas cosas? Nunca había visto tal criatura así, no eran muy fuertes pero se movían bien-Preguntó Finn al grupo, específicamente a la familia Hestia, él sabía que, por el contacto que ellos tenían con los Xenos, era muy posible que supieran algo pero la respuesta de la familia Hestia fue una negativa.

-E-Esto, gracias por salvarnos, esas cosas salieron de la nada y arrasaron con todo nuestro poblado, nos llevan persiguiendo mucho tiempo, nos ocultamos por un día entero en una cueva pero de todas maneras nos encontraron nuevamente-Dijo el padre de la familia hacía los aventureros.

-Su poblado... es posible que haya gente viva aún, debemos salvarlos-Dijo Bell con un rostro serio.

-Disculpe, venía en la dirección a la cual nos dirigimos ¿de casualidad el poblado está a 3 días de aquí?-Preguntó Finn hacia los afectados.

-No, creo que ese es un pueblo más alejado, si no estoy mal es el que se encuentra cerca de la zona montañosa, el nuestro, o mejor dicho donde estaba el nuestro, está a un día de aquí, tomando un desvío cerca de donde comienza el lago que conecta con ambos-Contestó el hombre.

-Bien, lo tenemos, trataremos de hacer lo que podamos, por lo pronto tomen, son algunas provisiones, diríjanse a alguna zona segura que conozcan, no les recomendaría Orario, hay algunos problemas y no están aceptando la entrada de civiles-Respondió Finn, entregándoles algo de comida a la familia.

-Muchas gracias, mucha suerte a amables aventureros-Dijo la familia al unísono.

-¿Qué opinas de lo que sucede?-Preguntó Bete, acercándose a su capitán.

-Mi pulgar duele, algo me dice que tendremos muchos problemas-Contestó el Hobbit.

-No es nada a lo que no estemos acostumbrados-Dijo el hombre lobo, siguiendo hacia adelante.

Así su camino se alargó un poco más, ya llevaban 1 día, y cerca de finalizar el segundo de su viaje, hasta que pudieron vislumbrar como, al adentrarse más al poblado que mencionó la pareja, la vida en plantas y animales parecía consumida, tomando un color gris, era un paisaje depresivo, todo había perdido su color, esto no le dio buena espina a nadie, hasta que por fin llegaron, fue en ese momento donde pudieron observar algo que sorprendería a todos, aquellos monstruos estaban agrupados y su dominio abarcaba todo el camino delante del grupo.

-No es normal... todo parece... muerto-Dijo Haruhime con claro miedo.

-Elegiste bien la palabra, Haruhime-Declaró Mikoto.

Todos sacaron sus armas, sabían que para avanzar, sí o sí deberían pelear.

-Antes de que acabemos con estas basuras ¿cómo los nombraremos? Necesitaremos un nombre para ponerlo en los registros de monstruos-Preguntó Welf al sacar su espada mágica.

-Antares...-Dijo una voz femenina detrás de ellos, haciendo que volteen rápidamente.

Ahí pudieron observar a una bella mujer de cabello azul y ojos color verde.










Bueno amigos hasta aquí el capítulo de hoy y el primero de la semana, tengo pensado que sean solo 3 esta semana como la semana pasada pero considerablemente largos, así que ya saben, espero su apoyo como siempre, espero los votooooos jajaja ok no, pero en serio, muchas gracias por seguir este fanfic semana a semana.

Pd: Feliz día de las madres amigoooooos, feliciten a sus mamis o quienes ya lo sean pues les mando felicitaciones.

Imagen bonita de nuestra siguiente protagonista para la próxima historia.

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