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Capítulo 19. Fin del infierno y uno nuevo empieza.

-Esas son buenas noticias, el plan no suena mal y hay Xenos capaces de poder controlar la situación en dichos pisos, caso de Lyd, aunque siguen estando en peligro, si tienen alguna distracción podrían acabar con ellos, esperemos equivocarnos por lo pronto, pero en si, la ejecución del plan está siendo mejor de lo que podríamos haber imaginado, de esta manera los irregulares que comiencen a aparecer en la zona podrán ser controlados y con suerte, convencidos para unirse a los Xenos y si la vida nos sonríe, obtener aliados e información con ellos-Dijo Bell levantándose del sillón con una convicción alegre y optimista, que contagió a todo el grupo.

-Bell tiene razón, que bueno que le pasamos la información a Urano y a Fels, esperemos que todo salga de acuerdo a lo planeado, por lo pronto, creo que deberíamos descansar-Dijo Lili levantándose de su lugar.

-Espera Lilicuajo, Bell no nos ha contado cómo le fue en el entrenamiento con Allen, si el día de ayer se veía molido en golpes, hoy parece un moretón andante-Contestó Welf llamando la atención de la chica.

-Además, sería bueno escuchar como es uno de los integrantes más fuertes de la familia Freya, por nuestra parte podemos decir que Hogni es extrañamente agradable, muy callado y a veces da miedo acercársele pero no es mala persona, creo-Agregó el herrero.

-De acuerdo, de acuerdo, pero no debemos tardar, si bien el día de hoy no fuimos exigidos, no sabemos cómo nos irá mañana, tal vez hoy solo fue un día de análisis de nuestras capacidades, por eso no lo sentimos tan pesado-Dijo Lili volviéndose a sentar.

-Bueno, digamos que el entrenamiento con él es... ¿Muy intenso?, comenzamos con él recibiendo mis ataques, Allen únicamente los bloqueaba y me decía que le faltaba fuerza a mis golpes, sobra decir que no pude hacerle ni un solo rasguño, tuve suerte de al menos poder mantener mis brazos estables, me estaba cansando enormemente, era como golpear una roca con un alfiler, parecía que las dagas se romperían en cualquier momento por la fuerza que estaba ejerciendo en ellas, por esa misma fuerza, mis brazos y manos dolían, comencé a sentir como se formaban ampollas en mis manos, ardía mucho pero si me quejaba de ello, Allen me lanzaba un golpe y salía volando, así que preferí callarme, después de haberme quejado una vez y quedar noqueado jeje-Dijo Bell rascando su cabeza en señal de resignación y miedo al recordar como sucedió todo.

-Así estuvimos 2 horas y sin previo aviso, gritó que era su turno de atacar, no tuve tiempo de reaccionar y ya tenía un puño en mi rostro, me levanté enseguida para no recibir tantos golpes como fuera posible pero de todas maneras volví a ser golpeado, curiosamente eso hizo que pudiera vislumbrar de mejor manera sus movimientos, era extraño, cada vez que me golpeaba, veía y sentía más lentos los ataques, como si mi vista se estuviera adaptando a la velocidad que estaba ejerciendo en ese momento, aunque de nada servía poder seguir sus movimientos si mi cuerpo no estaba en sincronía con mis ojos, no podía hacer nada, solo ver sus puños enterrarse en mi abdomen, cara y pecho, por un momento intenté fijarme únicamente en sus piernas para poder seguir sus pasos y hacia donde se dirigía pero lo que lograba ver al momento de que se movía, era solo polvo que se levantaba, nunca pude vislumbrar cómo empezaba a moverse, era realmente abrumador no tener ni un indicio de a dónde mirar, seguimos así hasta que deje de guiarme por mis ojos, era inútil hacerlo, comencé a guiarme por sonidos, si bien la vista puede engañarla, siempre, siempre va emitir sonidos, sentía que comprendía mejor el como usar mis sentidos, aunque si les soy sincero, me estaba desmayando poco a poco tras tan solo 4 horas, si él iba con todo no hubiera durado ni una centésima parte de ese tiempo, pero regresando a lo importante, lo único que recuerdo antes de caer, fue que comencé a interceptarlo en cada golpe, no tenía la suficiente fuerza para bloquear o anular el impacto, por ende mis huesos sentían el golpe y crujían, hacer una mueca de dolor sería lo normal pero no tenía el tiempo ni las ganas de reaccionar al dolor, así que antes de que perdiera la consciencia por el cansancio, él lanzó un puñetazo a mi rostro que logró darme pero pude regresar el golpe de la misma manera, sin la misma fuerza claro está, no recibió mucho o casi nada de daño, yo me encontraba demasiado cansado al igual que mis brazos, pero haberle dado un golpe directo en el rostro antes de salir volando por el que yo recibí, era una proeza a mi forma de ver las cosas-Finalizó Bell, eso fue únicamente las primeras horas, aún faltaba el resto.

-Pero lo feo comenzó después de eso jeje-Dijo Bell con una mirada traumada y sombría.

-¿A qué te refieres Bell?-Preguntó Mikoto.

-Digamos que no le agradó mucho que lo golpeara jeje, aún no le dolió, eso lastimó su orgullo según me dijo-Respondió el peliblanco.

En al entrenamiento, después de que Bell despertara.

-Regresé Allen, lamento haber estado noqueado 2 horas-Dijo Bell bajando las escaleras y dirigiéndose a la arena de combate donde el hombre gato se encontraba esperándolo con una cara no muy amigable que digamos.

-Al fin regresas niño, es momento de vengarme del golpe que me diste-Respondió Allen poniéndose en posición de combate.

-P-Pero ni siquiera pude poder fuerza a ese golpe... ¿P-Por qué estás enojado?-Respondió Bell con un verdadero temor dibujado en su rostro e inmediatamente se puso en guarda con sus dagas en mano.

-Que un nivel 5 recién subido de nivel logre golpearme es humillante, te lo devolveré multiplicado 10 veces, así que no te preocupes, lo que no te mata, solo te hará más fuerte y a mi me relajará, prepárate-Dijo el hombre gato mientras caminaba lentamente al chico.

"Demonios, demonios, demonios, un solo golpe será el responsable de la golpiza que estoy por recibir, no tengo opción, si voy acabar noqueado nuevamente, al menos le daré algunos golpes, no se irá limpio" pensó Bell mientras veía al vice-capitán de la familia Freya acelerando el paso hacia él.

El tiempo pareció ir cada vez más lento para él, podía ver cómo las motas de polvo que se alzaban al paso de su contrincante caían con una menor velocidad, podía sentir el paso del aire por su piel, podía oír su corazón latir y cada paso que Allen daba hacía él, todo esto fue producto de sus aún más agudizados sentidos después del primer enfrentamiento y de su máxima concentración en el campo de batalla, si estaba en desventaja con el contrincante, trataría de obtener fuerza de su alrededor, estudiar el lugar, usarlo a tu favor, alguien fuerte no necesariamente es invencible, si logras adaptarte a tu entorno, podrás derrotar a quien sea, o por lo menos eso se podría pensar.

-P-Puedo ver todo, puedo oírlo todo, sentir todo, esta vez puede que sea diferente-Dijo para sí mismo el muchacho hasta que de pronto.

*PUUUUUUUUUUUUU*

Escuchó un fuerte ruido, era Allen que había aumentado su velocidad de golpe, el sonido fue originado por el impulso que él había tomado para ir hacia Bell.

El joven solo pudo ver por un microsegundo que un golpe se dirigía a su rostro y para sorpresa de Allen y del propio Bell, logró evadir el golpe y tomar distancia de Allen, el hombre gato tenía una cara de alegría, al parecer su entrenamiento estaba dando resultados, le daba un cierto sentimiento de orgullo saber que su estudiante ya comenzaba a aplicar lo que aprendía, pero, para ganarse el respeto y graduarte del instituto Fromel, necesitas más que esquivar un golpe.

Bell quería celebrar el poder esquivarle un golpe pero no tenía tiempo para eso, cada segundo era importante, tiempo que él perdiera, significaba un golpe más hacia su persona, no podía darse esa libertad, por ende, decidió no perder su concentración.

De pronto comenzaron a llover más golpes en dirección de Bell, él únicamente podía esquivar algunos, los demás conectaban a su cuerpo pero por alejarse de la zona de impacto por poca distancia, los golpes no daban de lleno, algunos de ellos los bloqueaba con su daga, si Allen estuviera peleando con un arma, todo sería diferente, la ventaja que tenía en ese momento sería borrada y anulada, debía aprovechar las condiciones del entrenamiento.

Bell daba pasos hacia atrás, sin un orden en especifico, bloqueando, esquivando y recibiendo golpes, era lo único que hacía, él no tenía intención de reaccionar y comenzar a atacar, aún no era el momento, aún no tenía la oportunidad de hacerlo, Bell sentía que el tiempo pasaba demasiado rápido de esa manera, no tenía en cuenta que ya llevaba 3 horas a ese ritmo y el cansancio de su cuerpo fue ignorado para llevar al límite sus habilidades, el chico no lo sabía, pero habían espectadores en la sala, una humana llamada Helun y un elfo llamado Hedin eran los que observaban tal combate cuerpo a cuerpo, asombrados por el ritmo y coordinación entre movimientos del atacante y la velocidad de reacción del que fungía como presa.

-E-Es impresionante, sé que Allen no está atacando con toda su fuerza, ni siquiera está utilizando armas, tampoco su tan poderosa magia, pero aguantar en ese ritmo un combate con él, es algo a resaltar, incluso Ottar debe prestar atención a Allen de esa manera y el chico está resistiendo todo eso ¿Cómo es posible?-Preguntó Helun, incrédula ante el escenario y la batalla que se estaba desenvolviendo enfrente de ella.

-No es raro que el rumbo de las cosas vaya así, el poco tiempo que estuve con ese niño comprendí varias cosas, la primera, es un idiota, esa sigue siendo así, es un idiota con delirios de héroe pero ve ahí la cuestión, digo delirios porque aún no tiene la capacidad de lograrlo pero... tampoco es muy alejado de la realidad pensar que podría conseguirlo, la segunda cosa que pude ver al estar con él, es que tiene una convicción muy fuerte, si se propone algo, lo va cumplir, es extremadamente tenaz, eso no siempre puede ser una virtud porque le ha traído y le traerá una cantidad enorme de problemas, pero si esa tenacidad la enfoca en algo que lo ayude a crecer, será muy fuerte y así llegamos a la tercera cosa que identifiqué, hubo más claro, pero estas 3 son las que podría resaltar... tiene un talento monstruosamente alto para adaptarse a las condiciones más fuertes y adversas, lo hice estudiar, entrenar y pelear incontables veces, al principio parecía no aguantar pero día tras día me sorprendía con sus actos, no parecía ser el mismo chico de días anteriores, no reconocía a Bell con cada día que pasaba, era como si lo cambiaran por otro mejorado con el paso del tiempo, puede sonar exagerado, pero nunca había conocido a alguien con esa capacidad, comprender las situaciones, comprender tus límites y aún así romperlos para dar más de ti, solo puedo admitir que ese chico puede ser aún más fuerte que Ottar si entrena a este ritmo-Dijo Hedin recordando el tiempo en que entrenó con el peliblanco, no dejaba de creer que ese chico se volvía cada vez más digno de estar con la Diosa de la Familia, ese pensamiento y sentimiento se fortalecía con el paso del tiempo.

-S-Sorprendente, para que tú halagues a alguien y más aún, un humano, debe ser porque es verdad, pero... la admiración y el respeto no son parámetros para que Allen acepte al chico-Dijo Helun sin apartar la mirada del elfo.

-Allen seguirá en contra de la relación, de eso no hay duda alguna pero... no es un factor importante o mejor dicho, no será algo determinante si ese chico se vuelve lo suficientemente fuerte para cambiar eso y repito, no es descabellado pensar que lo logrará-Respondió el elfo ante la declaración de la chica humana.

-Yo te recomiendo seguir viendo el combate, tal vez nos llevemos más sorpresas-agregó Hedin dirigiendo nuevamente su mirada al combate entre Allen y Bell.

La batalla seguía de la misma manera, los golpes seguían impactando en Bell y en el aire, el peliblanco, si bien se podría decir que no estaba siendo abrumado y aplastado por el hombre gato, tampoco es que tuviera el control de la situación, nunca lo ha tenido y eso provocaba que el cansancio sea aún más grande de su parte, recibir golpes cansa más que darlos, ese fue el pensamiento que cruzó por su mente mientras seguía bloqueando y esquivando, él no quería pensar en si su cuerpo estaba cansado, sería una tontería pensar en eso, la situación no se prestaba para ideas tan banales, solo tenía una meta, lograr hacerle daño, así sea mínimo, un corte, un moretón, lo que sea, pero hacerlo antes de caer noqueado, Bell sabía perfectamente que, a pesar de mantener un poco del ritmo de la pelea, no ganaría, pensar en ganar sería muy optimista por parte del chico.

"Un golpe, solo un golpe" pensaba Bell.

El ritmo del aventurero bajaba, no sentía sus piernas y brazos, el desgaste tras otras 4 horas de combate se hacía presente en su cuerpo, si quería hacer algo, debía hacerlo ya.

Dió un paso lateral hacia su derecha para posicionarse de nuevo, esto se le hizo extraño a Allen, no entendía porque los movimientos del chico eran tan irregulares.

Comenzó a atacar con más fuerza, corrió a toda velocidad para acortar nuevamente la distancia entre ellos, esta vez sabía que lo golpearía directamente, tal vez lo suficientemente fuerte para noquearlo de una vez por todas.

Saltó para agarrar impulso y algo extraño sucedió.

Contrario a lo que pensaba, por algún extraño movimiento, Bell cayó de espaldas, pero había un detalle en todo esto, Allen ya no podía frenar ni tampoco golpear a Bell, él se estrellaría con la... ¿Pared? ¿Dónde estaba la pared? ¡Estaban en la zona de escaleras! Por donde se baja para entrar en el campo de batalla ¿Era una broma?.

Bell lo había logrado, todo ese tiempo tenía claro lo que debía hacer, si llegaba a la zona de escaleras con una distancia considerable entre ambos, podría provocar que el hombre gato, con toda su velocidad, se dirija hacia él, ya en el aire era imposible que Allen maniobrara, por ese mismo motivo, cuando dió el paso lateral para tomar distancia, su plan estaba destinado a cumplirse, cuando apoyó su espalda, se dejó caer al no haber nada ahí, y esto hizo que Allen se estrellara con las escaleras y apenas sucedió eso, Bell lanzó su daga a manera de proyectil, la cual para sorpresa de él, fue tomada por Allen en un movimiento rápido y de pronto recibió un golpe seco en el rostro, causando así que cayera noqueado.

-Nada mal chico, pero se necesita más para hacerme daño...-Dijo Allen a Bell mientras este yacía tirado sin reacción alguna, aunque al ver su mano pudo observar algo que lo sorprendió.

La fuerza con la cual Bell había lanzado la daga, era tanta que, aunque Allen la hubiera interceptado, un corte había sido hecho en su mano, Bell pensó en cuatro movimientos en todo ese tiempo, Bloquear, esquivar, cargar Argonauta y atacar, había funcionado, logró hacerle daño a Allen en la palma de sus manos.

-E-Este imbécil logró hacerme un corte-Dijo Allen con sorpresa en su rostro al ver como un hilo rojo descendía de su mano y goteaba con dirección al piso.

Allen quiso hacer pagar a Bell pero en ese momento llegó alguien que le impidió hacerlo.

-Espera que no se te ocurra hacer algo de lo que te puedas arrepentir, Allen-Dijo una voz a su espalda.

No había que ser un adivino para saber quién había dicho esas palabras, era Freya, su Diosa, que se encontraba bajando escalón por escalón hacia su lindo conejo.

Allen se retiró de ahí y dejó al chico con Freya.

-Increíble, lo logró-Decía Helun al ver que Allen sangraba.

-Te dije, ese chico siempre sorprende a propios y extraños-Agregó Hedin mientras se retiraba de ahí.

Habían pasado 11 horas contando el tiempo que Bell estuvo noqueado, pero ahora habría que agregar el resto del tiempo que el chico estuvo de esa manera nuevamente tras el segundo asalto con Allen.

Nuevamente en la mansión de la chimenea.

-Y eso fue lo qué pasó, logré hacerle daño a Allen, un corte en la palma de su mano pero un corte al fin y al cabo, con 1 segundo de carga de Argonauta pero aún así logré darle la suficiente fuerza para causar eso-Concluyó Bell.

Todos estaban callados, golpear a Allen es una cosa pero cortarlo era otra aún más impresionante.

-Debo seguir haciéndome fuerte, lo suficiente para poder derrotar a Allen, a él no le agrado y tengo miedo de que pase algo con Syr, no lo permitiré-Dijo Bell, agregando a lo dicho con anterioridad.

Después de eso, todos se dirigieron a sus habitaciones, la semana que les esperaba era de terror y dolor para todos, la familia Freya no sería tan amable siempre.

Y de esa manera, pasó el resto de la semana.

Se podía observar a Bell en cuarto de la Diosa con Freya a su lado, ese había sido su último día de entrenamiento, por eso mismo Allen fue más imprudente al medir su fuerza, lo que provocó un fuerte golpe en la cabeza del chico, causando su inminente noqueo.

Para poder contar lo sucedido este último día, debemos comenzar por el tercer día de entrenamiento, después de lo acontecido, Allen empezaba a ser más salvaje con sus ataques, al punto en que el tiempo de aguante de Bell se reducía constantemente y el daño físico que recibía se hacía aún más presente, pasó de tener golpes, moretones, raspones y cortadas, a tener fisuras de huesos, desgarres de músculo, desgaste de tendones y articulaciones que, de no ser por las pociones y magia de curación de la sanadora de la familia, serían daños irreparables, cada fibra de su cuerpo era exigida al máximo, no podía mantenerse al ritmo y sobra decir que solo hubo un round ese día, que duró únicamente 1 hora, una hora fue el tiempo que Bell pudo resistir la golpiza y humillación que había recibido, todo el día lo tuvo que pasar con Freya, mientras era curado y descansaba, Bell solo sentía enojo por cómo se habían desenvuelto las cosas, pero el sentimiento que predominaba en él era frustración, le frustraba no poder meter las manos, no poder defenderse y al no poder defenderse, menos podría proteger a alguien más, se alejaba cada vez más de su objetivo.

Bell se despertó esa vez llorando, veía muy difícil derrotar a Allen, aún era débil, aún era un novato, comenzaba a creer que su apodo de "Héroe del Destello Blanco" era de adorno.

-Perdón por ser tan débil Freya, no siento que pueda protegerte, tengo miedo de no ser capaz ni de poder hacer eso, no quiero perderte pero cada vez siento con mayor fuerza que no soy capaz de lograrlo-Dijo el chico peliblanco aún con lágrimas en su rostro hacia la bella diosa que lo veía acostado desde una silla pegada a la cama.

-Está bien ser débil Bell, pero tú me haz demostrado todas las ocasiones que tienes la fuerza para seguir adelante, eso es lo que distingue a los héroes y es por eso que estoy segura de que te convertirás en uno sin igual, uno que infunda esperanza en sus protegidos y terror en sus enemigos, vas a ser un gran héroe, es ese el motivo por el cual no debes rendirte, el Bell del que me enamoré nunca se rinde, nunca cede, es terco, tenaz y fiel a sus ideales, no debes caer en la desesperación y en el miedo, confío en ti más que en nadie, sé que cumplirás tu promesa-Dijo Freya tomando la mano del chico y regalándole una sonrisa que producía calma y esperanza al corazón del chico.

Freya tenía razón, siempre ha estado en situaciones adversas, siempre ha estado apunto de morir, siempre ha sido subestimado por no parecer un aventurero pero eso fue cambiando cuando comenzó a esforzarse más y más, para ser fuerte, para proteger a sus seres queridos, para alcanzar a su anhelo dorado y más importante, para proteger esa bella sonrisa que en ese mismo instante era dirigida hacia él.

-Mañana será otro día, mañana le demostraré a Allen que el haber dirigido tu amor hacia mi no fue un error-Respondió el joven peliblanco limpiando las lágrimas de su rostro y mostrando una sonrisa.

El chico siempre había tenido que ser fuerte para proteger todo lo que sus manos pudieran alcanzar pero por primera vez, enfrente de alguien, podía demostrar su debilidad, su lado blando, el lado que muy pocos aventureros tienen el valor de mostrar a los demás ¿A qué se debía esto? Simple, la persona a su lado no lo criticaría ni se burlaría, lo apoyaría, de eso se trataba el amor en todo caso, en apoyar a la persona que tú elegiste, ayudarlo a crecer y a ser fuere, ese era el tipo de relación que ambos tenían, una en la que caminarían juntos, tomados de la mano, por el mismo camino, Freya había esperado tanto tiempo por ese niño, su amado Odr, alguien que por fin pueda enamorarse de ella por cómo es, no importaba las dificultades, no lo dejaría ir por nada en el mundo.

El joven se levantó de la cama, para ir directo a su sede.

-Muchas gracias Freya, dijiste las palabras que quería escuchar-Dijo Bell mientras salía de la sede.

-Siempre estaré contigo, mi Bell-Contestó Freya de manera coqueta.

-Te amo, no me arrepiento de haber tomado la decisión de estar juntos-Respondió el peliblanco con una sonrisa tierna.

Esto hizo sonrojar de sobremanera a la Diosa, aún no se acostumbraba a que Bell sea tan sincero con sus sentimientos.

-¿Estás bien Freya? Te veo algo sonrojada-Preguntó Bell con clara preocupación.

-S-Si, es que aún me es difícil recibir tu afecto, es todo, estoy acostumbrada a tomar la iniciativa-Dijo la Diosa con un ligero tartamudeo.

-Se siente incómodo cuando se invierten los papeles ¿Cierto?-Preguntó el chico.

-C-Cállate-Respondió Freya antes de ser besada por el joven.

-M-Me voy yendo-Dijo Bell mientras corría a su sede.

-No me lo esperaba, pero creo que me gusta-Agregó Freya tocando sus labios y viendo como su amado se iba a toda velocidad.

Después de ese día, la determinación del chico fue haciéndose más grande y fuerte, al cuarto día de entrenamiento podíamos ver a un Bell más decidido, más veloz, con unos sentidos más agudos y una concentración demasiado fuerte en su rival, Allen pudo notar esto apenas vió al conejo bajar a la arena, él supo que ese día sería diferente.

La batalla empezó, la lucha era demasiada intensa, golpe tras golpe de Allen, al 100% pero estos ya no causaban el mismo daño que antes, ahora se podía ver a Bell con más resistencia, los golpes ya no solamente los recibía, los bloqueaba y esquivaba con mayor rapidez y habilidad, hasta que de pronto.

*PUMMMMM*

Un golpe seco fue dado en el estómago de Allen, no lo suficiente como para dejarlo fuera de combate, pero sí como para que lo sintiera ¿Habían cambiado al conejo? ¿En serio era el mismo chico al que enfrentó hace apenas un día?, esos eran los pensamientos que cruzaban por la mente del hombre gato, era demasiado diferente el rival de ayer con el que tenía enfrente, mientras pensaba en eso, Bell aprovechó para lanzarse con todo al ataque, los papeles se invirtieron por unos pocos segundos, Allen era el que bloqueaba y Bell el que daba las estocadas, los golpes y las cuchilladas al vice-capitán de la familia Freya, por unos pocos segundos, Allen sentía que perdía el control de la situación, pero eso solo fue fugaz, después de ese tiempo, el hombre gato recuperó el control al concentrar más fuerza en sus golpes, su velocidad había aumentado hasta el máximo al igual que su fuerza, aún así, Bell seguía bloqueando y esquivando todo, no se veía ni una gota de miedo en su rostro, tampoco de duda en lo que estaba haciendo, esto hizo enojar a Allen por lo cual comenzó a golpear indiscriminadamente al chico, con un poco más de fuerza de la que de por si ya tenía, ese poco fue suficiente para inclinar la balanza a su favor y terminar por ganarle al conejo.

-¿Q-Qué carajos pasó con él?-Preguntó Allen mientras veía al chico que hacía desmayado en el piso.

-No es normal, me niego a creer que toda esa fuerza haya venido con él de un día para otro-Agregó.

"¿Qué carajos eres Bell Cranel?" Pensó mientras se retiraba del lugar, con claras heridas en rostro, brazos y torso.

Sobra decir que así se desenvolvieron los demás días, Bell crecía a un ritmo abrumador, tanto que peleaba al tú por tú con Allen, hasta el último día, en el cual se pudo ver a un Bell más frío y estratégico, menos reservado y más fuerte, provocando así una larga pelea entre ambos, Allen no cedía, Bell no cedía, solo se podían observar a 2 monstruos con hambre de ganar sobre el contrario, una pelea intensa que... desgraciadamente, después de luchar por 9 horas seguidas, perdió Bell, no porque fuera débil, si no porque pesó la diferencia de nivel y experiencia del rival.

Bell yacía cansado, noqueado, pero Allen estaba de la misma manera, aunque en menor medida.

Para sorpresa de todos, Allen tomó al chico.

-Tienes mi respeto chico, mira que llevarme a estos extremos-Decía el hombre-gato mientas cargaba al conejo hacia la habitación de Freya para ser curado por Ottar y cuidado por la Diosa.

-Pero eso no significa que te apruebe, para que lo haga, debes derrotarme-Concluyó mientras salía del lugar, sin rumbo, sin dirección, únicamente se fue.

-Sabía que solo necesitarías una fuerte convicción para poder compararte con Allen, pero no esperaba esto, nuevamente Bell, superas mis expectativas por un gran margen-Dijo Freya acariciando la mejilla del chico.

-No tienes idea de cuánto te amo, todo este tiempo, solo haz hecho que ese sentimiento se intensifique, lo único que quiero es ser feliz a tu lado, aunque tu vida sea efímera y la mía sea para siempre, esos pocos años en vida que estaremos juntos, serán suficientes para que yo decida regresar a Tenkai, hay mucho que haría por ti, hay mucho que quiero vivir contigo, tal vez en algún momento quieras una familia pero el problema es que yo no puedo darte eso, lo lamento, espero que eso no sea un problema-Decía la Diosa algo decaída por eso último, un Dios no puede dejar descendencia, eso era bien sabido.

-No me importa no poder tener hijos, mientras te tenga a mi lado, Freya-Dijo el chico abriendo poco a poco sus ojos.

Esto hizo que un gran sonrojo se viera en la Diosa.

-¿N-No estabas dormido?¿Cuánto escuchaste de lo que dije?-Preguntó extremadamente nerviosa la hermosa diosa.

-Desde "No tienes idea de cuánto te amo" jajaja-Dijo Bell con una risa calmada que era seguida por algunos quejidos de dolor.

La respuesta del joven despertó un intenso sonrojo en Freya.

-¿¡Entonces por qué no dijiste nada!?-Contestó con un grito la Diosa, con algo de enojo y pena por haber sido oída.

-Parecía muy importante para ser interrumpido, Freya-Respondió el chico dándole una sonrisa calmada.

-Pero hablo en serio cuando digo que mientras estés a mi lado, no podría desear nada más, podríamos cuidar a Noel, ya piensa que somos sus padres, así que creo que se alegraría mucho-Dijo Bell recordando a la linda chica que Freya recogió hace un tiempo.

En ese momento, Freya se imaginó con Bell y Noel como una familia, esa imagen se quedó con ella como un lindo momento que espera poder vivir.

-N-No es mala idea-Dijo Freya algo nerviosa pero aún sonriente.

Después de esa linda charla entre amantes, ambos tuvieron que despedirse, Bell tenía que regresar a su sede, era momento de ver que tanto había crecido, tanto él como todos sus compañeros.

En la mansión de la chimenea.

-No se ven muy bien todos-Dijo Hestia viendo a todos sus hijos con claro cansancio en su cuerpo.

-No es gracioso Hestia, Hogni podrá ser un excelente maestro pero es demasiado exigente, no siento nada del cuello para abajo-Respondió Welf sin poder mover ninguna parte de su cuerpo por el desgaste físico.

-Todo es culpa tuya, todavía ves que el entrenamiento es pesado y te la pasas en la fragua, empiezo a creer que eres masoquista-Dijo Lili con una mueca de dolor al tratar de moverse.

-¡Pero Hey! Valió la pena, subimos a nivel 3 y Haruhime a nivel 2, solo nos faltaba esto, me siento feliz por ello-Decía Mikoto quien era la menos adolorida.

Hestia había actualizado sus estados y subido de nivel, méritos para ello sobraban muchos, solo necesitaban más poder o excelia.

-Eso si, es por eso que quiero agradecerle de buena manera a Hogni, estoy haciendo una espada mágica para él, ya falta poco para tenerla lista, va ser mi segunda más grande creación-Respondió el herrero.

-¿Segunda?¿Qué sucede con la primera?-Preguntó Haruhime con duda en su rostro.

-La primera será un arma para Bell, gracias a Hogni tengo muchos materiales para ello, aunque el maldito nunca dijo que los conseguiríamos todos juntos-Contestó el pelirrojo.

-¡Así que es por tu culpa!¡Él no hubiera insistido en ir más abajo de no ser por ti y los jodidos materiales!-Gritó Lili con claro enojo.

-Lo lamento, lo lamento, pero era por un bien común-Respondió Welf con una sonrisa.

-¡Lamento la tardanza! Ya estoy en casa-Decía Bell entrando a la mansión.

-Vaya vaya Bell, te ves igual de cansado que nosotros, veo que Allen no se guardó nada-Dijo Welf viendo a su amigo entrar por la puerta.

-No te imaginas ¿Cómo les fue?-Preguntó Bell.

-Bien, todos subimos de nivel-Dijeron al unísono los integrantes de la familia con una gran sonrisa.

-¿¡En serio!? ¡Estoy muy feliz por ello!-Dijo Bell corriendo a abrazarlos para festejar.

-¡Espera! ¡No nos toques! Las palabras son suficientes, no deseamos ser movidos, dolería mucho-Dijeron nuevamente al unísono.

-L-Lo lamento-Dijo Bell rascando su cabeza.

-Bueno Bell, creo que es momento de actualizar tu estado, vamos a mi cuarto-Dijo Hestia llevándose al chico.

-Vengo después chicos, vamos Kami-Sama-Comentó el peliblanco siendo jalado por la diosa.

Ya en la habitación de Hestia, Bell dejó su torso al descubierto.

-Bien Bell, veamos cuánto creciste-Dijo Hestia tirando una gota de sangre a la espalda del joven.

En la mansión crepúsculo.

-¿¡Finn!? ¿¡Qué sucedió!? ¿¡Por qué están así!?-Preguntó con una clara preocupación la Diosa Loki viendo el estado de sus aventureros.

Todos estaban realmente heridos, algunos desmayados, solo se encontraban de pie Aiz, Bete y Finn, el resto, Tione, Tiona, Gareth y Riveria estaban desmayados, la expedición había sido un éxito, pero la vuelta fue un infierno, al parecer

-Una larga historia Loki... solo diré que... el minotauro negro de hace unos meses, es un rival extremadamente fuerte...-Dijo Finn, cayendo desmayado a los pies de su Diosa.

En el calabozo, piso: desconocido.

-Espero esa revancha, Bell-Se escuchó seguido de un mugido que hizo temblar todo el lugar.










Bueno hasta aquí el capítulo 19, espero que les guste, quería hacerlo corto pero salieron más de 5000 palabras jajaja.

Acepto comentarios y correcciones en la ortografía como siempre.

Imagen de apreciación

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