Capítulo 13. Entrenamiento entre una princesa y un conejo.
En la mansión de la chimenea.
Bell y su familia se encontraba dentro de la mansión, estaban todos reunidos en la sala junto con su diosa para contar lo sucedido.
-Bueno chicos, díganme ¿Qué lograron descubrir con los Xenos?, por sus caras puedo intuir que nada bueno-Dijo Hestia con seriedad en su rostro.
-Kami-sama, esto que le vamos a contar, es muy importante, si bien por ahora todo es una teoría, en caso de ser real, estaremos corriendo mucho peligro, tanto nosotros como cada ser vivo que se encuentra en Orario-Respondió Bell a la pregunta de su Diosa, esto provocó algo de miedo en ella ¿Qué podría ser tan malo como para amenazar a todo Orario?.
-Lo que sucede es que, cuando fuimos de visita, Lyd nos contó una historia algo... reveladora, no creo que ninguna otra persona en Orario sepa de ella, así que debemos decidir qué haremos con ella-Agregó Welf a lo dicho por el peliblanco.
-Hablamos de eso luego, primero lo primero ¿De qué se enteraron?-Respondió Hestia mientras se notaba algo de enojo en su rostro por tanto rodeo.
-Bien, según lo dicho por Lyd, existe una posibilidad muy grande de que el calabozo se proteja a sí mismo de una amenaza cercana, ya que, a palabras suyas, está "Vivo", cosa que pude confirmar al entender mejor lo que el Goliath me quiso decir antes de que lo acabara-Contestó Bell sin cambiar su rostro serio.
-Esa parte es muy importante pero ¿De qué se protegería el calabozo? ¿Está relacionado con lo dicho por el Green Dragon? Lo que mencionó del primer hijo-Dijo Hestia tomando su barbilla y pensaba.
-Esa es la cuestión Kami-sama, la teoría es que sí, sí tiene que ver con el primer hijo del calabozo-Respondió Bell aún más serio y con algo de miedo.
-Bell... ¿Quién es el primero hijo?Lo sabes ¿verdad?-Preguntó la diosa al sentir lo tenso del ambiente respecto al tema.
-El Dragón Negro-Contestó Bell.
-E-El D-Dragón Negro... La última gran misión, que no pudo ser cumplida ni por las dos familias más poderosas de Orario ¿Ese Dragón Negro?-Contestó Hestia adoptando el semblante de seriedad y nerviosismo que tenían todos en la sala.
-Sigue siendo una teoría de los Xenos, pero es muy probable que sea el caso, lo dicho por los irregulares y lo que está pasando con el aumento de poder en los monstruos pueden ser pruebas muy claras de que la llegada del Dragón Negro está cerca-Dijo el conocido como "Pies de Conejo" a su respuesta.
-Pero si ese es el caso, surgen aún más dudas ¿Cuándo llegará?¿Tenemos tiempo para prepararnos?¿Por qué viene?¿Podemos derrotarlo?, cada vez que lo pienso más detenidamente, surgen muchas dudas que no me dejan estar tranquilo, pero algo es seguro... debemos avisar a Urano-Sama y debemos hacerlo pronto-Agregó Bell a lo dicho con anterioridad.
-Lo bueno es que, si tenemos suerte, entre más monstruos poderosos surgen, puede que alguno o varios de ellos sean Xenos, esa sería una fuerza considerable a tener en cuenta como apoyo, pero eso ya sería pedir demasiado a la suerte-Dijo Mikoto tratando de tomar eso como un lado positivo de las cosas.
-Tiene razón Mikoto, si obtenemos ayuda extra de los Xenos, podríamos vernos beneficiados de gran manera, pero aún sigue el estigma de lo sucedido con el minotauro negro que derrotó a Bell, no podemos confiar en que Orario recibirá con los brazos abiertos la ayuda que los Xenos quieran proporcionarnos, es un pensamiento demasiado optimista-Agregó Welf en respuesta a la dicho por su compañera.
-Lili piensa que lo mejor sigue siendo avisar a Urano y comenzar a ayudar a los Xenos para que sean mejor vistos, paso a paso pero sin detenernos-Dijo Lili ante todos los presentes, lo cual le dió una idea a Bell.
-Lili, acabo de pensar en algo, puede ser arriesgado pero... existe una posibilidad de que funcione-Comentó Bell.
-¿Qué es Bell?-Preguntaron todos al unísono.
-Bien, como los monstruos cada vez son más fuertes y los pisos donde estos aparecen son mayoritariamente para aventureros de niveles bajos, los cuales no podrían enfrentarse a ellos, deberíamos hablar con Fels para que los Xenos protejan, con algún traje especial para identificarlos, a los aventureros que se encuentren en problemas, así también podrían tratar de persuadir a los monstruos que nacen y si no es posible eso, ayudan a derrotar al monstruo, esto logrará que se ganen la confianza de los aventureros y se divulgue que existen monstruos buenos y que están dispuestos a proteger a los humanos, sé que suena descabellado y que no es ni cerca un plan, pero es la única manera que se me ocurre para mantener a raya a los monstruos y ver si alguno se une a nuestra causa, así matamos dos pájaros de un tiro-Respondió Bell mientras se imaginaba la escena de ese supuesto plan.
-Bell, es una buena idea pero, todo dependerá de Urano, si da su autorización y también depende de los aventureros, si ellos aceptan la ayuda o si atacan a los Xenos, aunque concuerdo contigo en una cosa, dudo que los aventureros de los pisos superiores y los ubicados antes de llegar a Rivira, tenga el poder para cantar con los Xenos, podemos agregar como condición que solo intervengan cuando lo vean totalmente necesario, porque no tendría sentido lanzarse a la batalla cuando el resultado de la batalla sea una clara victoria para los aventureros, se estarían arriesgando a ser eliminados y no queremos eso-Agregó Welf a la idea del chico.
-Yo pienso que es un buen punto de partida, así que debemos contactar a Fels ahora mismo-Contestó Lili.
-Si, tal vez él y Urano puedan hacerlo, quizás hasta agregar más seguridad a los Xenos para ver cumplido nuestro plan-Contestó Hestia ante el buen recibimiento de la idea.
-Bien, entre antes podamos contactarlo, mejor, Kami-Sama ¿Se podría encargar de hablar con Urano-sama sobre eso y darnos a conocer su respuesta?-Preguntó Bell ya con mas calma.
-Claro Bell, chicos, yo me encargo de hablar con Fels y pasarle el mensaje a ese viejo-Dijo Hestia alzando su dedo pulgar ante todos.
-Bien, creo que deberíamos ir a descansar, mañana tengo que hacer eso y ustedes supongo que irán al calabozo ¿Cierto?-Agregó la diosa con una sonrisa mientras se estiraba y levantaba de su silla al mismo tiempo que todos los integrantes de la familia.
-De acuerdo, esta noche debemos descansar y esperar buenas noticias sobre todo esto, aunque... como no pude ir a ver a Syr en la mañana, creo que iré a verla ahora-Dijo Bell algo nervioso por recordar que no le avisó a la chica de pelo plateado que no podría verla esa mañana.
-Suena a que tienes problemas Bell, dejar plantada a una chica está mal y no avisarle es peor, a ver si tu maestro no te mata por ello-Dijo Welf con algo de diversión en su rostro y palabras.
-N-No digas eso Welf, ya que existe la posibilidad de que eso ocurra, además no tenía manera de avisarle, salimos demasiado temprano, así que trataré de explicarle, cenar ahí mismo para hablar con ella y pasar unos momentos juntos-Contestó Bell ideando su disculpa.
-Mientras más pronto lo haga Bell, mejor, no creo que Syr sea de las chicas que les guste esperar, así que ¡VÁYASE AHORA!-Gritó Lili al joven peliblanco para que no siguiera perdiendo el tiempo en ese lugar.
-¡S-SI!¡YA ME VOY, NO TARDO!-Dijo Bell asustado por el cambio repentino en las palabras de la hobbit mientras salía corriendo de la mansión hacia la Señora de la Abundancia.
A paso veloz y dejando únicamente polvo, Bell abandonó la sala y sus compañeros solo podían verlo de espaldas mientras poco a poco se alejaba.
-Ese chico no aprende, su pareja siendo una persona importante para la familia Freya y él siendo tan descuidado, podrían matarlo-Dijo Welf poniendo su mano en su frente en señal de cansancio.
-Tiene razón señor Welf, Bell puede ser demasiado distraído muchas veces, aunque él ama a Syr-Contestó Haruhime ante las palabras del pelirrojo.
-Bueno, no ganamos nada estando aquí parados, vamos al baño, después Haruhime y yo preparamos la cena para luego ir a dormir-Dijo Mikoto jalando a ambos y cerrando la puerta que Bell dejó abierta por las prisas.
En la Señora de la Abundancia.
-Bell no vino hoy a verme ¿Habrá pasado algo?-Dijo Syr mientras limpiaba una mesa.
-Tranquila niña, él es un aventurero ¿Recuerdas?, algo debió haber ocurrido en su familia y por eso no pudo venir hoy, pero seguro mañana temprano vendrá y te explicará sus razones-Respondió Mia Grand ante la preocupación de su camarera.
-Cierto-nya, no te preocupes de más-nya, no creo que le haya pasado algo malo-nya-Respondió Anya pasando al lado de Syr.
-Cranel siempre sobrevive, no creo que nada malo le haya pasado-Agregó Ryuu.
-Espero que no le haya pasado nada malo a ese lindo trasero-Dijo Chloe desde la cocina.
Esto último despertó la risa de los clientes ahí presentes, pero no solo la risa, también los celos de varios ya que no podían creer que siempre que se dignaban a entrar a ese establecimiento, el tema de conversación era el peliblanco, no entendían por qué, tal vez este salía con alguna de ellas pero todos estaban demasiados borrachos para comprender al 100 de lo que hablaban las camareras.
-Haré que me pague su falta con otra cita fufufu-Dijo Syr poniendo su mano en su boca y riendo ligeramente.
-Eres muy manipuladora Syr, pareciera que Bell es tu mascota más que tu pareja, pobre chico-Decía Mia Grand mientras miraba con reproche a la chica.
-Lo digo de broma Mia Grand, aunque no niego que si veo una oportunidad para hacer que tengamos una cita, la aprovecharé-Respondió la peli plateada ante el comentario de su jefa.
El ambiente en la Señora de la Abundancia seguía como era normal, borrachos riéndose y contando sus historias en el calabozo mientras tomaban cada vez más alcohol, lo normal en ese lugar, hasta que entró por la puerta la persona que era tema de conversación de las camareras.
-¡B-Buenas noches!-Dijo Bell saludando a todos los del lugar mientras se notaba claramente cansado.
-Mira quién llegó, el irresponsable novio de Syr-Dijo Chloe desde la cocina.
-¿¡Irresponsable!? P-Pero es que...-Dijo el chico tartamudeando.
-Tiene razón, Bell, me sentí muy preocupada porque no viniste a verme en la mañana, eres un tonto-Interrumpió Syr a las palabras del peliblanco mientras le sacaba la lengua.
-Lo lamento Syr, pero por eso vine esta noche, a explicártelo, a cenar igusl claro pero principalmente a ...-No pudo terminar de hablar Bell ya que Syr lo jaló del brazo y lo llevó a la barra. Bell fácilmente podría soltarse de su agarre pero sabía que nada bueno saldría de ello.
-¡Mia Grand!¡Tenemos un cliente!-Gritó Syr a su jefa para preparar la comida.
-E-Espera Syr...-Dijo Bell ante la situación.
-Mi recompensa será que comas conmigo ahora, así olvidaré lo de esta mañana ¿De a cu er do?-Dijo Syr en un tono dulce pero algo amenazador.
-Ahhhhh, de acuerdo, no puedo decirte que no-Respondió Bell rindiéndose ante la linda chica. "Tal vez Welf y todas tiene razón, ya me domesticaron" pensó Bell después de hablar.
-Oye eso no es tan malo ¿O si?-Dijo Syr al poder leer vagamente lo que el chico pensó.
-¿Ah? ¿C-Cómo supiste que...?-Iba preguntar Bell hasta que fue interrumpido por un plato de comida que se posaba frente a él.
-Servido, ahora come chico, Syr, siéntate a comer con él y hablen rápido, si te necesito para algo vendrás a ayudar-Dijo Mia Grand al alejarse de los tórtolos.
-Bien, a comer ¡Buen provecho!-Dijo Syr con una linda sonrisa dirigida a su amado.
-¡Buen provecho!-Contestó Bell al comer junto con la chica y devolviéndole la sonrisa.
Comieron juntos y Bell le comenzó a explicar lo sucedido en el calabozo, pero sin muchos detalles claro está, solo mencionó que fue a una pequeña exploración al calabozo y que informó de algunos problemas que su familia y él han tenido constantemente desde hace ya unos días, Syr no conocía muy bien los detalles pero suponía que algo malo estaba pasando pero que Bell no le iba contar hasta que llegara el momento oportuno, después de una explicación clara pero con huecos argumentales, las cosas se calmaron un poco entre ellos y hablaban de cosas normales y hasta cierto punto tontas, lo único que los incomodaba es que muchas de las personas del lugar se les quedaban viendo, una parte los veía con dulzura ya que observar a una linda pareja de muchachos tan juntos y con tan buena química como ellos 2, les hacía recordar a ellos cuando tenían su edad, otros en cambio solo los observaban con disgusto y celos, los cuales Bell pudo sentir muy bien en sus miradas pero él ya se había acostumbrado a ello, así que decidió ignorarlo.
-Bien Bell, entiendo, no viniste en la mañana porque saliste desde muy temprano y aún no me encontraba aquí, no te preocupes, perdón por haber causado todo esto-Dijo Syr disculpándose con una tierna carita y tomando a Bell de la mano.
-No te preocupes Syr, entiendo cómo te sientes, así que para la próxima haré que alguien te avise ¿De acuerdo?-Respondió Bell apretando delicadamente la mano de la chica.
-Bueno chicos, ya pronto cerraremos así que más les vale despedirse-Les dijo Mia Grand a los dos jóvenes.
-Tiene razón Mia Grand, no me había dado cuenta que solo quedábamos nosotros dos-Decía Bell al mirar todo el lugar y no ver a nadie a los alrededores.
-Bien Bell, nos veremos después ¿De acuerdo? Espero que mañana si vengas a verme-Dijo Syr mientras acompañaba al chico a la puerta.
-Prometo hacerlo, Syr-Dijo le peliblanco tomando el meñique de la chica con su propio meñique.
-Hasta luego entonces-Dijo la chica sonriéndole con mucha alegría al joven.
-Nos vemos después, Syr-Agregó Bell mientras comenzaba a caminar a su sede.
-Por cierto Syr ¡Te amo!-Gritó Bell a la distancia mientras corría, él no pudo observar lo roja que la chica se ponía ante esas palabras.
-¡Yo también!-Alcanzó a gritar con la esperanza de que lo haya escuchado Bell.
En camino a la mansión de la chimenea.
-Bien, pude arreglar las cosas con Syr-Dijo Bell para sí mismo con una sonrisa hasta que de pronto sus sentidos lo alertaron de algo.
Al sentir eso, Bell volteó rápidamente al lugar de donde provenía esa mirada, su sorpresa fue grande cuando vió a la distancia a una chica acercándose a él pero lo fue aún más cuando pudo saber quién era.
-¿A-Aiz? ¿Qué haces aquí?-Preguntó Bell al ver a la princesa de la espada caminando hacia su dirección.
-Bell... entrenamiento, en las murallas, ahora-Dijo la pelidorada hacia Bell que, por suerte, no se había quitado su armadura y aún cargaba con su daga.
-Pero Aiz, ya es tarde ¿No crees que sería mejor hacerlo en la maña...?-Bell no pudo terminar de hablar porque fue interrumpido rápidamente.
-¡Murallas!¡Ahora!-Gritó una enojada chica hacia el joven.
-¡De acuerdo!-Gritó Bell por instinto y miedo ante la molestia de la chica.
Ambos se dirigieron a toda velocidad hacia su destino, en todo el recorrido, no se dijeron ninguna palabra o mirada.
"¿Qué habré hecho? No recuerdo haber hecho nada para que se enojara, pero aún así parece estarlo, Syr, perdón, pero creo que un hasta aquí llegué, no podré cumplir mi promesa" pensó Bell mientras lágrimas de resignación salían de sus ojos.
Bell en todo el camino no dejaba de pensar sobre lo que estaba pasando, tenía miedo, no se tragaba el cuento de que irían a un entrenamiento común y corriente, él tenía un mal presentimiento sobre lo que estaba por ocurrir, no había nadie a la distancia, no había nadie que los viera, solo eran ellos 2 en ese lugar que ambos conocen extremadamente bien.
-Llegamos-Dijo la princesa de la espada mientras aligeraba el paso.
-Si, llega...-Bell no pudo terminar de articular esas palabras ya que Aiz había desenfundado su espada y apuntó al chico.
-E-Espera Aiz ¿Qué es lo que sucede? Estás muy rara hoy, vamos a hablar-Bell trataba de convencer a la chica pero está no prestaba atención a las palabras del peliblanco.
-Desenfunda tu daga, ahora-Dijo Aiz con un tono frío que causaba miedo en el chico.
-Pero Aiz, dime qué sucede si no, no po...-No pudo acabar de hablar nuevamente porque Aiz corrió a su dirección, lista para atacarlo.
-¡Mierda! ¡De acuerdo!-Dijo Bell al ver que con palabras no saldría de esta situación.
Se podía escuchar el fuerte golpeteo del metal de la daga y la espada cuando estos chocaban con furia, Aiz atacaba cada vez más fuerte, esto provocaba que Bell sintiera como sus huesos retumbaban pero aún así, ningún ataque de la princesa había acertado a darle alguna clase de herida, así sea superficial, pero tampoco él había le había causado alguna clase de daño a ella, en ese momento estaba muy feliz y agradecido por haber subido de nivel, si estuviera en nivel cuatro, otra historia sería, tal vez no hubiera aguantado el inicio de los ataques que cada vez eran más rápidos y con más fuerza hasta el punto que sentía que si no sujetaba de manera correcta su daga, esta saldría volando, si no ponía fuerza en sus bloqueos, su brazo sería tirado a un lado, si no prestaba atención a la dirección de los golpes, estos podían dirigirse a un lugar donde la herida podría ser fatal, Bell sabía que cualquier clase de descuido en una situación como en la que se vió envuelto ahora, sería fatal, la princesa de la espada no estaba normal, claro, en lo que respecta a ella.
-Aiz ¿Qué es lo que sucede?¿Por qué pareces enojada?-Preguntó Bell sin quitar los ojos en la espada de la pelidorada.
-¡No hables, concéntrate en no morir!-Gritó Aiz al conejo blanco, esto hizo que este último se enojara por no recibir una respuesta sobre lo que estaba pasando.
-¡De acuerdo! ¡Si no vamos a hablar, no queda de otra!-Gritó Bell en respuesta a la advertencia de Aiz.
Bell aceleró la velocidad de sus ataques y Aiz al mismo tiempo comenzó a perder la ventaja que tenía, sentía como los ataques del chico la hacían retroceder y arrinconarla, gracias a eso, comenzó a invertir más fuerza a sus ataques, Bell solo podía sentir como los callos de sus manos se abrían más y más hasta formar ampollas y quemaduras en sus palmas por el mango de la daga, sin contar que sentía mucho dolor en ambos brazos porque parecía que se le iban a romper por los impactos que estaba recibiendo, para reducir la carga de golpes, él decidió saltar de espaldas y así poder tomar algo de distancia.
-¡No huyas de una pelea, Bell!-Gritó Aiz mientras corría hacia Bell para volver a atacar.
-¡No estoy huyendo!-Respondió Bell ante lo dicho por la chica.
"Bien, no creo tener más que estos pocos segundos para hacerlo" pensó Bell mientras podía verse cada vez más cerca a la princesa de la espada.
-Argonauta, 15 segundos-
"No puedo cargarlo más tiempo" pensó Bell.
Bell corrió a toda velocidad en dirección de la chica, los ataques del joven aumentaron en fuerza y velocidad, esto hizo que Aiz se viera abrumada, no pida creer lo fácil que el chico se adaptaba a las situaciones por más adversas que sean, cada vez crecía más y más hasta el punto que podía mantener una pelea con ella yendo en serio, esto la enojó aún más y activó su magia.
-¡Tempestad!¡Ariel!-Gritó Aiz activando su magia.
-¿¡Si vas en serio!?-Gritó Bell mientras veía como su pequeña ventaja se iba al caño.
"Esto no es un entrenamiento ¡Ella quiere matarme!" Pensó Bell cargando Argonauta el poco tiempo que podía hasta que fue interrumpido por una espada que se clavó en su hombro.
Aiz había atacado con una velocidad que impidió a Bell poder ver el ataque, lo cual provocó que no pudiera reaccionar al ataque, él sabía que echar cualquier quejido de dolor sería tiempo perdido, así que decidió seguir cargando su ataque mientras Aiz seguía clavando su espada en todo su cuerpo, Bell no tenía tiempo para lamentarse por el dolor o para pensar en los daños que estaba recibiendo y si estos serían fatales o no, solo tenía una oportunidad contra ella, solo una, solo podía asegurar que ganaría si acertaba este ataque con todas sus fuerzas.
-¿Por qué?...-Preguntaba Aiz mientras asestaba cada estocada al cuerpo del chico.
-¿Por qué no te defiendes?...-Preguntó Aiz con sorpresa pero sin parar sus ataques.
Ella tenía un lío en su cabeza, no sabía por qué estaba haciendo todo esto, solo sabía que acordarse de la escena de la camarera con él, tomados de la mano, le hacía doler el corazón y sentirse mal, Aiz no comprendía que era el amor, que eran los celos y mucho menos... lo que sentía por la persona a sus narices.
-¿¡Por qué no atacas!?¿¡Por qué a pesar de que el causante de mi tristeza está siendo golpeado por mi, no me siento mejor!?-Gritaba con tristeza y lágrimas en su rostro pero Bell seguía sin responder.
Bell estaba concentrado cargando su ataque, no podía distraerse, pero eso no significaba que no escuchaba lo que la princesa decía.
-Argonauta 2 minutos-
Faltaban 30 segundos para poder lanzar su ataque, el no quería lanzar el golpe con el 5 minutos por dos razones, la primera era porque él sabía que no llegaría a aguantar tanto tiempo sin atacar, recibiendo todo ese daño y la segunda era que si, en caso de que sucediera el milagro de que aguantara, podría matar a Aiz con ese ataque si cargaba los 5 minutos de argonauta.
"¿Por qué?¿Por qué?¿Por qué?" Preguntaba Aiz en su mente.
-Argonauta 2 minutos y medio-
-¡AHORAAAAAA!-Gritó Bell listo para atacar.
-¿¡POR QUÉ ME DUELE VERTE CON OTRA CHICA!?-Gritó Aiz lanzando una estocada más fuerte hacia el chico.
Ambos pudieron sentir como un impacto los mandaba a volar al mismo tiempo en direcciones opuestas y como dicha velocidad hacia que se estrellaran en un muro, ellos habían puesto toda la fuerza que les quedaba en esos ataques, aunque claro, la princesa de la espada era la que menos heridas tenía en su cuerpo.
Bell solo pudo observar hacia enfrente y ver cómo la princesa de la espada se levantaba y caminaba lentamente hacia el, tomando con su mano su abdomen, el lugar donde Bell había lanzado el golpe, su mirada se apagaba por el cansancio, sabía que no moriría pero ya no podía mantenerse consciente por mucho tiempo más, la señorita Aiz se posó a unos pasos de él.
-Lo siento Aiz, no sé por qué te duela verme con alguien más, pero es a Syr a quien amo, aunque eso no significa que me vaya a alejar de tu lado, yo siempre... siempre estaré contigo como un amigo...-Dijo Bell con las pocas fuerzas que le quedaban.
Aiz solo podía llorar al darse cuenta del daño que le había hecho al pobre muchacho.
-Te ayudaré a salvar a tú madre del dragón negro, Aiz-Dijo Bell antes de desmayarse.
Esto último hizo que Aiz se sorprendiera de sobremanera y sacara rápidamente la poción que tenía, le echó la gran mayoría a Bell y lo poco que quedó lo usó ella.
Después de unos minutos, Bell reaccionó.
-¿D-Dónde estoy?-Preguntó Bell abriendo los ojos.
-Seguimos en las murallas-Respondió la belleza de ojos dorados.
-Supongo que perdí ¿Verdad?-Preguntó el peliblanco acostado en el piso.
-Eso ya no importa, lamento haberme sobrepasado-Dijo Aiz disculpándose con el chico.
-No te preocupes, no estabas bien, si sirvió de algo todo esto, me alegra-Contestó Bell ante la disculpare la chica.
-Si sirvió, muchas gracias Bell-Agradeció Aiz.
-Por cierto ¿Cómo sabes lo del Dragón Negro?-Preguntó Aiz mientras Bell se levantaba poco a poco.
-Siempre he sido aficionando a los cuentos de héroes, así que me encontraba leyendo un libro sobre el héroe Albert y sus apellidos concordaban jaja, comencé a investigar más y más sobre ello, así que llegué a la teoría de que él era tu padre, pero tú acabas de confirmármelo-Respondió el joven aventurero.
-El Dragón negro me arrebató a mi padre y aprisionó a mi madre-Dijo Aiz mientras corrían unas lagrimas por sus mejillas.
Era la primera vez que Bell veía tal escena, la princesa de la espada, quien era conocida por su fuerza y poder, estaba llorando.
-Lo dije ¿No?, prometo ayudarte a salvar a tu madre-Dijo Bell posando su mano en el hombro de la chica y limpiando sus lágrimas con un pañuelo que tenía en su bolsillo.
-Gracias Bell-Dijo Aiz con una linda sonrisa.
-No es nada, bueno creo que es momento de que ambos regresemos a nuestras sedes, debemos hacernos más fuertes para cumplir tu objetivo y mi promesa-Dijo Bell ofreciéndole la mano a la princesa.
-Si, tienes razón-Contestó la chica.
Ambos se despidieron y se dirigieron a sus sedes, esa noche había sido demasiado larga para ambos pero la resolución fue más que satisfactoria.
En la mansión crepúsculo.
-Dime Aiz ¿Lograste entender tus sentimientos?¿Lograste calmarte?-Preguntó Riveria de manera tranquila.
-Si, lo logré, no puedo odiar a Bell por seguir su camino pero aún así él decidió ayudarme en el mío-Respondió Aiz.
-¿Cómo es eso?-Preguntó con duda la alta elfa.
-Él me prometió ayudarme a salvar a mi madre-Respondió la peli dorada despertando la sorpresa de Riveria.
-Así que lo sabe...-Dijo la elfa mientras tomaba su mentón.
-Pero bueno, al menos sabes que no se irá de tu lado, es un gran avance, debemos irnos a dormir ya-Dijo Riveria empujando a su hija adoptiva.
"Bell, gracias por hacer que mi Aiz cambie de buena manera, ahora he podido ver que sigue siendo una chica normal" pensó Riveria mientras sonreía y caminaba a su habitación.
En la Torre de Babel.
-Ottar, parece que Bell de verdad me quiere solo a mi, todo su amor es solo para mí y sin tener que usar mi encanto ¿No es grandioso?-Decía Freya al contemplar la pelea de ambos y la resolución.
-Solo haces que me enamore cada vez más de ti, Bell-Concluyó la diosa con una sonrisa y con las mejillas sonrojadas.
Bien amigos este es el capítulo 13, espero que les guste, como les había comentado, necesito su ayuda en algo, el siguiente capítulo será sobre el Denatus y necesito sugerencias de apodos para Bell, argonauta no porfas, ese lo usaré en algún futuro así que escuchó sus opiniones jajaja
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