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Capítulo 2

♣ Narra chica

No sabia que hacer. Un carro con ojos. Eso no es normal.

— ¿Hola? - salude — ¿Me entiendes?

Este solo solo subió y bajo el cofre en señal de asentir y él regreso a la puerta. Creí que me dejaría sola pero este solo se asomo y regreso su vista hacia mi.

— Entra antes de que alguien mas te vea - dijo el carro rojo abriendo una de sus puertas, la del copiloto, para ser exactos — Sube

— No. Ni siquiera se tu nombre

— Cierto. Soy el Rayo McQueen

— Mucho gusto, yo soy Deyane...

— Sube no hay tiempo. - me interrumpió groseramente.

— Ok - dije y entre, por error azote la puerta cuando adentre

— Cuidado, eso a dolido!

— Lo siento - dije avergonzada.

Ya dentro, me sorprendí porque no tenia piloto. Entonces...

— ¡Tienes vida propia! - exclame sonoramente

— Si, pero guarda silencio ahí dentro - susurro el carro

Permanecí en silencio y observe hacia donde esta el cristal delantero. Este era de un espejo normal y algo peculiar ya que cuando estaba fuera del carro no podía ver a causa de sus ojos pero ahora que estoy dentro podía observar hacia afuera. ¿Se entiende no?

El carro salio de donde se encontraba y observe muchos autos con ojos al igual que aviones. Había uno que me llamo la atención y es porque no encajaba entre tanto carro y aviones de carreras. Era naranja y es un avión muy utilizado en los cultivos, ¿Como lo se? Mi tío tenia uno y lo utilizaba para fertilizar desde los aires ya que así se distribuía mejor.

— Ese no es un corredor. Es muy lento para hacerlo.

— ¿A quien te refieres? - susurra McQueen solo para que yo escuchara.

— Ese avión naranja con blanco.

— Te refieres a ese fumigador. Se cree mucho solo porque compitió y gano el rally "Alas por el mundo" - dijo en el mismo tono.

— ¿Enserio?, ESO, gano una carrera. Wou eso si impresiona.

— ¿Cállate, quieres?

— Se nota que te cae tan bien - dije sarcástica.

Este brinco sobre sus llantas traseras lo que hizo que me pegara en la cabeza con la parte de arriba del auto.

— Que maduro eres corredorsito - dije  con la intención de hacerlo enojar.

— ¡Silencio! - grito con una pizca de tristeza. Así que mejor me quede cayada al igual que toda la sala.

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DayyanaMendoza

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