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❁ Capítulo 35: HyungSeok

HoSeok

- Todo estará bien, cariño... - le dije a un atontado TaeHyung, mientras este me decía que aquel cerdo en el techo tenía pies de sapo.

Habían trasladado a TaeHyung al quirófano, para practicarle la cesárea y desde que le colocaron la anestesia este comenzó a hablar tonterías. Sin embargo, estuve a su lado en todo momento, mientras rogaba para que todo saliera muy bien, pues sabía que la vida de nuestro bebé estaba en riesgo.

Cómo doctor tenía que estar al tanto de que las cesáreas eran bastante delicadas y en algunas ocasiones, muy largas, por lo que solo esperaba ansioso ver al bebé y saber que estaba bien.

- ¿Cómo lo llamaremos? - me sorprendió escuchar una oración bien formulada de los labios de TaeHyung, pero me sorprendió más saber que en este preciso momento estaba más preocupado por ponerle un nombre a nuestro hijo.

- Eso lo veremos después, bebé. - Le sonreí y traté de evitar que hablara más, algo que logré, pues TaeHyung no volvió a formular palabra alguna.

Estar en el quirófano me estaba comenzando a agobiar y hasta cierto punto, preocupar, pero todo eso se desvaneció tan rápido como apareció, pues el llanto de un bebé llamó mi atención y estaba seguro que de TaeHyung también.

- Es un niño. - y aquello me hizo sonreír y soltar algunas lágrimas. Teníamos a un niño, teníamos a un precioso niño.

Una de las enfermeras se encargó de limpiar al bebé y envolverlo en una manta, para luego entregármelo.

- Quiero verlo, HoSeok. - TaeHyung nuevamente me sorprendió y sin pensarlo dos veces me agache y lo acerca a mi esposo, quien de inmediato sonrió. - Es hermoso, e-es muy hermoso... - mi esposo también estaba al borde del llanto, al igual que nuestro bebé, quien se removía incómodo.

- Se parece a ti, TaeHyung... - besé la mejilla de mi esposo y luego acaricié la cabecita de mi hijo.

- HyungSeok... - susurró Tae, a lo que me sorprendí, pues no lo entendía. Él pareció captar mi confusión, pues volvió a hablar. - Su n-nombre es HyungSeok...

Asentí de inmediato. El nombre me gustaba y era apto para nuestro primer bebé, por lo que no tenía ninguna objeción.

- Así será, cariño. - susurré, para dejar otro beso su mejilla.

Me coloqué de pie una vez que la enfermera me pidió al bebé para llevárselo, pues todavía tenía que pasar por algunos exámenes más. Asentí y se lo entregue, tenía planeado quedarme con TaeHyung hasta que lo cambiaran a una habitación, pero de repente todo cambio en un minuto.

- ¡Está perdiendo mucha sangre! - el grito del doctor que estaba encargado de mi esposo me alertó y entonces traté de preguntarle a una de las enfermeras qué rayos sucedía.

- Tiene que retirarse señor Jung. - fue lo único que me dio como respuesta.

- No lo haré. - dije con firmeza, esperando alguna respuesta del doctor a cargo.

- ¡Lo estamos perdiendo! - y ese grito me puso a la defensiva, pues lo único que quería era acercarme a TaeHyung y ver lo que estaban haciendo esos ineptos que decían ser mis colegas.

- ¡Qué rayos está pasando! - grité, llamando la atención del doctor, quien de inmediato le indico a dos de sus enfermeros que me sacaran del lugar. - ¡No, no, sueltenme! - grité al ser arrastrado hacia la salida del quirófano. - ¡Sueltenme, este es mi maldito hospital y puedo quedarme si así lo quiero! - Ya no sabía que estaba diciendo, pues solo único que quería era estar al lado de TaeHyung.

Prácticamente fui empujado fuera del quirófano y aunque quise regresar, uno de ellos se quedó haciendo guardia, por lo que era imposible.

Comencé a llorar al desesperarme. No sabía qué rayos sucedía ahí dentro y lo peor es que la vida de mi esposo estaba en juego, y ni aún así querían darme una razón.

Me senté en una de las bancas y me derrumbe, comenzando a rogar en mi interior que nada le pasara a TaeHyung. Yo no podría vivir sin él, mucho menos con HyungSeok. Sin TaeHyung era nada, simplemente nada.

- ¡Ya nacieron, ya nacieron! - la voz ya conocida de NamJoon me sacó por un momento de mis pensamientos, pues no podía creer que me haya encontrado, pero este al verme con lágrimas corriendo por mis mejillas dejó de sonreír. - ¿Por qué estás aquí? - preguntó, su voz volviendo un poco más seria. - ¿Dónde está TaeHyung?

Dejé salir más lágrimas y agaché la cabeza. No sería capaz de decirle que TaeHyung estaba perdiendo sangre y que ahora mismo no me dejaban saber su situación.

- ¡Dónde rayos está mi hijo, Jung! - el grito de NamJoon lo veía llegar, pero lo que no vi llegar fue su fuerte agarré en el cuello del traje que me brindaron para entrar a la sala de cirugías. - ¡Contéstame!

Vi los ojos de mi suegro llenos de preocupación y aquello me hizo sentir más culpable. Merecía la manera en la que me había levantado de aquel asiento y posiblemente también merecía los posibles golpes que recibiría de su parte.

- TaeHyung fue sometido a... a u-una cesárea y... y perdió mucha s-sangre... - no podía seguir, no solo porque el señor Kim me quitaba la respiración con cada presión que ejercía en el traje, también porque no era capaz de insinuar que TaeHyung podía...

- ¡Eres un maldito, cuando se casaron te pedí que lo cuidaras y mira lo que has hecho! - NamJoon comenzó a llorar y me soltó.

- L-lo siento... - susurré, tratando de acercarme a mi suegro, pero este respondió de la manera en la que respondería cualquier padre preocupado.

Me lanzo un puñetazo.

Caí al suelo y de inmediato uno de los enfermeros se me acercó para ayudarme.

- Si mi hijo no sale de esa sala con vida la culpa será toda tuya, Jung, y ten por seguro que haría hasta lo imposible para obtener la tutela de mi nieto o nieta.

- Nieto. Es un niño. - dije apenas. NamJoon me miró con más odio y se alejó, mas no se fue.

Los minutos se hicieron eternos, mientras seguían dentro del quirófano y se hicieron aun más pesados cuando mi padre llegó y miró el moretón que tenía en la mejilla. Él supo de inmediato quien me lo había hecho, por lo que miró de reojo al señor Kim. Mi padre estaba de interno, por lo que no pudo estar conmigo hasta el momento en el que uno de los enfermeros le avisó que estaba armando un alboroto en el hospital.

- Hijo, él es fuerte. - mi padre trataba de aliviar mi preocupación y culpa, pero no lo lograba. Estaba seguro que nadie lo lograría. - Conozco muy bien a TaeHyung y sé muy bien que jamás dejaría a su hijo en tus manos.

Reí bajo y mi padre lo hizo por igual, mientras que el señor Kim se mantenía serio y alejado de nosotros.

- Además el doctor Yang es el mejor y está haciendo hasta lo imposible por salvar a TaeHyung.

Comencé a llorar nuevamente, apoyándome, esta vez, en mi padre.

Necesitaba de TaeHyung, realmente lo necesitaba y aunque mi padre trataba de convencerme de que todo saldría bien yo solo pensaba en qué es lo que haría con un bebé recién nacido y sin la ayuda de mi esposo. No podría.

Hay un cuarto capítulo que quiero publicar, pero todavía no lo termino y dudo terminarlo, por lo que mañana será. Espero que les haya gustado estos capítulos y no haber causado ningún trauma.

Cuídense por favor. ♥

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