❁ Capítulo 22: Ni lo pienses
JungKook
— Ahora mismo me vas a decir quién es el padre de tu hijo. — SeokJin se veía realmente alterado, incluso mientras jalaba de mí lo único que hacía era murmurar entre dientes.
— No sé de qué estás hablando. — traté de sonar muy indiferente ante su pregunta-orden, pues ni de loco le diría que estaba esperando un bebé de mi mejor amigo. Esto no era una tonta película cliché y definitivamente él no era mi madre.
— No me obligues a llamar a tu madre, JungKook. — SeokJin se veía más intimidante con su vientre de seis meses y con esa expresión colérica, pero ni aún así pensaba decírselo.
— Si me trajiste hasta aquí para preguntar por tonterías, mejor me hubieras permitido retirarme. — Rodeé los ojos y tenía todas las intenciones de escapar, pero mi primo fue más rápido y sujetó mi brazo con algo de fuerza.
— No te hagas el idiota, JungKook, ahora entiendo absolutamente todo, los vómitos, náuseas y hasta el hecho de que no puedes beber. Tú no eres así y no me lo niegues, que desde que cumpliste la mayoría de edad no rechazas ninguna bebida.
— Pues ahora ya no me gusta, así de simple. — traté de alejarme, pero SeokJin no tenía intenciones de dejarme ir.
— O me dices quién es el padre o ahora mismo llamo a mi tía y le obligo a llevarte a un hospital para hacer las pruebas correspondientes y para que le expliques el porqué de repente utilizas muchas casacas.
Miré con algo de horror a mi primo y creo que eso fue suficiente para que él soltara mi brazo y se diera cuenta del problema en el que estaba.
— ¡Oh, por dios! — murmuró muy bajito. — ¿Es YugYeom, cierto? — por más que fue una pregunta, presentía que él ya lo sabía y que por tanto, era una afirmación.
— ¿C-cómo lo...
— Te conozco bien, JungKook, pero jamás pensé que te fueras a meter con alguien tan poco agraciado y para complementar, inmaduro. — SeokJin se cruzó de brazos, hasta ya se parecía a mi madre.
— No me juzgues, yo no quería esto, Jin, enserio no lo quería. — me derrumbé y literalmente me senté en uno de los escalones de la entrada de la casa. — ni siquiera sabía que tenía ese don de procrear y llevar vida dentro de mí. Es injusto, SeokJin, yo no lo pedí, no tiene por qué estar pasándome esto a mí.
Ya hasta tenía ganas de llorar, por no decir que me encontraba algo sensible y un poco temeroso a todo.
SeokJin se sentó a mi lado, claro que no fue fácil, pues su vientre era muy grande y apenas podía moverse o inclinarse.
— Todo estará bien, JungKook. — trató de animarme, tomando mi mano y dándome fuerzas por ese simple acto. — Sé que tú y YugYeom serán buenos padres para ese bebé, incluso puedo asegurar que ese mocoso madurará.
Me quedé callado, escuchando todo lo que decía, mientras hablaba de mi mejor amigo como si fuera a estar presente en la vida de un niño que ni yo educaría.
— Todo estará bien, primito. — apoyó su cabeza en mi hombro, tal y como cuando éramos niños y tratábamos de darnos apoyo mutuo. — estoy seguro de que a la tía Jeon le agradará la idea de tener un nieto, recuerda que ella siempre se emocionó con la idea de tener nietos corriendo por toda su casa. Imagina su cara cuando...
— ¡No! — dije totalmente horrorizado. SeokJin se asustó y traté de sonreír, fingiendo que no había dicho nada malo. — N-no es necesario decírselo a mi madre, Jin, cuando el bebé nazca yo s-se los presentaré. — mentí con total descaro.
SeokJin me analizó por un momento y entonces supe que estaba perdido. Él siempre conocía todas mis facciones cuando mentía y en esta ocasión lo estaba haciendo.
— Sueltalo de una buena vez, Jeon.
Mordí mi labio inferior y suspiré.
— Pienso dar en adopción al niño apenas nazca, estoy seguro de que NaEun será una...
— Ni lo pienses, mocoso del demonio. — me interrumpió, exaltado por todo el asunto. — Ni creas que te permitiré regalar a mi sobrino como si de un videojuego se tratara. JungKook, es una vida más y tiene que estar con sus... ¿YugYeom está al tanto de lo que piensas hacer? — abrió sus ojos en par al darse cuenta de sus propia palabras. — Te ha dejado solo en este asunto, ¿Cierto?
— SeokJin, él es un niño, ni siquiera ha terminado la universidad...
— Pues la va a terminar dentro de unos meses y tampoco es como si tú no tuvieras nada qué perder. Bien sabes que hasta te pueden despedir de tu empleo al ver que estás en espera.
— Lo sé, pero él no se piensa hacer cargo y a decir verdad, yo tampoco espero mucho de él. No busqué embarazarme y estoy seguro de que él tampoco buscaba lo mismo... Ya empecé el papeleo y dentro de poco hablaré con NaEun.
— El niño es de ustedes, JungKook, ustedes son adultos, debían de protegerse, ni aunque por su cabeza pasara la idea de tener hijos. ¿Sabes cuántas enfermedades sexuales hay en estos tiempos? Debieron de protegerse de cualquier modo. Yo bien te dije que los acostones de una sola noche no traen nada bueno y agradece que en esta ocasión solo te dio una vida de la que hacerte cargo y no una enfermedad con la que tendrías que arrastrar hasta el final de tus días.
— No me hagas sentir más mal de lo que estoy. — murmuré, agobiado con toda la charla motivacional de mi primo.
SeokJin suspiró y asintió.
— Está bien, no pienso hacer de madre contigo, pero lo único que te digo es que además de tu responsabilidad, también es la de él, por lo que tienes que obligar a ese idiota a asumir la suya, aunque sea con la pensión y pienses bien ese asunto de regalar a tu hijo, porque recuerda bien que luego no habrá marcha atrás y conociendo a tu ex novia, lo más probable es que jamás te deje ver al niño, por más que esté estipulado en un contrato o qué sé yo. Ahora ayúdame a levantarme, que estos niños tienen mi columna toda apretada.
Reí bajito y lo ayudé tal y como él me dijo.
SeokJin regresó a la fiesta y yo no sabía qué rayos hacer en este instante. Siempre dicen que la sangre llama y eso es lo que más temía, pues en algún punto, podría sucederme y estaba seguro de que no podría dejar ir al niño si es que lo conocía.
[❁]
JiMin
— ¡Ni lo pienses, Min YoonGi! No te vas a ir a ese maldito lugar. ¡Estás loco!
— JiMin, podemos hablar esto en la noche, ahora estamos haciendo un espectáculo delante de los mozos.
Miré a mi alrededor y definitivamente todos los mozos y cocineros que habían sido contratados no hacían nada más que mirarnos.
— ¿Y ustedes qué? Se les paga para trabajar, no para escuchar las peleas ajenas. — estaba totalmente exaltado y eso bien lo sabía YoonGi, pues estaba tratando de tranquilizarme mientras acariciaba mis brazos. — ¡Y tú... — empuje a mi esposo. — aléjate de mí y asegúrate de que todos se larguen, porque hablaremos ahora mismo y no me importa montar un maldito espectáculo delante de tu madre si es necesario!
Me marché de la cocina con el enojo a flor de piel y con una amenaza hacia mi esposo. Realmente no me encontraba bien.
Nota del autor:
Regresé más rápido de lo que pensaron, beibis. Ya estamos muy cerca del final uwu.
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