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❁ Capítulo 12: Padre

Jung Kook

Era la tercera semana que volvía a detenerme frente a la universidad de YugYeom, que antes también fue la mía, y a observar sus avances con EunJi, ella le sonreía coqueta y mi mejor amigo o más bien dicho, ex mejor amigo, no hacía nada más que corresponder cada uno de sus coqueteos.

Para este momento ya tenía las manos presionando con violencia el volante y unas ganas tremendas de salir y alejar a ese chica de YugYeom.

Desde aquella vez, en la que nos confesamos, todo cambió, pues él dejó de enviarme mensajes e incluso creo que me bloqueó en todas sus redes. Pensé que todo volvería a ser como antes, pero estaba demasiado equivocado, pues si la historia hubiera sido otra, ahora mismo no me encontraría escondido en mi auto, observando por tercera semana consecutiva a mi mejor amigo y siguiéndolo de cerca, como si fuera un detective, por no decir acosador.

Solté un suspiro y emprendí marcha cuando YugYeom comenzó a caminar junto a EunJi. No entendía nada de lo que hablaban, a excepción de las constantes sonrisas y risas que la chica emitía.

— Tonta.— susurré, pues sabía que mi mejor amigo estaba más que aburrido. A YugYeom nunca le agradaron las personas fingidas o las chicas que fingían ternura para gustarle a un chico y con ella no iba a haber excepción.

Se detuvieron en una parada de autobuses y YugYeom le entregó sus pertenencias a EunJi una vez que su autobús llegó. Ellos se despidieron con un beso en la mejilla y una sonrisa. Nuevamente no escuché nada, pero eso no me detuvo de seguir a mi mejor amigo hasta su casa.

YugYeom era tan distraído que ni cuenta se daba del carro que lo seguía muy de cerca por su barrio.

Sonreí al notar que llevaba puesto los audífonos que le regalé su cumpleaños anterior. Él siempre se había negado cuando le preguntaba por estos, los audífonos, incluso cierta vez me dijo que no servían y que los había arrojado a la basura (todo en son de broma, pues él no era capaz de hacerlo, según yo) sin embargo, ahí estaban.

Me detuve dos casas antes de la suya y me quedé viéndole, hasta que colocó su llave en la cerradura de la puerta. Pensé que entraría, como todas estas semanas llevaba haciéndolo, sin embargo, se detuvo por un momento y sin esperarlo, me miró, o al menos lo hizo en mi dirección.

Me encogí de hombros y traté de esconderme, pero él seguía viendo mi auto y aunque tenía la oportunidad de huir, no lo hice, pues quería seguir creyendo que él estaba mirando otra cosa.

YugYeom comenzó a acercarse y a medida que lo hacía, me iba encogiendo cada vez más y sintiéndome más idiota al estar espiándolo. Solo bastaron unos segundos para tenerlo al lado de mi auto y esperando una respuesta.

— Puedes dejar de seguirme.— dijo una vez que salí del auto para darle la cara.— Te lo acepté la primera semana, pero esto de estar esperándome fuera de la universidad cada día y seguirnos a mí y a EunJi se ha vuelto algo demasiado molesto para mí, Jung Kook.

— No los estaba siguiendo.— dije entre dientes. YugYeom rio sin gracia y se apoyó en el techo del auto, mirándome de frente.

— Sabes que puedo denunciarte, ¿Cierto?

Abrí mis ojos en par, pero al instante fruncí mi ceño.

— No puedes hacer eso, YugYeom, solo me estoy preocupando por ti...

— Pues preocúpate menos, bebé.— dijo en burla y en voz alta.

— EunJi no es buena para ti.— dije de frente.

— NaEun tampoco lo es y por más que te lo dije, sigues con ella.— contraatacó.

— Eso no viene al tema.

— Claro que viene al tema, Jung Kook. Estás con una mujer que solo te ve como un pase para tener hijos.

No supe qué responder a eso y YugYeom sabía que había ganado, pues no esperó a que dijera algo más y se marchó, entrando esta vez a su casa.

[❁]

No esperé a YugYeom fuera de la universidad por lo que restó de la semana y aunque quise hacerlo el lunes por la tarde, me vi en la obligación de negármelo, pues sabía que él no sería tan condescendiente conmigo.

— ¿Te sucede algo? — la pregunta de NaEun me tomó por sorpresa y aunque quise retomar la conversación que estuvimos teniendo, antes de perderme en mis pensamientos, no lo logré y ella lo notó.— Te estaba platicando sobre el color de la habitación del bebé —ella me mostró una plantilla de color celeste bebé y otra de color amarillo, pero yo no estaba tan interesado en ese tema.

— No, no sé. — fui sincero. NaEun de inmediato frunció su ceño y aunque pensé que ella me regañaría, solo me sonrió.

— Deberías regresar al apartamento, se nota que estás muy cansado y que necesitas un tiempo con tu mejor amigo. Tal vez deberías llamar a YugYeom, incluso podrías invitarlo a la fiesta que haremos por la llegada del bebé.— ella sonaba tan natural y yo solo quería decirle que con YugYeom ya no contaba para nada. Sin embargo, le hice caso y salí de la tienda para bebés y accesorios para estos.

Me subí a mi auto y por más que quise ir directamente al apartamento que compartía con NaEun, terminé desviándome hacia la casa de YugYeom, en donde me armé de valor después de casi diez minutos, para tocar la puerta.

— Te voy a matar, YugYeom. — dije después de tocar dos veces. No hallé respuesta al instante e incluso por un momento pensé que él sabía que se trataba de mí y que por esa razón, no me abriría; sin embargo, después de dos minutos y de escuchar pisadas, me abrieron la puerta y realmente no estaba preparado para lo que vi. Se trataba de EunJi.

Tragué grueso y EunJi al instante me reconoció, sonriendo al final y tratando de cubrir sus piernas desnudas.

— Hace mucho que no te veía, JungKook, lo último que escuché de ti fue que serías padre. ¡Felicidades! — me sonrió, pero yo no lo hice, pues estaba totalmente sorprendido. EunJi estaba solamente con la ropa de YugYeom y algo sonrojada.

— Te dije que no abrieras... — YugYeom apareció en mi campo visual y estaba sin camisa. Entonces todo cuadró en mi mente. — Jung Kook.— susurró apenas, algo cohibido.

— Y-yo ya me iba... — susurré, pero EunJi fue rápida y me detuvo.

— En realidad, la que se está yendo soy yo.— ella me sonrió y se devolvió.

No sé cuánto tiempo estuve de pie en la entrada de la casa, pero cuando EunJi apareció con su ropa habitual y se despidió de YugYeom con un beso en los labios ya eran más de siete de la noche.

— ¿Quieres pasar? — susurró mi... ya ni siquiera sé lo que YugYeom es para mí. Pero aún así, asentí.

Entramos en completo silencio, pero apenas se cerró la puerta, me di media vuelta para verlo. Él se encontraba sin camisa, sin zapatos ni medias, apenas tenía su pantalón de pijama.

— Se ve que la pasaste bien.— susurré al no saber qué decir.

— No sé que estás haciendo aquí.— él dijo con dureza.

Traté de mirar a otro lado, pero los ojos de YugYeom eran hipnotizantes.

— Tienes razón, no se qué estoy haciendo aquí.— traté de irme, juro que traté de alejarme lo más posible de YugYeom, pero él me detuvo al pasar por su lado.

— No te hagas la novia ofendida, Jung Kook, tú tienes una vida y yo...

— Tú también tienes una vida y no estoy tratando de fingir nada.— me zafe de su agarre y cuando pensaba abrir la puerta él nuevamente me detuvo.

En menos de un segundo me encontraba contra la puerta y con sus labios encima de los míos. Sus manos me sujetaban por la cintura y por más que tenía la libertad de separarme, no lo hice. No me separé, ni en ese momento, ni cuando sus manos se realizaron hasta llegar a mi trasero.

No me separé de YugYeom en ningún momento, ni siquiera cuando llegamos a su habitación.

[❁]

Al encender mi teléfono fui consciente de NaEun y de su preocupación, pues había recibido y rechazado más de veinte veces sus llamadas.

Tuve que buscar y colocarme mi ropa lo más rápido posible, al igual que también tuve que salir con mucho cuidado de no encontrarme con la madre de YugYeom, pues ella era enfermera y siempre tomaba el turno tarde/noche para encontrarse toda la mañana en su casa.

Subí a mi auto y solo ahí suspiré de alivio.

Llegar al apartamento de NaEun fue fácil, lo difícil fue enfrentarla, pues ella estaba más que enojada.

— ¡No puedo creer que no hayas contestado ninguna de mis llamadas! ¡No es tan difícil, Jung Kook, solo era presionar el botón verde y decirme que te ibas a quedar a dormir con tu mejor amigo o quien sea! — ella estaba demasiado alterada y cuando comenzó a tocar el tema del bebé, solo entonces me arrepentí y recordé todo lo que hice con YugYeom.— ¡Sabes si quiera todo lo que estoy haciendo para que nuestro sueño se haga realidad! ¿Si quiera lo sabes?

— No es mi sueño.—dije de repente. Ella se detuvo y me miró con claro asombro.

— ¿Qué?

Y entonces lo hice.

— No me siento preparado para ser padre, no creo que me sienta preparado ahora, tampoco dentro de una semana o tres meses.

— No puedes hacerme esto, Jung Kook.— dijo en un susurro.

— Te amo NaEun, pero...

— No, Jung Kook, tú no me amas, porque de lo contrario, estarías más que preparado para ser padre.— y sin decir nada más, se marchó. Salió del apartamento.

Hace mucho que no actualizaba este fic, incluso yo lo estaba extrañando, así que les traigo este pequeño capítulo YugKook. Espero que les guste y esperen por mí, bebés.

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