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CAPITULO 13

—¡Soo Bin! —La voz de Nam Joon logró hacer eco en todo el local de comida rápida— ¡Mira, llegaron ayer! —El pelinegro comenzó a sacudir un traje de ornitorrinco frente a sus ojos—Es tu nuevo uniforme.

—¡¿De ornitorrinco?!

—Pagaré el doble por mi comida, si Soo Bin me sirve la comida con ese traje—Dijo un nuevo intruso, Soo Bin giró sobre sus talones, ya conocía esa voz a perfección pero escucharla tan cerca aún le provocaba escalofríos. Min Gyu.

—Vamos, Soo Bin. Póntelo y empieza a trabajar.

—Pero, no quiero.

Hizo un puchero convencido de que aquello podría conmover el duro corazón de su extraño jefe, pero no lo logró, al contrario fue Nam Joon quién le arrojó el traje en la cabeza con diversión, Soo Bin caminó a pasos agigantados hacia la cocina donde se encontró con Arin quien también llevaba una falda corta con algo parecido a una cola de ornitorrinco, ¡Que bochorno!, ella le saludó y después regresó afuera para recibir las ordenes.

El castaño encontró un lugar para cambiarse y comenzó a quitarse la ropa, minutos después ya estaba prácticamente listo para hacer el mayor ridículo de su vida, pero todo valía la pena si quería tener aquellos zapatos caros que había visto hace tiempo en el centro comercial.

Arregló el traje y luego se puso la cabeza enorme, iba a ser un día de mierda.

—Menudo cabron—Murmuró Soo Bin irritado.

Caminó por la cocina y luego salió al salón principal, intentó que no se notara mucho que prácticamente él estaba haciendo el ridículo, un pequeño vientecillo le sopló la cara dentro de la cabeza enorme y pudo respirar, al menos Yeon Jun no lo había visto con aquel desbarate de traje.

—Verte  caminar con esa cola enorme es casi una experiencia erótica. Debería agradecer que esto no es tomado como zoofilia.

Soo Bin pegó un brinco al oír la voz de Yeon Jun detrás de él. Lo miró sorprendido, ¿No se había ido ya?

—¡Yeon Jun! —Una gran cantidad de personas giraron su cabeza hacia ellos—Creía que ya te habías ido. ¿Por qué estás aún aquí?

—Ni hablar, tengo hambre además vine para cuidarte.

—¿Por qué?

—Porque si, ahora se acabaron los porqués —Yeon Jun esbozó una sonrisa ladina en dirección del ornitorrinco, cualquiera en su lugar lo hubiera hecho, el sólo acto de saber que debajo de aquel monstruoso traje había un castaño tan ardiente como el infierno hacía la situación más graciosa— ¿Crees qué por salir con uno  de  los  empleados puedan darme comida gratis?

—Yeon Jun…—Soo Bin tragó con demasiada fuerza.

—No tienes permiso para tutearme en horas de trabajo, Soo Bin.

Sonrió por debajo del traje, agradecía otra vez llevar aquella espantosa cabeza gigante que ocultaba su felicidad, él seguía sonriendo incluso cuando Yeon Jun ya se había ido a uno de los lugares más alejados del lugar.

—Hola, Soo Bin.

Una voz cavernosa retumbó a su lado y, al girar vio a Min Gyu apoyado en la  barra. Reaccionó de manera instintiva, pegó otro salto y chocó con la dura contextura de las sillas que tenía tras sí.

—Min Gyu.

—¿Quién es él?

—Es Yeo…—Tomó aire intentando reprimir la emoción en su voz—El papá de Beom Gyu.

—Ya veo, primero creía que te estaba acosando o algo así. Pero después de verle la cara de aburrimiento que tiene, quedé más tranquilo.

—¡Claro que no! Ye…el señor Choi es una de las personas más divertidas que conozco.

—Bueno, ¿Sabes? Hoy hay una fiesta en la casa de Sunno, el novio de Sung Hoon y quería saber si querías ser mi pareja… ya sabes —Min Gyu elevó una de sus cejas con arrogancia—Y no pienso marcharme hasta que digas que sí, así que supongo que debemos acabar con esto, ahora.

Min Gyu esbozó otra de sus radiantes sonrisas y se le iluminó la cara, el adonis del que Soo Bin se había enamorado hace años estaba frente a él, pidiéndole una cita.

—No puedo, hoy tengo que irme a casa temprano.

—Si quieres, puedo pedirle permiso a tu madre. Beom Gyu me dijo que…

Min Gyu rió sin fuerzas.

—Mamá está cabreada conmigo, no creo que quiera dejarme salir.

—En ese caso, ¿Nos vemos otro día?

—Si.

—No estoy acostumbrado a que me rechacen, dos veces seguidas pequeño ornitorrinco. —El alto sonrió fugazmente y se enderezó para comenzar a caminar hacia la puerta.

Soo Bin apoyó las manos en las caderas y se enfrentó a la feroz mirada de Yeon Jun, el castaño movió las caderas circularmente en su dirección y logró que el pelinegro sonriera de oreja a oreja. Moviendo la cabeza, se dirigió a la cocina para recoger la orden de Yeon Jun.

Iba a ser un día largo.

Choi Yeon Jun se mordía la uña del pulgar con concentración mientras hablaba por teléfono con Violet Lee, eran las siete de la noche y hacía horas que debía irse a su casa, pero Soo Bin aún tenía trabajo.

De pronto dos brazos le rodearon el cuello con un poco de fuerza.

—Papá, ¿Qué haces aquí? —Yeon Juun sintió que un escalofrió le recorría la columna vertebral. No se debía al miedo, bueno si— ¿Viniste a recoger a  Soo Bin? La señora Hye Sun me dijo que él aún no ha regresado por eso vine a ver si estaba bien. Ya sabes, ese chico puede desmayarse en media avenida y nadie podría darse cuenta.

—Quería comer un poco, Beom Gyu. ¿Ya comiste?

—Tae Hyun me llevó a comer—Beom Gyu le lanzó un puñetazo suave en el hombro, luego tiró del asiento para sentarse en él—Yeon Jun, ¿Crees qué pueda salir de fin de semana con la familia Kang?

—Claro que no.

—¿Qué te ocurre? —Beom Gyu formó un puchero de niño en sus labios—Sólo será un fin de semana, además estarán sus padres y su abuela, serían incapaces de dejarnos solos.

“Sólo quiere que dejes salir a Beom Gyu con él cuando te lo pida.” Yeon Jun comenzó a reflexionar sobre aquello, ¿Y si al tal Tae Hyun se le ocurría abrir la boca? ¿Cómo reaccionaría su hijo? ¿Cómo carajos se supone que reaccionaría Hye Sun? ¿Y si le  ponía una demanda?

—Está bien, pero primero quiero hablar con sus padres.

El pelirosa comenzó a saltar sobre su asiento como un niño pequeño, aplaudió  tan fuerte que sus sonidos de felicidad retumbaron en el techo, desde el otro lado del lugar Soo Bin sonrió para sí mismo mientras se quitaba el traje tan rápido como sus manos se lo permitían.

—¡Te amo, papá!

Con las manos enterradas en los bolsillos, Soo Bin salió de la cocina con el pelo alborotado, Yeon Jun juró que incluso de esa forma el castaño era precioso.

—¡Soo Bin! —Beom Gyu fue el primero en levantarse para tocarle el rostro—Mierda, nos preocupaste… incluso llamé a tu mamá, Jung Woo dijo que estabas raro, ¿Es por ese hombre casado con el que sales?

—No.

—Eso me tranquiliza, ahora mueve el culo porque me congelo aquí.

Era un sábado por la noche después de una larga jornada de trabajo, Beom Gyu caminaba por delante con pequeños saltitos felices, tras él iban su padre y su mejor amigo, si el pelirosa hubiese sido más ágil con la vista quizá se hubiera dado cuenta como ellos rozaban sus manos intencionalmente y como se reían entre ellos.

—Me gusta mucho, señor Choi—Susurró— ¿Puede venir por mí a la media noche?

Yeon Jun no supo que decir en ese instante, se quedó en completo silencio al ver como su hijo continuaba saltando.

—¿Y cómo se lo explicamos a tu madre?

—¿Explicar yo? Explícaselo tú, con esa voz de abogado que tienes… le dices: “Hye Sun me gusta mucho tu hijo y me lo voy a llevar por esta noche”

En un esfuerzo por reprimir su risa Yeon Jun se mordió los labios con frustración, si tan sólo su hijo no hubiese llegado antes.

—Pero que dices, yo no iré a tu casa para decirle eso a tu madre. Mínimo me saca la cabeza.

—¡Ay! —De pronto la mano de Luhan le atravesó la parte blanda del brazo, Yeon Jun intentó no reírse otra vez— ¿Por qué me golpeaste? —Susurró por lo bajo.

En ese momento crucial, ambos se preguntaron quién era el inmaduro y quien la supuesta persona madura, Yeon Jun a veces tomaba el papel primero y Soo Bin el segundo, quien los entendía.

—Beom Gyu me contó que irá de fin de semana con Tae Hyun. ¿Sabes qué significa eso?

—No tengo ni idea—Respondió— ¿Qué significa?

—Que podremos estar solos en tu casa, los dos.

De repente el corazón de Yeon Jun se detuvo, le dio una parálisis. ¿En qué clase de lio se había metido? Un veneno oscuro se  arremolinó en su cuerpo, tenía tantas ganas de besar a Soo Bin con fuerza, duro y rápido, le dieron celos del tiempo y de las cosas que se interponían entre ellos.

—¡Tía Hye Sun! —El pelirosa armó un escándalo al ver a la madre de su amigo caminar hacia ellos —Soo Bin está en perfectas condiciones. Yeon Jun vino a recogerlo también.

Beom Gyu corrió hacía la madre de Soo Bin para abrazarla, ella había sido una parte importante en su vida, Soo Bin por otro lado se  quedó a su lado con una sonrisa trágica, se desconoció por un momento pero después de ver el rostro pálido de Yeon Jun su sonrisa se ensanchó, había logrado su objetivo a la perfección.

—¡Choi Yeon Jun! Gracias por cuidar de mi pequeño conejito. Supe que estaba enfermo y quise venir de inmediato pero la chatarra de auto que tengo se descompuso en medio camino—Le dijo Hye Sun con una sonrisa vampiresa— ¿Y tú auto?

—En el estacionamiento, íbamos en camino.

—Es una suerte que nos hayamos encontrado—Hye Sun tomó las manos de Soo Bin entre las suyas como toda una madre sobreprotectora—Y tú jovencito, ¿Cómo es eso de  que ya tienes novio? ¿Cuándo lo traes a la casa? —Luego dirigió su mirada hacia Yeon Jun —Al menos Beom Gyu ya te presentó al suyo, ¿Verdad?

—Sí, lo conozco.

—Soo Bin no me quiere presentar a su amigo —Hye Sun palideció instantáneamente —¿Tú no sabes quién es?

—De hecho… yo lo conozco.

Los pequeños ojos de Hye Sun comenzaron a brillar con fiereza y las manos de su hijo comenzaron a temblar, ¿No lo iba a decir de buenas a primeras, cierto? Soo Bin carraspeó justo antes de que Beom Gyu corriera hacia ellos y metiera sus pequeñas manos en los bolsillos delanteros de los pantalones de su padre, una acción común desde que Beom Gyu había comenzado a conducir.

—¿Y es de su escuela? ¿Sabes cómo se llama? ¿Cuántos años tiene? ¿Sus padres trabajan? —Se llama Min Gyu, mamá y no es mi novio —Intervino.

—¡Oh sí! Pero darías tu virginidad trasera porque así lo fuera —Soo Bin se estremeció al escuchar el grito de Beom Gyu en mitad de la calle, donde se encontraban algunas personas curiosas pasando. Desafortunadamente para él  una mujer de  avanzada edad se volteó para verlo con mala cara.

—¡Choi Beom Gyu! —Yeon Jun levantó la voz—Ese lenguaje.

Hye Sun se rió con ganas. Sabía que su hijo y el pequeño Beom Gyu mantenían  esa relación extraña de mejores amigos, por eso no reclamó, en cambió le siguió el paso a Beom Gyu para dejar de ser comidilla de las personas curiosas del lugar.

—Beom Gyu suele ser impulsivo—El rubio se aclaró la garganta y se serenó—Así que… ¿Te gusta Min Gyu?

—Sí, me gusta—Touché. Confundido Yeon Jun frunció el ceño.

—Ya veo. —No. No iba a pensar en eso. Se negaba a pensar en eso— ¿Me estás diciendo que en serio te gusta él?

—Me gusta, pero el señor Choi me gusta más—Soo Bin se adelantó un poco más y sin levantar ninguna sospecha tomó entre sus dedos la fría mano de Yeon Jun— ¿Sabes que todo mi cuerpo percibe tu presencia? Todos mis sentidos son conscientes de tu calor, además me gusta sentirte dentro.

Con un brillo malicioso en los ojos Soo Bin se echó a correr en dirección a su madre.

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