Hoy es el día.

"¡Y espero que no vuelvas a requerir esta clase de permisos!", escuché decir a la abuela mientras salía de mi habitación y cerraba la puerta. No logré convencerla tan rápido, Saikawa tuvo que ayudarme, pero sé que lo entiende.

—Koutaro, sé buen niño y no le causes problemas a la abuela ni a Saikawa-san.

—Sí.

Es un buen niño, no le causa problemas a nadie, ni siquiera porque desea descubrir el mundo. Estará bien en mi ausencia. Es la primera vez, después de la muerte de mis padres, que estaré lejos de Koutaro.

—Hermano. —Koutaro caminó hacia mí y levantó sus brazos. Lo alcé, pegándolo a mi cuerpo para darle un abrigador abrazo. Sólo serán un par de días, pero ya comienzo a extrañarlo.

—Ryuuichi-sama, por favor permítame entregarle esto.

Puse a Koutaro en la cama y tomé la diminuta caja que Saikawa me extendía.

—¿Qué es?

—Un amuleto para su seguridad. Por favor acéptelo humildemente.

—Oh. Muchas gracias, Saikawa-san —metí la pequeña caja oscura en la mochila para después colgar ésta en mi hombro y tomar del suelo un bolso con un par de cambios de ropa—. Ya es hora de que parta.

—Cuidado en el camino, Ryuuichi-sama.

—Hermano. Adiós. Te quiero.

Sonreí.

—También te quiero, Koutaro. Regresaré el domingo por la tarde. Despídanme de la abuela, por favor.

—Claro que sí, Ryuuichi-sama.

Volví a despedirme cuando estuve afuera de la mansión, la abuela se encontraba ahí también. Me alegró verlos. Los extrañaré mucho estos tres días.

Sentí como si me despidiera para siempre, pero la sensación es cálida, como si hubiese encontrado un buen lugar para mí. Una nueva vida. Un hogar.

¿Qué estoy pensando?

Llegué a casa de Kamitani más pronto de lo que imaginé, pero no fui capaz de tocar la puerta. Debieron pasar diez o quizás veinte minutos para que tomara la iniciativa, sin embargo no dejaban de temblarme las piernas.

¿Por qué estoy tan nervioso? ¡Sólo es la casa de Kamitani! ¡Contrólate, Ryuuichi!

—¡Oh, Kashima-kun!

—¡Aahh! —pegué un salto por el susto, girándome. Comienzo a pensar que sería buena idea poner un letrero en mi espalda que diga: "No atacar por detrás. Gracias" — Kamitani-sensei. Lo siento.

—La que debe disculparse soy yo. No debí llegar así tan de pronto —llevó una mano a su boca, apenada—. Viniste para estudiar con Hayato, ¿no es así?

—Sí. Kami... Hayato-kun necesitaba los apuntes de la libreta que los niños destruyeron y le ofrecí los míos.

—Eres una monada, Kashima-kun. No como mis hijos —susurra siendo para nada discreta—. Por favor, pasa. Estaba de compras, así que Hayato debe estar en la cocina terminando la cena.

¿Kamitani... sabe cocinar?

—¿Necesita que la ayude con las bolsas?

La sonrisa de la maestra de pronto desaparece y en su lugar hay un mar de lágrimas.

—¡KASHIMA-KUN!

Fui atacado por un fuerte abrazo maternal de la mujer que dio a luz a Taka y Kamitani, quien soltaba miles de gritos y desprendía una cascada de sus ojos.

—¡¿QUÉ LE PASA, KAMITANI-SENSEI?!

—¡ERES EL HIJO QUE SIEMPRE QUISE TENER!

—Mamá, estas asustando a Kashima.

Kamitani estaba en la puerta de la casa usando un delantal rosa con estampado de corazones rojos. Se veía extrañamente bien. Incluso me sonrojo verlo de esa manera tan intima.

—Tienes razón. —La maestra me deja en libertar y empieza a reír mientras se limpia la cara. —Siento mucho mi comportamiento, Kashima-kun. Por favor pasa.

—Gracias por recibirme —dije, haciendo una pequeña reverencia antes de entrar.

—Hayato, ven y ayuda a tu madre con las compras.

—Todavía eres joven, puedes tú sola.

¡TAZ!

—¡He dicho que me ayudes, hijo idiota!

No sólo físicamente Kamitani se parece a su madre, incluso tienen la misma personalidad.

—¡Ryuu-chan!

Taka llegó corriendo a recibirme con una gran sonrisa.

—Hola, Taka.

—¿Y Koutaro-chan?

—Lo siento mucho, Taka, tuvo que quedarse en casa.

Los ojos del hermano menor de Kamitani empezaron a lagrimear hasta soltar un terrible llanto.

—¡Ryuu-chan es malo! ¡Quiero que Koutaro-chan esté aquí! ¡Malo, malo, malo, mal...!

¡TAZ!

—Deja de molestar a Kashima. No vino a jugar.

—¡Kamitani, no tienes porqué golpearlo!

¡TAZ!

—¡Hijo idiota! ¡No maltrates a tu hermano pequeño!

Supongo que todos aquí se parecen física y mentalmente. Tantos golpes en la cabeza deben de ser su manera usual de expresar cuando se quieren. Y han de quererse muchísimo. El sentimiento es verdaderamente doloroso.

Serán tres días muy largos.

—Bienvenido a mi habitación.

El cuarto de Kamitani no era tan grande pero de cualquier forma me pareció fascinante. Me sentí un chico normal que tiene amigos normales para hacer cosas normales como pasar la noche normalmente en vela contándose sus más profundos miedos, sueños o esperanzas con toda normalidad. En serio me siento muy normal junto a Kamitani. Me gusta.

—¿Te quedarás toda la noche en el marco de la puerta o vas a pasar?

Reaccioné de inmediato ante las palaras de Kamitani. Él se adelantó a preparar una mesa en el centro, colocando sus cuadernos sobre ésta mientras mi mochila estaba sin abrir a un costado del mueble. Cuando recién llegue Kamitani se ofreció a dejar mis pertenencias en su habitación, por lo que no me sorprendía ver mi mochila ahí.

—Lo siento. Es que me gusta mucho tu habitación.

—No creo que tenga nada de especial. Es decir, la mansión de la vieja es enorme, de seguro tienes una recamara el doble de la mía.

—Tal vez, pero es cómodo estar aquí. Me recuerda a mi habitación antes del accidente.

Todavía puedo avivar el momento. Mi cama, mis cajones, mis posters, mis pertenencias. Era un lugar único. Mi vida como adolescente se encontraba dentro de esas cuatro paredes. Las cosas debieron cambiaron un poco. Tengo una recamara enorme pero la mitad de ella le pertenece a Koutaro. Koutaro duerme, juega y vive ahí también. Deje de tener mis momentos, mi espacio, la capacidad de mis pensamientos esparciéndose cómodamente.

Bajé la mirada, encontrándome con la de Kamitani. Sus ojos me observaban detalladamente, intentando descifrar mis pensamientos. Hubo un extenso silencio entre ambos hasta que volví a reaccionar.

—Lo siento. Volví a pensar demasiado.

Kamitani se acercó hasta chocar nuestros labios en un suave beso.

—Siéntete como en tu casa, Kashima.

Sus palabras me hicieron temblar.

—C-Creo que lo mejor es comenzar con los estudios, ¿te parece?

Kamitani asintió sin reproches. Gracias al cielo. Ya de por sí estar a solas con Kamitani es todo un reto para mí.

Tomamos asiento en el piso mientras reuníamos los materiales necesarios para empezar nuestro propio club de estudio.

—¿Tienes goma de borrar?

—Sí. Debe estar en mi mochila en una caja negra.

Le pasé mi bolso para continuar subrayando un par de párrafos del libro de texto. No tenía pierde el sitio donde se encontraba la goma de borrar.

—Eh... Kashima.

—Dime —conteste sin quitar la vista del libro.

—No me parece que esto sea una goma de borrar.

Alce la cabeza y en las manos de Kamitani había un par de condones que consiguió de una caja oscura.

《Es un amuleto para su seguridad. Por favor acéptelo humildemente.》

¡¿Qué clase de amuleto para la seguridad es ese, Saikawa?!

Le arrebate la caja junto al contenido de sus manos y lo ingresé de nuevo a la mochila. Abrace fuertemente el bolso y escondí mi cara en ella. El cuerpo entero me ardía, pero era peor a cuando estoy abochornado o luego de que Kamitani me besa. Es una clase de calor intenso que me ahoga. Peor que sentir vergüenza. Un odio contrario demasiado realista y doloroso surge de mi cabeza.

—Kashima...

—Entenderé si ya no quieres verme más.

Hubo un pequeño silencio cuando después preguntó...

—¿Cómo dices?

—Lo que escuchaste —quité la mochila de mi cara. Todavía habitaba un color rojo en mis mejillas y tal vez un par de lágrimas sobre mis ojos a punto de salir—. Si ya no quieres verme más, lo entenderé. Puedo irme a casa cuanto antes. Yo... ¡lo siento mucho, Kamitani!

Me incliné hasta abajo, haciendo una reverencia.

—Oye, Kashi...

—¡Por favor acepta mis disculpas y permíteme marchar!

Me siento tan mal. No quiero. No quiero escucharlo.

—¡Prometo que no volverá a...!

—¡Ryuuichi!

Levante la cabeza por la impresión. Nunca había escuchado a Kamitani decir mi nombre, ni mucho menos usar ese tono tan agresivo.

Otra vez sus labios se conectaron con los míos. Fue idéntica a aquella vez en los pasillos. Me roba el aliento y me asosiega completamente. Escuché como movía la mesa para abrirse espacio. Juntó nuestros cuerpos como una vez yo lo hice durante aquel abrazo por la espalda. Mis dedos se aferraron a sus ropas mientras mi boca era devorada y el cuerpo se me estremecía.

Los labios de Kamitani se volvían filosos, penetrando mi alma con cada beso. Su tacto se apoderaba de todo mí ser con sólo una caricia. Estaba siendo poseído por Kamitani. O yo poseía a Kamitani. Aquel beso era un descubrimiento maravilloso.

Demasiado hermoso para ser real...

En cualquier momento iba a despertar y todos estos sentimientos se esfumarían junto con el corazón de Kamitani.

Al apartar nuestras bocas sentí que el corazón me explotaría. No quise que su calor se apartara de mí, la fría noche podría congelar mis sentimientos al marcharse. Tiene que ser real, tiene que ser real.

Abrí mis ojos y estaba ahí, justo en frente, mirándome.

—Yo jamás querré que te separes de mí. ¿Oíste bien, Kashima? —su mirada me penetro hasta el corazón— Eres... lo mejor que me ha pasado, y enserio te quiero... conmigo. Para siempre.

Kamitani me abrazó, aferrándose a mí.

No dije nada, no había necesitad. No supe si sus palabras eran lo que quería escuchar. Pero me sentí mucho mejor cuando las dijo. Me revivió el corazón.

Yo tampoco quiero separarme de ti, Kamitani. ¿Puedes oír mis pensamientos?

.

Hola, hola.

¡KYAAAAAAAA! Que capítulo tan más intenso uwu

¿Quién más cree que Saikawa hizo bien su trabajo al cuidar de Ryuuichi para su pijamada con Kamitani? ºuº/

¡ALABADO SEAS, SAIKAWA-SAN! *lob,lob,lob*

¡Ya somos +600 visitas! ¡Muchas gracias! :')

Es súper lindo ver cuánto amor le están dando a mi primer fic con personajes de anime, de verdad se los agradezco, son súper lindooooos x'd

MUCHAS GRACIAS POR LEER EL CAPÍTULO :3

Les mando un beso al estilo Koko (Golden Time :v) <3

Nos leemos pronto.