Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 3: Lluvia.

Por un periodo era reconocido por ser el hijo adoptivo de la directora del instituto. Los estudiantes a mí alrededor les era difícil entablar una conversación casual conmigo. No eran como Taka o Kirin, que en el primer día ya deseaban jugar con Koutaro. Supongo que nosotros los adolescentes tendemos a ser mucho más vergonzosos.
Me parecieron días realmente duros porque no había nadie con quién hablar. No fue hasta que yo comencé a integrarme, convirtiéndome en un chico normal. Pero esa suerte se deterioro con el tiempo. Pasé del hijo adoptivo de la directora y el chico casual de la escuela al integrante oficial del Club de Niñeras. Muchos decían que no era tan malo como aparentaba serlo, ya que eso causaba conmoción entre las chicas. Sin embargo, no hubo ni una sola vez que alguna me declarará sus sentimientos o se atreviera a hablarme, salvo Inomata.

Después del primer año todos se habían olvidado de mí. No era más que un alumno cualquiera dentro del plantel. Un chico extraño que decidió acudir al Club de Niñeras a limpiar mocos junto a un flojo universitario. Pasé de ser la exhibición más impresionante de la escuela a sólo ser yo. Pero eso deseé desde un principio. Ahora no sé si arrepentirme.

—¡Kashima! ¡Tienes que darme una buena explicación para haber faltado a la primera clase!

Inomata entró a mi salón echando humo por las orejas. No era de sorprender su carácter, el cual atemorizaba a toda la escuela. Incluyéndome.

—Y-Yo... Yo estaba...

Quiero que dure un poco más. Por favor.

Los colores se me subieron a la cabeza. De pronto el corazón me empezó a latir a gran velocidad y mis mejillas ardían.

—¿Y bien, Kashima?

—Fue mi culpa.

Levanté la vista de mi pupitre y vi a Kamitani frente a Inomata, lanzándole una mirada distinta a la desinteresada de costumbre.

—Necesitaba que me ayudará con un asunto.

—¿Se puede saber cuál asunto?

—No.

—¡Kamitani! —le regañé— Lo siento, Inomata-san. No volverá a suceder.

—Eso espero. Y... otra cosa.

De pronto la mirada impetuosa de Inomata se transformo en una repleta de timidez, pero mantenía su ceño fruncido.

—Claro. Lo que sea.

—Hi-Hi-Hice galletas... para los niños.

Inomata extendió su brazo hacía mí, entregándome una canasta con varias bolsas de diferentes colores con galletas. Sonreí por lindo gesto.

—Muchas gracias, pero... ¿no te gustaría entregárselos personalmente?

Las mejillas de Inomata se decoloraron por completo y su mirada mostro total vergüenza.

—Ng... ¡Por supuesto que no! ¡No tengo tiempo para jugar como ustedes! ¡Debó estudiar muchísimo! ¡Deberían seguir mi ejemplo! —Inomata salió corriendo del salón luego de su increíble ataque. La chica todavía sufría de varios complejos.

—Kashima.

—¿Mm?

—¿Todavía hay solicitudes para ingresar al club de niñeras?

—¡Oh!, sí. Las hay... —Un segundo. —¡¿No me digas que piensas ingresar?!

—¿Tiene algo de malo?

Me tragué mis palabras en un santiamén. La verdad es que no hay ningún inconveniente. A no ser...

—¿Qué hay de tus prácticas de baseball? Dices que son muy malos, ¡y que tú eres el único bueno que los puede ayudar a remontar!

Era cierto. Kamitani es muy bueno en baseball pero se queja repetidas veces de lo malo que son el equipo en sí.

—Podré ingeniármelas. Es problema mío.

—P-Pero ¿por qué tan de repente quieres...?

—¿Está mal que quiera pasar más tiempo con mi novio?

De nuevo ese extraño calor sobre mis mejillas, las orejas, toda mi cara. Hacía mucho calor. ¿No dijo Saikawa que habría lluvias? Me siento tan abochornado.

—Kashi...

El toque de la campana sonó en el momento más oportuno que podría apreciar. Kamitani seguramente lo entendió del mismo modo y por esa razón fue a tomar asiento. Era cierto, mi único amigo en clase era Kamitani. Y ahora también un compañero del club.

—¡USAIDA-SAAAN!

Cuando tocó el último timbre me apresuré para llegar primero al club. Necesitaba la ayuda de Usaida.

—Ryuuichi, ¿por qué tanto escándalo?

—¡No podemos permitir que haya más miembros en el club!

—¿Ah?

Usaida puso una cara de confusión del tamaño de la mansión de la abuela. Yo sabía que eso lo desconcertaría totalmente.

—¿Por qué pides algo así de pronto? El club se beneficiaría más si conseguimos miembros...

—¡Pero Kamitani no!

Y entonces apareció esa cara. Esa que justamente no sabía si tomarla como buena o mala.

—Ya entiendo. Ya entiendo —sonrió, llevando sus manos a la cintura—. No te preocupes, déjamelo a mí.

Un suspiro de alivio nace de mi boca.

—Muchas gracias, Usaida-san.

El me guiña un ojo, alzando el pulgar.

Después de mi escena, Usaida y yo nos encargamos de alistar a los niños hasta que las profesoras vinieron por ellos. No paso mucho tiempo cuando Kamitani vino por Taka y, claramente, a dejar una solicitud.

—Oh, vaya, ¿qué tenemos aquí?

Usaida se encargó de la solicitud de Kamitani como me lo prometió. Vio la hoja con detenimiento, haciéndolo parecer más creíble.

—Asombroso, es impecable. Ah, felicidades, eres un miembro del club.

¡USAIDA-SAN!

—¡Hey, Ryuuichi! ¡Ya tenemos un nuevo miembro! —decía con aparente felicidad en su expresión pero una increíble diversión dentro de su alma.

—Fascinante —exclamé, haciéndome pequeño en un rincón.

—¿Ah? ¿Por qué esa clase de recibimiento?

Ya no podía hacer nada. Kamitani se convirtió un miembro oficial del club. Ahora pasaríamos más tiempo juntos... como novios.

Fui a recoger el paraguas que Saikawa me dio en la mañana al salón. Lo olvidé por salir corriendo a la guardería justo cuando dieron el toque. Al parecer era cierto lo de la lluvia. Las nubes eran muy grises y gordas. Cuando lo encontré, salí del instituto y me dirigí de nuevo a la guardería, pero de pronto la lluvia comenzó a caer. Intenté abrir mi paraguas pero se atascó. Estuve así alrededor de cinco minutos mientras corría a toda velocidad a un lugar seguro. Mi ropa se encontraba completamente húmeda y mi paraguas seguía sin abrir.

—Dos pájaros de un solo tiro —suspiré, derrotado en medio del campo escolar—. Este día no puede ir peor.

Una sombrilla me cubrió de la lluvia tan pronto como mis palabras salieron de mi boca.

—Si-Si te quedas po-podrías a pescar un resfriado, Kashima-kun.

Observé a la tierna chica frente a mí, intentando cubrirnos a ambos con su paraguas.

—Es que mi sombrilla se atasco.

—S-Si quieres podríamos... ¡Puedes tomar la mía! ¡Tú la necesitas más por tu hermano pequeño!

La forma en que sus mejillas se decoloraban me parecía adorable, sumando su amabilidad.

—Muchas gracias pero tú no tendrías con qué irte.

Tal parece que rompí algo dentro de ella. Quizá su lógica.

—Pero sería de mucha ayuda si me acompañas hasta la guardería. Ahí adentro intentaré abrir el paraguas.

—¡C-Claro!

Ambos nos encaminamos hasta el club de niñeras y así deshacernos de la lluvia por un rato.

—Gracias...

—¡Pu-Puedes llamarme Yuki-chan!

Abrí un poco más los ojos, pero le sonreí.

—Gracias por ayudarme, Yuki-chan.

Cuando el ambiente parecía repleto de rosas escuché unos pasos venir por detrás.

—Hermano. Mojado.

—¡Ryuu-chan! ¡El agua te mojó!

—Estoy bien, chicos, tuve un pequeño problema con el paraguas pero ya lo solucionaré.

—Podrías enfermarte. Ponte esto.

Kamitani pasó por mis hombros su sudadera deportiva. Estaba tan calientita y olía bien.

—Y-Yo... creo que debería irme.

—Muchas gracias por lo de hoy, Yuki-chan. Espero que nos volvamos a ver.

Yuki enrojeció por completo y asintió sin más. Corrió a gran velocidad después de eso.

—¿Quieres que te presté una sombrilla?

—No, Kamitani, ya desatascaré la que nos dio Saikawa-san.

—¿Y qué hay de la ropa? ¿Tienes un cambio?

De pronto la cabeza me dio vueltas. No traía otro cambio. Como no teníamos deportes el día de hoy y ayer me llevé el uniforme para lavarlo, lo dejé en casa.

—¡A Ryuu-chan se le olvidó su cambio! —rió a carcajadas Taka mientras me apuntaba con su pequeño dedo. Kamitani le soltó otro golpe inesperado— ¡Dolió mucho! —lloriqueó.

—Puedo prestarte un cambio si gustas.

—Y-Yo...

—Realmente no hay muchas opciones. Si no te cambias ahora te enfermaras.

—Supongo. —Bajé la mirada, avergonzado.

El corazón estaba latiéndome aceleradamente de nuevo. Llega a doler a veces, y otras a provocarme tremendos bochornos. ¿Y si Kamitani escucha mi a corazón haciendo esa clase de ruidos?


.

Hola, hola.

Bueno, aquí está, lo prometido es deuda. Un capítulo un poquito más largo, más presentable y con momentos divinos entre Hayato y Ryuu <3 ¿A poco no es hermoso? :3

Como les dije en el capítulo pasado, edite el cap 1 y 2 de este fic, por si gustan ir a leerlos una vez más. No cambio la trama, sólo un par de argumentos y la limpieza general que le hice. La verdad es que quedaron re-beshos y no está mal echarles un ojito (;

En fin, espero que les haya gustado mucho mucho este capítulo <3

Gracias por sus bellos comentarios, estaré respondiendolos súper feliz :3

Les mando un beso del tamaño de los cachetes de Koutaro <3

PD: Sí habrá Taka x Koutaro, sólo sean pacientes uwu

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro