Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 19: Descripción.

Tomoya Yagi, de la primera clase, tenía montada una sonrisa serena en sus labios, parecida a las burlonas de Usaida. Chuukichi Nezu, del mismo grupo que Yagi, lo acompañaba, pero con la diferencia de observar la escena perspicaz.

Solté las manos de Inomata y me alejé. Inomata les envió una mirada peligrosa.

—¿No se supone que deberían estar en clase, Tomoya, Chuukichi?

Casi podía verla clavarles una estaca en el pecho.

Yagi sonrió con malicia.

—Esa pregunta bien podría hacértela yo, Maaari-chan —canturreo su nombre.

Inomata echó humo por las orejas.

—Cre-Creo que no es necesario na-nada de esto...

—Kashima-kun tiene razón. Tomoya, no te entrometas en sus asuntos —añadió Nezu, reprendiendo a Yagi.

—Pero, Nezu, sólo he venido porque quería saludar a Ryuu-chan. ¡Hola, Ryuu-chan!

—Otra vez estas siendo maleducado, Tomoya —gruñe Nezu entre dientes.

—Vamos, Nezu, Ryuu-chan ya es nuestro amigo.

Inomata retoma su asiento en la banca con los brazos cruzados y esa expresión tan autoritaria en la cara. Nezu y Yagi la ignoraron.

—¡Ryuu-chan!

Regresé con la pareja frente a mí.

—Eeeh —corea Yagi, dándome un par de codazos en las costillas sin ser brusco—, ¿era por eso que buscabas a Mari-chan el otro día?

Mi cara se puso tan roja que sentí desvanecerme, el calor se concentró tan de repente en mis mejillas. Y me atrevo a decir que Inomata está igual o peor que yo.

Nezu jala la oreja de Yagi sin inmutarse en sus múltiples chillidos.

—¿Eres idiota o qué? ¿No sabes que Kashima-kun tiene pareja?

Nezu suelta a Yagi, entonces él me mira con un gesto de incertidumbre mientras se acaricia la oreja.

—¿Es eso cierto? —pregunta.

—A-Ah, bu-bueno...

—Es cierto —dijo Inomata, tomando la palabra. Se colocó a un lado mío, todavía con sus brazos cruzados, repartiendo serias miradas al par de chicos—. Kashima-kun mantiene una relación con Kamitani-kun.

—¿Kamitani-kun? —se cuestiona Yagi— ¿Por qué de repente me parece haber oído tal apellido?

—Hayato Kamitani, el hijo de Kamitani-sensei —dijo Nezu, recordándolo.

—Oh, cierto —Yagi clavó el puño en la palma de su mano—. Kamitani-kun, el mejor jugador del equipo de baseball.

—El único —reconoce Nezu. Dirige su mirada a mí—. ¿Kamitani-kun es tu novio, Kashima-kun?

—Sí —admití. Tenía las mejillas completamente rojas, tenso en mi lugar.

Nezu hizo una pequeña mueca, parecida a una sonrisa.

—¡Que romántico! —Yagi llama mi atención con aquel chillido. Llama la atención en general— Tu apellido combina con Kamitani. ¿No te parece una obra del destino?

—No creo mucho en cosas del azar —admití.

—Kashima, Kamitani. Kashima, Kamitani —empezó a murmurar como un loquito. Nezu se colocó delante de Yagi.

—Discúlpalo, tiene manías muy extrañas, pero es un buen chico.

Nezu hizo una pequeña reverencia por Yagi.

—No es necesario. A decir verdad me alegra que... apoye mi relación.

—¿Cómo no hacerlo? —discute, apartando a Nezu de un minúsculo empujón— Mi apellido no coincide con mi lindo Nezu, pero tienen algo en común: Son bisílabos. Ya-gi, Ne-zu. ¿No crees que es muy lindo?

—Ridículo —argumento Inomata entre dientes. Yagi pareció alcanzarla escuchar y se acercó a ella, viéndola de manera intimidante— ¿Qué-Qué crees que haces?

—No entiendo como una persona tan tierna como Ushimaru-kun puede sentirse atraída por una bestia arrogante como lo es Mari-chan.

Inomata explotó, y de un rápido movimiento sacó a volar a Yagi. Las patadas de Inomata son poderosas. Será mejor nunca meterse con ella.

—¿Atraída? —me pregunté.

—Lo dice para molestar —explicó Nezu—. Ya que yo estoy con Yagi y tú con Kamitani, él piensa que Mari-chan y Ushimaru-kun podrían...

—¡Nada! —sentencio Inomata con las mejillas al rojo vivo— Esto es una estupidez. Será mejor que me vaya, ya perdí suficiente tiempo con ustedes.

—¡Espera, Inomata-san!

Tome su mano, deteniendo su andar. Ella me miró. Estaba muy molesta.

—¿Qué más quieres, Kashima?

—Siento mucho no corresponder tus sentimientos. Sé que habrá alguien que sabrá amarte como lo mereces. Es todo lo que necesitaba decirte.

No lo dijo, pero Inomata se veía conmovida. El daño que cause en su corazón tuvo solución.

—Gracias. —Fueron sus palabras y una suave sonrisa se posó en sus lindos labios. Dejó de verme a los ojos hace segundos, pero el viento impedía a su largo cabello cubrirle el rostro. La vista era perfecta, Inomata lucía muchísimo más hermosa. —Espero que Kamitani y tú sean muy felices —añadió por último, haciendo su retirada después.

—¿Quién es el ridículo ahora?

A medio camino, Inomata alcanzó a oír las palabras de Yagi, a pesar de haberse escuchado como un lejano murmullo. Nezu y yo tomamos asiento en la banca mientras Inomata y Yagi jugaban a las atrapadas de la muerte.

Desde que comencé mi relación con Kamitani, ésta en ningún momento fue discreta. Varios compañeros del plantel escolar están enterados y no es una sorpresa. De todos modos haberlo intentado ocultar habría sido un problema, pues ya sea porque Kamitani destaca como el mejor jugador del equipo de baseball o porque yo soy el protegido de la directora y ambos asistimos del club de niñeras, el ojo estudiantil casi se desvive por nosotros. Además era imposible descartar un romance, puesto a que no solemos hacer demostraciones afectivas en público, nunca pasa desapercibido un beso, un apretón de manos o un afectuoso abrazo. Son esas pizcas de amor que de vez en cuando son requeridas.

Pero ahora ni una sola mirada nos hemos dedicado.

—Kashima, ¿tienes un borrador que me prestes?

—Claro, Kamitani, aquí tienes —le extendí la goma sin despegar la vista de mi cuaderno—. Es real, no finjo prestártelo.

Kamitani volqueo los ojos. Uso el borrador y enseguida lo regresó a mis manos.

—Gracias, Kashima.

—De nada, Kamitani.

Todas las parejas tienen problemas, ¿no es cierto?, y suelen situarse en el lugar menos indicado. Pero gracias a la bibliotecaria puedo mantener a Kamitani al margen. No estoy de humor como para discutir el tema ahora.

Lo sé, si no quisiera discutirlo no habría aceptado estudiar con él, pero en mi defensa voy admitir que soy pésimo en materias que Kamitani es un genio y viceversa. Sí, podíamos ser auxiliados por otro compañero, pero –hablando por ambos– no quisimos serlo... ¡y ya!

—Kamitani, ¿puedes ayudarme con la encuesta?

—Sí..., a menos que malinterpretes mi explicación y entonces pienses que mi propósito es que acabes reprobando la materia, Kashima.

Ahora fue mi turno de virar los ojos.

—Ya no importa, siempre puedo copiar tus ejemplos. Pero gracias, Kamitani.

—De nada, Kashima.

El ambiente se iba tensando a cada segundo. Pero ninguno se molesto en cambiarlo. Era una especie de competencia. Y el orgullo estaba en juego.

—¿Sigues molesto por lo de la mañana?

Bajé mi libro y miré a Kamitani.

—¿Tú qué pensarías si la persona más importante para ti te acusa de fingir tus sentimientos hacía ella?

—Sólo pregunté si seguías molesto.

—Eres increíble —suspiré asfixiado con su particular manera de empeorar la situación. Recogí mis útiles de la mesa y los metí a la mochila.

—¿Qué haces?

—Iré con Yuki-chan a que me explique lo que hace falta.

—Estamos aquí porque acordamos estudiar juntos.

—Pero no puedo estudiar contigo mientras estamos enojados.

—Yo no estoy enojado.

—¡Pero yo sí!

Mi grito llegó a orejas de la bibliotecaria, quien apareció sólo para callarme y advertirnos que con una tercera llamada de atención acabaríamos vetados de la biblioteca. Los dos estuvimos de acuerdo.

Cuando la bibliotecaria regresó a sus asuntos, me dispuse a colocar la mochila sobre mis hombros.

—No quería que fingieras corresponder mi te amo sólo por mi bien.

Las palabras de Kamitani detuvieron mi andar.

—Yo no...

Kamitani se encontraba a escasos centímetros de mí.

—Te presione, y te pido una disculpa. —Kamitani hizo una reverencia. —Puse mis sentimientos sobre los tuyos, he sido un idiota.

—Hayato...

—Pero —añadió, reincorporándose— te amo. Y lo repetiré las veces que sean necesarias. Porque te amo, y quiero que siempre lo sepas. Eres lo más importante para mí. Seré paciente, esperaré una respuesta, sólo cuando la tengas.

Ese extraño nudo en mi interior fue desapareciendo poco a poco. Oír el corazón de Kamitani hablar fue diferente. Es como si estuviéramos enlazados. Y por más mínima que sea la cuestión, siempre estaremos para el otro, porque me ama.

—Hayato...

No supe en qué momento Kamitani se hallaba besándome. Sus dulces labios probaban los míos con suavidad. Sentí su dedos detallar mi rostro, sujetarme de las mejillas y fundir con pasión nuestras bocas. Me sostuve del suéter de Kamitani con fuerza, aferrándome al equilibrio que iba perdiendo.

—¿Irás a mi casa? —murmuró contra mis labios. Exigía aire por su boca, entre espesas respiraciones.

Sólo atiné a asentir con la cabeza y unir nuestros labios nuevamente.

—¡Tercera llamada! ¡Están vetados de la biblioteca!

—¡Vamos a mi habitación, Koutaro!

—No vayan hacer un desastre, idiota.

—¡Deja de molestar, hermano tonto!

Oí la puerta del cuarto de Taka cerrarse y luego unos cuantos murmullos en el interior.

—Estarán bien. Taka es un poco brusco al jugar, pero parece que con Koutaro se contiene.

—Es que son muy buenos amigos —dije.

—Demasiado.

De pronto una alocada idea se nos vino a la mente.

—¿Crees que debemos vigilarlos? —me pregunta.

—Tal vez los incomodemos —aclaré.

—Pero...

—Ya lo sé.

Ambos tomamos asiento en el sofá. Kamitani pasó un brazo por mis hombros y me atrajo a su cuerpo. Acepté recargando mi cabeza sobre su pecho.

—Te amo —volvió a decir.

Mantuve la boca sellada. Sus brazos se aferraron alrededor de mi cuerpo.

—Mi madre dijo que llegaría después de calificar unas tareas. Se disculpa de antemano.

—Está bien. De alguna forma... —respiré con dificultad— me gusta estar a solas contigo.

—¿De verdad?

Asentí.

—Justo ahora no sé qué me pasa pero quiero besarte.

—Pues hazlo.

Taka y Koutaro salieron del cuarto a gritos estéricos. Corrieron por la sala con un juguete en su mano, fingiendo el vuelo de aquellas figuras de acción.

El teléfono de la estantería sonó y Kamitani fue a responder.

—¿Qué sucede?... Sí, ya están aquí... Bien... Yo le digo —colgó.

—¿Paso algo?

—Mi madre olvidó que hoy le toca guardia nocturna. No llegará para la cena.

—Entonces...

—¡Hermano! ¡¿Koutaro y Ryuu-chan pueden quedarse a dormir?!

—¡¿A-A-A do-dormir?! —inquirí alarmado. De repente sentí mi cuerpo estremecerse.

—Seguro.

—¡HAYATO!

—¡HURRÁ! —gritó Taka— ¡Vamos Koutaro! ¡Puedo prestarte mi cobija para que duermas calientito!

Nuevamente los niños regresaron a la habitación de Taka.

—Hayato, no puedo quedarme. Ni siquiera le he pedido permiso a la abuela.

—Dijiste que te gusta pasar tiempo a solas conmigo.

—Bueno, sí, pero...

—Y que quieres besarme.

—Lo sé, lo sé, pero entiende que...

—Hagámoslo entonces.

—¿Eh?

No entendí a lo que quería llegar...

—¿Aún conservas esa caja oscura en tu mochila?


-

Hola, hola.

uy, ¿qué acaba de suceder?, tal parece que he dejado el capítulo muy corto (8

Aquí pueden depositar sus quejas, frustraciones y maldiciones.
Gracias por su atención. Disculpen las molestias.

ESTAMOS A SÓLO UN CAPÍTULO DEL GRAN FINAL.

¿Qué creen que suceda? (8

Muchas gracias por sus votos, comentarios y todo su amor. Ailobiu.

Les mando un beso irresistible como Otori de Starmyu :3

Nos leemos pronto.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro