Capítulo 18: Otra oportunidad.
"Soy un desafortunado muy afortunado"; Esa era la descripción de mi persona. La valide durante mucho tiempo.
Creí en tantas estupideces. Mi cabeza estaba llena de tonterías causadas por la soledad, por la ausencia. Y presentí que jamás volvería a ser totalmente feliz. Ya nunca sería un adolescente normal. Vi mi reloj avanzando velozmente y sin frenos. Estaba asustado, impotente. Quería detenerlo, quería parar, necesitaba una salida.
De pronto apareció una puerta y encontré mi mundo.
Era temporada de estudio, un tiempo muerto inventado por los pilares educativos para fortalecer la responsabilidad del individuo estudiantil. Sin embargo, la mayoría de los escolarizados lo utilizaban para socializar entre ellos, y yo no soy ninguna excepción.
En el momento exacto que la campana sonó, Kamitani se hallaba tomando asiento a mi lado, trayendo consigo un libro de matemática. Disimular es una desvergüenza por nuestra parte, pero me alegra tenerlo conmigo.
Cada que se presentaba un evento como éste tomaba partido para pensar, sentir, hablar y besar a Kamitani. Cualquiera resolvía enigmas matemáticos, yo respondía las mil incógnitas del porqué me sentía tan gravemente enamorado de Kamitani. Y aunque pasará una eternidad intentado aclarar mi duda, el tiempo no sería suficiente.
Te quiero, Kamitani. Te quiero, te quiero, te quiero...
—Ryuuichi.
Sentí un suave apretón de manos durante mis alocados pensamientos. Reaccioné enseguida cuando la voz de Kamitani atravesó mis orejas. Su dulce y –bastante– neutra voz.
—Dime.
Todavía mis pensamientos divagaban entre colores como el rosa pastel y azul eléctrico, color del amor adolescente y el color de esa playera que resalta la belleza natural de Kamitani. Extrañó verle con esa camiseta puesta.
—¿Tienes algo qué hacer hoy en la tarde? —preguntó. Lo pensé.
—Es viernes. La guardería suele cerrar temprano. ¿Te apetece una cita?
Los labios de Kamitani sellaron. Me sentí tonto al apresurarme. He arruinado las dulces intensiones de mi novio por mis involuntarios impulsos.
Últimamente he sentido un extraño vació emocional. Le exijo a Kamitani demasiada atención, pido mimos y caricias, todo de manera inconsciente. Pruebo sus labios, saciándome de ellos, y luego quiero abrazarlo durante horas. No quiero pensar que es demasiado para Kamitani, quien no ha objetado a mis exigentes demandas, pues por la misma razón no ha preguntado y argumentado nada al respecto. ¿Será que le gusto tanto que no le importa cooperar o simplemente tolera mi extraño comportamiento?
Miré a Kamitani. Sus ojos estaban analizándome con intensidad. Me sonroje. Por un segundo mis pensamientos relacionaron la escena con esas que tienen las parejas casadas luego del matrimonio.
—L-Lo siento, Hayato. Me adelan...
—No. Está bien. Algo así pensaba proponer.
Su expresión facial no cambio mucho, pero se veía dudoso al hablar.
Suspiró. El aire salió pesado de su boca, como si hubiese estado atrapado durante mucho tiempo.
—Mi madre quiere invitarte a cenar. Espera que te presente...
—Pero Kamitani-sensei ya me conoce.
—Como mi novio, Ryuuichi. Quiere conocerte como mi novio.
Aquellas palabras me dejaron atónico. ¿De verdad la madre de Kamitani quiere tener una vergonzosa cena para reconocerme?
—¡Pe-Pero ella ya lo sabe! —me atreví a replicar, envuelto en un manojo de nervios.
—Tienes que aceptar. Mi madre no cansará hasta que asistas. Y a decir verdad me lo debes por la cena en tu casa.
Callé. No hubo más que una resignación y mi cara articulando un gesto malhumorado, pero de inmediato se ablando tras sentir los labios de Kamitani plantarme un beso en la mejilla. Sonreí como bobo enamorado.
—Siento mucho lo sucedido con la abuela, Hayato.
—"Si tus intensiones resultan infaustas me encargaré de arruinar tu futuro, Hayato Kamitani" —repitió Kamitani con su usual voz sin filtro las palabras de la abuela durante la cena impuesta por la misma mujer, quien pretendía conocer a mi novio como tal y sermonearle sin censura—. Y hubo más amenazas ese día.
—Lo sé. "Y tú, Ryuuichi, te relegas de tus obligaciones y yo te relego de mi casa" —recite, haciendo una mala imitación de la abuela—. No lo dice enserio pero me alegra que te acepte.
Kamitani me miró con ojos sorpresivos.
—¡¿Eso es aceptar?!
Reí.
Tome una de las manos de Kamitani y la puse sobre mi mejilla. Esa era la clase de atenciones que he estado requiriendo los últimos días.
Sus dedos se deslizaron por todo mi rostro, detallándolo.
—¿Irás? Lleva a Koutaro, no será ninguna molestia. Es mejor un Taka distraído que uno persiguiéndonos a dónde quiera que vayamos.
Fingí pensarlo, y Kamitani de verdad creyó que lo hacía, lo cual me pareció adorable. A veces podía ser un chico totalmente crédulo.
—No puedo rechazar la oferta de Kamitani-sensei. Por supuesto que iremos.
—Bien —dijo con simpleza. Entrelazó nuestras manos y besó el dorso de la mía, lo cual me sonrojó. Pero admito sentirme feliz.
Estar a su lado me hace la persona más feliz en todo el mundo.
—Te amo —soltó de la nada, dejándome petrificado.
—¿A-Ah?
La campana sonó y todos comenzaron a salir del aula para almorzar. Mi mano aún se hallaba unida a la de Kamitani y ninguna tenía la intensión de separarse. Baje la mirada, avergonzado, y me tembló la boca. Quería decir algo pero las palabras se escondían.
De repente sentí un frío desolado en mi mano.
—Llegaremos tarde al club si no nos damos prisa.
Kamitani se encontraba recogiendo los últimos cuadernos de la mesa y me ofreció los míos mientras colocaba su mochila sobre su hombro. No dije nada y tomé mis cosas.
Ambos salimos del aula en silencio.
—Hermano. Kamitani. ¿Peleados?
Miré a Koutaro frente a mí, completamente preocupado.
Lo pensé un poco.
No hubo discusión del tema después de que Kamitani se confesara. Yo no dije nada, él no dijo nada. Y tal vez ese fue el problema.
¿Y sí Kamitani esperaba que respondería su "Te amo" con un "También te amo"?
—Para nada, Koutaro. Estamos bien —mentí. Él me miró con cara de pocos amigos. Es la primera vez que usa una expresión tan seria. Sentí un escalofrío en todo el cuerpo. Suspiré, derrotado por un menor de cuatro años—. Hay temas que resultan difíciles de explicar, ¿sí?, pero te aseguró que no es nada grave.
—Kamitani amar mucho a mi hermano.
La ironía en sus palabras me detuvo el corazón. Le mostré una diminuta sonrisa.
—Lo sé.
—¿Y hermano amarlo también?
De nuevo ese nudo en la garganta. No pude contestar ni por inercia. El tema estaba afectándome más de lo apropiado. Debe ser el impacto, sí, debe ser eso.
—¡Vengan, niños, ya es hora de la siesta! —anunció Usaida.
《¿Sólo tienes ojos para Ha-chan?》
—¿Hermano?
Salí de mi pequeño trance en seguida.
—Koutaro, ya es hora de dormir. Debó ir a clases, así que descansa muy bien. Iremos a casa de Taka en la tarde, ¿te agrada esa idea?
Koutaro no pudo resistir una sonrisa gigante y un especial brillo en sus ojos.
—¡Uh! —dijo, asintiendo con la euforia retenida en su interior. Sonreí.
—Ryuuichi, ya va a sonar la campana.
Miré a Kamitani por un segundo.
《Te amo.》
Deje a Koutaro seguir a Usaida para su siesta mientras me levantaba del suelo.
—Hayato, sobre lo que dijiste, yo...
—No tienes que responder.
—Pero quiero hacerlo.
—No quiero que finjas...
—¿Fingir? —inquirí plenamente ofendido. Sentí un golpe seco. ¿Kamitani piensa que estoy fingiendo mis sentimientos hacía él?
Esto... Esto es... Esto es tan molesto.
—Ya me voy.
Salí del club a zancadas, dejándole muy en claro a Kamitani mi descontento. Sujete bien la mochila sobre mi hombro mientras emprendía camino. De mis labios salían infinidad de maldiciones. Estaba tan molesto.
¿Qué le sucede?
¿Yo? ¿Fingir?
¡No estoy fingiendo nada!
Sí, he sido incapaz de responder su te amo, pero no quiere decir que yo no sienta nada parecido. Incluso pensaba decírselo a mi manera.
Sí estoy enamorado.
Sí me gusta.
Sí lo quiero.
¿A caso no se lo he demostrado lo suficiente?
—¡Auch!
Un pequeño choque de cuerpos me detuvo y sujeté por inercia los brazos de la chica frente a mí, la cual por poco pierde el equilibrio.
—¡Pon más atención! ¡No estás en gimnasia para usar esa velocidad por los pasillos!
La chica que ahora me gritaba y tenía una leve lesión en la nariz por el tropezón me resultó completamente familiar.
—¿Inomata-san?
No soy la clase de chico que tiene el ámbito de brincarse alguna materia. Mucho menos Inomata.
—Lo siento.
Inomata mantuvo la guardia muy alta, su cabello escondía su expresión tras mis palabras. Me vi obligado a desviar la mirada.
—¿Por qué te disculpas?
Volví a centrarme en Inomata. Ella me veía también. Su ceño jamás dejó de fruncirse, como si todo en la vida le molestara. Como si nada le fuera divertido.
—Por lastimarte. —Apreté mis puños y noté que Inomata hacía lo mismo con sus manos.
La banca se sentía fría como el viento soplando. El ambiente entre nosotros era un cubo de hielo.
—¡¿Por qué te disculpas?! ¡No eres el responsable de mis sentimientos! ¡Esa actitud prepotente no es usual en ti!
Miré desde abajo a Inomata. La tenía frente a mí con su usual expresión molesta. Pero la resentí diferente. Había dolor y furia en esa mirada.
—¿Desde cuándo te gusto?
Inomata gruñó.
—¡¿Qué más da?! ¡Estás con Kamitani!
La tomé de las muñecas y la acerqué. Me había puesto de pie y a escasos centímetros de ella.
—Parece que interrumpimos algo.
-
Hola, hola.
Uy, más dramitas entre nuestra pareja uwu
¿Quiénes creen que sean las personas que aparecieron al final? >:)
YA SÓLO FALTAN DOS CAPÍTULOS PARA EL FINAL.
Muchísimas gracias por leer y comentar muchísimo, me hacen tan feliz. Ustedes saben que este es mi primer fic con personajes de animes, por lo que es muy especial su opinión, y no saben cuánto les agradezco por el increíble apoyo incondicional.
MUCHAS GRACIAS POR LOS 6 MIL LEÍDOS. AILOBIU.
Les mando un beso tan poderoso como Shizuo :3
Nos leemos pronto.
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