Capítulo 14: Otra vez.
Volver a la escuela nunca fue tan satisfactorio como hoy. El ambiente escolar, el olor a mañana. El día me dio la más agradable y bonita bienvenida. Parecía anunciar un buen inicio de clases.
—¡Buenos días, Usaida-san!
Usaida dejo de acomodar los cuentos de la estantería y volteo a verme para saludarme. Me alegraba regresar, y también verlo.
—Oh, Ryuu-chan. Buenos días.
La puerta se abrió por completo, mostrando a Kamitani a mi lado. Mi sonrisa se anchó.
—Buenos días, Usaida —saludó.
—Oh —canturreó Usaida con una sonrisa socarrona en los labios—. ¿Ya es oficial?
Me sonroje un poco, pero asentí. Usaida puso una cara seria. Coloco una mano sobre su cadera y la otra en la barbilla. Uno de sus ojos hizo un destello.
—Espero que eso no baje su rendimiento en las actividades del club.
Reí. Él rió luego también.
—Estaremos bien —prometí.
—¡Mi hermano ya puede besar a Ryuu-chan sin que se enferme!
Kamitani le soltó un golpe a Taka.
—¡Cállate, idiota!
—¡Buaaa! ¡Hermano tonto!
Comprendí hace tiempo que el amor fraternal que se tienen Taka y Kamitani es totalmente diferente al mío con Koutaro, pero que sí es igual de sincero y real como el nuestro. A pesar de los golpes, gritos y discusiones, Kamitani y Taka se quieren muchísimo.
—Kamitani. Hermano. Novios —apuntó Koutaro. Sonreí. Él me miró sonreír y de sus ojos desprendieron un adorable brillo—. ¡Feliz!
—Sí que lo estoy, Koutaro —suspiré, apretándolo un poquito más entre mis brazos.
Los niños llegaron poco tiempo después que Kamitani y yo lo hicimos. Los pequeños gemelos eran los mismos, jugaron entre risas y llantos, unidos como si de uno se tratara; Kirin se integró después, ella jugaba bastante con Taka y Koutaro, incluso lo hacía sola pero los pequeños siempre intentaban acompañarla; igual que antes; Midori, la más pequeña, llegó a los brazos de Usaida como siempre y seguía tratando de decir su primera palabra, lo normal. Verlos me dio mucho gusto, y el doble al regresar.
—¡Usaida-san, ya nos vamos a clases! ¡Regresamos en el descanso!
—Claro, claro. Suerte —responde sin prestar mucha atención. Ya sabía que su mente se concentra en buscar un buen sitio donde dormir cuando Kamitani y yo estamos por irnos. Parece que jamás cambiará ese hábito en Usaida.
Caminé hasta los niños y me puse a su estatura, arrodillándome frente a ellos.
—Portéense bien, no causen problemas. Vendremos dentro de un par de horas.
—¡Ryuu-chan, suerte en tus clases! —me dijo la tierna de Kirin.
—Gracias, Kirin.
—¡Hermano tonto, cuida de Ryuu-chan! ¡Koutaro se pondrá muy triste si le haces algo malo! ¡No seas un mounstro!
—¡Nosotros venceremos al mounstro! —aseguro Takuma con una sonrisa repleta de inocencia.
—Mounstro malo —le siguió Kazuma.
—¡Oh! —gritó Midori.
Kamitani no respondió nada, pero dijo mucho con esa mirada intimidante. Los pequeños dieron un paso atrás y retuvieron el llanto.
Las manos de Koutaro sobre las mías llamaron mi atención.
—Kamitani bueno. Hermano feliz —dijo, haciendo una tierna cara decisiva e inflando un poco los cachetes, poniéndoseles rojizos. Le di toda mi seguridad con una sonrisa, la cual, por fortuna, fue suficiente para mi pequeño hermano.
Kamitani y yo nos dirigimos al salón de clases después de al fin lograr salir del club de niñeras. Los niños no comprendían que íbamos medidos de tiempo, y nos retuvieron un poco más. Kamitani los amenazó para que nos dejaran ir, pero eso costó el ambiente tranquilo que había en la guardería. Intenté consolar a los pequeños para ayudar a Usaida, pero Kamitani me haló con él y tuve que irme. Le di varios sermones al respecto, pero todos fueron interrumpidos por sus dulces labios sobre los míos.
Al llegar al salón de clases nos separamos, pues mi asiento se encontraba al otro extremo del aula, en las primeras tres mesas, y Kamitani se sienta al penúltimo asiento de la última fila. Saludamos a nuestros compañeros y ellos hicieron lo mismo, se sintió bien llegar con ese ánimo. Cuando tome asiento no pasó ni un minuto cuando Yuki se acercó a saludar.
—¡Kashima-kun!
La linda de Yuki resplandecía mucho más que antes. En su sonrisa hubo algo que me cosquilleo el estomago.
—Ah, ¡Yuki-chan!, buenos días.
—Buenos días, Kashima-kun, ¿qué tal tu verano?
Jamás pensé que tendría tantas cosas por contarle. Retrocediendo el tiempo en mi cabeza, se llenó de tantos buenos momentos que desee relatarle cada uno, pero sabía que el tiempo no iba a alcanzar.
—Muy bien. Te debo las gracias, Yuki-chan.
—¿Eh?
Yuki paró de sonreír para verme con un gesto confundido.
—Sí, Yuki-chan. Gracias a tus consejos estoy mejor con mi persona especial. Ahora estamos juntos.
Al verla me di cuenta que ocultaba intencionalmente su rostro entre algunos mechos de su corto cabello. Pasaron larguísimos segundos cuando alzó de nuevo la mirada. No hubo una extraña expresión facial, pero en sus labios creció una preciosa sonrisa.
—Estoy muy feliz por ti, Kashima-kun.
Por alguna razón no pude creerle. Pero debió ser imaginación mía, por lo que no argumente nada.
—¿Y qué tal tus vacaciones, Yuki-chan?
Preferí cambiar de tema.
—¿L-Las mí-mías?
Asentí. Ella pareció dudar. O pensarlo.
—Salí con Mari-chan. Estaba un poco deprimida pero no quiso decirme por qué.
Los recuerdos de aquella tarde regresaron a mi memoria.
—¿Sabes si asistió a clases?
—Por supuesto. Mari-chan no faltaría por nada del mundo. —De repente el rostro de Yuki cambió, ahora se veía preocupada. —Aunque le sugerí que lo hiciera.
—¿Por qué?
—Todo el verano se veía destrozada... Kashima-kun, tú que eres su amigo, ¿crees que puedas hablar con ella?
—N-No creo que pueda hacer mucho —puse mis manos en alto, negándome.
—Eres mi única esperanza. Conmigo no quiso hablar, ¡tal vez a ti te lo cuente!
Lo dudé, pero acepté al final. Si era por el bien de Inomata y es Yuki quien me lo pide –después de lo que hizo por mí antes de las vacaciones– no podía negarme. Ella necesita ayuda, se lo debó.
—Está bien. Iré a buscarla antes de ir a la guardería.
—¡Muchas gracias, Ryuu-chan! —se alegró Yuki, juntando las palmas de sus manos y pegando un pequeño brinco.
—¿Ryuu-chan? —inquirí, levantando una ceja socarronamente.
Yuki enrojeció y no pude evitar una risita.
—¡Lo siento! ¡Quise decir Kashi...!
—Tranquila, puedes llamarme así —sonreí—. Somos amigos, ¿no? Lo correcto es que me llames por mi nombre.
Yuki volvió a sonreír, aunque sus mejillas seguían levemente rojas. Podía deberse a la emoción, pues sus ojos resplandecían.
Las clases dieron comienzo cuando el profesor entró al aula. No fue nada nuevo, por lo que estuvo bien las primeras horas antes del almuerzo; repasos y aclaraciones antes de adentrarse a nuevos temas. Por un segundo la escuela me pareció demasiado fácil. Lo normal.
El sonido de la campana se dio a oír pronto. Estaba rejuntando mis útiles mientras Kamitani esperaba en la puerta, sólo observándome con atención. De vez en cuando le devolvía la mirada con una sonrisa en mis labios. Me pone muy feliz que tenga esa clase de consideración conmigo. Y también que toda su atención este puesta en mí.
—¡Listo, Kamitani! —le dije, colocando la correa de mi mochila sobre los hombros mientras salía del aula. Extrañamente Kamitani no me siguió, así que paré y me giré a verlo— ¿Pasa algo?
Kamitani se quedó callado un momento.
—Kashima...
—Dime.
—¿Puedo llamarte "Ryuuichi"?
La pregunta me tomó por sorpresa. En algún momento pensé que Kamitani me llamaría por mi nombre sin la necesidad de pedírmelo, ya lo había hecho una vez, pero ahora me sabía diferente. Su voz se oía insegura.
—¿Quieres llamarme Ryuuichi?
—Tú podrías llamarme "Hayato" si quieres.
Sonreí con algo de ternura. Sin darse cuenta, Kamitani es la persona más adorable en todo el universo, no necesitaba intentarlo ya que le salía natural.
Me acerqué a sus labios, dejando un corto beso sobre estos. Me sentí avergonzado porque debí pararme de puntitas. Pero al hacerlo se sintió bien.
—Tú puedes llamarme de la manera que quieras. Eres mi novio, ¿no es así?
Mis palabras por alguna razón corrieron hasta el corazón de Kamitani y lo envolvieron cariñosamente. Su rostro no mostró una expresión fácil explícita, pero esos ojos suyos hablaban por él. Cuanta felicidad irradiaba.
—Por favor, Ryuuichi, llámame por mi nombre.
—Claro que sí, Hayato.
Antes de ir al club me paré por el salón de Inomata. La busqué con la mirada desde la puerta pero extrañamente no la encontré por ningún lado. Un chico de cabello oscuro pasó cercas de mí, su expresión era indescifrable por el par de mechones cubriéndole los ojos. Dude un par de veces antes de llamar su atención y preguntar por Inomata.
—Disculpa...
El chico de cabellos oscuros levanto la vista y me prestó atención.
—Dime.
—¿Inomata María se encuentra aquí?
—Oh, no. Ella acaba de... ¡uh!
Un chico rubio empujó bruscamente al de cabello oscuro y puso su rostro demasiado cercas del mío. Eso me sorprendió tanto que quede estático.
—¡¿Eres Ryuuichi Kashima?! ¡¿Miembro del club de niñeras?! ¡El hijo adoptado de la directora, ¿no?!
—Eh... Este... Yo...
—Ayayayayayayay...
El chico que fue tacleado por el rubio haló la oreja del segundo, quien chilló.
—No te comportes como un pervertido —le reprendió el de cabello oscuro, soltándolo. El chico rubio se acaricio la oreja mientras veía al otro con unos ojos tristes, quien se centró en mí—. Siento el comportamiento de mi novio. Soy Chuukichi Nezu y él es Tomoya Yagi.
—Ryuuichi Kashima —me presenté. Abrí bien los ojos, mirando a la pareja con sorpresa—. ¿Dijeron novios?
—Sí —respondió Nezu sin cambiar de expresión. Yagi asentía efusivamente, con una sonrisa orgullosa en los labios. Relajé mi gesto.
—Lo entiendo. ¿Entonces no saben dónde puedo encontrar a Inomata-san?
—Lo siento, Ryuu-chan. Nadie sabría decirte dónde encontrarla.
Nezu miró reprobatoriamente a Yagi.
—¿Qué son esas confianzas, Yagi? Me disculpo, Kashima-kun.
—Oh, no se preocupen —aclaré rápidamente, moviendo mis brazos en negación—. Bueno, muchas gracias, Nezu-san, Yagi-san. Siento las molestias.
Ambos se despidieron mientras salía del aula y me dirigía a dónde Kamitani se encontraba. Estuvo esperándome lejos del salón, pues dijo que no tenía muchas ganas de encontrase con Inomata. Estuvo retirado un salón de distancia, recargado sobre la pared con los brazos cruzados, sin perderme de vista. Le sonreí y él acaricio mi cabello, con la mirada puesta en mis ojos.
—¿Y bien? —inquirió.
—No la encontré. Vayamos al club, será después.
Kamitani asintió y cuando nos encaminamos apareció Inomata delante de nosotros.
.
Hola, hola.
¡Cuaaaaaaanto tiempo! (': Sorry, quería que el capítulo quedará chulo para ustedes.
¿QUÉ CREEN QUE SUCEDA EN ESTE REENCUENTRO?
Estoy bien ansiosa porque Ryuuichi esta comprendiendo muchas cosas, y muy pronto habrán sorpresas al respecto :3333
¿Y ya vieron la parejita que apareció? uwu Tendremos más de ellos muy pronto(;
Les tengo una pregunta muy preguntosa: ¿Les gustaría un especial?
Sería algo aparte de la historia, y ustedes pueden escoger de quienes o de qué les gustaría leer.
Déjenmelo saber en los comentarios :D
GRACIAS POR LOS 3,5 MIL LEÍDAS, AILOBIU.
Espero que les haya gustado mucho el capítulo.
Les mando un beso tan sepsi como Jungkook :3
Nos leemos pronto.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro