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Capítulo 1: Por mi lado.

Cada tiempo libre debía ir al club de niñeras. Gracias a ello disminuyó mis posibilidades de hacer amigos o siquiera conseguir una novia. Mi nueva vida se describe en tres tiempos: Escuela, club de niñeras, Koutaro. A penas puedo respirar.

—¡Oye! ¡Kashima! ¡¿Podrías pasarnos la pelota?!

Me atrevo a decir que soy un desafortunado viviendo en fortuna.

—¡Claro!

Recogí la pelota que se encontraba entre mis pies y la vi por un momento. Baseball, que divertido.

—Oye, Kashima, ¿vas a la guardería?

Miré a mi costado y creció una ligera sonrisa.

—Oh, Kamitani —lo saludé mientras le entregaba la pelota—. Sí, estaba en eso.

—¿Podrías darle esto a Usaida? Es el almuerzo de mi hermano.

—¡Ah! ¡Claro!

—Bien. Nos vemos en la tarde.

Kamitani se retiró antes de que pudiera despedirme. Solté un profundo suspiro y observé un poco más el campo de deportes. Allí, justo donde debería estar, los chicos de mi grado se divertían.

La realidad es que no soy un estudiante más de la academia. No fue la escuela de mi elección, no fui escogido por mis calificaciones, ni soy el mejor deportista. Aun no logró entender qué hago aquí y tampoco sabría qué pensar si no lo estuviera. Mi nueva rutina dejó de ser la de un adolescente normal que salé con sus amigos y sólo se preocupa por no reprobar ninguna materia. Es como si hubiese crecido de un instante a otro. Un salto tan gigante que no sé cuánto tiempo más de vida me queda.

Ingresé al club de niñeras una vez que llegué al salón. Usaida se encontraba dormido junto a Midori mientras los niños garabateaban sobre su rostro. Sonreí levemente ante lo que mis ojos veían.

—¡Hermano!

Agaché la cabeza, encontrándome con una linda bienvenida.

—Hola, Koutaro —sonreí. Koutaro también.

—¡Ryuu-chan regresó!

La voz de Kirin llamó la atención de los niños y todos corrieron a saludarme. Usaida se despertó al oír tanto ruido.

—Vaya, pero si es Ryuuichi —bostezó, acomodándose en una distinta posición para descansar—. Creo que ahora podré dormir.

—¡Pero si ya estabas dormido! —reproché.

—¡Ryuu-chan, juguemos! ¡Te toca ser el mounstro!

Vi a Taka apuntarme con una espada de juguete, con la intensión de lanzarse hacía mí con ella. Kirin se unió al ataque, al igual que los gemelos.

—¡Sí! ¡Fuera mounstro! —gritó Takuma repletó de energía.

—Fuera mounstro —repitió Kazuma con un atisbo de timidez.

Sonreí al verlos tan entusiasmados.

—Bien. ¡Grahg! ¡Voy a comerme a la princesa Kirin!

Empecé a jugar con los niños sin pausas. Koutaro se unió a nosotros unos segundos después, fingiendo ser un caballero que protegía a la bestia; o eso dijo Kirin.
La diversión se volvía infinita con los niños. Había tantas aventuras, una galaxia entera de ellas. Convivir junto a Koutaro, Taka, Kirin, Takuma, Kazuma y Midori me provocaba retroceder el tiempo. Es como si presionara un botón y de pronto me encontrara en pañales. La vida me parecía más larga de repente.

Una vez que el descanso acabó puse el almuerzo de Taka junto a los demás. Por jugar con los niños había olvidado dárselo a Usaida, aunque tampoco se encontraba en condiciones para recibirlo. Antes de irme me despedí de los pequeños, sobretodo de mi hermano, quien parecía extrañarme incluso antes de haberme ido. Usaida ya se encontraba despierto para ese entonces, por lo que me fui sin ningún problema.

Cerré la puerta del salón, y antes de dar el primer pasó, tropecé con alguien.

—Lo siento mucho —le dije.

—No pasa nada —respondió Kamitani—. ¿Ya saliste?

Voltee hacía la puerta –de alguna u otra forma para verificar el seguro– antes de redirigir mi vista a los ojos de Kamitani.

—Sí, ya lo hice.

—Vayamos a clases.

—¿No tienes algo qué hacer?

No es como si su estancia en el pasillo haya sido por mi causa.

—Sólo llegar a la clase —respondió. —Entonces... ¿nos vamos?

Vi un ligero temblor en la mano izquierda de Kamitani pero en su rostro no expresaba nada. Tal vez estaba exagerando.

—Sí. Vamos.

Las orejas de Kamitani eran más rojas de lo usual. Quizás interrumpí algo. Pero conociéndolo, ya me lo habría dicho.

Las clases transcurrieron con normalidad hasta hace cinco minutos después de la campanada. Ocurrió algo distinto. Fue un quiebre total a mi rutina de tres sencillos tiempos. Mis mejillas ardían demasiado y las palmas de mis manos sudaban. El corazón me latía con fuerza y pude sentir un ligero remolino en el estómago. Durante todo el camino a la guardería tenía una mano sobre mi boca.

¿Qué sucede?

—Ryuuichi, llegas un poco tarde. Ya sólo queda Taka y... ¿Te encuentras bien? Estas muy rojo.

Me gustas.

—¿Ryuuichi?

¿Quieres salir conmigo?

—Hermano. Enfermo.

—¡Ryuu-chan!

¿Puedo besarte?

—¡RYUUICHI!

—Kamitani me besó.

Un profundo silenció profanó en la sala.

—¿Eh?

Miré a Usaida con la misma impresión de hace unos segundos.

—Kamitani me besó —repetí.

—Oh. Por esa razón has llegado un poco tarde.

El ambiente pesado y extrañamente cálido que sentí en todo el camino se esfumó de repente y en su lugar había uno muy ligero y simple.

—Kamitani me besó.

—Sí. Ya lo has dicho.

—Me... —Me besó. —¡Aaahh! ¡Usaida-san, ¿qué voy hacer?!

—Tal vez podríamos celebrar junto a Saikawa tu nueva etapa como hombre.

—¡Usaida-san! —mofé.

—Ryuuichi. Kamitani. Beso.

Abrí mis ojos de par en par tras escuchar a mi pequeño hermano.

—Parece que a Koutaro también le apetece celebrar.

—¡Usaida-san, por favor! —reproché, casi llorando de la extraña opresión en mi pecho.

—Taka, hora de irnos.

Giré sobre mis talones a gran velocidad hasta quedar frente a la puerta. De ahí ingresaba Kamitani con su uniforme deportivo puesto. Mis piernas temblaron de repente con sólo mirarlo.

—¡Hermano malvado! ¡No vuelvas a besar a Ryuu-chan! —gritó Taka mientras le proporcionaba varios golpes en las piernas a Kamitani.

¿Hay manera de despertar de este vergonzoso sueño?

—¿Qué dices?

—¡A-A-Ah! ¡No es nada, Kamitani! ¡No es lo que tú...!

—¡Por tu culpa Ryuu-chan se siente enfermo! ¡No lo vuelvas a besar! ¡Eres malvado!

Kamitani le dio un gran golpe a Taka antes de que pudiera reaccionar. Quedé estático luego de sus palabras...

—¡Besarse es muy normal entre novios! ¡Cállate y vamos a casa!

Taka comenzó a llorar demasiado fuerte que logró sacarme de mi transe. ¿N-Novios?

—¡Hermano horrible!

Kamitani gruñó por debajo y tomo a Taka, quien no paraba de llorar, para luego irse sin añadir más.

—Kamitani. Novio. Ryuuichi.

Un escalofrío me recorrió salvajemente todo el cuerpo.

—¡Aaah! ¡Koutaro! ¡No es exactamente así!

—¿Estás seguro? —Miré a Usaida—: Kamitani se veía bastante firme al decirlo. Vaya —suspiró con una leve decepción en su cara—, tal vez esto se volvió en algo unilateral.

¿Unilateral?

Lo que Kamitani dijo es... ¿unilateral?


.

Sip, he editado el capítulo, ¡ahora se ve mucho más hermoso!

Hola, hola.

Bueno, es mi primera vez escribiendo una historia con personajes de anime xd Así que sean amorosos y tratenme bonito c':

La verdad es que estaba tentada a escribir primero una historia de BanbaxLin (Hakata Tonkotsu Ramens) pero después empece a leer muchos fics de KamitanixRyuuichi (además de haberme visto hoy el último cap de Gakuen Babysitters) por lo que me llamó más la atención.

Decidí escribir un poquito de Kamitani y Ryuuichi y salió esto. Al principio sería M-preg, pero me di cuenta que la historia no iba por ese lado, así que será puro romance y cosas bellas con un toque de hard (?

En fin, espero que les guste mucho y lamento el spam x'd La verdad es que la mayoría de mis seguidores leen cosas de CD9 o independientes, y quiero traer gente nueva a mi tablero, sooo.... ¡TADAIMA!

Nos leemos pronto, bais

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