
capítulo 7. una familia muy... infeliz
Los ojos de Draco se abrieron asombrados, una mezcla de sorpresa, indignación e irá se mezclaron en él, mientras apretaba con rabia los puños.
Narcisa estaba con su amante, en el cuarto que comparte con su padre.
Draco no quería aceptarlo, sabía que su familia no era perfecta pero esto, lo que más le dolió es que a su madre ni siquiera pareció importarle un rábano que él la descubriera, incluso sonrió y le ordenó cerrar la puerta.
¿Porque?
¿Porque su madre era así?
¿Porque los odiaba tanto a él y a su padre?
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La familia Malfoy era un modelo de la sociedad, un guapo y brillante esposo, una hermosa y caritativa esposa y un hijo muy apuesto e inteligente, ricos, poderosos ¿Que más de podía pedir?
Draco sabía la respuesta... AMOR, es lo único que deseaba, que su familia fuera amorosa.
No mal entiendan, su padre lo adoraba, le llenaba de regalos y pasaba tiempo con él, asistir a partidos de Quidditch era su pasatiempo favorito, Lucius siempre tenía tiempo para salir a comer, hablar o jugar con su hijo pese al trabajo y Draco agradecía enormemente éso, pero por otro lado la relación con su mamá bueno....
Draco recordaba que en sus primeros años de infancia su mamá fue cariñosa con él, no al grado de su papá, pero era amable y parecía quererlo, sin embargo un día comenzó a cambiar.
Narcisa se volvió más exigente y gruñona, regañaba al pequeño al primer error, diciéndo lo decepcionada que estaba, Draco tenía que ser perfecto en todo, demostrar que era el mejor Malfoy y un digno heredero, con el tiempo se volvió más exigente y gruñona, una vez su padre le dijo que ya estaba peor que su tía Walburga, cosa que Draco no entendía muy bien, pero molesto a su mamá.
Pero eso no era todo.
La relación entre sus padres comenzó a decaer.
Ok. Jamás fueron muy unidos, pero Draco podía jurar que si se querian, Lucius siempre le da grandes regalos y complace todos sus caprichos, también ayudo a su tía Bellatrix a conseguir trabajo con uno de sus socios, un tal Ryddle, daba una generosa ayuda a sus suegros, por lo que no entendía porque Narcisa, pese a esto, siempre parecía querer más.
La mujer se volvió cada vez más agresiva, comenzó celando a su esposo y exigiendo saber dónde estaba y con quién a cada momento, incluso mandaba a Dobby a espiarlo, esto empezó a irritar a Lucius, ya que interrumpió un par de veces en sus reuniones haciéndole quedar en vergüenza, pero a la mujer poco a poco dejo de importarle.
Las peleas se volvieron el pan de cada día, los gritos se oían todo el tiempo y, pese a que su padre intentaba protegerlo, Draco quedaba en medio de la trifulca, Narcisa intento ponerlo en contra de su Lucius pero nunca lo logro, cosa que la hizo enfadar y empezar a sentir resentimiento contra su hijo.
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La locura Black poco a poco se apoderaba de ella, la maldición de su sangre parecía haberse activado ese día, cuando volvió a ver al mestizo y a su hijo...el hijo de Lucius. Ahora entendía porque Severus había desaparecido importandole un cacahuate dejar su educación sin terminar, estaba esperando un niño.
Había escuchado aquellas historias increíbles de hombres dando a luz, casos exageradamente raros, pero no imposibles. Bastó con darle un vistazo al niño para darse cuenta que era hijo de Lucius, si bien era parecido a Severus, por la edad y esos ojos. Severus y Lucius habían intimado en muchas ocasiones, lo sabía, toda la puta escuela lo sabía, para el segundo año el chiquillo dormía en la misma habitación que Lucius y en más de una ocasión admiro una serie de marcas en su cuello así como la manera algo incomoda de caminar, ellos ya lo habían echo antes de terminar y parece ser que Severus era uno de esos casos extraordinarios.
Nunca volvió a ir al callejón Diagon, incluso hizo hasta lo imposible porque Lucius no fuera, cosa que le acarreo problemas, pero quería evitar que se encontrarán, estaba segura de que si Lucius veía a Severus y a su hijo no dudaría en abandonarla, a ella y a Draco, después de todo ese bastardo era el heredero legítimo al ser el mayor y en especial al ser hijo de la única persona a la que Lucius a amado. Por eso se ensañó con su hijo, por eso le exigía demasiado, quería que Draco fuera mejor que aquel bastardo para que de esta manera toda la herencia pasará a su nombre, pero el chiquillo no cooperaba.
Al final Narcisa comenzó a sentir rabia por su familia, contra Lucius por nunca haberla amado, contra Draco por no ser hijo único y por el amor que también le robaba de su esposo, en su demencia todo el mundo estaba en su contra y solo esperaban la oportunidad para hundirla, comenzó a distanciarse de ellos y estar siempre a la defensiva incluso se busco amantes, después de todo el impotente de Lucius había dejado de tocarla después de que quedó embarazada y ella necesita atenciones, al principio fue discreta pero con el paso del tiempo poco le importo si la veían...o traerlos a su casa.
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Lucius llegó entrada la noche, fue un día muy largo y cansado, encontró a Narcisa en la sala, vestida con una bata de seda, el cabello suelto y un gran chupeton en el cuello, bebía tranquilamente una copa de vino mientras sonreía de manera burlona, a el no pudo importarle menos que un rábano, si quería andar abriendo las piernas como puta era su problema, si todo salía bien dentro de unos meses finalmente se libra de ella.
Abraxas había fallecido hace un año, ahora no había nadie que lo obligará a comportarse como un Malfoy, su primer paso sería librarse de esa arpía y ser feliz con su hijo sin importar el que dirán.
Claro que la pelea legal no sería tan fácil y sabía que Narcisa y su familia van a intentar quitarle todo pero no lo permitirá, le a costado mucho seguir un camino recto y hacer ojo ciego a lo que hacía su esposa, recabando pruebas, pero ahora, ya no tendría porque contenerse.
Por suerte Draco entrara el próximo mes a Hogwarts, por lo que no tendrá que sufrir con ésto.
Camina hasta la habitación de su hijo y lo encuentra sentado en su escritorio, no está estudiando, leyendo o algo, solo está ahí, mirando a la nada, su corazón se parte al ver los restos de lágrimas en su rostro.
-¿Todo bien dragón?...¿Te hizo algo?
Draco parece salir del shock al oir la voz de su padre, se gira a verlo y no duda en abrazarle, después de todo solo es un niño que recién acaba de cumplir 11 años.
-esa bien, todo está bien Dragón, ya casi termina.
Esta decidido, va a divorciarse de Narcisa y vivirá feliz con su hijo, pero no es todo, tal vez con un poco de suerte finalmente pueda encontrarlo a él y con más suerte formar una familia a su lado.
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¡Feliz Navidad!
Espero que la estén pasando genial y recibieran muchos regalitos, muchas felicidades a todos, les mando un fuerte abrazo.
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