Abrí los ojos, todavía me encontraba en el sofá, todo había sido un maldito y dulce sueño... 

Desde cuando me convertí en un hombre indeciso, en mi sueño le rompí el corazón a Juvia y esperé décadas en depresión, y de que sirvió hacerla sufrir si iba a volver a sus brazos, ¿Cuál es la lógica? Herir a Juvia y luego correr hacia ella como si nada hubiera sucedido...

Además en mi sueño otros tomaron mi decisión, lo que yo tuve que haber hecho décadas atrás en mi sueño fue finalmente resuelto con un final feliz ejecutado por otra persona  ¡Era mi decisión! 

A la mierda todo seguiré el consejo de mi propio sueño, yo elijo que quiero hacer...

No me importa lo que Natsu hiso, Juvia no es así y si en algún momento de mi vida veo que comienza a transformarse en un ser oscuro, bueno pues... ¡La traeré de vuelta! No renunciaré a ella, no dejaré que nadie me niegue nada. 

Soy Gray Fullbuster y si es un pecado amar a un Demonio, pues entonces soy un maldito pecador. 

Lo siento muchachos, pero sin ella no soy nada.

Cuando terminé de hacer las maletas estaba apunto de irme cuando de la nada apareció Mavis-Sama y Makarov-Sama.

-¿Te vas?- Me preguntó Makarov serio.

-Sí, ya no pertenezco a Fairy Tail o mejor dicho a todo el cielo- Dije sin ninguna gota de tristeza ¿Por qué no me siento triste?

-¿Vas a irte a vivir a la Tierra con un Demonio?- Dijo asqueado Makarov.

-Voy a ir a vivir con la mujer que amo- Dije con el ceño fruncido.

-Gray, dime que no es cierto por favor- Me dijo Mavis-Sama, se veía triste y enojada.

-Mavis-Sama, tarde o temprano iba a ocurrir, desde el día en que conocí a Juvia mi corazón ya le pertenecía ella- Le dije con una sonrisa, no por irme los iba odiar.

-Lo se... siempre supe que esa niña era tu compañera- Dijo Mavis-Sama para luego taparse la boca.

-¿Mi compañera? ¿Cómo sabías que era mi compañera y yo no lo sabía?- Le pregunté extrañado, no me gustaba para nada a donde iba esta conversación.

-Porque él día en que la conociste comenzaste a hablarnos sin parar de ella, tus ojos habían cambiado a una tonalidad más brillante... te veías casi completo- Soltó un suspiro y continuó -Comencé a investigar los hilos rojos y mi temor más grande se volvió realidad, eras o mejor dicho es tu compañera... y como deseaba que tuvieras una vida feliz sin estar relacionado con la oscuridad como ya lo estabas con ese otro niño, decidí lanzarte un hechizo- 

-¿Hechizo?- Fue lo único que pude decir, era un chiste lo que estaba diciéndome, tiene que serlo.

-Sabía que como a los trece podía aparecerte la marca, un año era lo que me quedaba, estaba segura que nos dejarías y te marcharías al inframundo solamente para estar con ella, por lo tanto, hice que no fuese vista la marca, que no sintiesen esa conexión que deberían tener- Dijo Mavis-Sama.

-¡Quien mierdas te crees para hacerme eso!- Dije furioso, siglos conociendo a Juvia y ahora me entero.

-¡Gray no le subas el tono a Mavis-Sama!- Me gritó Makarov.

No me importaba nada ahora, a la mierda Fairy Tail, a la mierda con ellos.

-¡Callate anciano o te congelo!- Dije furioso, en ese momento estaba seguro de que lo podía matar.

Mavis y Makarov me observaron impresionados, no podían creer que yo pudiese gritarle de esa manera a él, pero no me importa lo que piense arruinaron siglos de felicidad con mi amada.

-Mavis quitame el hechizo para largarme de aquí- Dije intentando con todas mis fuerzas no congelarla.

Mavis me observó sin ninguna gota de arrepentimiento y chasqueó los dedos...

Comencé a sentir un ardor en el brazo, mi corazón palpitaba como loco, sentía una increible necesidad de ver a mi chica de la lluvia, quería protegerla, la necesitaba... y por lo que pude sentir ella también.

Revicé mi brazo y allí estaba la marca con su bello nombre "Juvia Lockser"... ella era mia, aunque siendo franco no necesitaba la marca para decir que me pertenecía como yo a ella le pertenezco.

Observé a Mavis y a Makarov, era la última vez que los iba a ver.

-Adios- Dije frío como el hielo para finalmente teletransportarme a la Tierra, a mi nuevo hogar.

El cielo estaba despejado, podía sentir los cálidos rayos de la luz del sol, no tenía sentido alguno... ¿Dónde estaba Juvia?

-¡Juvia!- Grité inconscientemente, ¿dónde está mi bella Demonio?

-Gray-Sama, Juvia está aquí- Dijo la voz más dulce que he conocido, si está aquí ¿Por qué no está lloviendo?

Me di la vuelta y la vi, allí estaba a unos metros de mi persona, su perfecto cabello azul brillaba por la luz del sol, sus ojos azules que tanto me fascinan ya no mostraban ese dolor que siempre vi ahora solo podía ver felicidad y amor, su aura era cálida y tranquila...

La maldición se había roto, no se cómo, pero no me importaba, lo único que quería era abrazarla.

Corrí hacia ella, la agarre de la cintura y la comencé a besar, y pensar que me había perdido tantos besos, tantas sonrisas, cientos de te amo...

No podía parar de besarla sus labios eran adictivos, pero para mi desgracia la falta de oxigeno provocó que no pudiera seguir distundo de ese manjar.

-Juvia, te amo- Dije, al fin lo dije y sin temor alguno.

Juvia sonrió y me dijo - Yo también te amo mi preciada alma gemela -

-Que raro, no hablaste en tercera persona- Dije imprecionado, donde está la Juvia que conozco.

-Solamente contigo voy a hablar así- Dijo coqueta provocando que me sonrojase.

Pero ya no pude soportar más, necesitaba de sus labios, y así fue como inició el mejor beso que he tenido en mi vida.

La besaba como loco y ella me correspondía gustosa, ambos estabamos hambrientos de amor, después de todo ambos fuimos privados de este amor que sentiamos por siglos...

-Juvia desde ahora en adelante siempre estaré contigo, ya no voy a marcharme porque tu eres mi hogar, tu siempre lo has sido... te amo, mi cuerpo y alma te pertenecen, soy tuyo y juro que no te volveré a abandonar jamás- Dije serio y esperando su respuesta.

-Mi preciado Gray al fin has dicho lo que yo te he racalcado desde que te conocí... tu eres mío y dejame decirte cariño que ya no hay vuelta atrás, porque esta Demonio es codiciosa y cuando algo es suyo no lo suelta- Dijo con una sonrisa traviesa.

Le sonreí ante su respuesta, oh mi querida Juvia Lockser, con esas palabras y esas sonrisas has provocado que yo un Dios me volviese un gustoso pecador.

-Y nunca me respondiste ¿Cuál es el otro pecado que cometiste?- Me preguntó intrigada.

-Tú, tu eres la causante del pecado que cometí, tu provocaste que yo un Dios se enamorase perdidamente de un Demonio...- Dije sonriendole, pero ahora que lo pienso, cometí otro pecado...

-Y al parecer me hiciste un completo pecador al realizar mi tercer pecado...- Dije con una sonrisa coqueta.

Juvia estaba roja como un tomate, a duras penas pudo decir -¿Cuál?-

-Bueno hiciste que dejase el cielo para tener una vida contigo y lo peor es que no me arrepiento para nada haberme ido- Dije dandole una enorme sonrisa.

-Mi querido Gray, yo también soy una pecadora, me enamoré y decidí vivir por toda la eternidad con un ser que pertenece al cielo, y sin ninguna gota de arrepentimiento- Dijo mi preciada alma gemela.

-Bueno, entonces al parecer ambos somos pecadores- Dije feliz, feliz que hermosa palabra.

"Pecadores, siendo franco no creo serlo, yo no hice nada malo, yo soy simplemente un Dios que se a enamorado de alguien prohibido" "Pero ya que es considerado pecado, me he convertido en un gustoso pecador"