Amy no quería regresar a casa. Ni mucho menos ver a Rouge.
La confusión y el enojo se apoderaron de ella, no sabía que hacer. Estaba entre la espalda y la pared, se queda sin opciones.

Mientras que el manipulador esperaba pacientemente una respuesta de alguna ruta, ahí en ese momento, Sonic era un ejemplo de alguien sosegado. Aparentemente, muy distinto al que Amy juraba haber conocido por completo.

—Solo que desees quedarte en mi casa esta noche. Y mañana te llevaré al lugar que quieras —Sonic comentó rompiendo el hielo entre ambos.

Amy con las ideas completamente hechas un revuelo. Solo asintió con su cabeza.

Sonic muy saciado del asunto. No mencionó nada más y la llevó de vuelta a su casa. Bueno, una de las 3 que más que casa solo eran parte de una ""guarida"" para él.

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—Puedes usar este cuarto. Naturalmente nadie se ha quedado ahí. Es tuyo —dijo él encendiendo el interruptor, presentándole a Amy una recamara de un espacio pequeño.

Había una cama individual a un lado de la ventana, que estaba orden, una alfombra azul afelpada al lado de ésta, al lado, estaba un pequeño mueble, con una lámpara de noche al lado.

El grillito del cuarto lo hizo sonar acogedor.
Pese a que aún sentía la desconfianza, no dijo nada más y entró, sin dejar de abrazarse así misma.

—¿Deseas que te cierre la puerta? ¿O saldrás al baño todavía?

Amy al escuchar preguntarle, lo mira por encima de su hombro.

—Cierra la puerta.

—Claro. Como desees. Volveré en un momento y te traeré un juego de sábanas.

Sonic asiente y se retira una vez dicho eso.

Va hasta la puerta de la calle y se asegura de que esté cerrada. Va al baño, hace sus necesidades y después se asea la cara. Tenía ansias al pensar que ella escaparía, pero no había sonido que le hubiese alarmado.

Mientras tanto: Amy estaba en la cama. Sentada, sin aún quitarse los botines. No estaba asustada, ni triste, ni enojada, ni mucho menos feliz. Simplemente respirando, disociando.

A la defensa, que se ha producido  cuando la mente de ella se desconectó de la realidad. Y esto porque cuando se vive una situación límite que sobrepasa los recursos psicológicos de afrontamiento. Forma un sentido borroso de la propia identidad. Tristemente, esa noche era el caso de Amy.

Sonic interrumpió nuevamente para llevarle sábanas y una cobija limpia.

—Te he traído algunas, están limpias. Si quieres ponte de pie en lo que acomodo rápido la cama.

Amy asintió.

Sonic acerca una silla de fuera, poniendo ahí las frazadas limpias. Recoge las de la cama, Amy solo lo observa. Quita la colcha, después la sabana y coloca las nuevas.

Al otro lado de la cama, Sonic acomoda con cuidado aquello. Amy se acerca para estirar con él la sábana.

Al final ella contribuyó, y a Sonic le pareció curioso.

—Bueno, ya está —mencionó él recogiendo las cobijas anteriores y sacando la silla de nuevo, se gira para verla por última vez esa noche— Que descanses.

—Te lo agradezco —dijo ella casi en susurro.

Sonic la miró unos segundos y asintió con una ligera sonrisa.

La dejó sola.
Amy suelta un respiro. Antes de volverse a sentar, se detiene a ver el dormitorio, se quita los zapatos y se mete a la cama.

Sus ojos se cierran, ya no puede más, ha sido un día largo.

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Por la mañana, un aroma exquisito la despierta. Se talla los ojos y se sienta en la cama, por un momento sus emociones volvieron en sí, porque se llevó un susto, otro día sin estar bajo su techo. Se entristeció rápidamente, pero pensó que al menos había dormido tranquila, verificó su cuerpo, claro que no tenía nada.

Se pone los botines y abre la puerta. Al otro lado del pasillo sabe quién podría estar cocinando.

Antes de ir a la cocina. Va al baño y se asea la cara.

(...)

Amy camina lento hasta la cocina. Donde está Sonic de espaldas cocinando.

—¡Hola! Espero que hayas dormido bien —saludó Sonic cuando se dió cuenta de su presencia, saluda con una amplia sonrisa. Amy por su lado solo se limitó a levantar la mano derecha y agitarla ligeramente— lamento despertarte tan temprano, es que me apetecía unos hot cakes.

Sonic deja un plato extendido sobre la mesa.

—Porfavor, toma asiento. Me gustaría que me dieras una opinión.

Amy se sienta en la mesa. Toma un platito que había ahí. Toma uno, primero lo olfatea, —Tendrá veneno— pensó. Pero con un olor así no parecía estar envenenado..

Sonic se sentó en la mesa junto a ella, después de traer un jarrón con leche. Le sirve un poco a ella y otro tanto para él.

El desayuno es tenso. Al menos para ella. Sonic no la mira. En su lugar ve el móvil. Al fin que sabía que el shock le impedía hablar con él con normalidad.

Amy come, aquello estaba muy bien hecho. Y con maple era más rico aquello, la leche era el completo perfecto.

—Eres...bueno cocinando —dijo ella después de comer un pedazo, y lo mira buscando respuesta.

Sonic apaga el teléfono y lo hace a un lado.

—Gracias. Mi madre me enseñó a hacerlos.

Le dedicó una sonrisa, pero ella mira el plato y sigue comiendo.

«Sigue de desconfiada. Pero al menos ha bajado a comer al lado mío, sin intentar huir, eso es algo bueno. Debo seguir actuando así. No creo que haya sospechas, esta misma noche me la llevaré a otro lugar» pensó Sonic pinchando su hot cake.

Amy habla entonces:

—Yo me quería ir de esta ciudad. Ayer tenía mi boleto de tren para marcharme. Pero me lo han robado y todas mis pertenencias también.

Sonic asintió muy comprensible a su confesión.

—Que malo. En serio...Ummm, pero si lo que necesitas es una maleta. La casa de mi madre quedó abandonada, ahí estaba mi hermana y ella dejó varias cosas, puedes llevarte lo que desees.

Amy volvió a su semblante frío.

—No...está bien así. ¿Crees que puedas prestarme dinero para comprar de nuevo el boleto?

—Ummmm...puedes ganarte el dinero si deseas. No me gusta que me deban.

Amy se incomodó. Quería que le hiciera un trabajo para él pagarle.

—N-no. Puedo irme y conseguirlo. Ir a trabajar y así —contestó rápidamente.

—Te iba a pedir que si...te interesaba, solo sería que me ayudes a la limpieza de la casa. Y después de eso te vas ganando el dinero. U hoy mismo, eso depende de tu esfuerzo. Aquí por donde vivo, no hay trabajos y la situación es complicada. Si quieres un lugar seguro, mi casa es una buena opción.

Amy se quedó boquiabierta. Pero luego chasqueó la lengua. Agachó la cara. El último trocito de hot cake, no le iba a pasar. Le estaba jugando difícil.

—Está bien, te ayudaré para ganarme dinero —dijo ella no muy convencida.

—Bien —él se pone de pie— puedes limpiar la sala y después de eso. Te diré que más hacer. La escoba está al lado del lavabo. Lavaré los platos.

Sonic recogió los cubiertos de la mesa. Amy se levantó después.

“Trabajar para el tipo que me secuestró. Pero me pagará. No parece malo, debo confiar y después marcharme” —pensó Amy en sus adentros.

Sonic por su lado. Estaba en la cocina, ingeniando lo siguiente. Sacó el móvil y se puso a textear de nuevo a Inner.

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