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Una jovén adolescente estaba firmando unos papeles que no se había tomado la molestia de leer y los guardo en su bolso.
La adolescente entró a un consultorio simple, una sillón para acostarse y un escritorio a pocos metros de distancia con un Psicólogo que miraba fijamente el techo.
El hombre bajo la mirada del techo y miró a la adolescente, la miró de pies a cabeza y con una señal de su mano le indicó que se acostará en el sillón, donde puso su bolso en el suelo.
—Bueno, dime que pasa contigo —le ordena en un tono de voz tranquilo mientras saca una pequeña libreta de su escritorio.
La jovén se quedó callada unos momentos mirando el techo, parpadeó un poco y se preparó.
—Lo que pasa es que... Tengo varios problemas en mí vida personal— le menciono al Psicólogo que suspiro desganado y sacó de un frasco con monedas y colocó una dentro del frasco, de un momento a otro puso una sonrisa falsa.
—(Cómo todas las personas que vienen a mí consultorio, es más, seguramente un problema familiar)—pensó con la sonrisa falsa, ocultando su irritación miró a la adolescente, anotó "Problemas familiares".
La jovén miraba el techo algo triste y miró al Psicólogo, le era raro la sonrisa que tenía, parecía un buen tipo.
—Lo que pasa es que no tengo una buena relación con mis padres—continua explicando su problema, el psicólogo mantenía la sonrisa falsa y maldijo internamente.
—(Otro paciente con problemas familiares, es el décimo está semana y eso que es lunes)—pensaba molestó mientras anotaba "Décimo: problemas familiares" en su libreta.
—Vera, ellos están casados y yo viene de imprevisto al mundo... Tenían planeada una vida y llegué yo... —explica mirando al suelo con tristeza y el Psicólogo mantenía ésa sonrisa falsa.
—Me echan la culpa de sus problemas actuales, me ponen a ayudar en la casa con cosas que no me corresponde y sinceramente no se como ayudarme a mí misma, creó que no fuí el espermatozoide más adecuado—seguía hablando de su problema y el Psicólogo seguía manteniendo la sonrisa falsa.
—(Por eso mismo estás aquí, si la gente de verdad pudiera resolver sus problemas personales o sentimentales no vendrían a terapia)—pensaba con su sonrisa falsa y miró a su paciente, sinceramente le importaba poco, pero trabajo es trabajo.
—En la escuela los trabajos me agobian y siento que ya no puedo más con la presión de los maestros y las exigencias—continua explicando y su tono de voz cambia a uno más triste, pero sin ser un cambio repentino.
—(Normal, como en cualquier carrera universitaria)— pensaba con ésa sonrisa falsa viendo directamente a la paciente.
La jovén suspiro tratando de calmarse y no verse débil frente al Psicólogo, aunque para el ya lo era.
—¿Cree que debería quitarme la vida?—le pregunta con temor y de repente recibe una cachetada en la cara por el Psicólogo que se había levantado suponiendo a donde iba la pregunta.
—¿Porque estás aquí?—le preguntó seriamente mientras miraba a su paciente que estaba asustada por el repentino golpe.
—¿¡Qué le pasa a usted!?—le grita con unas pequeñas lágrimas amenazando con salir de sus ojos.
—¿¡Por qué estás aquí!?—le pregunta gritando elevando la voz y asustando a la paciente que retrocede encima del sillón.
La jovén empezó a temblar con temor y el psicólogo esperaba una respuesta, el psicólogo esperaba con calma y paciencia.
—¿Por qué estás aquí?— le vuelve a preguntar para calmar a la paciente y que responda su pregunta.
—Para, para, solucionar mis problemas—responde con temor y el psicólogo volvió a sonreír falsamente.
—¿Y crees que quitado te la maldita vida es una solución?—le pregunta aún con aquella sonrisa falsa y se vuelve a sentar en su escritorio.
La jovén se acomoda nuevamente y se queda callada mirando el suelo por unos momentos y asiente levemente.
—¿Acabas de dudar?—le pregunta aún con la sonrisa falsa en su rostro, ahora parecía más bien una pregunta para permitirse hacer algo.
El psicólogo abre un cajón y saca algo que guarda en su bolsillo y se levanta para volverse a acercar a la paciente.
—N-no—responde algo nerviosa por la cercanía del Psicólogo, que rápidamente sacó el objeto que guardó mostrando ser un cuchillo que coloco en su cuello.
—Entonces, ¿No te molestas si te cortó el cuello en éstos momentos?—le pregunta aún con la sonrisa falsa en su rostro y la paciente empieza a lagrimear por el miedo.
La jovén no contesta, su rostro dice que no estaba preparada para morir, el Psicólogo alejó el cuchillo del cuello y lo guardo.
—Si no estás lista para morir, no lo estarás para el suicidio—le empezó a hablar mientras miraba al techo, sinceramente le parece absurdo, ¿Matarte porque no soportas la presión de la vida? Ridículo.
La jovén tenía miedo, esté psicólogo parecía más un lunático ahora. Se levantó con cuidado para poder irse, pero el psicólogo se dió oa vuelta rápidamente evitando que se vaya.
—¿Sabes cuántos pacientes tuve que soportar para que al final me pregunten "¿Creé que deba matarme?"?—le pregunta con la sonrisa falsa en su rostro.
—Muchos, gente que creé que el suicidio es una salida a sus problemas... El suicidio es una forma exitosa para "salir" de los problemas... ¿Has pensado en las personas que te aprecian?, ¿Cómo se sentirían cuando te quites la vida? —continua hablan y preguntando con la sonrisa falsa en su rostro.
—Yo... No tengo a nadie que me aprecié— declaró la joven agachando la mirada, el psicólogo borró su sonrisa falsa y miró a su paciente con molestia.
—No entiendes, el apreció puede ser bueno o malo... Por más que digas que no tienes a nadie que te aprecié, termina siendo mentirá. Tus amigos, conocidos, compañeros o incluso desconocidos de internet—empezo a enumerar diferentes ejemplos.
—Todos ellos te pueden apoyar, apreciar de alguna manera... piensas de una manera donde te quieres suicidar sin pensar en las consecuencias—le recrimina algo tranquilo mientras saca el cuchillo y lo clava en su escritorio.
—Eres egoísta, y eso está bien... Tienes el derecho de serlo—le dice tranquilamente mientras miraba a su paciente.
—¿La escuela te presiona? "Hay que difícil es está tarea", ¡Y una mierda!—le grita molestó, la joven se asusta y de trata de proteger de un posible golpe.
—La escuela, universidad, preparatoria... Son complicadas, dan trabajos difíciles con especificaciones porque así funciona el mundo, sin complicaciones la humanidad no hubiera avanzado hasta donde está—nuevamente se calma y miró a su paciente, sinceramente su método para "tratar" con sus pacientes siempre fue mal visto por otros psicólogos.
La jovén dejó de protegerse y miraba al psicólogo atentamente aún con temor, el psicólogo se preparó para seguir hablando.
—Imagina descubrír formulas matemáticas desde 0 para que alguien del futuro se quejé que no entiende y eso que ésas fórmulas ya las tienen escritas—le dice ahora con la sonrisa falsa de regreso, la jovén tenía aún miedo.
—Imagínate creerte inútil por nacer en vez de otro espermatozoide, eso me dijiste que no fuiste el espermatozoide indicado—le recuerda con su sonrisa falsa y la paciente agacha la mirada.
—Aunque otros espermatozoides llegarán primero, de todas maneras tú habrías nacido—le dice a la paciente y está se sorprende de manera momentánea.
—¿Porque?, Aunque ya llegará uno, el óvulo escoge al espermatozoide más apto y con el mejor material genético—le cuenta tranquilamente con la sonrisa falsa y se vuelve a sentar en el escritorio.
—Si asi estás tú, imagina que hubiera venido otro espermatozoide—le dice con algo de burla, y con la sonrisa falsa.
Una alarma sonó y el psicólogo miró su reloj digital —Bueno, nuestro tiempo se acabó, espero que la próxima vez que nos veamos mejores con ayuda de lo que te dije—le menciona y la jovén se confunde.
—No creó que haya una próxima vez... —dice con nervios, ni loca volvería al lugar.
—¿Leíste los papeles que se te dieron, verdad?—le pregunta con burla y la joven se preocupa, rápidamente agarró su bolso y agarró los papeles.
Al principio creyó que era una broma, luego de leer más a fondo... Su miedo incrementa.
—"En caso de no mejorar, la paciente tendrá que volver con el psicólogo con el/la que fue recomendado/recomendada por última vez"—el psicólogo cito lo que decían los papeles.
La jovén grito con fuerza y se largó fuera del consultorio, el psicólogo sonrió levemente y miró la ventana donde veía a la paciente que se estaba largando.
—Espero y reflexiones para mejor, no me gusta repetir paciente— le dice ala paciente sin importar que no estuviera con el.
Paciente: ¿Eso es apoyo emocional y entendimiento?
Psicólogo: Aquí tengo tú apoyo emocional y entendimiento—saca un cuchillo que lo pega al cuello de la paciente.
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