Salí de trabajar antes de lo normal, no le avise a Chen porque quería esperarlo he irnos juntos a casa. Pase la media hora, hasta la que sería mi hora de salida, esperándolo, y cuando esta se dio, recibí una llamada de él diciendo que se retrasaría un poco pero que lograría llegar, a mí no me importo, su trabajo le exigía al igual que el mío y por eso le dije que no se preocupara y lo esperaría.

Pasaron diez minutos desde la llamada y yo ya se me sentía aburrido, cuando de repente vi que del otro lado de la calle, había un pequeño parque, y ahí había un señor con un puesto de algodones de azúcar. El olor de estos llegaba hasta mis fosas y no pude resistirme a ir por uno.

Antes de cruzar, espere que el semáforo diera el rojo, cuando este se dio, cruce. Fue solo cuestión de segundos que todo paso.

Un coche se rebasó el alto impactando contra mí.

Todo a mi alrededor se volvió borroso y los sonidos sordos.

El impacto fue tan fuerte que fui a parar en el parabrisas del conductor para caer inmediatamente al pavimento. Después los sonidos se hicieron presentes de nuevo pero traía la vista borrosa. El sujeto del carro freno de golpe, pero solo duro un par de segundos y arranco de nuevo. Se había ido.

Yo seguía en el frio suelo, sentía perfectamente cada uno de los lugares donde tenía huesos rotos. El señor que se encontraba en el parque dejo su puesto y llego a mi lado, trato de ayudarme pero mi estado era muy deplorable, me sentía muy débil y tenía la vista perdida. Escuché cómo hacía una llamada y pedía una ambulancia, más personas se me fueron acercando. Llegaron patrullas y rodearon el lugar con cinta amarilla. Los policías interrogaban al señor, este se encontraba muy conmocionado y les explicó todo lo que pudo observar desde su lugar.

Me encontraba boca arriba en la calle con los ojos cerrados, apenas los abrí y vi el cielo oscuro bañado de estrellas.

Las estrellas eran hermosas.

Los paramédicos llegaron y me revisaron. Segundos después, sentí como un par de brazos me tomaron, el calor de ellos me era muy familiar, comenzaron a sacudirme y una voz me llamaba.

- Minnie, soy yo, Chen, debes levantarte, vamos a casa. -

Oh, eres tú, Chen, has llegado, pero ¿porque tu voz suena diferente? ¿Te sientes mal? Pareciese que quieres llorar.

Quiero contestarte pero no puedo, el golpe me ha roto unas costillas y siendo que la sangre que está llenando mis pulmones me impide contestarte, tengo su sabor metálico en la boca, solo puedo sonreírte pero no sé si tú puedas ver mi imperceptible sonrisa.

Quiero abrir los ojos para ver tu rostro una vez más, pero tengo tan pesados los parpados que no puedo.

Quiero llevar mi mano en busca de tu mejilla, pero mi brazo está roto y no puedo moverlo, ni siquiera siento el resto de mi cuerpo, todo lo tengo entumecido.

Tu calor es muy reconfortante para mí y no quisiera perderlo nunca, pero algo me dice que mis latidos ya los tengo contados y nos tendremos que separar.

Y así fue.

Dos pares de brazos desconocidos me separaron de ti, quise evitarlo pero mi cuerpo ya no me escuchaba. Me acomodaron en algo suave y comenzaron a moverme, después de dos movimientos me metieron en lo que podría ser una ambulancia, lo supe porque los sonidos incesantes de su sirena me rompía los tímpanos. La ambulancia arranco conmigo adentro, dejándote a ti atrás.

Creo que aquí nos separamos, Chen.

Perdón por no esperarte unos minutos más, sabes que suelo ser a veces un poco impulsivo.

Perdón si ya no volveremos a estar juntos, pero recuerda que yo siempre te estaré cuidando.

Perdón si luego soy el causante de tus lágrimas y no estaré para limpiártelas.

Perdón por dejarte, no es que yo lo haya querido.

Perdón por tantas cosas, Chen, pero hay algo de lo que no me arrepiento...

No me arrepiento de haberte conocido...

No me arrepiento de los tiempos juntos...

No me arrepiento de haberte amado.

A partir de ahora, estaré siempre a tu lado y esperare hasta que tú puedas venir al mío, disfruta, Chen, disfruta por ambos.

Tan solo dejemos... Que así sea.

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Waaaaaaaaaaahhhhh *está llorando*

¿Y que les pareció? ¿Lo odiaron? ¿Les gusto? ¿Lloraron?