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『9』

Angely guardó su diario viendo a la mujer salir del cubículo envuelta en una toalla sonriéndole tímidamente.

-¿Pudo quitarlo todo?

-Sí...muchas gracias, muchacha.

-Mi nombre es Song Angely-le sonrió y extendió la ropa-. Puede cambiarse. Cerraré mis ojos para que no sea tan incómodo para usted.

Con nula vista por parte de la menor, la joven mujer se colocó los shorts de mezclilla y la ancha camisa blanca. Para su suerte, sus sandalias negras de tacón bajo la ayudaban a lucir bien el conjunto.

Sólo que aquella no era la ropa precisamente apropiada para una maestra.

Suspirando, se sentó a un lado de Angely y comenzó a secar un poco su húmedo cabello para luego desenredarlo con sus dedos.

-Gracias por tu ayuda, muchachita-Angely abrió sus ojos para encontrarse con la sonrisa de su maestra-. No sabía qué haría cuando esos chicos destrozaron mi ropa.

-Está bien-le sonrió de vuelta-. Si no hubiese sido yo, alguno de mis amigos o los mismos profesores hubiesen actuado igual.

-Si se trata de tus amigos, no lo dudo. Pero de los demás profesores...

-¿Oh?-frunció su ceño-¿Por qué no la ayudarían?

-Verás, linda Angely, soy madre soltera desde los dieciocho. Eso no es bien visto en nuestra sociedad ¿comprendes? El claustro de maestros se ha enterado de eso y no les hace mucha gracia...excepto al director, que amablemente me cedió la plaza de la maestra que tuvo que irse.

-Sí, ya entiendo-suspirando, bajó la cabeza a sus manos-. Quizás no sea mucho, pero mis amigos y yo le ofrecemos nuestra amistad. Tal vez teniendo un poco de compañía dentro de la escuela le resulte más fácil su estadía.

-¡Ay, pero qué niña más tierna!-chilló la mujer y le regaló un rápido abrazo-. Me recuerdas mucho a mi hijo. Gracias por ser así de linda. Tú y yo seremos muuuy buenas amigas. Mi nombre es Park SoRa y aunque soy tu amiga ahora, no esperes sobresalientes gratis en mis exámenes, pero sí muchos repasos antes de eso.

A la pelirroja le causó gracia las palabras de SoRa, y la forma en la que se había expresado, por lo que rió.

-Un gusto ser tu amiga, SoRa. Y tranquila, no espero sobresalientes en tu asignatura porque la tengo dominada-afirmó con una orgullosa mueca.

-¡Ohhh! Una inteligente chica ¡Cuéntame más! De todas formas ya nos hemos perdido la primera hora de clases.

Por decisión de ambas (a pesar de que SoRa intentó convencer a Angely de que fuera a clases y esta terminó negándose), se quedaron en el baño (ignorando que dos grupos hubieran ido a cambiarse luego de sus clases de educación física) platicando de todo tipo de cosas, desde sus vidas, hasta procesos matemáticos.

Angely no la quería dejar sola pues sabía que, de permitir que se enfrentara a los demás maestros sin compañía, sería como darle un poco de carne a un grupo de pirañas, más con aquella ropa que a SoRa no le quedaba más remedio que usar.

Si bien habían profesores que no les gustaba caer en los chismes y juzgar por simples estándares, eran los menos, y encontrarlos sería toda una odisea y significaba exponer a SoRa a que la siguieran señalando.

Definitivamente Angely debía planificar bien sus movimientos, mas su maestra no estaba dispuesta a estar todo el día en el baño y logró convencerla de que debían salir pues ya era hora de receso.

Iban de la mano, Angely guiando y haciéndole un pequeño tour a SoRa por las zonas de la escuela por donde pasaba.

Sin embargo, con todo aquel que se topaban, las señalaban acusadoramente y, aunque a ellas no les importaba mucho, debían admitir que era incómodo.

Llegaron a la cafetería, siendo acaparadoras de todas las miradas de los allí presentes, la una porque no se le había visto el pelo en todo el día y la otra porque no presentaba ropa precisamente acorde a su profesión.

Angely pasó de largo todo eso, tomando más fuerte la mano de SoRa y se encaminó hacia sus amigos, quienes la esperaban sonrientes.

-Chicos, ella es Park SoRa, nuestra nueva amiga y profesora de Matemáticas.

-Mucho gusto en conocerlos, pero no piensen que porque me haga su amiga les daré notas gratis. Sólo repasos extras, y puede que dulces gratis para quien se preste a cuidar a mi hijo como una tarea extraescolar.

-¡Yo!¡Yo!-enseguida JiMin, HoSeok, HanEul, JaeSang, ShuHua y Angely alzaron sus manos y brincaron en sus lugares.

SoRa rió de conjunto con los demás.

-Era una broma, niños.

-Oiga, pero nosotros lo hacemos encantados-asintió TaeHyung-. Si Angely llegó con usted como su amiga, nosotros también lo somos, así que aquí estaremos si lo necesita.

-Bueno...eso es muy lindo viniendo de unos jovencitos como ustedes-la mayor sonrió y arrugó su nariz-. Sigan así de tiernos. No sean como los pesados que me hicieron esa mala broma.

-¡Oh! Tenemos que vengarnos de esos-sentenció YoonGi y los demás estuvieron de acuerdo, menos SoRa, que tenía una expresión de horror en el rostro.

-No, no, no, no. Niños, eso no.

-Meh. Se lo tienen merecido-JaeBum se encogió de hombros-. No es la primera vez que se meten con un profesor que nos agrada.

-¡Ugh! Sí. Al parecer no tienen nada más que hacer que joderle la existencia a los demás-bufó SoYeon.

-La profe y unnie no tienen su bandeja de la merienda. Yo voy por ellas-sonrió HanEul, levantándose de la mesa.

Cuando todos siguieron con la vista a la menor de los Jeon, se percataron de todas las miradas y cuchicheos estaban en ellos.

"Mira como descubre sus piernas ¡Qué profesora más atrevida!"

"No debería estar en la escuela. Si con tanto placer abrió sus piernas y dejó que la abandonaran, ni debería mendigar por una plaza que es para alguien más decente."

Comentarios de ese tipo eran los que se escuchaban y SoRa tomó la mano de Angely y la apretó, mordiéndose los labios y, disimuladamente, intentó que su bolso cubriera lo más que podía sus muslos.

Fue entonces cuando, conjuntamente con HanEul y sus bandejas, un robusto hombre de cabellos negros y corta barba se acercó a la mesa mientras se quitaba la camisa sobre su pullover.

Después de todo, siendo profesor debía cubrir sus tatuajes de alguna manera, pero entendía que SoRa tenía una necesidad mayor.

-Tenga, señorita. Cubra sus piernas con esto, y no preste atención a lo que están diciendo.

Cuando la joven maestra vió tal muestra de solidaridad, levantó su barbilla con orgullo conjuntamente con su dedo índice y habló:

-Si usted está haciendo esto por pura solidaridad falsa, le voy confirmando que soy madre soltera y no caigo en favores porque, como ve, tengo una criatura que mantener y deudas monetarias no me convienen. Ahora, si aún sabien esto, mantiene su gesto caballeroso, entonces lo acepto.

El otro profesor asintió con una amplia sonrisa y hasta se tomó el atrevimiento de apartar el bolso de SoRa y colocar su camisa, sentándose luego a un lado de la joven mujer.

Cabe destacar que todo ello fue bajo las expectantes miradas de los adolescentes en la mesa. Incluso HanEul había actuado en silencio cuando dejó las bandejas en la mesa cerca de Angely con tal de seguir apreciando la escena que, evidentemente, no iba a detenerse.

-Mi nombre es Jeon JongSan. Soy profesor de Educación Física, y estoy muy en desacuerdo con todo lo que hablan de usted y lo que ha tenido que vivir el día de hoy.

-Sí, bueno...no ha sido una bienvenida muy cálida-rió SoRa, extendiéndole su mano a su homólogo-. Un gusto, JongSan. Yo soy Park SoRa, profesora de Matemática, y agradecería mucho que me trataras de tú. Sólo tengo veinticinco.

-Hum...por lo que andan diciendo por ahí, dicen que tienes un niño pequeño.

-Umjun-asintió la mujer sonriente-. JaeHo. Tiene siete años.

-Madre joven-silbó el mayor-. Igual que los padres de estos dos.

Sin esperárselo nadie, JongSan señaló a JungKook y HanEul, quienes se sonrojaron ante las miradas asombradas de todos sus contarios excepto ShuHua.

-¿Y usted cómo sabe eso?-jadeó con sorpresa JiMin.

-¿Porque soy su tío?-bufó con obviedad-. Vamos, chicos. Pensé que ya lo sabían.

-Siempre hemos pensado que el gran parecido entre usted y JungKook es enorme, pero él nunca nos confirmó nada-puchereó JaeSang.

-Es que cuando mi hermano y yo entramos a la escuela, no queríamos ser populares y que las personas se nos acercaran sólo por ser sobrinos de uno de los profesores-explicó HanEul.

-¡Woah! Pero en serio que se parecen mucho, ahora que los veo bien-interveno SoRa, paseando sus ojos de tío a sobrino con una sonrisa.

-Es porque mi padre y mi tío son gemelos-sonrió JungKook, inclinado ligeramente la cabeza ante los mismos en el cabello que le hacía su novia-. Hanie es idéntica a mamá, y yo a papá, y por ende, a mi tío también.

-Obviamente yo ya lo sabía-rió ShuHua.

-¡Por supuesto que sí!-con una burlona mueca, JongSan volvió a tomar la palabra, instalando un sonrojo aún más notable en las mejillas de su sobrino y novia-. Después de tantas veces siendo yo quien los ha descubierto cuando pretenden hacer sus cositas sucias y piensan que están solos en casa, por supuesto que mi rostro se te debe haber quedado grabado, niña bonita.

-¡Hey! Al menos sé diferenciarlo de mi suegro-se defendió ShuHua, ganándose las risas de la mesa.

-En todo caso, niños. Por experiencia propia, cuídense mucho-aconsejó SoRa, volviendo a sonrojar a la pareja.

-Sí, eso lo tenemos muy en cuenta-librando la repentina timidez que lo invadía, JungKook soltó una risita-. Mis padres me tuvieron con diecisiete y a mi hermana con dieciocho. No la pasaron muy bien y a veces es que se pueden dar el lujo de vivir lo que en su adolescencia no pudieron, así que...

-Resumen, muchachos: usen condón.

La mesa volvió a estallar en risa ante las palabras de JongSan.

-¿Y tú qué?-le preguntó SoRa al susodicho-. Debes andar en tus treinta ¿no tienes hijos?

-Treinta y cinco-aclaró con un orgulloso gesto-. Y sí, tengo una nena de siete años. Es hija de una amiga mía, que tuvo una situación similar a la tuya, pero ella falleció al dar a luz porque sabía que su embarazo era de riesgo y por eso me había pedido que me hiciera cargo de la criatura. De igual manera la quiero como si fuera mi hija biológica.

-Muy trágico todo-suspiró la maestra.

-Sí, bueno-por primera vez en un largo tiempo, Angely intervenía-...todos tenemos una historia profunda que contar.

-Exactamente, mi querida estrella.

Aunque no quiso, la pelirroja terminó sonrojándose por las palabras de TaeHyung y enseguida recibió con disimulo las pícaras muecas de aquellos que conocían su pequeño secreto...incluída SoRa, quien recién caía en cuenta de que no conocía los nombres de la mayoría de sus alumnos y nuevos amigos.

Cada uno se fue presentando y haciéndose conocer ante su profesora, hasta que de repente HoSeok llamó la atención con un descubrimiento.

-Chicos ¿se dan cuenta de que si JungKook y ShuHua o HanEul y yo llegamos a tener hijos...hay una gran probabilidad de que sean gemelos?

-¡Woah!¡Sí es cierto!-rió YoonGi.

-¿Se imaginan cómo sería?-sonrió SoYeon-. Si son del mismo género, vivirán confundiéndolos.

-¡Y los nombres!¡No pueden ponerlos parecidos porque seria confusión doble!-se burló JaeBum.

-¡Yah!-JongSan señaló a sus dos sobrinos-. Vayan a ver cómo llaman a esos niños, pero uno de ellos debe tener mi nombre.

-¿Y como por qué?-resopló HanEul, divertida con la situación.

-¿Cómo que por qué?-el mayor se mostró muy ofendido-. No les cambié los pañales y los cuidé como un niñero profesional sabiendo que ustedes son un remolino que todo lo alteran como para que ahora no vayan a ponerle mi nombre a uno de mis sobrinos-nietos. Me niego a que se me deshonre de esa manera. No sean malagradecidos, mocosos.

-¡Pero eso no es justo, tío!¡Yo quiero tener dos niñas!-protestó JungKook.

-No me importa. A una le pones mi nombre igual.

-¡Yah!-se quejó ShuHua-¡Eso no, hombre!¡Pobre criatura!

La mesa se hundió en un debate donde se estaban discutiendo los nombres de los futuros gemelos de los hermanos Jeon, así como también se estaban pelando por ver quién sería su padrino, su tío favorito, y hasta habían comenzado a apostar por ver si los futuros padres serían capaces de no confundir a los posibles gemelos.

En medio de todo aquello, SoRa se echó hacia atrás con Angely y con un discreto gesto de cabeza, señaló a TaeHyung.

-Ese chico castaño es quien tiene tu corazón ¿cierto?

La pelirroja asintió con una tímida sonrisa, ganándose una caricia en la mejilla por parte de su mayor.

-Se ve que es buen muchacho y le llamas la atención. Puedes avanzar sin miedo, bonita. Has escogido muy bien a quién amar.

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