Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

41 Septiembre (Final)

El reloj dio las 00:00 y el primero del mes de Septiembre llegó.

Los tres allí presentes se miraron unos a otros, esperando algo. Kook no sabía cómo sentirse al respecto. Esa persona a quien tanto amaba nunca le dijo que ese día llegaría, ese día donde se lo iban a llevar.

Yoon Gi no tenía idea de que era lo que tenía que hacer. Estaba paralizado por el miedo y la creencia de que 616 en cualquier momento aparecería para llevarse al amor de su vida para siempre.

Pensó en qué había hecho mal a lo largo de su vida, en por qué no podía vivir un final feliz o al menos tranquilo como cualquier otra persona. Nunca se imaginó llegar a ese punto, donde la vida y la muerte pendían de un hilo fino. Él era la esperanza para Jung Kook, ese alguien que podría salvarlo de un trágico final al que parecía haber estado destinado.

Desde ese día en que Jung Kook le nombró a esa cosa que estaba a su lado, supo que nada iba a ir bien. Pero aún así él siguió, estuvo dispuesto a luchar, a sacarlo de todo lo malo y desgraciadamente nunca lo logró.

¿Por qué se había enamorado de ese chico? Ni siquiera lo sabía, era inexplicable. Quizás si el destino de Jung Kook era ese, el suyo fue caer en el sentimiento del amor.

Lo amaba tanto y a la vez un dolor desagradable le oprimía el corazón, el cuerpo entero.

¿Qué se suponía que debía hacer?

Jung Kook siguió clavando su mirada en Yoon Gi, llena de lágrimas. No se quería ir, no ahora. Gracias a él pudo sentir lo que era el apoyo y el amor. Toda su vida solo, abandonado... Yoon Gi nunca lo dejó y buscó la manera de reparar su vida. No le importaba que no lo hubiese logrado, pero aun así estaba destrozado.

Estiró su mano hacia él, como si fuera a despedirse. Le regaló una sonrisa triste que hizo que el corazón de Yoon Gi se detuviera.


—¿Este es mi fin?—preguntó al aire.


Su madre, quien lo había estado mirando fijamente con la impaciencia de ver aparecerse a otro más, frunció el ceño al ver que nada ocurría.


¿Dónde estás? Llévatelo y cumple mi deseo.


Siguió sin ocurrir nada, ninguno lo podía ver, ni siquiera Kook. Se preguntaba si es que era producto de su amuleto que lo protegía.

En ese momento de puro silencio, Yoon Gi suspiró aliviado, pero sólo un poco. Entonces, como  por sorpresa, un fuerte viento empezó a soplar y Kook se vio rodeado por una masa negra.


¡Cumple con nuestro pacto!—gritó la mujer desesperada con una sonrisa en los labios— ¡Dame tu poder!


Jung Kook cerró sus ojos y sintió aquella sombra absorbiéndolo. Yoon Gi en ese momento corrió hacia él para impedir que se lo llevara, pero fue empujado bruscamente hacia atrás cayendo de espaldas y golpeando un poco su cabeza. Pero a pesar del golpe eso no le impidió volver a levantarse y acercarse una vez más.


—¡Llévame a mí!—gritó hacia esa sombra —Mi alma será tuya, pero deja a Jung Kook en paz.


Todo se detuvo en ese momento. La oscuridad se alejó de Jung Kook y pasó a avanzar hacia Yoon Gi. El menor se sobresaltó y observando la forma tan rápida en la accedió a llevárselo a cambio de él, tuvo que detenerlo, pero su madre sorpresivamente se colocó frente al rubio como si lo protegiese; pero en realidad lo único que quería era que se llevara a su hijo.


No, él no sirve. Debe ser mi hijo, sólo si es él podrás darme lo que quiero. ¡Este chico no te servirá!


Yoon Gi no podía creer cómo alguien podía convertirse en un ser tan despreciable. Era cruel, malvada, no le importaba la vida de su hijo, sólo quería poder. Un poder que nadie nunca tendría en sus vidas. Todo era una mentira.

Algo parecía no estar bien. La duda invadió al mismísimo Diablo. Si tomaba a Kook sería por parte de un pacto que la mujer hizo con él, pero el chico ya no era puro y además era muy débil y sensible. En cambio, Yoon Gi era diferente, su alma era fuerte y eso le daría lo necesario para seguir llenándose de almas listas para servirle y de las cuales alimentarse.

Quizás Yoon Gi debió ser suyo desde el principio y no Jung Kook.


—¡Yoon Gi no!—gritó Kook acercándose a él.


Lo rodeó con sus brazos a modo de protección, pero con eso no lograría salvarse ni salvarlo. Las cartas estaban puestas sobre la mesa, su destino era acabar así.

O quizás era el destino de ambos acabar así.

Kook nunca soñó a lo grande, ni cuando fue niño. Por alguna razón siempre se sintió triste como si supiera que algo malo pasaría con él. En su momento estuvo listo y dispuesto a aceptarlo, pero cuando Yoon Gi volvió a su vida, no quiso que las cosas acabaran.

Amaba a alguien, y ese alguien lo amaba a él.

Pero los segundos pasaban y el tiempo no iba a esperar a ninguno de ellos. Sólo quería estar con Yoon Gi así para toda la vida, no soltarlo, no dejar que se lo llevaran.


¡Llévate a mi hijo, ahora!


Sin recibir ninguna respuesta por parte de 616, aquella mujer empezó a desesperarse. Notaba que algo no estaba bien, que parecía ser que su deseo no iba a llegar a cumplirse. La duda no debía formar parte de él; era imposible que sucediera algo como eso. Ahora que podía notarse que el interés por ese chico de corazón sensible se había perdido, su objetivo era el rubio.

Tantos años junto a Jung Kook, alejándolo de todos, incluso de Yoon Gi, quien había llamado su atención particularmente en ese momento en que se ofreció a cambio del otro. Eso era algo muy inusual, tanto que hasta incluso logró sorprenderse con la determinación que lo dijo. Yoon Gi no se andaba con juegos, y sí, era un chico fuerte y podía serle de mucha más utilidad que Jung Kook.

Pero, si bien ahora quería llevarse a Yoon Gi, tenía un trato que cumplir. Debía llevarse a Jung Kook y darle un poder inexistente a aquella mujer que había practicado la brujería para ofrecerle a su propio hijo.

Ella no se daba cuenta de con quien había pactado, no se había dado cuenta de que todo era una vil mentira. Nada le daría poder, simplemente en cuanto se llevara a su hijo, la haría desaparecer de su vista. Aunque aquel ritual debía cumplirse según unas normas que incluso el mismísimo Diablo debía respetar, no le impedía deshacerse de aquella mujer. Y el momento de hacerlo era ese.

Simplemente estiró su mano hacia ella, como si le ofreciera algo; la codicia la llevó a tocar aquella sombra negra que se perfilaba ante su psicótica mirada. Ella creía que ahora tendría su dichoso poder, pero lo único que obtuvo al tacto frío y repugnante de aquello fue un insoportable dolor que recorrió todo su cuerpo, haciendo que su interior ardiera y sintiendo cómo se desvanecía tan rápidamente como un pestañeo.

Y así desapareció de la vista de ambos chicos, quienes observaban la escena aterrados, sabiendo que ahora era el turno de alguno de ellos dos.

Jung Kook estaba muy asustado, el ver lo que había hecho a esa mujer le daba la sensación de que con él pasaría lo mismo, o con la persona a quien abrazaba. Pero a diferencia de él, Yoon Gi si bien sintió un escalofrío, tenía la mente puesta en llevar a cabo su cometido.

Porque lo había pensado tantas veces, en aquellos momentos en los que se alejaba de todo y disfrutaba, se desahogaba, con cada cosa que quemaba. Él no quería un final trágico, su idea desde un principio fue luchar y alejar a esa entidad maligna de Jung Kook, pero era tarde.

Sabía que no podrían volver juntos de la mano a casa, a volver a besarse o quizás a mirarse a los ojos con una sonrisa.

Miró al menor, totalmente inexpresivo, aprovechando así que 616 simplemente estaba allí frente a ellos, mostrándose como una nube de humo negra y espesa. Pareciera como si los estuviese dejando despedirse.


—Jung Kook, ¿le temes al fuego?  


Las lágrimas no pararon de resbalar por sus mejillas y la angustia y dolor se convirtió de nuevo en temor, miedo. Abrió exageradamente sus ojos y movió su cabeza negando como si supiera lo que Yoon Gi trataba de decirle con esa pregunta. 


 —Por favor, sólo contéstame— agarró su rostro con ambas manos y el menor asintió muy desconfiado. Yoon Gi sonrió, taciturno y cerró sus ojos con fuerza para luego abrirlos y mirar aquellos grandes ojos que lo veían asustado — .Lo suponía. Ahora que lo sé con certeza, debo confesarte que todas esas veces que me iba era porque necesitaba descargarme quemando cosas.... Jung Kook, desde niño fui un pirómano. No puedo evitar sentirme bien al ver cosas arder a mi alrededor, es...


 —¿Qué tratas de decirme con todo eso?


Sin darle respuesta con palabras, Yoon Gi  sabía que había en el bolsillo de su pantalón un pequeño mechero y en otro guardaba un frasco con combustible para todas esas veces que salía a tratar de ahogar su dolor.


 —Es imposible que sobrevivamos, y antes de ser torturados en el infierno prefiero morir haciendo caso a ese libro. Lo siento, Jung Kook, te amo y siempre lo haré.


En ese momento, Kook no alcanzó a decir una sola palabra. Ambos vieron a aquella masa de humo negra avanzar rápidamente para tratar de llevárselos hacia el infierno, pero Yoon Gi fue más rápido que él; rompió aquel frasco haciendo que el contenido mojaras sus pies, encendió el mechero y dejó que la llama y el líquido se fusionaran en uno para empezar a recorrer sus cuerpos.


—¡Yoon Gi!—chillón Kook, aferrándose al otro cuerpo, temeroso por esas llamas que subían por sus piernas. Era una pesadilla.


—Estaremos juntos por siempre.


Y mientras el fuego los iba consumiendo, ambos se dieron un último beso; ni siquiera sintieron dolor, sólo tenían la sensación de irse desvaneciendo poco a poco como cenizas, como si fuera todo parte de una fantasía.

Sus cuerpo se convirtieron en una especie de polvo brillante ante la presencia de nadie. 616 había desaparecido. Lo último que la brisa de aquel oscuro lugar se llevó fue la de sus rostros con sus labios juntos, cerrando la puerta de la vida y sellando su amor para toda la eternidad.


Fin.




•❅──────✧✦✧──────❅•

Nota: 

Hola queridxs lectorxs, quiero agradecerles el que se hayan tomado el tiempo para leer esta trágica historia, la cual espero que hayan disfrutando y les haya hecho sentir la angustia y frustración que invadía a cada personaje. Quiero aclarar, como lo hice anteriormente antes de editar esto, que mi idea no era que terminara en un final feliz.

Una vez más, mi agradecimiento por su apoyo, sus votos y comentarios (algunos se pasan y me tuvieron llorando de risa, en fin...xd)

Gracias por leer.

Att: Menta

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro