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27 Búsqueda

—¿Por qué a él? No comprendo...


Yoon Gi dejó a un lado unos papeles en los que anotaba cosas. Aún no había encontrado a esa persona que le diera información sobre lo que era 616.

Quería empezar a ver ciertas cosas por su cuenta y anotó lo que más llamó su atención:

1-Se molestaba si alguien se acercaba a Jung Kook demasiado.

2-Lo controlaba cuando quería dañar a otro.

3-Parecía molestarle el hecho de que tratara de averiguar lo que era. Por ese motivo rompió su libro.

Esas eran las tres principales conclusiones que tenía hasta el momento.

Hubo un tiempo en que Yoon Gi creyó realmente que Kook era esquizofrénico y que 616 no existía. Pero ahora que la señora Choi le reveló semejante cosa, su duda acerca de eso desapareció.

Guardó todo el papeleo en el cajón de la mesa de luz y se recostó en la cama.

Le era imposible poder cerrar los ojos al pensar en tantas cosas. Quería encontrar a Jung Kook, decirle que lo ayudaría a deshacerse de esa cosa que lo vivía acosando; no tenía idea de dónde podría estar, pero suponía que no muy lejos de donde trabajaba.

Se levantó después de su intento por poder conciliar el sueño y miró su billetera. No tenía mucho dinero, pero le servía para su cena de esa noche.

En ocasiones ni siquiera comía y solía acostarse con el estómago vacío. Su cuerpo se estaba viendo incluso más delgado por ello y eso le asqueaba cada vez que se miraba al espejo.

No era la hora de cerrar los negocios aún, así que Yoon Gi tenía tiempo de salir a buscar algo de comer. Con un poco de ramen se conformaba.

Se cubrió con una chaqueta y una gorra debido al frío que hacía afuera. No caminó muy lejos de su casa; pasó cerca de su lugar de trabajo hasta llegar a una pequeña tienda de conveniencia.

Entró rápido y buscó lo que necesitaba. Pagó y salió de inmediato.

Se detuvo, antes de seguir hasta su casa. Observó la otra acera que daba enfrente y lo vio.

Caminaba a pasos rápidos, mirando a su alrededor como todo un paranoico. Llevaba una bolsa, seguramente con comida.

Decidió cruzar la calle, ya que no pasaban autos. Lo hizo con cuidado de que no lo viera, porque si Kook se percataba de su presencia saldría corriendo.

Lo siguió a una distancia prudente. Ni de muy lejos, ni tampoco cerca.

Jung Kook en un momento se detuvo de golpe y miró hacia atrás. Alguien le dijo que lo seguían.


Mierda...—pensó Yoon Gi, irritado por creer que 616 lo delató.


Kook lo miró y, enseguida, dio la vuelta para salir corriendo. Yoon Gi no iba a dejarlo marchar, y por ello lo persiguió, a pesar de que su físico no le permitía hacer mucho esfuerzo.


—¡Jung Kook, por favor! —le gritó, sin dejar de correr.


—¡Aléjate de mí!—respondió el pelinegro, sin dejar de mirar al frente.


Los pies de Jung Kook aceleraron de improvisto y el rubio casi lo perdió de vista. Logró llegar hasta su casa y, en cuanto entró, cerró la puerta.

Yoon Gi logró llegar hasta lo que necesitaba, la casa del chico. Se detuvo frente a la puerta y llamó varias veces, golpeando con sus nudillos.


—Por favor, Kook, necesito hablar contigo.


—¡Vete!—gritó al otro lado, apoyándose contra la madera—¡Te dije que no quiero hacerte daño!—cubrió sus ojos con fuerza y comenzó a llorar —Vete, por favor...


Su sollozo se escuchó. Yoon Gi dejó de golpear la puerta y se quedó en silencio. No quería verlo sufrir, ni que le dijera de esa manera tan dolorosa que se marchara. Pero no tenía opción, no podía hacer nada más que dar la vuelta y volver.

Lo bueno, es que ahora sabía donde estaba el hogar de Kook.

El pelinegro se quedó arrodillado tras las puerta, cubriendo su cara, dejando que las lágrimas salieran y mojaran su piel. Era mejor que Yoon Gi no se acercara más, no quería que algo malo le pasara por su culpa.

Lo quería. Debía protegerlo de él porque tenía miedo. Un miedo inmenso a que algo terrible pasara.

Después de unos minutos, Jung Kook limpió sus lágrimas con la manga de su abrigo y lo miró.

Estaba observándolo, con una sádica sonrisa que le hizo sentir un escalofrío por todo el cuerpo.

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