24 Él
Más recuerdos surgieron en ambos. Los charlaron y rieron un poco, a pesar de que no eran cosas muy agradables las que vivieron.
Ninguno tuvo una infancia como debía haberla disfrutado. Eso era triste y sabían que ese tiempo jamás se podría volver a vivir. Pero dentro de todo lo malo, lo bueno es que tenían mucho en común.
Ambos estaban sentados en el borde de la cama; era como verlos de niños, en ese hospital, cuando Yoon Gi escapaba hasta el cuarto del más pequeño.
—¿Y qué fue de...?—preguntó el rubio.
Jung Kook miró hacia otro lado. Esperaba que no sacara ese tema de conversación, pero era bastante obvio que Yoon Gi lo haría.
—Sigue conmigo —respondió sin mucha gana.
—¿Ahora está aquí? —Kook asintió—Vaya...
Kook miró hacia 616. Estaba de pie, muy cerca de Yoon Gi. Su cuerpo inclinado hacia delante lo hacía pensar que quería asustarlo de alguna extraña forma, porque no podía tocarlo, pero sí hacerlo sentir incómodo con su presencia.
Los ojos del pelinegro siguieron fijos en ese punto y Yoon Gi lo siguió con su mirada.
—¿Está delante de mí? —susurró, un poco atemorizado.
—Sí.
La mano del rubio se movió hacia ese punto, no había nada que chocara con su tacto, nada que le dijera que ese ser podía tocarse pero no verse. Lo que sí sintió fue un escalofrío.
—No hagas eso—le advirtió Kook—Se va a enojar contigo, no lo toques.
Yoon Gi apartó su mano de inmediato. No lo hizo por precaución de que fuera a suceder algo si seguía haciendo eso, sino sólo porque Kook se lo pidió.
—Lo siento.
Las cortinas se movieron levemente hacia arriba, lo cual llamó la atención de Yoon Gi. La ventana estaba cerrada porque afuera hacía mucho frío, era imposible que el viento entrase.
—¿Lo hizo él?
Kook no contestó. Observaba detenidamente los movimientos de 616. Se paseaba por el cuarto, inspeccionando todo lo que veía. Se detuvo a mirar en la mesa de luz. El cajón estaba medio abierto por lo que podía ver qué había en el interior de éste.
El cuerpo de Jung Kook se levantó de la cama y caminó hasta el cajón para ver qué era eso que miraba tanto. Yoon Gi lo observó en silencio.
—Es un libro —dijo Kook, mirando dentro del cajón.
Trató de cerrarlo, ignorando la atención que 616 ponía sobre este objeto. Pero su mano actuó por sí sola y acabó agarrando el libro de color rojo, sacándolo de su lugar.
—No, no lo hagas—Kook abrió el libro y empezó a arrancar las páginas con notoria violencia—¡Basta!
Sus acciones eran controladas por 616. Hacía un tiempo no había vuelto a hacer ese tipo de cosas. Por lo tanto, Kook ya creía que no era tan poderoso. Pero al parecer se equivocó.
—¿Qué estás haciendo?—Yoon Gi trató de detenerlo antes de que destrozara por completo aquel libro—¡Jung Kook!
—¡Lo siento!—gritó el menor—¡Yo no soy!
El cuerpo de Yoon Gi entonces se abalanzó sobre el de Kook. Lo rodeó con fuerza para que se quedara quieto, creyendo que así podría ayudarlo a librarse de esa cosa que lo controlaba.
—¡Déjalo en paz!—se dirigió Yoon Gi a 616.
Jung Kook empujó el cuerpo del rubio con fuerza y se levantó para salir corriendo de allí. Si Yoon Gi seguía provocando a 616 de ese modo, lo lastimaría.
Prefería alejarse de él, no quería hacerle nada malo.
—¡Lo siento Yoon Gi!—dijo el menor entre lágrimas, saliendo de aquel apartamento.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro