00 Min Yoon Gi
02:00 am
Se podía notar un extraño olor a quemado en el fondo del pasillo del Hospital Mental Infantil de Seúl. Las enfermeras de turno salieron a toda prisa de la sala donde se encontraban, con el rostro atemorizado por saber que, otra vez, aquel niño lo había vuelto a hacer.
Las luces fueron encendidas, el pasillo se iluminó de un intenso color blanco dejando ver lo relucientes que estaban las baldosas del piso.
La alarma de incendios empezó a sonar de repente, activada debido a todo el humo que se había generado. La puerta al final del pasillo estaba cerrada. Las enfermeras trataron de abrirla, pero parecía que había sido bloqueada con algo por dentro.
—¡Llama a seguridad! —gritó una de las enfermeras a su compañera.
La otra mujer asintió y salió corriendo en busca de ayuda. Se alejó a toda prisa del pasillo y fue hacia la oficina del guardia quien se encontraba durmiendo muy cómodamente en la silla, recostado y con los pies sobre la mesa. Llena de indignación por presenciar tal escena, se acercó hacia el hombre para despertarlo de, lo que parecía ser, un profundo sueño.
—¡Despierte, la habitación 01 se está incendiando! —chilló zarandeando al hombre—¡Llame a los bomberos!
El hombre abrió los ojos de repente, vio la expresión de aquella mujer juzgándolo por su ineptitud, lo que lo hizo sentir una terrible vergüenza. Se apresuró nervioso a tomar el teléfono. Llamó entonces a emergencias para pedir ayuda y seguido fue hasta el cuarto "01" para intentar tirar la puerta abajo, siendo guiado por la enfermera.
Tras dar varios golpes a la puerta con ayuda de su hombro, y ya que su complexión física era algo robusta, logró su objetivo sin perder demasiado tiempo.
El panorama con el que se encontraron los dejó aturdidos, con el corazón en la garganta.
Un joven de cabello rubio, casi blanco, estaba parado mirando hacia su cama, la cual ardía en llamas. Sus ojos estaban fijos en aquel punto, no podía apartar su vista de ahí.
Le agradaba el fuego, le agradaba ver cosas ardiendo porque era su actividad favorita.
—¡Yoon Gi! —gritó una enfermera y corrió hacia el niño para agarrarlo entre sus brazos y sacarlo de allí—¡Por Dios, Yoon Gi, otra vez no!
Después de unos minutos los bomberos habían llegado al lugar. Lograron apagar el fuego con algo de dificultad y la habitación quedó prácticamente negra. Luego revisaron al niño rubio, pero éste no tenía ninguna herida. Sólo había inhalado humo y tosía de vez en cuando con mucha dificultad.
—Es la tercera vez—le dijo la enfermera a su compañera, a punto de llorar— Ya no sé qué haremos con él.
—Debemos hablar con el Dr.Kim cuanto antes o esto empeorará.
Min Yoon Gi, el joven de apenas 11 años que había causado el incendio, sufría de un trastorno psicológico muy grave.
Era pirómano.
Lo peor de todo es que era huérfano, vivía ahí en el hospital debido a que el Dr.Kim, el dueño del lugar, lo llevó con él cuando lo encontró en la calle a punto de morir de frío. Primero lo acogió en su casa, pero cuando se dio cuenta del terrible trastorno que sufría, decidió internarlo en el hospital.
Era un niño peligroso, no le importaba la integridad de nadie, no le importaba dañar o hacer sufrir a otro para disfrutar de una sesión de llamaradas a su alrededor.
Min Yoon Gi tenía un grave problema y al Dr.Kim le dolía saber que al niño todo le era indiferente.
Expediente de paciente n°46
Nombre y apellido: Min Yoon Gi
Edad: 11 años
Familia: desconocido
Diagnóstico mental: presenta tendencias pirómanas. Es algo agresivo. La mayor parte del tiempo evita socializar y se aísla del resto de niños. Presenta también cuadros de ansiedad.
Estado: medicado.
Peligrosidad: alta
Paciente al cuidado de: enfermera Kim Tae Yeon.
Firma: Dr.Kim
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