Era sábado por la tarde en la ciudad de Rio de Janeiro, una de las ciudades con más habitantes del mundo.

Este lugar también es conocido por la mala educación de la gente rica, que trataba a los de trabajo medio como una mierda. Pero también en el barrio pobre era todo lo contrario!.....vale....no es que sea la mas segura por su prostitución y las drogas...pero la gente de las casas pequeñas siempre tenia una sonrisa en sus labios, si alguien necesitaba ayuda, unían a hombres para ayudarlo, incluso si alguien no podía alimentar a su familia sus vecinos les invitaban a comer! Pero no estamos para hablar de esta santa gente....esta historia va de un joven...un joven que no sabía que hacer con su vida....

Narrador en segunda persona: el narrador y tú.

Si entramos en el barrio pobre veremos casas amontonadas, hay que seguir todo recto; dos cuadras mas adelante habrá una plaza, y allí los hermosos niños brasileiros te pedirán una chuche que, con gusto, les darás una piruleta a cada uno; después tienes que pasar un lugar donde una docena de adolescentes practican capoeira, te quedarás impresionado ante sus fantásticas y rítmicas patadas que no podrás parar de aplaudir cuando concluyan; ¡Rápido! ¡Que llegas tarde! Aceleras un poco el paso sin perder en vista ningún detalle de esas hermosas y concretas chozas, hasta que ves una en especial al lado de un bar con bastante gente. Esta era amarilla, tenia una terracita donde en ella caían bellas flores del tamaño de una moneda, cada flor era de un color diferente, azules... rojas... rosas... violetas...., al lado de la pared de la casa hay un pequeño banquito de piedra, tenia pinta de ser pulido a mano, pero lo que te sorprende es el fuerte olor de la droga que había dentro...

Narrador Externo.

Dentro de la casa amarilla, en la habitación de dormir, había un hermoso joven....este era de estatura media alta....se notaba que no era de Brasil por su blanca piel; sus ojos bicolores eran hipnotizantes y hacían destacar todavía mas su extraño cabello anaranjado; este joven tendria como unos 18 o 19 años....acostado en la cama se fumaba un porro bastante bien echo la verdad....se notaba que mas de la mitad de su dinero iba para la droga....porque su ropa no era la mas cuidada a decir verdad....su camiseta era como cuatro tallas mas grandes de lo que debería ser, esta tenia un emoticono de Bob Marley y sus pantalones caían con frecuencia, también llevaba unas chancletas como calzado y por su cuello adornaba un colgante con un símbolo celta. Resumiendo, un rastafari drogadicto. Se me olvidaba, su nombre era... Hayami Furetsu...

El pelirrojo rió una vez mas por culpa del efecto de las drogas, estaba tan acostumbrado que le importaba poco que le llamasen por la calles los ricos maricones. Se levantó de la cama aburrido, cogió su saco de piel colgándosela como una mochila y salió de su coqueta casa. Al salir por la puerta saludó al dueño del bar de al lado, este se acercó a el y le dio unas palmadas en la espalda con cariño.

-¡Hola Furetsu! ¡Cada vez que te veo estas más guapo chico! -dijo con su tono de voz alegre revolviéndole el cabello, el peli naranja sonrió encogiendo los hombros mirándole, era como un padre para él...

-No exageres tanto Alfonso, nos vimos ayer, no fue tanto tiempo. -contestó el extranjero sonriendo dulce con su extraño acento brasileño, después de estar viviendo allí durante cinco años le fue imposible con coger el acento y el habla de la gente. Alfonso rió con ganas dando fuertes palmadas en la espalda del joven, casi haciéndolo caer.

-¡Si, llegaste ayer, pero a las cuatro y media de la mañana! ¡Siempre andas de fiesta “neno”! -volvió a decir separándose un poco de el sin perder la sonrisa- ¿Y adonde vas fillo?

-Iré a dar un paseo, a ver si encuentro algún lugar para tranquilizarme -respondió suspirando el oji-bicolor. Una de los contras de vivir al lado de un bar es que tendrías que empezar a vivir como los murciélagos, dormir de día y vivir de noche.

Alfonso volvió a reír un entró en el bar, minutos después volvió dándole un "tapper" lleno de comida al extranjero sonriéndole...

-Lo dudo mucho chico, y aun más en estos dias...

-¿Y eso por qué? -preguntó interesado guardando el tapper en su saco, lo cerró gracias a la cuerda que tenia y miró a los ojos al hombre de piel morena.

-Parece ser... -se acerca a su oído bajando la voz.- Que unos de la “Pasma” andan inspeccionando de casa en casa en busca de droga ilegal… -susurró haciendo palidecer a Hayami...

-No jodas....si casi tengo la selva Amazónica en mi casa... -tartamudeó, tragando saliva..

-Es por eso que estoy preocupado por ti....¡Eres mi único hijo!...

-Pero....si tu hijo es Kurama....

-¡Ese hijo ya ni se acuerda de mi! ¡Me tiene abandonado! -gritó dramáticamente llorando exageradamente haciendo que al peli naranja se le callera una gotica anime por la nuca...

-Si te visitó anteayer....más bien te visita todos los jueves...

-Ahh...es verdad....era igual que su madre....seguro que ella estaría muy orgullosa de él.... -dijo con un tono triste mirando al azul cielo sonriendo....pero eso no duró mucho cuando una sartén empotró en su cara tirándolo al suelo dejándolo K.O.

-¡Pero que dices burro! ¡Que aún sigo viva! -gritó desde dentro del bar una mujer de 35 años de morena piel y cabello azul, largo y rizado, acercándose a su marido...

-Y esa es la única pena que tengo en mi alegre vida...

-¿¡QUE HAS DICHO!?

-¡Que te quiero mucho mi amor!

-Yo...creo que me voy....¡Gracias por la comida! -y como viento que se lleva el diablo corrió calle abajo huyendo de ese extraño amorío...

Ya habían pasado dos horas desde que había salido de su casa. Estaba en un parque tumbado en un banco, nunca mejor siesta se había tomado, iba a volver a dormirse, pero unos gritos y unos sonidos de la policía los hizo sobresaltar...

-¡Las manos arriba! ¡Estáis detenidos por posesión de drogas!

Y así, como si eso fuese el disparo de una carrera comenzó a correr rumbo a su casa, a la que llegó cinco minutos después cerrando la puerta con llave. Suspiró aliviado sacando un porro del bolsillo del pantalón, se adentró en la pequeña pero útil cocina dejando el tapper de comida en la mesa y encendió la droga con el mechero, dio una calada y echó el humo por la nariz suspirando aliviado. Su tranquilidad fue corrompida por los golpes de la puerta principal, bajó la escaleras tranquilo dándole otra calada...de seguro era Kinsuke, su camello...pero la sorpresa fue grande al abrir la puerta y encontrarse a otro hombre que le llevaba una cabeza y media; este era alto, de cabello azulado y de mirada penetrante, sus ojos eran de un color castaño, y tenia un sensual lunar en la parte baje de su mejilla, que ahora le quedaba todavía mas sexy con su seria mirada...

-¿Que se le ofrece? -preguntó Furetsu sonriendo coquetamente apoyándose en la puerta dando otra calada a su porro, este lo miró con cara de asco respondiéndole a su pregunta...

-Pues pasaba por aquí tranquilo y un asqueroso olor de María pasó por mis fosas nasales, así que apaga el puto fumeta o... -paró de hablar cuando, el joven dio una calada, se puso de puntillas, y le sopló el humo en la cara con una sonrisa traviesa.

-Me importa una mierda lo que vayas a decir, tu a mi no me mandas… -concluyó cerrándole la puerta en la cara, sonrió orgulloso....hasta que minutos después se lo llevó la policía por culpa de una denuncia de un chico llamado....Yuuichi Kyousuke....

Continuará....

PD: La imagen y portada de esta historia fue creada por mi artista preferida, la podeis encontrar como MisutoreKun en Deviantart.