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ʚ🍰ɞ Capitulo 4.






Tocó la puerta y esperó metiendo sus manos en los bolsillos de sus skinny jeans, la puerta se abre siendo lo primero en ver, unos destellos miel, claro que no son los que esperaba. Pero aún así pone una sonrisa en su rostro y el alfa que está frente a él vestido de traje se cruza de brazos.

-¿No que solo era un trabajo en equipo y nada más jovencito? - su ceño está fruncido y el aroma a alfa lo marea un poco. - Noeul no está en casa.

Y como si el universo quisiera dejar en ridículo al pobre hombre, un omega con zapatos altos, falda y una camisa delicada aparece detrás de este. Tiene una sonrisa preciosa, un poco de brillo labial en sus labios, no lleva anteojos y su aroma está por todos lados. Boss tiene que pararse recto para no caer de cara al piso y desmayarse, ni siquiera entiende porqué está tan afectado, pero sin duda el más afectado es su alfa.

- Míralo a los ojos depravado, sus ojos no están en sus piernas. - el otro padre del omega está detrás de este con un traje igual de elegante al igual que su esposo.

- ¡Papá! - Noeul se queja y uno de ellos se va, el alfa Ben, quien Boss tristemente se lamenta porque ha notado que es el padre menos celoso. - ¿Qué estás haciendo aquí Chaikamon? - tiene sus mejillas de un bonito carmín y solo por esta vez, Boss se permite apreciarlo

- Quería preguntar si podías...- el otro alfa se cruza de brazos y una de las hermanas del omega aparece en su rango de visión, quien está parada a unos centímetros de ellos. - ¿Estás ocupado hoy?

- Ya te dije....- sabe que está por negarse y rechazarlo nuevamente, pero tiene un pequeño as bajo la manga.

- No, no, no. - niega suavemente con su cabeza y puede apreciar el momento exacto en el que él omega lleva su vista hasta sus largos cabellos azabaches - Es una fiesta en casa de Fort porque es su cumpleaños y puedes llevar a tus amigos.

-¿Y por qué no le enviaste un mensaje? - la hermana alfa se une a la conversación y Boss de alguna forma se siente nervioso.

-Porque él no quiso darme su número. - dice y rasca su nuca torpemente, se está comenzando a sentir como un completo idiota, además de que se siente rechazado e intimidado.

- Cariño, dale tu número a éste idiota o dile que vuele. Estamos llegando tarde. - el padre alfa se queja en lo último de la oración y desaparece de su rango de vista.

- ¡Pero pa! - se queja con un adorable puchero en su boca y el alfa de Boss tiene el impulso de quererlo besar y morderlo. - Tu, bruja, fuera. - emite un sonido parecido a un gruñido de gato y la alfa levanta las manos en el aire. Ella también se va y los deja solos.

- Te ves...te ves bonito.- las mejillas del omega se ponen un poco más rosados por eso y hay una sensación cálida en el pecho del alfa por solo verlo.

-No pienso aceptar tus cumplidos y sí, iré a la fiesta porque ya me invitó Peat, a quién por algún extraño motivo tu amigo invitó. - El omega se apoya conta la madera de la puerta mientras pasa uno de sus brazos por detrás de esta. - Hoy es el cumpleaños de mi nana, no te entusiasmes por verme así el resto de los días.

Está a punto de cerrar la puerta y volver a ignorarlo como lo ha hecho toda esta semana, pero Boss apoya su mano en la madera de la puerta y su otra mano la apoya contra la pared, sus restos quedan algo cerca y ahora el omega tiene su misma altura. Cierra los ojos por inercia y larga sus feromonas inconscientemente. El omega aclara su garganta y ya no lo siente tan cerca.

- Tampoco te daré mi número, imagino que no querrás tener el número del omega avispón y caer en una maldición o una de esas mierdas. Como sea, espero no ver tu horrible rostro esta noche. - el omega se da la vuelta y el alfa se queda sin aire al ver las grandiosas curvas de este. - ¡Que alguien cierre la puerta y saque a ese bicho de aquí!

Él va meneando sus preciosas caderas hasta que solo ve el rostro de una alfa rubia muy furiosa. Ella le cierra la puerta en la cara con un gruñido de fondo. Él alfa solo puede volver a su casa muy confundido por todo lo ocurrido.









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La música llenaba sus oídos junto con los murmullos, risas y gritos de las personas a su alrededor. Fort está en algún lugar perdido desde hace como una hora y está en busca del omega que lo vio llegar hace una hora o cuarenta minutos. Brend le dijo que debía avanzar en la apuesta antes de que llegue el baile o se quedará sin cita, también le recordó que le quedan solo dos semanas.

No es como si Boss necesitara recordar que perdió una semana completa sin un solo avance, aunque por lo menos ahora sabe el nombre del omega y puede mantener una conversación de más de treinta segundos. Finalmente, lo encuentra en la ronda que está situada en medio del living, el omega está vestido con unos skinny jeans negros y un suéter muy ancho y largo.

Hay un pequeño sentimiento de decepción en el pecho del alfa por eso y de alguna forma se vuelve más grande cuando no siente el aroma a cerezas y chocolate tan característico.

El omega está entre medio de Wong y chawalitrujiwong, hablando con esa omega de baja estatura y rubia que recuerda haber visto el viernes al final del partido.

- ¡Boss! - su amigo Dylan lo llama desde la ronda y los hombros del omega se tensan por eso - ¡Ven, vamos a jugar siete minutos en el paraíso!

- Por supuesto, amigo. - camina hacia la ronda y está a dos personas de distancia del omega quien ni siquiera se ha volteado a mirarlo.

- Ya que te ofreces como tributo, serás el primero. - el beta dice y se toma su último trago de cerveza para dejar el envase en medio de la pequeña mesa ratona de allí, comienza a girarla y suelta alegremente. - ¡Veamos quién tiene la oportunidad de pasar siente minutos en el paraíso con Chaikamon!

- O en el infierno. - escuchar decir al omega a lo lejos quien tiene una cara aburrida y está un poco ajeno al juego.

Y como si el destino nuevamente quisiera unirlos, la botella gira entre las omega con miradas risueñas y betas esperando pasar unos buenos siete minutos con él en un armario, pero todos bajan sus sonrisas y estancan su mirada en el omega que está muy metido en una conversación con su pequeño grupo. La botella lo está apuntando a él.

- ¡Nuttarat es el afortunado! - Brien grita y el omega gira su cabeza rápidamente mirando al alfa azabache, todo su grupo hace lo mismo. Escucha un gruñido de parte de Anan

- Él no hará eso, sería suicidio. -su amigo alfa tiene una mirada de odio clavada en Boss  y puede ver al omega cruzarse de brazos por eso.

El omega le dice algo al oído al alfa y este parece algo apenado y avergonzado, casi como si fuera un cachorrito regañado. Boss se sorprende por eso, al parecer Noeul tiene el poder de poner a todos los alfas a sus pies con una cara severa y un tono de regaño. Todo el oxígeno de Boss se queda en sus pulmones cuando Noeul camina hacia él muy enojado.

- Oh no Boss, ten cuidado con la avispa. - alguien de la ronda dice y Noeul dirige su mirada de odio hacia él tipo quien palidece cuando cruza miradas con el omega.

- Solo estoy haciendo esto porque no pienso quedar como un omega estúpido frente a este par de inútiles. - el omega se para frente a él y puede sentir una pequeña pizca de su aroma.









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Ellos son llevados hacia el armario de uno de los cuartos de invitados; ni bien la puerta se cierra el omega se apoya contra la pared y se deja deslizar hasta quedar sentado en el piso del lugar, lleva su cabeza hacia atrás para apoyarla contra la pared, dejando una gran vista de su cuello limpio. Por algún motivo eso envía ondas de calor hacia la parte baja de Boss

- Lamento esto, el medio inhibidor de aroma que me tomé está perdiendo efecto y pa Ben no tuvo tiempo de comprar más. - termina de soltar eso y el alfa comienza a sentir un aroma un poco más fuerte de cerezas y chocolate.

- No importa, yo no suelo usarlos y nunca escuché a nadie quejarse por eso. - escucha la risa sarcástica del omega y se queda mirandolo, esperando cruzar miradas con él. - ¿Qué?

- No seas estúpido Boss, como si quisieras sentir el olor inmundo del omega avispón. - el tiene los ojos cerrados al hablar, pero aún así su aroma amargo es inevitable de ignorar en el aire.

- Lamento eso, lamento no haber detenido a mis amigos con esas bromas tontas. - dice algo apenado y se desliza por la pared al igual que el omega.

- No importa, - él se encoge de hombros - Mis amigos siempre escuchan como hablo mal de ti. - no es algo que le sorprenda al alfa, después de todo.

-¿Y por qué me odias tanto? - si es que quiere avanzar en la apuesta, debe saber que camino tomar para dar los pasos correctos y no caer al rechazo innato.

- ¿Estás bromeando? - el omega se incorpora en su lugar y abre sus grandes y resplandecientes ojos miel. - Eres un maldito estereotipo y tienes a cada omega bajo tuyo, enredados bajo tus dedos. Ni siquiera es como si tu maldito aroma a sandía y pomelo fuera el mejor del planeta. - lo último sale con un tono casi explosivo, más como si fuera algo personal que solo un comentario general.

El alfa no puede explicar el vacío que siente en su pecho al oír eso, como sí unos cincuenta kilos de plomo se hundieran en su pecho y no lo dejaran respirar correctamente, todas las alarmas de pánico son encendidas por su lobo y ahora se siente inquieto y más rechazado que nunca antes. Este omega lo está dejando sin palabras.

- Pensé que olía a Whisky- sin embargo no se permitirá verse vulnerable ante alguien que solo lo hace ser mierda.

- Sí, lo haces. Pero solo un poco, cuando te pones arrogante y estúpido. - él pasa sus manos por su rostro, limpiando de alguna forma la vergüenza que se está comenzando a sentir en el aire. - Perdón por eso, no fue muy educado de mi parte. Es solo...

- ¿Te incómoda que huelan tu aroma? - sus pies se están rozando y eso envía una pequeña calidez al pecho del alfa. - Nunca antes lo había olido hasta que fui a tu casa por primera vez.

- En primer año, antes de que compartieramos clases juntos, los alfas estúpidos solían decir que mi aroma era muy dulce y molesto. - él se encoge de hombros.

Sus miradas se encuentran finalmente y Boss no puede explicar todo lo que está sintiendo ahora mismo, definitivamente el aroma del omega no lo está dejando actuar en sus cinco sentidos. Se arrodilla frente al omega que sigue con sus rodillas a la altura de su pecho y tiene este gran suéter que de alguna forma deja ver una gran parte de su cuello limpio de marcas. Al alfa de Boss de alguna forma comienza a molestarle eso. Nadie debería de ver su cuello, esos tontos alfas suelen ser muy sucios.

- A mí me gusta. - frunce su ceño por eso y sus pensamientos sin sentido. Las palabras escapan de sus labios y ruedan en las rosadas mejillas del omega. - Disfruto mucho de tu aroma, a diferencia de como lo haces con el mío.

Una risa sincera, por primera vez, escapa de los finos y rosados labios del omega, provocando sensaciones nunca antes sentidas en el cuerpo y alma del alfa, todo esto es tan confuso. Todo su impulso de contenerse se derrumba con eso y mientras el omega deja caer sus piernas al piso, estirandolas y dejándose llevar por la emoción. El alfa se asoma a él, pasando una de sus rodillas entre las piernas del omega y otra dejada del lado izquierdo, una de sus manos se estanca en la cálida piel de la nuca del omega y otra lo sostiene del piso, no dejándolo caer y aplastar al omega de bonitos ojos.

-¿Boss? - la sorpresa en su tono es tan difícil de ignorar y puede sentir la tensión de su cuerpo bajo su mano izquierda porque sostiene su cálida nuca. - ¿Qué mierda estás haciendo? - él habla en un tono bajo y sus rostros están a una mínima distancia.

Sin embargo, no está buscando besarlo, no aún al menos, le dice su alfa-, solo se esconde en el cuello del omega, aspirando fuerte y llenándose de su embriagante aroma. Suelta un poco de sus propias feromonas para hacer que el cuerpo debajo del suyo se relaje y lo logra cuando lo siente tragar bajo su mano. Es increíble la manera en la que solo ocultarse en el cuello del omega hace que su alfa quiera aparearse, nunca antes había experimentado algo así. Con ningún otro u otra omega.

Ese sentimiento lo asusta un poco, pero se deja llevar por el momento y lo bien que se siente el cuello del omega bajo sus labios. Muy en el fondo sabe que su alfa está marcando al omega con su aroma y al estar tan perdido y no contando con sus cinco sentidos, lo deja pasar. Muerde un poco el lugar para probar una reacción y gana lo que quiere cuando el omega jadea y levanta su pierna izquierda haciendo que su rodilla choque suavemente entre medio de las piernas del alfa y toque el bulto que se está propagando allí. Boss gruñe por lo bien que se sintió eso.

- Boss... yo....- de alguna forma el aroma - del omega se convierte lentamente en algo más dulce, un indicio de que está a punto de lubricar. - Boo...- el alfa vuelve a gruñir por eso y por lo bien que luce su pequeña marca en el cuello del omega.

Es increíble la forma en la que el alfa cree que podría correrse con solo oler al omega, la forma en la que su estómago se siente lleno y cálido, un cosquilleo constante no lo deja pensar correctamente y cuando sale de su escondite para ver el rostro del omega, tan sonrosado, ojos cerrados y labios levemente hinchados por morder, la puerta suena en un golpeteo constante.

El cuerpo de Boss rueda al piso al ser empujado y traído a la realidad, sus sentidos aún fallan un poco cuando ve al omega levantarse rápidamente y escapar por la puerta. Dylan lo mira con una cara confusa y algo divertida. Esa es la última vez en ver al omega durante la fiesta, escapando con sus aromas combinados, Boss puede sentir el aroma del omega sobre él y no le incomoda en lo absoluto.

Eso comienza a golpearlo en la cabeza el domingo por la noche cuando piensa en esos siete minutos y de alguna forma intenta convencerse de que esos realmente no fueron siete minutos en el paraíso. Su lobo tiene la razón cuando le dice una y otra vez que pare de mentirse a si mismo, pero lo ignora.

















Ayyyyy, hace calor 🔥🤌🏻














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