Put me in the sky, my love (16): Tu aroma en la ropa y; tenemos que hablar
La omega más bonita de todo el planeta aparece en su rango de visión y su respiración comienza a hacerse errática, ella no viene sola, dos alfas la escoltan. Ellos están detrás de ella con el ceño fruncido y tan tensos que cree que si les tira un ladrillo ellos podrían romperlo en mil pedazos. Su alfa se remueve en su interior y llora por su omega. Abre su boca para decir algo, lo que sea joder, pero nada sale.
- No estoy aquí para hablar contigo. – Nayeon dice con un tono duro, Tzuyu cree que podría cortar la tensión con sus propias uñas. – No mires.
Es lo último que dice antes de comenzar a sacarse su suéter por encima de su bonita cabecita que es adornada con el pelo más suave en la tierra. Tzuyu no se puede mover, no sabe lo que está pasando y tiene su boca media abierta como una idiota. Nayeon comienza a sacar su remera con movimientos lentos y como si dudara al hacerlo, traga ante la vista y por más que intente sacarla de la omega, su alfa le prohíbe quitar la mirada.
Nayeon desliza su remera fuera de su cuerpo y Tzuyu… Tzuyu solo sostiene la toalla con tanta fuerza sobre su cuerpo que la áspera tela le raspa en algunas partes, sus ojos se expanden y su alfa le exige marcar. Cuando creyó que Nayeon no podría ser más bonita y perfecta, ella le demuestra todo lo contrario.
Tiene su pecho, cintura y sus bonitos pezones a la vista, quiere morder y chupar, quiere chupar todo. Pasa su lengua entre sus labios ante la idea de recorrer toda esa dorada piel con ella, quiere tomar a Nayeon por su cintura marcada y tan bonita, joder, tan bonita y quiere hacerla suya. Su alfa se lo exige. Los alfas le gruñen y ella desvía rápidamente la vista al suelo.
- No estoy haciendo esto porque quiera, solo es una forma de convivencia. – Nayeon tiene el ceño fruncido y está refregando su remera por todo su bonito cuello. Traga porque joder, Nayeon le dará su prenda para calmarla. - ¡Y deja de mirarme así joder!
- ¡Lo siento! – su voz tiembla y sus manos también lo hacen, picando por tocar. - ¿Podemos hablar a solas?
- ¡No! – Ambos alfas dicen y gruñen al unísono. Tzuyu les quiere gruñir de vuelta, pero no quiere empeorar más las cosas.
- ¿Entonces podrías solo escuchar? – pide en un susurro y Nayeon duda en sus movimientos.
- Dije que no estoy aquí para hablar. – pero sí para calmarnos, ella lo sabe. Su alfa le dice y Tzuyu se sonroja ante la posibilidad de que sea cierto todo lo que le dijo su padre.
- Escuchar es solo eso, no es necesario que hables conmigo. - Cambia de peso con sus pies y dice con diversión, Nayeon la mira mal y sonríe apenas para la omega. – Solo quiero decirte que lo siento mucho y que yo… yo en serio….
- ¡Que te calles! – Nayeon gruñe y frunce más su ceño pasando la prenda por su cuello con frustración. – Quiero que me dejen sola con ella un momento.
Los alfas la miran confundidos y la toman suavemente de su brazo para llevarla a un rincón y preguntarle algo, no escucha lo que dicen porque su cerebro no trabaja correctamente ahora, solo su alfa tiene casi todo el control y lo único que hace es pensar en tomar a Nayeon. Joder no, que no la dejen sola con la omega porque su alfa la hará hacer cosas que arruinarán más todo. Sin embargo, ellos le dicen algo y ella asiente con determinación mientras le da una mirada, ellos se van y Tzuyu solo traga.
- Escúchame, - Nayeon se gira a mirarla y se ve tan caliente así, enojada y con su pecho al descubierto. Maldita sea. – no me importa lo que digas o hagas, no quiero nada contigo.
Enfoca su mirada en la omega y su alfa se retuerce dentro suyo por ser rechazada, aúlla llamando a su omega, la quiere cerca, quiere demostrarle que están hechas la una para la otra. Le gruñe por ser una idiota y por arruinar todo, mal humana le dice y frunce su ceño ante eso.
- Mentira. – niega y se acerca a la omega mientras sostiene fuertemente la toalla en su cuerpo. – No te mientas así, te haces daño. Entiendo si estás enojada conmigo, pero eso no te da el derecho a lastimarte a ti y a tu omega.
Nayeon no le contesta, solo se limita a sonrojarse y a posar sus ojos desde su pecho a su rostro. Joder, está haciendo todo tan difícil. Sólo quiere besarla y enterrarse en su cuello, prometerle que todo estará bien y que será la mejor jodida alfa del mundo si la deja ser suya.
- Desde…desde la cena nada fue mentira. – dice y mira a los ojos de la omega, nota el momento exacto en el que esos zafiros se inundan de agua. – Y anteriormente a eso, todo fue medianamente falso. Mi alfa cayó desde el primer momento en que te vio y a mí solo me tomó una semana más para dejarme pisotear por ti. – sonríe y acorrala a la omega contra uno de los casilleros.
- Estás mintiendo, sé que esto tal vez siga siendo parte de la apuesta. – Nayeon niega y cierra sus ojos fuertemente, su olor se vuelve más agrio y ella se alarma. – Me gustabas tanto, desde hace mucho tiempo y cuando estaba empezando a creer que todo eso era real, descubrí que no lo era.
- Pero lo era, en su gran mayoría y esto también es real, mi alfa queriéndote reclamar constantemente es una realidad. – insiste, Nayeon abre sus ojos y las lágrimas se escapan lentamente. Lleva sus grandes manos para limpiar el rastro. – Juro que en serio me gustas y que esto, ahora mismo, es todo real.
- Pero… solo tu alfa me quiere reclamar y sé que no podemos ir en contra de nuestro instinto, eso significa que tal vez yo no te guste. Nayeon se encoge de hombros y desvía su mirada. Tzuyu cree que podría abrirse en este mismo momento su pecho para entregarle su corazón. – Ya no confío en ti.
- Puedo cambiar eso, Nay. – insiste, su alfa se desespera ante la idea de perderla y Tzuyu la acompaña con el sentimiento. – No estoy segura de si escuchaste toda la conversación con Chaeyoung aquel día, desde el principio, pero…
Nayeon niega y la aparta, un sollozo se le escapa, su pecho y su alfa se rompen ante la vista. Toma a la omega entre sus brazos y la hunde en su pecho para marcarla con su aroma, desesperada por calmarla. Enganchó la toalla de una forma extraña y sabe que dentro de poco se caerá, así que levanta a Nayeon por los muslos y se sienta en un banco con la omega sobre su regazo.
- No quiero que mientas más, por favor, no quiero que sigas con eso y que intentes seguir con la apuesta. – Nayeon llora sobre su hombro y tiene su bonito rostro en su cuello, sus delgados y delicados labios rozan la piel y eso le envía corrientes a todo su cuerpo.
- Pero no lo hago, juro que no lo estoy haciendo. – susurra y larga más de sus feromonas, desesperada por calmar a la omega. – Solo quiero solucionar las cosas y volver a tenerte, quiero ser tuya.
Los sollozos de la omega se detienen luego de unos minutos y la presiona contra su pecho, sus pieles arden y sonríe al sentir la cálida y delicada piel de la omega. La respiración de Nayeon se reguló y parece estar quedando dormida, la mece suavemente y larga más de sus feromonas, intentando que sean lo más suaves y calmantes posibles para la bonita omega.
- ¿Qué le hiciste? – El hermano de Nayeon, el mayor de ellos, está parado a unos metros de ellas. Tiene sus puños apretados y una mirada fría y amenazante.
- Creo que solo se quedó dormida, termina de vestirla y llevátela a casa.- susurra un poco al hablar, intentando no despertar a Nayeon.
El alfa se acerca cuidadosamente y con recelo, Tzuyu lo entiende, ella también se odia por hacer sentir a Nayeon diminuta en el mundo y por provocarle sentimientos tan feos. Ella le acerca las prendas de Nayeon, se acomoda un poco en su lugar y baja su mano a la espalda baja de Nayeon para sostenerla mejor mientras el alfa le pone el suéter, frunce su ceño ante eso.
- Debes ponerle la remera también. – mira al alfa confusa y él le da una leve mirada antes de terminar de bajar la tela de la prenda por la bonita cintura de Nayeon.
- No, quédatela. – se levanta de la banca para entregarle a Nayeon y deja un beso cuidadosamente sobre su frente, todo bajo la mirada inquisidora del alfa. Intenta hacer que su pecho no duela por dejar a su omega.
- Dudo mucho que Nayeon quiera eso, no quiero que me tengas lástima por algo. – su ceño se frunce. Miente, su alfa y ella lloran por querer quedarse con esa tela que huele a cielo.
- Sería estúpido de mi parte no dejártela, Nayeon vino con la idea de calmar a tu tonta alfa con ese pedazo de tela. – él sostiene a Nayeon de forma nupcial y le recorre el cuerpo con la mirada antes de comenzar su camino a la salida. – No fue muy educado de mi parte golpearte, pero es lo menos que puedo hacer cuando dañas a nuestro sol. Espero que realmente puedas cambiar y arreglar toda la mierda que hiciste, Chou.
Él se va y ella se queda sola en los vestidores, se cambia rápidamente. Su padre está sentado fuera de los vestidores cuando sale y se para como un rayo para sostener su cara y verificar que su cachorra esté bien. Con el cálido abrazo de su padre, y la remera de Nayeon en su bolso se propone cumplir su pensamiento del martes e invitar a la omega al baile y si las cosas marchan bien, tal vez incluso hacer lo que quiere cumplir desde el lunes por la noche.
...
(Pov Nayeon)
Despierta en su nido improvisado del sofá y aspira un poco el aire, se sonroja al sentir el olor de la alfa pelinegra sobre su piel, la sandía y el pomelo danzan en sus fosas nasales y llegan hasta su barriga para convertirse en mariposas con revoloteos emocionados. Mierda, no puede creer que se dejó ver tan vulnerable frente a esa tonta alfa.
Su omega se retuerce encantada en su interior por oler a su alfa en su propia piel. Tiene que admitir que, por más que Tzuyu sea una maldita idiota y haya tenido esa mirada de hambre y contemplación hacia ella, no la tocó y la olfateó sin preguntar. Por algún tonto motivo no está enojada por el hecho de que la marcó con su olor y la meció suavemente para dejarla dormir.
Se hunde en las mantas y tapa su cabeza bajo la suave y cálida tela. Su rostro debe estar tan rojo ahora mismo, Lunas, estuvo con su pecho pegado al de la alfa y encima de ella cuando lo único que la separaba de la desnudez de Tzuyu era una simple toalla. Aunque quiera enojarse y odiar tanto a Tzuyu no puede evitar sonrojarse y mojarse un poco al pensar en la alfa sobre ella y tocándola de una forma tan caliente.
- ¿Nay, estás despierta? – la voz de su padre suena a través de las mantas y salta en su lugar. – Lo siento cachorra, ¿te asusté?, no era mi intención.
- No, está bien. Estoy bien, solo estaba intentando volver a dormir y me sorprendiste, eso es todo. – Miente. No le puede decir a su padre que estaba considerando tocarse a sí misma en el baño pensando en cierta alfa.
- Oh bueno. – la voz de su pa Jungkook es suave y cuidadosa. - ¿Estás bien?, Jae nos comentó lo que pasó y no sabíamos si ponerte en tu nido o no por el aroma que traes. – se sonroja más, agradece estar bajo las mantas para que su padre no la vea, la realidad es que a su omega le encanta tener este aroma dentro de su nido.
- No…- susurra y aclara su garganta. – Quiero decir, sí. Sí, estoy bien, no me molesta el aroma. – lo último sale apenas audible, pero sabe que su padre lo oyó cuando lo escucha carraspear su garganta.
- Bueno, eso es… bueno. – El alfa debe estar sorprendido por la respuesta, genuinamente a Nayeon le sorprende eso. A estas alturas su padre debería esperar cualquier cosa con respecto a esa alfa. - ¿Quieres algo para tomar o comer?
- Un té con galletas, por favor. – saca sus ojos fuera de las mantas y su padre está parado a un costado del nido, le sonríe suavemente cuando la ve.
- Por supuesto, dame un momento cariño. – su padre es detenido en el camino a la cocina cuando el timbre suena. - ¿Quién será a esta hora? - le da una rápida mirada y se encoge de hombros ante la mirada curiosa de su padre.
Cuando él se va y escucha la voz de su padre con un alegre tono, sabe que es alguien conocido y bienvenido. Jeongyeon aparece desde la entrada de la sala entre las sombras y algunas luces encendidas. La alfa parece preocupada y algo pensativa cuando camina hacia ella y se detiene abruptamente a una distancia razonable del nido, agradece silenciosamente eso.
- Oh hola de nuevo Nay, ¿puedo entrar a tu nido? – duda antes de responder, no quiere el aroma de otra alfa cuando tiene el de Tzuyu encima suyo, pero ella y su omega también quieren acurrucarse.
- Pero debes sacarte los zapatos antes. – arruga su nariz a la alfa y ella sonríe mientras hace lo pedido, se mete cuidadosamente y con mucho más cuidado se sienta a su lado. - ¿Pasó algo? – no es que no quiera ver a Jeongyeon, en realidad le preocupa el aroma a preocupación de la alfa.
- Es un poco complicado en realidad y me gustaría que reconsideres tu opinión con respecto al baile y… - Jeongyeon recorre con su mirada cuidadosamente su rostro antes de soltar lo último. – Tzuyu.
- No entiendo lo que me quieres decir. – inclina su cabeza como un cachorro perdido y Jeongyeon sonríe a medias, con algo de melancolía en su sonrisa.
- Tenemos que hablar de algo muy importante, Nay.
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