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✧c.-024

N/A: Este capítulo es algo más corto de lo normal, pero mi corazón de jugadora de Genshin está roto y no puedo ofrecer mucho... xD

Cap dedicado a MoonflowerRojo7 ♡♡

Hoy os recomiendo 'Bedspell' de Zolita. Mi DS sigue bastante, bastante pobre, así que estoy intentando exprimirlo lo máximo posible.

[...]

Jungkook entró en la habitación de su hermana tan pronto como llegó al hospital, únicamente parándose a saludar a las enfermeras que conocía luego de tantos días allí y al chico de recepción, incluso si se sentía extraño pasar por el mismo mostrador que diariamente veía en su trabajo y que Yunjin no estuviera detrás.

Él se llenó los pulmones de aire, tomando asiento en el sillón junto a la cama y esbozando una pequeña sonrisa, quitándole algunos mechones de cabello que le tapaban la visión a Yoona.

"Hola..." Saludó en apenas un susurro, observando el brillo en sus ojos aparecer. "¿Cómo estás?"

Hacía sólo un par de horas que había recibido la noticia, su madre habiéndose encargado de llamarle durante toda la madrugada, queriendo asegurarse de que fuese el primero en enterarse. Sin embargo, cuando puso un pie en la sala de espera, sus padres no estaban por ningún lado, tampoco había rastro de Jungwon, quién debía estar en la universidad ahora mismo.

"Todavía tengo algunas náuseas por el lavado de estómago, aunque la doctora dice que es normal." Respondió, su voz saliendo con notable dificultad, mientras intentaba darle una sonrisa, notando los dedos de Jungkook acariciándole el cabello. "Aparte de eso, sólo me siento un poco mareada... Pero estoy bien."

"Debes descansar mucho para recuperarte, Yoona."

Ella se aclaró la garganta a duras penas. "Lo sé... ¿Tú cómo estás? Mamá dice que has empezado a trabajar para un amigo de papá."

"Sí, trabajo para su hijo. Es en una agencia de modelos, supongo que me va mejor de lo que esperaba."

"¿Te tratan bien allí?"

Apretando los labios en una sonrisa, asintió. "Muy bien. Además, Namjoon y yo conseguimos reunir el dinero para ese local abandonado del que te hablé, así que estamos llevando a cabo su remodelación... Pronto tendremos listo el refugio."

"¿En serio?"

"Sí, de verdad." Asintió, su emoción siendo evidente.

"Me alegra muchísimo saber eso, Jungkook... Estoy tan orgullosa de ti." Dijo, elevando el brazo con dificultad, queriendo así acariciarle el rostro, pero no siendo capaz debido a su falta de fuerzas. Oyendo su suave quejido, Jungkook bajó la cabeza, facilitándole su cometido y ahuecando el dorso ajeno.

"Estarás aún más orgullosa de mí cuando vengas al refugio, ya lo verás." Aseguraba, su pequeña sonrisa calentando el corazón de su hermana. "Te vamos a dejar nombrar al primer gatito que tengamos, sé lo mucho que te gustan."

De inmediato Yoona soltó un sollozo, incapaz de contenerlo por más tiempo. "Lo siento mucho... Ojalá- ojalá pudiera estar en cada avance con vosotros, estoy perdiéndome las cosas más importantes de vuestra vida."

Él negó, sintiendo una presión en el pecho. "No tienes que disculparte por nada, Yoona."

"No he podido ver a Jungwon entrando en la universidad, tampoco a ti en tu primer día de trabajo."

Jungkook le quitó las lágrimas, sin dejar de mover la cabeza a modo de negación. La presión en su pecho era abismal, necesitando respirar hondo para no venirse abajo. Ver a su hermana mayor derrumbarse era lo más doloroso del mundo.

"Tampoco te has perdido nada, Jungwon se equivocó de aula y estuvo media hora solo en el laboratorio. Y yo llegué tarde a la oficina. Mi jefe casi me jala de los pelos." Aseguraba, consiguiendo que una pequeña risita abandonase sus labios.

"Ya, pero sé- sé que os he hecho sufrir mucho, en especial a ti." Acariciándole el rostro suavemente, tuvo los ojos llenos de lágrimas en cuestión de segundos nuevamente, algunas de estas consiguiendo desbordarse y viajar rápidamente hacia su mentón.

"Yoona..." Con un nudo en la garganta, sintiéndose impotente, el azabache únicamente estando capacitado para acariciar su cabello, como si aquel gesto fuese a cambiar el profundo dolor que ella sentía.

Su hermana estaba completamente rota por dentro, incapaz de ver la salida a sus problemas, por lo que terminaban consumiéndola. No hallaba forma de acabar con su sufrimiento que no implicase hacerse más daño intencionalmente, lo que también terminaba dañando a todo su entorno. Al final, la culpabilidad terminaba hurgando más en la herida, logrando que esta se sintiera miserable.

"Incluso si esta no es mi mejor versión, soy consciente de todo, Jungkook... De tu mala relación con papá por mi culpa, de lo mal que lo pasas siempre que alguien siquiera me menciona... Y nunca voy a poder perdonarme por ello."

"Nada de esto es tu culpa, no digas eso. Obviamente me duele todo lo que está pasando, Yoona, no soy de piedra, nadie lo es, pero preocuparme por ti no es algo que pueda elegir. Eres mi hermana." Susurraba, deshaciéndose de una lágrima rebelde.

"Lo sé..." Sorbiendo por la nariz, sintió su corazón aplastarse por sus palabras, no siendo capaz de evitar sonreír con toda la tristeza que albergaba en él. "Pero tú eres mi bebé, mi bebé grande. Yo no puedo soportar hacerte sufrir, Jungkook, ni hacer sufrir a papá, a mamá, a Jungwon... Yo no... No quiero ser una carga para nadie."

El azabache chistó, negando, sin dejar de acariciar su cabeza. "Nunca vas a ser una carga, ni siquiera tienes que pensar en eso ahora, ¿vale? Enfócate en recuperarte, que es lo importante."

"Vale..." Accedió, cerrando los ojos en cuando Jungkook le besó en la frente. "Te quiero mucho, cielo."

"Yo también te quiero."

Un par de horas después, Jungkook aparcaba el coche frente a la agencia, habiendo salido del hospital al poco rato de que su madre llegara para quedarse al cuidado de Yoona. Su hermana se había calmado tras aquella charla, cosa que le aliviaba en demasía.

Ver a Yoona sin ser controlada por ningún tipo de sustancia, estando completamente lúcida y consciente de todo lo que hacía o decía, emocionaba a un Jungkook cuyas esperanzas crecían considerablemente. Y es que, incluso si luchaba por mantenerse fuerte, él soñaba como un niño con el momento en que su hermana se recuperase.

Suspirando, se adentró en dicha agencia, acomodándose la cazadora conforme avanzaba. TaeHyung le había dado permiso para saltarse algunas horas de trabajo, incluso si el día anterior fue su día libre, por lo que sabía que no tendría ningún tipo de reclamo, incluso si TaeHyung estaba de trabajo hasta arriba.

"¡Buenos días, Jungkook!" Yunjin saludó, al instante del mencionado poner un pie en recepción. "¿Te importaría darle esto a TaeHyung ahora cuando subas? Acaba de llegar y justo tengo que atender una llamada."

"Claro, dame." Accedió, sosteniendo una pequeña caja envuelta en papel de regalo y el sello de paquetería rápida, además de un curioso mensaje en la esquina superior derecha, que no pasó desapercibido ante sus ojos.

«Para mi estrella más brillante. Estoy deseando volverte a ver.» Podía leerse en una caligrafía clara y limpia, haciendo uso de una lengua extranjera, como era el inglés.

"Gracias." Yunjin le dijo, esbozando una enorme sonrisa. El ceño fruncido del que Jungkook no parecía ser consciente siquiera, llamando su atención. "¿Va todo bien?"

"¿Huh?"

Ella señaló directamente a su rostro. "Pareces consternado..."

"No, tranquila, no es nada." De inmediato negó, aclarándose la garganta tan pronto como fue capaz de recuperar la compostura. "¿Quién le envía esto al jefe?"

"Pues ni idea, el señor Kim no ha especificado el remitente, sólo que hoy llegaría algo importante y tenía que estar al tanto parta dárselo lo antes posible. Nada más."

"Ya veo... Se lo llevaré entonces." Poniendo el paquete en alto, movió su cabeza a modo de asentimiento. "Hasta luego."

Jungkook se alejó sin siquiera escuchar la despedida de Yunjin, avanzando por el pasillo en dirección a las escaleras, aquellas que subió con total calma, pensando en cuál papelera lanzar el correo urgente de su jefe, donde alguien sin sentido del ridículo expresaba sus ganas de verle.

Sin embargo, a pocos metros de la primera papelera que captó su interés; la elegida, TaeHyung se encontraba, apunto de adentrarse en su despacho, cuando visualizó su figura aparecer por el pasillo.

"Mierda..." Masculló, llenándose los pulmones de aire. El castaño le sonrió, haciéndole una seña con la mano para que se le acercase. Cosa que, obedientemente, hizo. "Jefe, buenos días."

"Hola. No esperaba que llegases tan pronto."

TaeHyung abrió la puerta de su despacho, internándose y esperando que Jungkook hiciera lo mismo. De nuevo, el azabache le siguió como si fuera su mochila, cerrándola a sus espaldas.

Él se aclaró la garganta. "Sí... No quería ausentarme mucho, luego se me acumula el trabajo." Dijo, sonando tan honesto que su jefe se giró con los ojos como platos, sosteniendo un libro abierto a la mitad entre sus manos, que terminó dejando nuevamente en el escritorio.

"¿De verdad has dicho tú eso? ¿No estoy alucinando?" Cuestionó, acercándose al azabache y poniendo una mano en su frente, tomándole así la temperatura. "No tienes fiebre, así que debería preocuparme."

Jungkook bufó, apartando la mano ajena de su rostro. "Estoy perfectamente, jefe. Ya te dije que sería eficiente, puntual y el mejor asistente que hayas tenido en tu vida. Lo que pasa es que estos días han sido un poco caóticos, no planeaba que mi hermana tuviese una sobredosis en medio de mi reinserción al mundo laboral."

"Oh. Ahora que lo mencionas, el lunes tenía tantas cosas en mente con todas las reuniones y Sunwoo, que me olvidé de preguntar por ella. ¿Cómo está? ¿Hay mejoría?"

"Sí, se despertó durante la madrugada, es por eso que vine más tarde, estuve con ella. Aún se encuentra un poco indispuesta, sobre todo por el lavado de estómago y la cantidad de pastillas que tomó."

Kim apretó los labios, asintiendo. "Es normal... Lo bueno es que actuaron a tiempo con su situación, ahora debe mantenerse enfocada en su propia recuperación y en ella misma. ¿Sabes dónde irá?"

"Mis padres han tomado la decisión de que se quede en casa con ellos, bajo el cuidado de un especialista particular, así está supervisada y acompañada. En los centros hay otros pacientes de los que encargarse y lo que nosotros queremos es atención únicamente dirigida hacia ella. Allí estará mejor."

"Me parece una muy buena opción." Dijo, apoyando la espalda baja en su escritorio y cruzándose de brazos. "Además, supongo que de esa forma puedes verla más seguido, ¿no? Tengo entendido que a esos centros no puedes ir de visita siempre que quieras, lo cuál es un poco fastidioso."

Jungkook asintió, masticando su labio inferior. "En el que ella estaba ni siquiera nos dejaban verla, sólo eran dos llamadas telefónicas al mes, e incluso en muchas ocasiones nos ponían excusas para que no hablásemos con ella. Todo esto siempre me dio muy mala espina, pero ante los ojos de mi padre mi opinión no contaba."

Chasqueando, TaeHyung hizo una mueca disconforme, moviendo su cabeza de un lado a otro. "A mí tampoco me daría buena espina nada de eso, honestamente... Pero ahora lo importante es que Yoona está bien y por suerte, estará mucho más cuidada y rodeada de gente que la quiere."

"Sí... ¿Y qué tal Sunwoo?"

"Oh, genial. Nada de fiebre ni malestar al poco rato de comerse esa hamburguesa, las patatas fritas y todo lo demás. Dicen que la comida chatarra quita años de vida, pero me parece a mí que a él le sumaron." Bromeó, haciendo reír al azabache. "No pude darte las gracias, por cierto, pero te agradezco mucho que cuidarás de él."

Instantáneamente, Jungkook ladeó la cabeza, una sonrisa juguetona jalando de sus comisuras. "¿Cuánto?"

Bufando, TaeHyung se acercó a él portando de nuevo el libro en sus manos, esta vez cerrado. "Mucho, mucho." Aseguró, apretando los labios antes de golpearle en el estómago con dicho libro, causando que este soltara una carcajada, encogiéndose para evitar seguir recibiendo golpes. "Idiota."

"Ya, ya, jefe, es una broma... Sé que estamos en horario de trabajo y respeto mucho eso." Le dijo, sonando tan honesto que Kim bufó, no creyéndole en absoluto. Mucho menos, cuando tras incorporarse, la distancia entre Jungkook y él era nula, el azabache alzando las cejas en su dirección. "¿Ves? Estamos así de cerca y no intento nada."

"Claro..." Asentía, pasando por alto el modo en que su asistente estaba sonriéndole. "¿Traes mi correo? Yunjin me avisó de que te lo había dado."

"Oh, sí, ¿te refieres a esta caja de aquí?" Mostrándole aquello que llevaba consigo, Jungkook actuó con rapidez, apartándolo antes siquiera de que pudiera rozarlo con sus dedos. "Si lo quieres, antes tendrás que hacer algo."

"Reducirte el sueldo, eso pienso hacer como no me lo des." Amenazó de inmediato, sin siquiera molestarse en el (muy divertido a ojos del azabache) juego de Jungkook. Este no tardó en bufar, chasqueando la lengua y tendiéndole dicha caja. "Gracias, muy eficiente por tu parte."

Resoplando, asintió, cruzándose de brazos. "Ya... Eso díselo a quien te escribe esas dedicatorias tan originales, estrella brillante. Y espero que no sea un posible novio, porque entonces prepárate para morirte de una diabetes tipo dos. Vaya forma de dirigirse a alguien..."

El castaño le observó con consternación, mientras abría dicha caja.

"Es un regalo de mi abuela, Jungkook."

Tan pronto como aquellas palabras golpearon en su sistema, Jungkook tuvo la imperiosa necesidad de aclararse la garganta. "Oh... Pues es un apodo precioso, déjame decirte. Mi enhorabuena a la señora." Decía, rascándose la nuca y mirando a todos lados, queriendo así evitar los ojos fulminantes de su jefe. Él halló una salvación en su escritorio. "Uy, cuánto trabajo tengo por delante... Me voy a poner ya mismo, que, si no, no acabo."

"Sí, mejor..." Masculló entre dientes, asintiendo mientras le veía huir con el rabo (literalmente) entre las piernas.

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