✧c.-022 [1/2]
N/A: Primer capítulo en el que estoy oficialmente triste, no tengo más que decir xD
Cap dedicado a luvs_natta ♡♡
Hoy os recomiendo 'Paralyzed' de mis hijos Big Time Rush, que tiene más años que yo misma, pero que amo con toda mi alma.
[...]
Si había algo que, definitivamente, TaeHyung adoraba, eso eran los viernes por la mañana. No necesitaba estar en la agencia tan temprano, por lo que podía tener una mañana medianamente tranquila, llevar a Sunwoo al colegio e incluso charlar un rato con sus padres. Eran cosas simples, sin demasiada complejidad, pero le hacían increíblemente feliz.
"¿Qué planeas hacer hoy?" La señora Kim quiso saber, su voz resonando en el interior del coche.
"Hm, pues... Acabo de dejar a Sunwoo en el colegio y ahora voy de camino a la agencia. Tengo un par de reuniones a media mañana, pero cuando termine seguramente vayamos a cenar Build, Mix y yo."
"Cierto, no recordaba que Build se había incorporado a la empresa. ¿Cómo se va adaptando? Tu padre me comentó lo sucedido con ese fotógrafo que teníais antes."
"Genial, los modelos están encantados con él y eso me alegra muchísimo. Estoy muy contento." Exhaló todo el aire en sus pulmones, manteniendo la mirada fija en la carretera. "Luego de lo ocurrido con Ivan, el anterior fotógrafo, tenía miedo de que las cosas no fueran del todo bien para ellos, pero por suerte han llevado muy bien el cambio. Eso me tranquiliza."
"Es lo más normal del mundo, hijo, pero es bueno saber que todo sigue su curso. Estás haciendo un muy bien trabajo como jefe, papá y yo estamos orgullosos de tu progreso."
De inmediato, una pequeña sonrisa jaló de sus labios. De algún modo, saber aquello le tranquilizaba, pues TaeHyung siempre se había caracterizado por destacar en todo lo que hacía, queriendo mantener orgullosos a sus padres con cada paso que daba.
"Gracias, mamá... Me hace muy feliz saber eso."
"¿Y qué tal vas con el hijo de Jeon Jisung? ¿Jungkook? Creo que se llamaba así, ¿no?"
"Sí, es Jungkook." Asentía, mordiéndose el labio inferior. Ni siquiera sabía por donde empezar. "No te voy a mentir, mamá, a veces siento que trabajo con un niño de seis años. Es impuntual, en ocasiones inmaduro, no se toma del todo en serio su trabajo... Pero tampoco me está causando inconvenientes, así que tampoco me quejo."
"Bueno, supongo que tardará un poco en adaptarse, piensa que es un muchacho que no ha trabajado en su vida y está acostumbrado a prácticamente vivir de sus padres."
"Trato de mantenerme positivo sólo por eso, pero a veces siento que es superior a mí." Decía, dejando escapar un suspiro. "Actúa como si fuera idiota, mamá, ni siquiera sé cómo ha podido sacarse una carrera."
"Pues según Jisung, con muy buenas notas, incluso rechazó una beca en Cambridge."
Instantáneamente, TaeHyung se atragantó con su propia saliva, teniendo casi que parar su trayecto. "¿C-Cómo? ¿Cambridge?"
"Sí, al final se graduó de la universidad aquí en Corea, con matrícula de honor. Tenías que haber visto el post que hizo su madre en Facebook, casi hace a tu hermana llorar... Aunque supongo que al chico no debe entusiasmarle demasiado, por eso no se lo toma en serio."
"¿Por qué nadie me avisó de esto antes? Yo sabía que Jungkook estudió Administración de Empresas, porque él mismo me lo dijo, pero no tenía ni idea de esto..."
"No sé, cielo, quizás tu padre no pensó que fuera un dato muy interesante." Encogiéndose de hombros, ella vio la sorpresa en los ojos de su hijo, mientras que este se concentraba en la carretera. "Y en caso de que la cosa no mejore con este chico, deberías hablarlo con papá, no queremos que te sobre esfuerces sólo por contentarle. Jisung lo entenderá."
"Aguantaré, mamá, no te preocupes." Murmuró, masticando su mejilla interna conforme visualizaba la empresa. "Debo colgar ya, casi estoy llegando."
"Tenías una reunión ahora, ¿no?"
Él asintió, aclarándose la garganta. "Sí, con Klairs. Ya que terminamos nuestro contrato con Holika Holika, estamos sopesando nuevas opciones y creemos que esta marca puede ser una buena."
"A tu hermana y a mí nos encanta esa marca, tenemos muchísimas cremas de ellos."
"Oh, cierto. Hace poco me enviaron un set completo de sus productos para que pudiera comprobar la calidad por mí mismo, así que tengo mi estante de cosméticos a rebosar. Casi no quepo en el baño, y pequeño no es." Dijo, oyendo a su madre reír.
"Siempre puedes compartirle algunos productos a Yonghwa, tu hermana va a agradecértelo mucho. La pobre sufre a diario las consecuencias de haberse casado con un completo negado para cuidarse la piel."
Riendo también, TaeHyung volvió a asentir, aparcando en su plaza de garaje. "Claro, lo tendré en cuenta. Me marcho ya, ¿vale? Hablamos cuando llegue a casa."
"Vale, cariño, te quiero."
"Adiós, mamá."
Finalmente colgando la llamada, terminó apagando el motor, saliendo de su coche poco después. Eran las diez en punto de la mañana, por lo que aún tenía unos minutos antes de que dicha reunión diese a lugar. El pensamiento inmediato de ir a comprarse un café llegando rápidamente a su mente. Sin embargo, acabó descartándolo en rotundo, ya que tomar tanta cafeína no le hacía bien a su pobre nerviosismo.
Se adentró en la agencia a paso rápido, aferrándose al asa de su bolsa y suspirando. Sólo deseaba que su jornada laboral llegase a su fin, poder reunirse con Mix y Build después de mucho tiempo sin que los tres se hubiesen reunido y comer el mejor Hot Pot de toda Corea. Desgraciadamente, para ese acontecimiento aún le quedaban algunas horas.
"Buenos días, señor." Yunjin fue la primera persona en saludarme, nada más poner un pie dentro.
"Hola, Yunjin." Devolviéndole la sonrisa instantáneamente, él se acercó.
"¿No viene Earth con usted hoy?"
"No, hoy tiene el día libre, está descansando." Explicó, viéndole asentir. "¿Jungkook está arriba?"
Yunjin se quedó con la boca abierta por unos segundos, balbuceando algo inteligible, antes de darle una respuesta. "Eh... No, señor, aún no ha llegado... Pensé que vendría con usted."
"Debería haber llegado a las ocho." Dijo, ladeando la cabeza. Era común que Jungkook se atrasara, pero no a tales niveles. "¿Tienes idea de dónde puede estar?"
"Qué va, tampoco ha llamado para justificar su ausencia."
Kim asintió, comprendiendo a pesar de su confusión. "Bien, contactaré con él ahora. Avísame cuando lleguen los representantes de Klairs, ¿vale? Tenemos una reunión en quince minutos."
"Por supuesto, señor, yo le aviso."
"Gracias, nos vemos luego." Tratando de darle su mejor sonrisa, el castaño se dio la vuelta, dirigiéndose hacia el ascensor.
La última vez que Jungkook se presentó tan tarde en su oficina fue el primer día, antes siquiera de incorporarse a trabajar, cuando llegó alrededor de seis horas tarde. Desde ese momento, TaeHyung supo que Jungkook iba a traerle problemas, pero prefirió no pensar en ello demasiado, o de lo contrario terminaría amargándose. Justo como lo estaba ahora.
Buscó el contacto de Jungkook en su teléfono, mientras se dirigía hacia su despacho, con la esperanza de que este se encontrara ahí, algo que sabía de antemano, sería imposible. Jungkook jamás llegaría antes que Yunjin, eso era una línea que jamás cruzaría. Y, ciertamente, TaeHyung tampoco lo pretendía, por algo tenían sus horarios. Desgraciadamente, una vez abrió la puerta, se encontró con que el azabache no se encontraba allí dentro. TaeHyung suspiró.
"¿Dónde narices te habrás metido?" Se preguntaba a sí mismo, llevándose el teléfono a la oreja, esperando recibir respuesta por su parte, cosa que tampoco ocurrió. Tres pitadas fueron suficientes para que TaeHyung fuese enviado directamente al buzón de su asistente. "Jungkook, ¿dónde se supone que estás? Llegas dos horas tarde. Espero que como mínimo estés de camino, o tu retraso tendrá consecuencias."
Terminando la llamada, el castaño soltó un bufido, dejando su teléfono encima de la mesa. Si el retraso de Jungkook se debía a cualquier cosa causada por la irresponsabilidad de ser un adulto, no le temblaría el pulso a la hora de despedirlo.
En otra parte de la misma ciudad, pero bastantes horas después, Jungkook mantenía los ojos en aquel enorme ventanal, con la mirada perdida, vacía, el corazón encogido y un montón de preguntas que le abordaban la mente. No podía entenderlo, ni siquiera le entraba en la cabeza.
¿Por qué? ¿Cómo podía suceder esto? Estaba tan confundido como devastado, deseando obtener respuestas. Buenas noticias. Pero sabía que aquello sería imposible.
"Pienso ponerles una puñetera denuncia." Decía su padre, a espaldas del azabache. La rabia siendo más que evidente en su voz, gruñendo después de cada palabra que soltaba. "Se supone que debían cuidarla, no empujarla al abismo."
El sollozo de su madre, roto, adolorido, erizó la piel de Jungkook "Jisung, tranquilízate, por favor."
"¡Ella no tenía acceso a esas drogas, Yuri! ¡Cómo narices las consiguió, ¿eh?! Alguien tuvo que dárselas."
"No sé, no lo sé..." Continuaba sollozando, aferrándose a Jungwon, su hijo menor.
"Esos hijos de puta... ¿Cómo han podido? ¿Cómo-" La voz del señor Jeon se rompió, teniendo que tragar el nudo en su garganta, mientras meneaba la cabeza de un lado a otro. "Con qué derecho le hacen esto... A mi niña..."
"Te dije que no me fiaba de ese lugar." Masculló Jungkook, por primera vez tomando la palabra. Su padre le miró inmediatamente, manteniendo el ceño fruncido. "Os advertí de que no la cuidarían bien, que por más dinero que le diésemos-"
"¿De qué hablas, Jungkook? ¿Diésemos?" Escupió la voz ronca de Jisung, sus ojos entrecerrados. "Tú no has dado una mierda, sólo te has dedicado a meter el dedo en la llaga, que es lo único que sabes hacer, mientras tu madre y yo nos dejábamos todos nuestros ahorros en una clínica para curar a tu hermana."
"Papá..." Jungwon susurró.
"¿Y de qué ha servido?" Quiso saber el azabache, manteniendo las manos ocultas en los bolsillos delanteros de sus pantalones, encontrándose con los ojos de su padre, ni siquiera sintiéndose intimidado por su feroz mirada. Luego, señaló al enorme ventanal. "¿Se ha curado? No, ¿verdad que no?"
"Por lo menos lo intentamos, ¿tú qué haces al respecto? Irte de fiesta con tus amigos, beber hasta perder el conocimiento y listo. Eso es todo."
"La llamo una vez por semana, que es lo máximo que nos dejan hablar con ella en ese puto centro de mierda. Me aseguro de que alguien en esta familia le haga saber que seguimos aquí para ella, porque está sola allí dentro." Sintiendo como las lágrimas mojaban sus mejillas superficialmente, señaló el cuerpo de su hermana visible a través del ventanal. "No sirve de una mierda todo ese dinero que invertís en Yoona, si ni siquiera os molestáis en verla."
El señor Jeon tragó saliva, dando un paso cerca de su hijo y apuntándole con un dedo acusatorio. "Jeon Jungkook, no te atrevas a juzgarme a mí o a tu madre, porque no tienes ni puta idea de los sacrificios que estamos haciendo para que tu hermana reciba los cuidados necesarios."
"Jisung, por favor..." Una vez más, la voz de su madre sonó en apenas un susurro. Atemorizada, llena de dolor y desesperación.
"Pues dile a tu hijo que deje de ir por la vida como si lo supiera todo, porque no tiene ni puta idea de nada."
"Soy tu hijo también, aunque te guste la idea tan poco como a mí, papá." Musitó Jungkook, una mirada furibunda en sus ojos.
"¡Jungkook! No digas esas cosas." Exclamó su madre, soltando un sollozo. "¿Por qué tenéis que discutir siempre? Ni siquiera cuando Yoona se está debatiendo entre la vida y la muerte podéis tener una maldita tregua." Sorbiendo por la nariz, miró a ambos. "¿De verdad creéis que ella querría eso?"
Negando con la cabeza, en un acto de puro rencor, el azabache se encogió de hombros. "No sé, mamá. Quizás se lo podrías haber preguntado tú misma, cuando todavía tenías oportunidad de ir a verla."
Tan pronto como aquellas palabras salieron de su boca, impactando en lo más profundo del corazón ajeno, una mano en su mejilla le cruzó el rostro con un solo golpe. Él jadeó, dando un paso hacia atrás por el impacto y mirando a su padre.
"¡Jisung!" Chilló su madre, llevándose una mano a la boca, viendo al mayor de sus dos hijos tocarse la mejilla, poniéndose en pie inmediatamente con la intención de apartarlos e impedir una desgracia. Ella colocó sus manos en el pecho de Jisung. "No vuelvas a ponerle una mano encima a tu hijo."
El corazón del hombre se paró abruptamente por un par de segundos, en cuanto Jungkook se quitó la mano del rostro y descubrió que su anillo de matrimonio le había causado una herida en la mejilla. Jisung nunca le había levantado la mano a ninguno de sus hijos, jamás.
"Cariño." La señora Jeon tomó su rostro, inspeccionándolo con los ojos llorosos, hasta que el azabache se soltó del agarre.
Jungkook no dijo nada al respecto, conmocionado por el golpe y sorbiendo por la nariz. Apartándose, decidió que no quería seguir allí, sintiéndose humillado y herido, más allá del dolor. Negó, sacudiendo su cabeza mientras tomaba una profunda respiración, dándose la vuelta y saliendo de allí lo más pronto posible.
El corazón le bombeaba como loco, llenándose los pulmones de aire conforme avanzaba por el pasillo y llegaba hasta la salida. Una vez llegó al exterior, se dio cuenta de que la noche estaba alumbrada únicamente por unas cuantas farolas que tenía alrededor. No se había sentido tan solido en su vida, necesitando mirar al cielo para evitar llorar, e incluso así las lágrimas continuaban saliendo.
Sabía que tenía alrededor de diez llamadas de TaeHyung, este probablemente preguntándose dónde narices estaba y si había algo lo suficientemente importante como para saltarse el trabajo, pero lo cierto es que lo había. Siempre que se trataba de Yoona, no existía nada más importante.
Quitándose las lágrimas bruscamente, terminó por rozar con sus nudillos el trozo de piel lastimada, siseando antes de mirarse el dorso de la mano, hallando una mancha de sangre en ella.
"Te odio, te odio tanto..." Susurró, manteniendo la mandíbula apretada. El dolor era tan fuerte, formando un hueco poco a poco en su pecho, que Jungkook era incapaz de hallar su propio aliento, sólo necesitando que se detuviera.
Llevaba más de veinticuatro horas de puro desconcierto, preguntándose cuándo pararía esta incertidumbre, cuándo dejaría de doler, en qué momento su hermana volvería a ser la misma. Pero lo cierto es que no encontraba respuesta para ninguna de sus preguntas. Y eso sólo lo hacía más insoportable, la agonía creciendo en su interior sin ningún límite.
El teléfono volvió a sonarle, esperando encontrar el nombre de TaeHyung cuando lo agarró, pero encontrándose con que se trataba de Jungwon, su hermano pequeño.
"¿Qué mierda quieres?" Escupió.
"No me hables así." Dijo, inmediatamente tras oír su voz. "Sólo quiero asegurarme de que estás bien, yo no te he hecho nada, Jungkook."
Parpadeando, pudo librarse del resto de lágrimas. "Estoy bien, pero no quiero volver allí dentro. No con papá."
"Creo que él está arrepentido por lo que ha hecho."
"No me importa, Jungwon." Insistió.
"De acuerdo... Pero vas a venir cuando Yoona despierte, porque ella merece ver todas nuestras caras juntas en su habitación. No es una pregunta, es una orden, antes de que pienses en negarte."
Jungkook se aclaró la garganta. "¿Y qué pasa si no despierta? Lleva así desde esta madrugada y no hay mejoría. Los médicos ni siquiera tienen esperanzas."
"Por el bien de nuestra familia, Jungkook, no debemos pensar en eso."
"Ya..." Susurró, volviendo a ser débil contra sus lágrimas y simplemente sorbiendo por la nariz.
Jungwon colgó, lo que le hizo dejar escapar un suspiro tembloroso, apartándose el teléfono de la oreja y observando la pantalla. ¿Por qué se sentía tan solo en estos momentos? Siempre estaba rodeado de gente, de mucha gente, pero ahora parecía como si todos se hubieran esfumado. Como si no tuviera a nadie.
La pantalla se iluminó una vez más, esta vez, con el nombre de su jefe destacando en ella. Jungkook se pasó el dorso de la mano por la nariz, aclarándose la garganta antes de aceptar aquella llamada.
"¡Por fin!" TaeHyung exclamó nada más Jungkook descolgar. "Mi querido asistente, que se ha pasado todo el puñetero día desaparecido... ¿Dónde narices te has metido, Jungkook? Podrías haberte dignado al menos a responder mis llamadas."
Una sonrisa socarrona jaló de sus labios. Fue automática, como un signo involuntario de autodefensa. "¿Estabas preocupado por mí, jefe?" Quiso saber, su voz áspera confundiendo al castaño.
"Bueno... Considerando que esta es la única respuesta que he obtenido de ti en todo el día y llevas toda la semana siendo una persona decente en la oficina, sí, por supuesto que estoy preocupado. ¿Qué pasa?" Quiso saber. Jungkook no necesitaba verlo para imaginarse su ceño fruncido, pero el hecho de que precisamente TaeHyung estuviera preocupado por él, hizo que algo dentro de su pecho se moviera. Un suspiro tembloroso abandonó sus labios. "¿Jungkook?"
"Estoy en el hospital, jefe." Dijo, apretando los labios.
"¿En el hospital? No me digas que te has vuelto a estrellar contra otro coche." Casi gritó, una risa ahogada abandonando los labios de Jungkook, ni siquiera pudiendo controlar su sollozo cuando la conmoción fue más grande que él. TaeHyung jadeó, todos sus sentidos alerta. "¿Estás llorando? ¿Jungkook?"
Jungkook negó, incluso si TaeHyung no podía verlo. "Yoona está ingresada... Ha tenido una sobredosis esta madrugada." Fue capaz de decir, con el corazón en la garganta.
TaeHyung se quedó helado en cuestión de segundos, buscando su propia voz para poder decir algo inmediatamente, balbuceando puras incoherencias en voz baja.
"Dios... Yo- yo... Lo siento mucho, Jungkook. ¿Necesitas algo?"
"Eres la única persona que me ha preguntado eso en todo el día." Susurró, soltando una pequeña carcajada, sabiendo que aquello no era divertido en absoluto, sólo una forma de ocultar su dolor. Limpió las lágrimas que continuaban cayendo por sus mejillas. "Y eres quien menos me soporta en el mundo... ¿No es un poco irónico?"
TaeHyung no respondió a su pregunta, aclarándose la garganta en su lugar. "¿En qué hospital estás?"
"Me voy a casa ya..."
"Dime dónde estás y te recojo."
Jungkook tomó una profunda respiración. "Tengo mi coche aquí."
"No, no voy a dejarte coger el coche en esas condiciones, Jungkook. Pásame la dirección." Su tono de voz autoritario hizo a Jungkook asentir.
"Bien..."
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro