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✧c.-010

N/A: Os juro que amo a este Jungkook con toda mi alma xD

Cap dedicado a jkke_13 ♡♡

Hoy os recomiendo 'After Hours' de The Weeknd, una canción que me tiene súper obsesionada.

[...]

Incluso cuando la promesa de que Jungkook se mantendría en completo silencio durante todo el desfile, seguía en pie, TaeHyung, inevitablemente, sabía que debía mantener su atención fija en aquel asistente. Porque era como convivir con un niño de siete años, o peor.

"Jungkook." Le llamó, casi entre dientes, evitando hacer contacto visual con él para no perderse ningún segundo del desfile. El azabache tenía una mueca de desagrado visible en su rostro. "Vigila esas caritas que pones."

"¿Qué pasa, jefe? Estoy callado."

"Que no pongas caras de asco, es una falta de respeto."

"Joder... No puedo hablar, no puedo expresarme, tengo que estar en silencio y tranquilito, ¿y ahora tampoco me dejas hacer muecas? Específica que estamos en una dictadura desde el principio, mejor."

Bufando, TaeHyung puso los ojos en blanco, colocando una pierna encima de la otra y enfocándose simplemente en las modelos, a quienes observaba con total satisfacción. Jungkook no iba a arruinar el orgullo que sentía en estos momentos.

"¿Esas de ahí no son tus modelos?" Jungkook inquirió, su voz sumamente bajita, sólo para que el castaño pudiera oírle. "La que tiene el abrigo verde y esa del vestido ancho. Me pareció verlas por la agencia."

"Sí, de hecho, todas las chicas del desfile son modelos de nuestra agencia, por eso estamos aquí."

"Ah, que vienes para verlas a ellas... Eso tiene mucho sentido." Asumía, asintiendo con las cejas alzadas, como si aquel dato fuese la respuesta a todas y cada una de sus incógnitas.

El castaño asintió, mordiendo su labio inferior. "Claro."

"¿Y no cobran una indemnización por tener que llevar esa ropa tan hortera? O al menos un par de citas con el psicólogo. La verdad es que yo las necesitaría."

De inmediato, TaeHyung ahogó un jadeo, mirándole con ojos ensanchados. "Jungkook, por el amor de Dios, cállate."

"Pero es que es verdad." Resopló, negando con la cabeza tras observar un conjunto que casi le hizo bufar. "Mira qué pantalones... Si parece que han cosido mis calzoncillos y se los han puesto a esa pobre muchacha. Qué lástima."

"Jungkook." Esta vez, su tono de voz fue demandante. El azabache suspiró, entendiendo el mensaje.

"Vale, vale, ya me callo..." Accedió, haciendo una mueca. "¿Me puedo dormir?"

"Vas a tener todo el tiempo del mundo para dormir si no cierras la boca."

"¿Eso es que sí o que no?" Quiso saber, su ceño fruncido. Entonces, TaeHyung le observó lentamente, su mirada fulminante dándole una respuesta silenciosa, a la misma vez que negativa. "Vale."

Una hora más tarde, cuando el desfile llegó a su fin (por suerte para un Jungkook que luchaba arduamente contra sí mismo para no quedarse dormido), todos se desplazaron por el recinto. El azabache soltó un suspiro de puro alivio.

"Por fin se termina esta mierda..." Celebró, escuchando a su jefe bufar.

TaeHyung tampoco podía negar que estaba algo cansado, pero todo rastro de agotamiento se esfumó en cuando vio a Dante encaminándose hacia él con rapidez, su inconfundible sonrisa iluminando el lugar.

"¡Aquí estás!" Le dijo, nada más llegar a su altura y estrechar al castaño entre sus brazos. El acento de Dante era peculiar, su lengua nativa siendo más que evidente en este, mientras se comunicaba en un perfecto inglés. "He estado buscándote por todo el recinto, casi pensaba que no te encontraría por ninguna parte. Le pedí a Miuccia que te sentara cerca de mí."

"Sí, lo sé, iba a contarte sobre el cambio de asiento a última hora, pero se me pasó por completo." Explicó, esbozando una enorme sonrisa. Dante siempre le transmitía muchísima energía positiva. "Vengo acompañado de mi asistente."

"Oh, ese del que me hablaste hace un rato, ¿no?"

"El mismo, sí. Este es-" Asintió, mirando hacia donde Jungkook debería estar, a su izquierda, para presentarle, cuando descubrió que no había rastro alguno del susodicho. El corazón se le paró por unos milisegundos. "¿Jungkook? ¿Dónde se ha metido?"

La risa de Dante llegó a sus oídos, este notando la confusión y el horror en los ojos ajenos. "¿Has perdido de vista a tu asistente?"

"Estaba aquí hace un rato." Aseguró, casi titubeando, mientras observaba a su alrededor. Jungkook no conocía el sitio en absoluto, así que no debería estar muy lejos. El problema, es que ni siquiera sabía en qué momento había decidido moverse de su lado. "No sé dónde se ha podido meter..."

"No te preocupes, seguro que debe estar por aquí. Acaban de inaugurar la barra libre, lo más probable es que esté rondando cerca."

De inmediato, las cejas de TaeHyung se alzaron. Tenía ganas de llorar. "¿Barra libre? ¿De bebidas? Así como... ¿Bebidas alcohólicas?" Cuestionó, sonando tan ridículo para su experiencia, que Dante no tuvo otra opción más que reír.

"Claro que sí, chico. No sabía que eras nuevo en esto."

El castaño comenzó a sudar frío.

"Eh, Dante, yo... Creo que mejor vendré a buscarte luego, ¿vale? Si es que sobrevivo, claro." Susurró esto último para sí mismo, pasándose una mano por la frente. "Voy a ver si encuentro a mi asistente. El hijo de puta." Mascullaba, usando su lengua nativa para que Dante no tuviera que escucharle decir malas palabras.

"¡Oye! No hables si estoy cerca, no puedo entenderte." Se quejaba, mientras veía a TaeHyung alejándose a paso rápido. Él juraría que ese chico no pasaría de los cuarenta, si continuaba estresándose de esa forma.

Avanzando entre los presentes, TaeHyung se vio forzado a dedicar sonrisas falsas a todo aquel que se le cruzase, queriendo avanzar lo máximo posible y así llegar hasta donde pudiera estar el azabache, de quién seguía sin encontrar rastro alguno. Jungkook atentaba con su vida diariamente, y eso era un completo infierno para él, al no tener forma alguna de controlarlo.

Conforme dejaba atrás algunos rostros que le resultaban conocidos, TaeHyung se topó con una cara familiar, la cual se interpuso accidentalmente en su camino. Tan pronto como su mirada se encontró con la ajena, una enorme sonrisa brotó de los labios del señor.

"TaeHyung, ¿verdad?"

"Eh, sí..." Asintió, su atisbo de sonrisa jalándole de los labios, mientras observaba a todos lados; en busca de Jungkook.

"Enhorabuena por tus chicas, son muy buenas modelos. Haces un gran trabajo con ellas."

Riendo casi con vergüenza, al saber conscientemente de que apenas estaba prestándole atención, tragó saliva. "Oh, gracias, pero yo no hago nada, el mérito es de ellas. Yo sólo acepto contratos."

"Eso también hay que saber hacerlo." Puntualizó, viéndole asentir. "No me he presentado formalmente aún, pero me llamo Stefano Pilati, tu padre y yo hicimos muchos contratos cuando él se encargaba de la empresa, espero que se repita la historia."

Finalmente, de tanto buscar, TaeHyung halló al azabache, tal y como Dante había supuesto, en la barra libre. Y como no, rodeado de bebidas. El desgraciado tenía un imán para el alcohol.

"C-Claro, claro, por mí encantado, sería un placer." Aseguró, tratando de darle su mejor sonrisa, mientras internamente quería correr hacia el azabache. "Uhm... Si me disculpa, debo ir a hablar con alguien."

"Oh, sí, por supuesto." Él asintió.

Haciendo un atisbo de reverencia con la cabeza, TaeHyung huyó tan pronto como tuvo oportunidad, tratando de mantener la compostura conforme se alejaba en dirección a Jungkook, quien parecía sumamente feliz rodeado de alcohol y ciertas modelos que se le habían acercado.

En cuanto llegó a su altura, se posó junto a él, de brazos cruzados. Cualquiera que le viese, pensaría que iba a estar a punto de formar una escena de celos. Y nada más lejos de la realidad.

"Jeon Jungkook." Le llamó, firme. El azabache se giró, admirándole con una ceja alzada.

Como era de esperar, sin ningún tipo de consciencia ni remordimiento, Jungkook esbozó una sonrisita. "Hola, jefe."

"Jefe..." Repitió con recelo, desviando su atención momentáneamente hacia las modelos. "Chicas, ¿os importa dejarnos a solas un momento?"

Ambas asintieron, un poco confundidas, antes de girarse y encaminarse hacia otro lugar al que TaeHyung no estaba mirando, volviendo a enfocarse en el azabache, a quien se le acercó, sus cejas alzadas.

"¿Qué pasa?"

"Eso debería preguntar yo." Señaló, ladeando la cabeza. "¿Qué parte de 'quietecito' no has entendido, Jungkook? No te puedes separar de mí, y mucho menos sin avisar."

Inmediatamente, la sonrisa del mencionado se volvió más amplia, dando un paso más cerca de TaeHyung, sólo para que él pudiera escuchar el tono de su voz. "Ow... ¿Me echas en falta si me separo de ti, jefe?"

"Dios me libre... Por mucho que yo quiera meterte en un avión rumbo a Seúl y no volver a verte en mi vida, eres mi asistente. Lo que significa que no puedes separarte de mí en ningún momento."

El azabache bufó. "Vamos, hombre... Te encontraste con ese señor raro, pensé que no me necesitarías, así que fui a donde iba todo el mundo."

"Justo lo que te dije que no hicieras."

"Pero estuve en silencio, no hablé con nadie, ni siquiera para pedir la bebida." Le dijo, asegurando su punto, mientras levantaba el vaso. "Lo único que hice fue señalar lo que quería y listo. Calladito, como me lo pediste."

"Ya..." TaeHyung suspiró. "No deberías beber, de todos modos."

"¿Por qué no?" Quiso saber, ladeando la cabeza.

"Porque si sobrio hay que tenerte controlado, no puedo ni imaginarme cómo serías estando ebrio. Y la verdad, me niego a tener que ir llevándote por ahí con un bozal para evitar que vayas soltando burradas a cualquier diseñador que se te cruce."

Jungkook soltó una risita. "¿Te da miedo que pueda arruinar tu reputación estando borracho?"

"Así es." Asintió, antes de que unos dedos se adueñaran de su barbilla inesperadamente, topándose con el rostro de Jungkook a escasos centímetros del suyo en lo que duraba un parpadeo.

"¿O lo que te da miedo es la posibilidad de que vuelva a besarte?" Susurró, el cálido aliento ajeno chocándole en los labios. TaeHyung frunció el ceño, colocando una mano en su pecho para controlar las distancias.

"Tú deberías tener miedo si se te pasa por la cabeza volver a besarme."

Y, confirmando cada duda existente en el azabache, su respuesta le hizo sonreír gratamente, masticando su propio labio inferior. "Acabas de admitirlo, jefe... Pensé que jamás lo harías."

"Sí, bueno... Supongo que el hecho de que un borracho me besara a la fuerza, luego de estrellarse contra mi coche, ha dejado de causarme pesadillas. Lo que me las causa, es que ese borracho ahora sea mi asistente." Empujándole, resopló, la risa del azabache retumbándole en los oídos. Menudo gilipollas.

El lunes por la mañana, el avión de ambos aterrizaba directamente en el aeropuerto de Seúl, TaeHyung siendo el primero en bajar, luego de que Earth, a sus espaldas, cargase con todo su equipaje. Las trece horas del viaje no habían pasado desapercibidas para nadie, mucho menos para Jungkook.

Junto a él, este bufó, recibiendo un flash directamente en los ojos que no tardó en irritarle. Y es que estaban rodeados de paparazis cuyas cámaras trabajaban a foto por milisegundo, algo que le aturdía.

"¿Por qué cojones están haciéndonos fotos?" Quiso saber, su voz gruñona dirigiéndose al jefe.

"No nos hacen fotos a nosotros, si no a las modelos." Dijo, haciendo mención a las chicas que iban a unos metros de distancia. "Para la próxima vez tráete unas gafas de sol, van a venirte bien."

"Esto es una puta mierda, uno no puede ni caminar en paz." Casi gruñó, cerrando los ojos al décimo flash. "Joder... Tus muertos a poni."

"Hoy alguien se ha levantado de mal humor..." Canturreó TaeHyung.

"Si es que me van a dejar ciego con tanta camarita."

El castaño rio en voz baja. "Lo que te faltaba ya..." Susurró, recibiendo un leve empujón por parte de Jungkook. "Impuntual, inculto, borracho, ahora ciego... Qué despropósito."

"Jefe, no te burles que esto no es el patio del colegio." Le recordó, oyéndole reír de nuevo.

"Son las seis de la mañana, ni siquiera estamos en horario laboral. Estoy cansado, me duelen las piernas y creo que he tenido que aguantarte lo suficiente, como para que burlarme un rato de ti esté permitido por recursos humanos, créeme."

"Oh... ¿Sí?" Cuestionó, sus cejas alzadas. TaeHyung se encogió de hombros.

"Sí, claro." Asintió, escondiendo las manos en los bolsillos de su abrigo, muy confiado de lo que acababa de decir. "Llevo todo el viaje soportando tonterías por encima de mis posibilidades, como si hubiese tenido que cuidar de un bebé. Esto es lo que he querido hacer desde que me subí a ese avión."

De inmediato, Jungkook dejó de caminar, la ausencia de sus pasos siendo notoria para TaeHyung, quién se giró al instante.

"¿Y ahora por qué te paras?" Frunció el ceño, confundido. "¿Acaso vas a hacer una pataleta?"

El azabache esbozó una sonrisa, negando lentamente, mientras esperaba a que las modelos pasasen por su lado, un sinfín de flash cegándolos. Al instante, jaló del brazo de TaeHyung, logrando que sus cuerpos chocaran levemente antes de inclinarse para capturar sus labios sin ningún tipo de advertencia.

TaeHyung tardó menos de cinco segundos en saber lo que estaba pasando, el tiempo suficiente como para que Jungkook metiera la lengua entre sus labios, rozando la impropia y causándole un shock. Para el momento en que reaccionó, empujó al azabache, enviándole fuera de su espacio personal.

"Esto es lo que yo he querido hacer desde que pisé tu agencia." Contraatacó, disfrutando cada expresión nueva en el rostro ajeno, sin borrar su sonrisa.

Kim casi hiperventiló. "Tú- tú es-estás... ¡Estás despedido!" Sentenció, una vez recuperó consciencia, golpeando con su dedo índice el pecho de Jungkook. "A la puta calle. Por gilipollas."

Y sin mencionar una palabra más, únicamente humo saliéndole de las orejas, TaeHyung se dio la vuelta, avanzando por el aeropuerto con aquel guardaespaldas, Earth, siguiéndole de cerca, frente a un Jungkook muy satisfecho. Demasiado.

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