✧c.-003
N/A: La historia de Jungkook y su trasfondo me pega muy fuerte al corazoncito... Soy débil xD
Cap dedicado a mygpouts ♡♡
Hoy os recomiendo 'VISION' de mis reinas preciosas DREAMCATCHER, son mi girl group favorito, así que no tengo mucho que decir al respecto.
[...]
En el momento exacto en que reconoció aquella cara, TaeHyung tuvo la imperiosa necesidad de echar a ese individuo de su oficina, teniendo que controlarse a sí mismo a niveles impensables. No podía creer que estuviera ahí.
"¿Tú eres TaeHyung?" Levantando una ceja en su dirección, aquel chico cuestionó, con las manos metidas en los bolsillos.
Rápidamente, Yunjin, ante el silencio que se había formado, se aclaró la garganta. "Él es Jungkook, jefe. Viene por el puesto de ayudante, del que señor Kim le habló esta mañana..."
"Sí, lo recuerdo, descuida." Asentía, pasándose la lengua por los labios, antes de encaminarse hacia Jungkook, quedando frente a él. "Encantado, Jungkook, soy Kim TaeHyung, el director ejecutivo de esta agencia."
Jungkook analizó minuciosamente a ambos sujetos, especialmente al de la izquierda, aquel que decía ser su jefe. Era alto, delgado, con el cabello castaño y corto. Él estaba seguro de que se habían visto anteriormente, pero era incapaz de recordar dónde y cuándo.
"TaeHyung..." Repitió, su nombre retumbándole por toda la mente, como si no fuese la primera vez que lo escuchaba, incluso si no conocía a nadie que se llamara así. Encontrándose con sus ojos brillantes, ladeó la cabeza. "¿Nos hemos visto antes?"
"¿Tú y yo? ¿Antes?" Quiso saber, mostrándose convincentemente extrañado tras esa pregunta, una que tenía un claro sí como respuesta. Jungkook asintió, la pequeña sección de cabello atado en su cabeza rebotando con aquella acción. "No lo creo."
"¿Seguro?"
El castaño se encogió de hombros. "Pues claro, sólo sé de ti lo que mi padre me ha dicho. Nada más."
"Ya veo..." Murmuró, sin quitarle la vista de encima, logrando que TaeHyung se sintiera como si fuese parte de una exposición y no estuviese al tanto de ello. "Así que tú, TaeHyung... ¿Eres el jefe de todo esto?"
"Se podría decir que lo soy, sí."
"¿Y no eres un poco joven para el puesto?"
TaeHyung no tardó en sentirse un poco descolocado por la pregunta, frunciendo el ceño. "Eh, bueno... No creo que mi edad sea un inconveniente, en base a lo que me dedico, pero tengo veintitrés años. ¿Es eso un problema para ti?"
"No, en realidad me da igual." Respondió, encogiéndose de hombros.
Sintiéndose absolutamente fuera de lugar, TaeHyung necesitó un par de segundos para centrarse, negando con la cabeza y suspirando. "Vale... Está bien, Jungkook. Bienvenido a la empresa, entonces. Serás mi ayudante a partir de mañana."
"Tu ayudante." Repitió, mordiéndose el labio. "¿Y en qué consiste eso? ¿Tengo que ayudarte a atarte los cordones? ¿Abrocharte la camisa? ¿Desabrochártela? Eso se me da bien."
Oyendo el jadeo de Yunjin tras el mostrador, TaeHyung volvió a mantenerse en silencio, analizando la situación con los ojos entrecerrados. De acuerdo. Ya tenía un poco más claro cuál era el rol de Jungkook y cuales eran sus intenciones, por lo que esbozó una sonrisa tranquila.
"Afortunadamente, eso que mencionas lo aprendí a hacer por mí mismo a los cuatro años, así que no tienes nada de lo que preocuparte." Respondió, con total calma, porque ahora tenía todo bajo control, como a él le gustaba.
Las cejas de Jungkook se alzaron. "¿Entonces?"
"Te encargarás de recogerme el correo, traerme el café de todas las mañanas, asegurarte de que no llegue ningún mensaje de spam o posible fraude a mi bandeja de entrada... Ya sabes, lo típico."
"Oh... O sea, que me quieres para ser tu sirviente." Asumió, viéndole sonreír y encogerse de hombros. "Me pagarás bien, al menos."
"Por supuesto que sí, serás recompensado por tu trabajo, eso no lo dudes." TaeHyung aseguraba, llenándose los pulmones de aire, antes de echarle un rápido vistazo a su reloj. "Aunque todas las dudas que tengas, te las resolveré mañana encantado. A las ocho aquí."
"¿De la tarde?"
"De la mañana, obvio." Especificó, haciéndole un gesto a Mix para que le siguiera. "Nos vemos, Jungkook. Encantado."
"Espera, espera. ¿No es un poco pronto? Ocho de la mañana..."
Volviendo a soltar una carcajada, TaeHyung se permitió la libertad de palmearle el hombro. "Bienvenido al mundo laboral." Le dijo, pasando junto a él hacia la salida. "Hasta mañana Yunjin, que pases buena noche."
"Igualmente, jefe. Adiós, Mix."
"Adiós, Yunjin."
En cuanto ambos salieron de allí, dejando a un semi desconcertado muchacho por segunda vez en el mes, Mix soltó un suspiro.
"¿No es ese el borracho que se estrelló contra tu coche? Y luego te besó."
"No me lo recuerdes, que estoy a nada de retirar el acuerdo con mi padre." Bufó inmediatamente TaeHyung.
A la mañana siguiente, un malhumorado Jungkook conducía camino a la agencia de modelos que sería su nuevo trabajo, bufando cada cinco segundos y mirando el reloj de mala gana. Estar despierto a estas horas debería ser un delito.
"Este trabajo es una mierda, papá." Decía, no tardando en escuchar la risa de su propio padre a través del altavoz. "Quiere que sea su sirviente, no sé ni siquiera cuánto piensa pagarme y encima hace que me levante a las siete de la mañana."
"No estés quejándote tan pronto, Jungkook, acabas de empezar."
"No me gusta, ¿por qué no pudiste haber elegido otro sitio para mí? O al menos, dejarme a mí decidir. Podría incluso haberle pedido a Hoseok que me contrate en su pub como barman, así despiden al gilipollas ese de una vez." Bufó, parando en el primer semáforo.
"Claro... Trabajando en un pub de camarero, cerca de las bebidas alcohólicas y con total acceso a ellas, para que vuelvas borracho todas las noches y continues causando incidentes, ¿verdad?"
"Fue un pequeño accidente, papá, nadie resultó herido." Resoplaba el azabache, poniendo los ojos en blanco. "Pero tú siempre vas a preferir un trabajo en el que puedas controlarme."
"Por supuesto que voy a preferirlo, si por ti mismo no eres capaz de razonar. Pudo haber sido una tragedia, Jungkook, parece que no lo entiendes. Ni siquiera sé cómo has salido impune de todo esto... Ahora mismo estarías en la cárcel si ese hombre te hubiera denunciado."
Jeon se encogió de hombros. "Tengo suerte."
"Lo que tienes es muy poca cabeza. No mides la gravedad en tus acciones, te da igual todo y no puedes ir así por la vida."
"Bueno, déjalo, no quiero seguir hablando de eso." Musitó, dejando escapar un suspiro y continuando con su camino en la carretera. "¿Cuándo estará listo mi coche? Conducir este garbanzo con ruedas es un infierno."
"Cuando pagues la factura."
"¿No puedes pagarla tú y luego yo te devuelvo el dinero? Necesito mi coche." Bufó, frunciendo el ceño.
"De eso nada, Jungkook, ya está bien de que papá y mamá te lo paguen todo. Es hora de que empieces a ser independiente para algo más que para irte de fiesta y vivir solo. Suficiente hacemos con pagarte el apartamento."
Chasqueando, ahuecó su mejilla con la lengua, reconociendo el edificio que tenía a su izquierda. Esto se les estaba yendo de las manos. "¿Es que acaso pensáis quitarme eso también?"
"¿Qué es exactamente lo que te hemos quitado? Porque hasta el momento has tenido cada cosa que has querido, sin importar el qué. Fiestas, viajes con amigos, apartamento, coche, ropa, móviles... Creo que no me dejo nada, ¿verdad?"
"Papá..."
"Tu madre y yo no vamos estar toda la vida para pagarte tus caprichos, Jungkook. Es momento de que aprendas a vivir por ti mismo, de costearte tus propias cosas. A ver si así maduras de una vez por todas... Lo que le pasó a Yoona no puede ser una excusa para siempre."
Tras la mención de su hermana, el corazón de Jungkook se apretó en un puño, poniéndose recto inmediatamente. Pronto, él encontró que había lágrimas en sus ojos, controlándolas para que no salieran, mientras se estacionaba en el parking.
"¿De qué mierda hablas, papá?" Exaltado, cuestionó. "¿A qué viene meter a Yoona en todo esto?"
"Sabes a lo que me refiero."
"No, no lo sé, y tampoco quiero saberlo."
Resoplando, el señor Jeon no tardó en arrepentirse de haber mencionado a su hija. "Jungkook..."
"Vete a la mierda." Escupió, sorbiendo por la nariz y cortando la llamada. Estuvo a punto de lanzar el teléfono por los aires, pero se contuvo, tratando de controlar su respiración y tranquilizándose.
Cada vez que alguien mencionaba a Yoona, algo dentro de Jungkook se activaba por sí solo, ya fuese malo o bueno. La gente cercana a él, tendía a usarla como moneda de cambio. Creían que ella siempre sería su excusa para todo, sin importar lo que Jungkook pudiera estar sintiendo. Tenía que madurar, porque el dolor que le causaba la historia de su hermana no podía durarle para siempre. Ser independiente, porque al igual que ella, sus padres también podían irse en cualquier momento. Pero a nadie realmente le importaba Yoona.
Quince minutos más tarde, cuando logró estabilizarse y respirar con normalidad, sin sentir que tenía un agujero en el pecho, Jungkook salió del coche, haciendo todo su camino hasta la entrada de aquel edificio y adentrándose en él. Eran las ocho y veinte.
"Buenos días, Jungkook." Alegremente, la chica de la recepción le saludó.
"Hola, eh... Buenos días." Asintió, no recordando su nombre en absoluto. "¿Dónde está TaeHyung?"
"El jefe ha ido a por su café de por las mañanas, vuelve en seguida. Me dijo que le esperaras aquí para- oh, ahí está. Hola, jefe."
Tras el azabache, TaeHyung apareció con un vaso en la mano y hombre corpulento a sus espaldas. "Hola, Yunjin." Saludó, entregándole una sonrisa a la recepcionista, que se hizo más pequeña en cuanto vio a Jungkook. "Llegas tarde, Jungkook, empezamos mal."
"He tenido un percance con mi coche." Le dijo, sin querer dar muchos detalles. Dándole una mirada de arriba abajo, TaeHyung asintió.
"Lo dejaré pasar sólo por ser tu primer día, pero que no vuelva a ocurrir. No soporto la impuntualidad."
Jungkook asintió de mala gana. "Por supuesto, jefe." Le dijo, viéndole esbozar una sutil sonrisa. "¿Qué quieres que haga?"
"Acompáñame, por favor." Pidió.
El azabache hizo lo pedido, siguiéndole hasta el ascensor y sintiéndose extrañado cuando aquel tipo de hombros anchos hacía lo mismo, yendo tras ellos. "Oye, nos está siguiendo este tío. ¿Es un groupie tuyo, acaso? Hazte una foto con él o algo, para que se vaya."
TaeHyung soltó una pequeña risa, esperando a que ambos se internaran en el ascensor para poder pulsar el número de su planta, soltando un suspiro.
"Te presento a mi guardaespaldas, Jungkook. Se llama Earth y viene conmigo a todas partes."
"¿Guardaespaldas?" El ceño del primer mencionado se frunció, mirando a TaeHyung como si tuviera tres cabezas.
"Sí, cosas de mi padre y su sobreprotección, yo tampoco lo entiendo, pero es algo con lo que tengo que vivir." Respondía, encogiéndose de hombros. "No te ofendas, Earth."
Earth esbozó una sonrisa, negando. "Descuide, señor. No me ofendo."
Al instante en que las puertas se abrieron, TaeHyung fue el primero en salir, haciéndole una señal a Jungkook para que lo siguiera, este observando a Earth, bufando cuando también lo hizo.
"Esta sala de aquí es mi despacho." Dijo, señalando una puerta cerrada, hacia la que caminaba. "Y ya que tu llegada ha sido un poco inesperada, lo compartirás conmigo hasta que te puedas instalar en el tuyo propio."
"¿Voy a tener mi propio despacho?" Cuestionó, incrédulo mientras que TaeHyung abría la puerta.
"Claro, como todo el mundo que trabaja aquí."
"¿Los sirvientes también?"
Soltando un suspiro, TaeHyung ladeó la cabeza, apoyándose en el picaporte. "Asistente, Jungkook, no sirviente. Tú no estás aquí para servirme nada, sino para serme de ayuda. Y sí, obviamente cuentas como otros trabajadores."
"Ya..."
Ignorando su tono de voz, porque era demasiado temprano como para siquiera prestarle atención, él se adentró en su despacho, esperando a que Jungkook viniera tras él. Entonces, señaló la amplia mesa en la esquina.
"Esa de ahí será tu mesa, puedes instalarte sin problemas. El ordenador está completamente vacío porque no ha tenido uso apenas, sólo lo tengo ahí por si el mío falla, pero será tuyo hasta que tu despacho esté listo."
Jungkook asintió, relamiéndose los labios mientras observaba aquel despacho. Era, probablemente, el más grande que había visto en su vida. Y eso después de haber pasado toda su infancia en el bufete de abogados de su padre. Se dirigió hacia dicha mesa, analizándola.
"Anda, con ordenador y todo... Creo que soy el sirviente más privilegiado del mundo." Se burló, escuchándole bufar, mientras él revisaba la que sería su silla. "¿Qué posibilidad tengo de quedarme parapléjico en mis primeras seis horas sentado en esta cosa con patas?"
"Cero, es una silla muy cómoda, aunque siempre puedes pedir que te traigan una de la sala de reuniones. El cojín es más blando y el respaldar más alto, así que eres libre de pedir un intercambio. Total, no tendremos reuniones estos meses, es temporada de viajes."
El ceño del azabache se frunció. "¿De viajes?"
"Sí, claro. Ahora empiezan los desfiles privados, colecciones nuevas de moda, ya sabes... Tengo que ir obligatoriamente para ver a mis modelos." Explicó, quitándose el abrigo y dejándolo en el perchero. "Por cierto, espero que tengas trajes adecuados."
"¿Yo? ¿Para qué?"
"Eres mi asistente, tienes que acompañarme en los viajes." Respondió, como si fuera obvio.
"Pues tengo el traje de la comunión, ¿te sirve?"
Inmediatamente, el rostro de TaeHyung se volvió de puro horror, sus ojos ensanchados. "¿Me estás vacilando? ¿No tienes ningún traje de dos piezas? Lo típico, chaqueta y pantalón." Cuestionaba, aún horrorizado. Jungkook negó, encogiéndose de hombros. "Dios mío..."
"No sabía que vestirme como el mayordomo de Batman era un requisito en esta agencia. Perdóneme usted, jefe."
Kim negó, pasándose la mano por el pelo. "Bueno, no pasa nada, eso se puede arreglar. Uno de estos días te dejo un par de horas para que vayas a comprarte algo decente, aún tenemos algo de tiempo hasta el primer desfile."
"¿Yo solo?" Cuestionó, ladeando la cabeza. "Porque te advierto que no tengo ni idea de vestir como tú pretendes, literalmente puedo aparecer con un pijama del Oso Yogui... Tú verás lo que haces."
"No, no, no." Se apresuró a decir, a punto de entrar en un ataque de pánico. "Le diré a alguien que te acompañe, nada de pijamas de osos ni otras barbaridades que se te ocurran. No me vas a dar un infarto en tu primera semana aquí."
Masticando su labio inferior, Jungkook ladeó una sonrisa, escondiendo las manos en sus bolsillos. "¿Y por qué mejor no me acompañas tú? Digo, eres la persona más indicada, así te aseguras de que no vuelva con ropa digna de una fiesta de disfraces."
"Dios..." Susurró, frotándose el rostro casi con desesperación.
Como un maniático del control absoluto, el hecho de dejar que Jungkook eligiera su propia ropa para ir al primer desfile privado del año y tener constancia absoluta, sin siquiera conocerle, de que podía aparecer con cualquier cosa, le dejaba bastante intranquilo, por lo que sopesar la idea ni siquiera le resultaba rentable. Él tenía que asegurarse.
"¿Y bien, jefe? ¿Me vas a dejar ir solo a por mi traje de gala?"
"No, no, por supuesto que no." Dijo, apretando los labios en una sonrisa de pura agonía. Su padre le debería un favor inmenso, después de esto. "Yo te acompaño, descuida."
Esbozando una sonrisa victoriosa, Jungkook asintió, encantado. "Genial. No te vas a arrepentir."
"Permíteme dudarlo..." Susurró en respuesta.
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