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N/A: Tengo muchas cosas que decir. La primera de todas, es que vamos a cambiar la moto de Jungkook que se menciona en el prólogo por un coche, la segunda es que vengo de Belong Together, donde TaeHyung era pelinegro también. Aquí es castaño, así que probablemente me confunda, y la tercera... Es que estoy tan emocionada como nerviosa xD
Cap dedicado a cutepeonys ♡♡
Hoy os recomiendo 'golden hour' de hrishi, gracias a mi maravilloso descubrimiento semanal de hoy.
[...]
Jungkook había perdido la cuenta de cuántas veces había escuchado la misma canción retumbarle en los oídos, como si fuera el motor de una moto vieja. Y, honestamente, estaba un poco cansado. De quedarse sordo, de que la barra estuviese abarrotada cada noche, de que las bebidas fuesen insípidas y siempre estuviesen calientes (porque, al parecer, aquel barman no tenía ni idea de lo que los hielos eran). No sabía por qué continuaba yendo a aquel pub cada fin de semana, porque ni siquiera era barato.
La gente le observaba como si no tuviese ojos para poder verlos, cuchicheando cada vez que pasaba cerca de un grupo (porque, al parecer, tampoco podía escucharlos), y sintiéndose como el protagonista de un maldito circo. Al acabar la noche, muchas de esas personas que se dedicaban a observarle como si fuera un mono en mitad del zoo, terminaban acercándosele. Y, para sorpresa de todo el mundo, se iban con su teléfono en la cartera.
Si había algo que le molestase más que la misma música rompe tímpanos, el alcohol caliente y la capacidad nula de muchas personas para socializar en una fiesta, eso era, indudablemente, el tiempo que tardaba su mejor amigo en retocarse.
"¡¿Puedes salir de una puñetera vez?!" Le gritaba, claramente desde afuera, ya cansado de estar parado frente a la puerta durante quince minutos seguidos.
"¡Espérate un momento, Jungkook, ya casi salgo! Es la quinta vez que me lo preguntas, un poco de calma, por Dios." Chilló Jimin, su (en ocasiones como estas, no) mejor amigo, soltando un bufido poco después.
El mencionado puso los ojos en blanco, la voz de Jimin retumbándole en los oídos a modo de queja. Como si tuviese derecho a quejarse, después de hacerle perder media vida ahí fuera.
"Bueno, no sería tan insistente si no tuviésemos que volver aquí cada hora. Que tienes hasta tu propio baño para no formar colas."
"¡Pues vete por ahí fuera, pesado! Si ahora salgo yo." Volvió a decir, esta vez en un tono mucho más fuerte.
Jungkook sólo tuvo las fuerzas necesarias para respirar hondo. No había estado ahí parado como una puñetera columna, a la espera de que el otro necio tuviera la decencia de salir, para que encima tuviera que recibir respuestas de tal calibre. Porque no, Jungkook no era paciente en absoluto. De hecho, tenía una mecha muy corta, cortísima.
"Jimin, o sales de ahí en menos de un minuto o entro yo a por ti, te agarro por los pelos y no vuelves a tocar un peine hasta que a mí se me forme una gangrena en la mano o tú te quedes calvo. Lo que sea más rápido." Amenazó, más pronto de lo que se había imaginado que ocurriría.
"Ya, claro, como si fueras capaz de hacer eso." Carcajeaba él, con su última neurona como portavoz.
Claramente, Jungkook no se hizo de rogar mucho tiempo, abriendo la puerta tan pronto como su cerebro interceptó aquella burla e internándose en el baño. El pelirrojo estaba mirándose al espejo, peinándose el flequillo hacia abajo, ni siquiera teniendo la capacidad de reaccionar, cuando Jungkook agarró de un puñado aquellos mechones.
"¡Eh, no!" Gritó, siendo jalado bruscamente hacia afuera. "¡Jungkook, para, mi pelo!"
"Vas a vacilar a tu puta madre, Jimin."
"¡Suéltame! ¡¿Sabes el tiempo que he tardado en dejarlo como estaba?!"
Jeon bufó, viéndole chocarse con varias personas, mientras luchaba por soltarse. "Claro que lo sé, imbécil, he estado esperándote aquí fuera cada puñetero segundo."
"¡Bueno, pues perdón! Ya no te hago esperar más, lo prometo, ¡pero suéltame!"
"Eso, ahora sí." Asentía, finalmente soltando y dejándole en libertad, satisfecho con su cometido. Esbozando una sonrisa triunfante, no vio venir el golpe en la nuca que Jimin le dio. "Tus muertos en canoa."
"Los tuyos, que casi me dejas calvo." Resoplaba, tratando de arreglar el desastre que Jungkook había causado en su pobre pelo.
El azabache se encogió de hombros, viendo un grupo de chicas a tan sólo unos metros de diferencia, habiéndole echado el ojo tan pronto como se dirigieron hacia la pista. "Míralo por el lado bueno, estadísticamente hablando te vas a quedar calvo antes de los veinticinco, yo sólo aligeraría el paso."
"Y una mierda, Jungkook."
"Bueno... Yo sólo digo. Tu padre se quedó calvo nada más llegar a los treinta, no te sorprendas si tú vas por el mismo camino." Advirtió, recibiendo un segundo golpe a traición. Él miró al culpable de su posible traumatismo craneoencefálico. "Un tercer golpe y te meto la coctelera del gilipollas ese que no sabe hacer ni una puta bebida fría, por el culo."
"Pues deja de decirme que voy a quedarme calvo. Tú estás amargado a los veintidós y no me ves señalándolo cada dos minutos."
"Ya, seguro que no."
"Y si me quejo, es por algo razonable." Añadió, en defensa propia.
"Claro, claro." Pasando un brazo por los hombros del más bajito, le apartó discretamente de aquel grupo de chicas, escuchando a una de ellas bufar. Jimin se extrañó, pero no dijo nada al respecto. "Por cierto, creo que la próxima vez deberíamos cambiar un poco de aires... Estoy harto de este sitio."
El pelirrojo frunció el ceño. "Pero es el bar de Hoseok..."
"Ya, lo sé. El problema es que Hoseok no tiene ni puta idea de a quién contratar, Jimin."
"Pero es nuestro amigo." Insistió, como si aquello fuese el hecho más importante. Y, ciertamente lo era, aunque Jungkook estuviera siendo muy quisquilloso.
"Repito, nuestro amigo no tiene ni puta idea de contratar a personas que sepan hacer bien su trabajo. Porque si la tuviera, ese gilipollas de ahí no estaría tras la barra." Dijo, señalando al barman, quién contaba con algunas dificultades a la hora de mezclar los ingredientes. "Míralo, parece que está haciéndole una paja a Godzilla."
De inmediato, Jimin soltó una carcajada, negando con la cabeza. "Por la virgen, ¿por qué eres tan guarro? Es un pobre chico sin experiencia y necesita el trabajo, déjale que aprenda sobre la marcha."
"No le dejo, porque entre que aprende y no aprende, Hoseok se ha arruinado con el alquiler del bar."
"Eso ya es problema suyo." Murmuró, relamiéndose los labios. Entonces, la mirada de Jimin fue a parar hacia un rostro conocido, sus ojos ensanchándose antes de agarrarle el brazo a Jungkook, impidiéndole seguir caminando. Para cuando este le observó, Jimin estaba sudando frío. "Eh, no, mejor vamos por el otro lado."
"¿Qué? ¿Por qué?"
Jimin balbuceó algo inteligible, antes de darle una respuesta real. "Es que ahí está ese chico tan raro que se te acercó una vez con su hermano gemelo."
"¿El del trío?"
"Eh... Sí, ese."
En un descuido del pelirrojo porque Jungkook se diese la vuelta, este hizo todo lo contrario, mirando en dirección hacia donde debían estar el par de gemelos, topándose con la persona que menos deseaba ver, sobre la faz de la tierra.
"¿Qué hace ese hijo de puta aquí?" Escupió, sus dientes casi rechinando cuando apretó la mandíbula. Hizo un movimiento brusco, saliendo del agarre de Jimin.
Su sangre comenzó a hervir inmediatamente, la ira siendo parte de su sistema, tan pronto como vio aquella sonrisa que tanto repugnaba. Jimin hizo un primer intento por detenerlo, conociendo sus intenciones de acercarse a él e iniciar una disputa.
"Jungkook, no." Pidió. Sin embargo, este era algo más fuerte, siendo prontamente empujado con su cuerpo, quitándole de en medio y avanzando hacia el repudiado. "No, no, no, Jungkook. No puedes acercarte a él."
"¿No?" Dijo, sin siquiera mirar al pelirrojo. "Ya verás como sí."
En menos de tres segundos, Jungkook había avanzado lo suficiente como para encontrarse a espaldas del susodicho, quién reía alegremente con una de las camareras, sin ser consciente de nada a su alrededor.
"¿Qué cojones haces aquí?" Escupió una segunda vez. En voz alta, para poder ser oído.
Girándose, aquella persona le enfrentó, alzando las cejas. Jungkook no tardó en notar la diversión en su mirada. "Vaya... Esa pregunta debería hacerla yo, ¿no crees? Tienes prohibido acercarte a menos de dos metros, y por lo que veo no estás cumpliendo con las leyes. Imagino que tu padre debe estar muy contento."
"Como esté mi padre, a escoria como tú no le interesa, eso dejémoslo aparte." Respondió, viendo su radiante sonrisa en primer plano. "Lárgate de aquí, no voy a repetírtelo una segunda vez."
"Que yo sepa tú no eres el dueño de este lugar, así que no veo ninguna razón por la que no deba estar aquí. Si tanto te molesta mi presencia, tal vez deberías marcharte tú." Señaló, encogiéndose sutilmente de hombros. Jimin sostuvo el brazo de Jungkook. "Aunque, hace bastante tiempo desde la última vez que tú y yo coincidimos, no entiendo cómo es que aún me guardas tanto rencor."
El azabache apretó los dientes. "Porque eres despreciable."
"Soy despreciable..." Repitió, asintiendo. "Ya veo, ya... Y no será que verme te recuerda a tu pobre hermana la borracha, ¿no? O quizás a tu amigo el drogadicto." Queriendo terminar aquella frase con una sonrisa victoriosa, ni siquiera fue consciente del momento en que la mano de Jungkook fue a parar hacia su cuello, rodeándolo con fuerza y empujándole hacia arriba.
"¡Jungkook!" Jimin exclamó, a la misma vez en que la camarera emitía un chillido, intentando separarle, sin éxito alguno.
"¡Oye, detente! Aquí no os podéis pelear."
"No menciones a mi hermana." Ordenó, haciendo una breve pausa entre palabra y palabra, sus ojos llameantes ignorando la sonrisa ajena. "Porque te juro que no me va a importar acabar en una celda, si con eso consigo quitar su nombre de tu puta boca."
"Dile a ella que se borre el mío de la memoria, ambos sabemos que va a hacerle falta."
Con la rabia como dominante de su sistema, Jungkook estampó la espalda baja del susodicho contra la barra, soltándolo y haciéndole caer, satisfaciendo su propia ira cuando le dio una patada directa al estómago.
"¡Jungkook, no!" Finalmente, Jimin pudo jalar de él hacia atrás, alejándolo de la muchedumbre. "Vámonos."
"No he acabado con ese hijo de puta." Decía, tratando de girarse y llegar hasta aquel que aún se encontraba en el suelo, siendo socorrido por la camarera.
"¡Estate quieto!" Chillaba el pelirrojo, empujándole en dirección a la salida. "Estás loco, no puedes hacer eso."
"Claro que puedo." Resopló, saliendo del local de mala gana, casi llevándose por delante a un par de chicas que estaban entrando.
"No, no puedes, Jungkook, y lo sabes. No si quieres evitar que vayamos a verte a la cárcel."
Dejando escapar un bufido, Jeon se soltó del agarre bruscamente. "Él debería estar en la cárcel, o lo que es mejor, muerto. Debería estar retorciéndose en una puta tumba, no ahí, siguiendo con su vida como si nada."
"Jungkook..." Murmuró el pelirrojo, con tono de advertencia. Él le observó, parando de caminar.
"¿Jungkook qué, Jimin? ¿Acaso se te olvida lo que hizo? ¿Vas a defenderlo?"
"No, por supuesto que no se me olvida, ni mucho menos pienso en defenderlo. Pero no puedes simplemente tomarte la justicia por tu mano."
Bufando, negó con la cabeza. "¿Qué justicia, Jimin? Mi hermana está dónde está por culpa de ese hijo de puta y nadie ha hecho nada para arreglarlo. No hay ninguna justicia. No existe." Decía, sus ojos apenas llenándose de lágrimas.
Jimin dejó escapar un suspiro. "Escúchame... Repudio a ese malnacido al mismo nivel que tú lo haces, de eso que no te quede ninguna duda."
"Ya, pues no lo parece."
Entonces, los ojos de Jimin se abrieron de par en par, mostrándose dolido ante las palabras del azabache.
"¿De verdad me lo estás diciendo, Jungkook?"
"Sí." Escupió, sin siquiera titubear. Su amigo asintió, resignándose poco a poco. "Me voy a casa. Búscate la forma de hacer tú lo mismo."
"Muy bien."
Jimin sabía que Jungkook estaba enfadado y era irracional cuando aquello ocurría. Se dejaba consumir por la ira y ni siquiera podía ser dueño de sus propios pensamientos, pero aquello no significaba que pudiera dejar de dolerle su rechazo.
Viéndole marcharse a paso rápido, suspiró.
En otra parte más alejada de la misma ciudad, otro par de amigos cenaban frente a las llamas de una chimenea recién encendida, exclusivamente para ellos. Era la primera vez en muchos años (quizás ya ni podía recordar cuántos), que TaeHyung tenía la oportunidad de salir al exterior sin su guardaespaldas cubriendo cada paso que daba.
"Mira que no soy muy fan del marisco, pero esto está de muerte."
"¿Ves? Te dije que te iba a gustar." Orgulloso por haber acertado, TaeHyung esbozó una sonrisa. "Y eso que aún no has probado el postre, vas a alucinar."
"¿Postre? No creo que me vaya a caber nada más, tengo restos de nécora hasta en las pestañas, TaeHyung."
El castaño frunció el ceño, incrédulo. "Me decepciona que algo como eso venga de ti, Mix. ¿Dónde quedó eso de 'siempre hay sitio para el postre'? Tú que siempre te dabas golpes en el pecho, alegando que tienes un segundo estómago para lo dulce... Qué decepción más grande." Decía, negando con la cabeza. Mix soltó una carcajada.
"Oye, eres tú quién ha pedido un buffet entero de marisco, no puedes que no salga de aquí rodando. Además, es mi primera vez probando todo esto, deberías comprenderme, tú no fuiste mucho mejor cuando te llevé a probar comida de mí país." Pidió, soltando la cuchara de salsa rosa devuelta en el pequeño plato, habiendo apilado los suyos perfectamente junto a los de TaeHyung.
TaeHyung suspiró, relamiéndose los labios. "Dios, no me recuerdes esa comida que todavía babeo por un buen plato de Pad Krapau bien hecho."
"Pues ya sabes dónde podemos ir la próxima vez, cariño." Mix le guiñó un ojo, girándose para saludar al camarero, una vez este llegó con los postres. "¿Puede ponérmelo para llevar, por favor? Estoy lleno."
El chico asintió. "Claro."
"Que sean dos, por favor. Y traiga la cuenta, gracias."
"En seguida."
"Dios, miedo me da ver el papelito y lo que nos ha costado todo esto... Tiemblo sólo de pensarlo." Decía, llevándose las manos al rostro.
TaeHyung, dándole el último sorbo a su copa de vino, rio, volviendo a ponerla sobre la mesa. "No sufras tanto, anda. Además, piensa que siempre va a merecer la pena gastarte el dinero en un buen plato de comida."
"Sí, ya... Pero siempre me va a doler gastarme algo que lleve más de un cero. Nací tacaño y moriré tacaño."
"Invito yo si quieres, no me importa." Propuso, sacándose la cartera del bolsillo.
Inmediatamente, Mix negó. "No, no, quita, que soy tacaño pero responsable."
"Que sí, hombre, en compensación por las horas extras." Insistía, viendo su ceño fruncido aparecer, sabiendo que aquellas dos palabras eran su punto más débil. La sonrisa de Mix flaqueó. "¿Qué quieres decir con eso?"
"Bueno... Este mes tenemos varias pasarelas por delante. Las chicas van a tener que firmar muchos contratos, acuerdos de seguridad, ya sabes. Eso sin contar todos las sesiones que nos quedan por planear. Van a ser unas cuantas semanas muy largas."
De nuevo, el ahora quejumbroso Mix, se llevó las manos a la cara, lloriqueando. "Dios... ¿Por qué me tuve que meter en esto? Con lo bien que estaría yo, siendo un simple abogado de divorcios."
"Ya, ¿pero y lo divertido que es el mundo del modelaje? Es como guiar a un rebaño de cabritas estéticas."
"Sí, bueno..."
Quince minutos más tarde, TaeHyung se colocaba su abrigo, ambos saliendo del restaurante entre carcajadas debido a la torpeza de Mix.
"No sé por qué pido el coulant este para llevar, si para cuando vaya a comérmelo en casa ya estará rancio." Decía, bajando las escaleras con algo de dificultad, debido a la pesadez en su estómago. TaeHyung rio.
"Tú sí que estás rancio, Mix."
"Anda... Qué cosas tan bonitas me dices." Bufó, mientras que el castaño se ponía los botones del abrigo. La mirada de Mix interceptó algo a gran velocidad, yendo directamente hacia ellos. "¿Y ese a dónde va tan ra-"
Sin tener la oportunidad de acabar su frase, el estruendo de dos coches chocando llenó la calzada. TaeHyung inmediatamente levantó la vista, sobresaltado, viendo su precioso coche nuevo y perfectamente aparcado en el parking, con una camioneta Land Rover encima.
"¡Mi coche!" Chilló, bajando los escalones restantes y corriendo hacia su pobre bebé.
El dueño de aquella camioneta, se bajó a regañadientes y entre bufidos.
"¡Dios mío, mi coche!" TaeHyung seguía diciendo, admirando la escena con ojos como platos, antes de observar al otro individuo.
"¿A quién he matado?" Preguntó, arrastrando las palabras con dificultad. El castaño jadeó, observando su mirada perdida.
"¡¿Estás borracho?!" Acercándose a él, cuestionó, frunciendo el ceño. "¿Vas por ahí conduciendo embriagado?"
"¿Qué dices?"
"¡Me has destrozado el coche! Mi coche nuevo, por Dios... Ahora que había terminado de pagarlo..."
Finalmente, los ojos oscuros de aquel individuo, fueron a parar a él, encogiéndose de hombros. "Bueno, ¿pero te he matado o no?"
"¿Disculpa?" TaeHyung, por supuesto, volvió a jadear, incapaz de creer lo que estaba presenciando.
"Está borracho, TaeHyung..." Mix le dijo, habiendo llegado a su lado de inmediato. "Será mejor que llamemos a la policía."
"Sí... A- a tu puta madre vamos a llamar." Asentía, tambaleándose hacia atrás y levantando el dedo. "Yo no estoy borracho, es que ustedes cuatro os movéis mucho, pero yo estoy perfectamente."
El castaño bufó, completamente incrédulo cuando la risa ajena comenzó a sonar, riéndose de su propio comentario. "No, y encima se lo tomará a risas. Mix, llama a la policía, haz el favor."
"Que no llaméis a nadie... Que es muy tarde y vais a molestar, pesados." Sin dejar de tambalearse, rio entre dientes.
TaeHyung miró a su amigo, mientras sacaba él mismo su teléfono móvil, pasándose la lengua por el interior de la mejilla. "Esto debe ser una cámara oculta, porque yo no me explico cómo puede ser normal. Es que no me lo explico. Un borracho se estampa contra mi coche y encima se ríe en mis narices."
"¡Eh! A mí no me llames borracho." Le dijo, su ceño fruncido.
"Pues dime tu nombre, para la denuncia."
"¿Me vas a denunciar?" Esta vez, sus cejas se alzaron, mirando a TaeHyung con gracia.
"Hombre... Conduces bajo los claros efectos del alcohol, produces un accidente, que de milagro no ha sido mortal, destruyes un coche que no te pertenece... Sí, por supuesto que voy a llamar a la policía." Señaló cada notable error cometido por el otro. "Reza por no dormir esta noche en el cala-"
Sin embargo, un bufido le interrumpió. "Uy, cómo chillas, cállate ya. Qué pesado."
Las cejas de TaeHyung se alzaron. Él realmente no había dicho eso. Seguro que no.
"¿Disculpa?"
"Chillas mucho, esa puta voz que tienes es insoportable, cállate un ratito, hazme el favor."
"¿Pero tú eres gilipollas?" Le dijo, acercándose a él con el ceño fruncido.
"Oh, ¿me insultas? Seguro que hay una ley para que yo también pueda denunciarte a ti. Espérate que la encuentre y verás."
TaeHyung soltó una risa falsa, negando con la cabeza. "Mira, pedazo de imbécil. Reza por tener un buen seguro contratado, porque pienso sacarte hasta las tripas."
"Déjalo, TaeHyung, está borracho, no tiene sentido discutir con alguien así..." Quiso tranquilizarle Mix.
"No, no voy a dejarle. De mí no se ríen en mi cara y menos este." Escupió, sin dejar de prestarle atención al susodicho. "Te pienso meter tal denuncia, que vas a estar pagándome los daños que le has causado a mi coche, hasta que te jubiles. Y aún después de muerto, seguirás pagando la deuda. Que te quede muy cla-"
Por segunda vez, TaeHyung fue interrumpido. Sin embargo, esta vez no fue sólo un bufido, si no que había una fuerza extraña apoderándose de su cara, sosteniéndola y prácticamente obligándole a quedarse quieto, un par de labios posándose contra los suyos inesperadamente.
En cuanto pudo procesar lo ocurrido, supo que aquel individuo estaba besándole en contra de su voluntad, silenciando sus quejas y mandándole a callar de una forma, cuanto menos, agresiva e irrespetuosa.
Separándose tan pronto como pudo ser dueño de sus actos, empujó al susodicho. "¡¿Qué mierda te crees que estás haciendo?!" Exclamó, la palma de su mano haciendo contacto directo con su mejilla.
El sujeto se tambaleó, su rostro girándose por el impacto.
"TaeHyung..." Mix susurró, sosteniéndole el brazo, en caso de que quisiera iniciar una pelea física.
"Mañana mismo te pongo una denuncia. Impresentable." Advirtió, su barbilla en alto y las mejillas rojas por la impotencia, antes de sostener la mano de Mix y jalar de él, dejando atrás a un muchacho borracho y desconcertado.
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