꒰🦊꒱ Capitulo 23.
Cuidado con lo que deseas...
El pensamiento se repite de forma constante en su mente mientras mira con ojos llorosos el techo blanco de la cocina. El marfil frío que recubre la encimera choca contra su piel sudada y caliente, enviando escalofríos a su cuerpo.
-Alfa...ahí no. Por favor.
Lloriquea bajito, pero todo lo que obtiene por respuesta es un gruñido y las manos del castaño abriendo aún más sus piernas. Un gemido agudo se escapa de entre sus labios y su espalda forma un arco perfecto cuando el Alfa introduce la lengua en su entrada.
El motivo inicial de la visita a la cocina fue comer algo, más terminó con la espalda pegada a la fría superficie de marfil, sus piernas sobre los hombros del Alfa y con el rostro de este hundido en ese sitio en el que nadie nunca lo ha tocado de esa forma.
No con la boca, no con mordidas y menos con una lengua traviesa jugando con lo poco que le queda de cordura y provocando espasmos seguidos en su cuerpo. War lleva las manos al cabello chocolate del Alfa, agarrándolo con fuerza entre sus dedos, mientras alterna caricias con agarres tensos cada vez que la lengua del Alfa lo penetra.
Un dedo se cuela en su interior, sin encontrar la más mínima resistencia. El Omega está húmedo y caliente para él, totalmente dilatado y con sus feromonas dulces cargadas de excitación. El Alfa deja ir un gruñido ante la satisfacción que crea en su cuerpo la mera idea de hundirse en él, más se contiene. Aún quiere jugar un poco más con su Omega.
-Alfa, por favor.-War le pide casi sin voz, añaden otro dedo y muerde su labio inferior con fuerza.-Necesito...Ah. ¡Dios!-Otro dedo más y ya tiene tres moviéndose en su interior, rozando sus paredes sensibles y enviando estrellas a su vientre.
-¿Qué necesita mi Omega?-La voz de Yin eriza su piel. El Alfa deja besos húmedos en sus muslos, con los dedos todavía moviéndose en su interior y War gimotea, buscando fuerzas de dónde no las tiene para responder.
-Dentro.-Le dice sin aliento.-Te necesito dentro. Por favor.-Miró hacia abajo, encontrándose con el rostro de su Alfa entre sus piernas. Su cabello húmedo y mejillas rosadas. Los ojos azules escutándolo con hambre.
-Baja.-War se apoya en sus codos, buscando acatar la orden.
Más es Yin quien lo termina de bajar de la encimera, tomándolo de la cintura. Las piernas le tiemblan en cuanto pone los pies en el suelo y la risa ronca del Alfa se escucha cuando las piernas le fallan.
Yin lo gira, de tal forma que ahora le está dando la espalda y sus manos están apoyadas en la superficie de mármol. Siente el aliento cálido del Alfa en su oído, con una de sus manos apresando su cadera hasta dejar marcas rojas.
La otra mano libre va a la espalda de War, ejerciendo presión hasta que tiene la mitad del cuerpo apoyado en el helado marfil y el culo en pompa para el Alfa.
Sus pezones se resienten, imposiblemente erectos y maltratados por los dientes. Siente el miembro erecto de Yin presionarse contra su trasero, tanteando su entrada y War gruñe, conteniéndose de restregarse contra el Alfa.
Gime cuando el castaño comienza a hundirse en él, tan lento que le permite sentir como su interior cede ante el paso del pene del Alfa, abrazando toda su extensión y deja ir un suspiro de felicidad cuando lo tiene completamente dentro.
Yin lo penetra suave, sus ojos sobre la curva de la espalda del Omega, sobre las marcas moradas y mordidas en su cuerpo. Sus manos van a su cintura pequeña, la piel canela brillando por el sudor y sus comillos pican en sus encías cuando su mirada se posa en el cuello del Omega.
Lo embiste con fuerza cuando War le pide que vaya más rápido, con la voz bajita y llorosa. Sus ojos grises lo miran por encima del hombro y Yin aprieta los dientes cuando la expresión de placer del Omega se muestra ante él.
War le pide más y él se lo da, porque su instinto le impide negarse a lo que sea que su Omega le pida. Sus gemidos agudos tensan su vientre, el interior caliente de War lo recibe sin resistencia, apretándose alrededor de toda su extensión.
El sonido húmedo de sus cuerpos chocando se escucha en la cocina, gemidos y gruñidos roncos se mezclan para llenar el silencio y bajo él, todo el cuerpo de War se tensa antes de que se libere en una fuerte sacudida. El interior del Omega se aprieta a su alrededor, enviando una corriente abrumadora de placer a su bajo vientre que lo hace alcanzar el clímax en segundos.
Nuevamente, esa sensación brumosa llena su mente en cuanto el nudo se forma en su interior. War gime agudo, sintiendo su cuerpo tan débil que, si la mitad de su cuerpo no estuviera apoyado en la encimera y el Alfa sostuviera sus caderas, hubiera terminado en el suelo.
Dejan otra mordida en su espalda, justo debajo de sus omóplatos y sonríe un poquito cuando el Alfa resopla inconforme detrás de él.
-Quiero marcarte.-Le dice. El lobo de War se remueve feliz ante esa idea, más War por otra parte arruga sus cejas. Ya habían tenido esa conversación antes. Varias veces, en realidad.-Déjame marcarte, Omega.
-No.-El Alfa detrás de él hace pucheros.-No es que yo no quiera que lo hagas o que me esté negando a tu marca, Alfa.-Le aclara al sentir el aroma apagado del castaño debido a sus palabras.-Pero Yin se molestará si lo haces sin su consentimiento.-El Alfa resopló.
-No me importa, Yin. ¿A quién le importa Yin? Solo es un humano orgulloso.-Se queja, atrayendo el cuerpo del Omega hasta que la espalda de este se une a su pecho caliente.-Eres mío. Mi Omega. Quiero marcarte para que todos lo sepan.-Gruñó y a War le resultó tentadora la idea.
-Eres muy posesivo, lobito.-Se burla.-No va a pasar, no en este celo. ¿Bien? Vamos a comer algo y luego vamos a dormir un poco. Tomarás un supresor para que dejes mi trasero tranquilo al menos por unas horas.
-No me gusta eso.-Se quejó.
-Bueno, a mí sí. Es lo que hay.-Se separó del Alfa cuando sintió el nudo desaparecer. Se estremeció cuando sacó el miembro de Yin de su interior, el semen corriendo entre sus piernas. Dios, después tendría que limpiar toda la cocina.
-Te ves bonito.-War alzó una ceja, dejándose abrazar por el Alfa.-Omega bonito. Muy bonito. El más bonito.-El Omega rodó los ojos, más sonreía. Se movió con torpeza por la cocina, con el cuerpo de Yin aferrado al suyo.
-No vas a convencerme, Alfa.-Le dijo. Yin lo miró con sus ojos grandes, luciendo inocentes y un pequeño puchero.
-¿Convencerte?-El Alfa dijo, ladeando la cabeza en confusión. War entrecerró sus ojos, enfrentando la mirada del castaño.-Omega, ¿quieres que tu Alfa te convenza de algo?-Volvió a preguntar y War resopló, riendo al darse por vencido.
-Sólo quédate quieto mientras cocino algo para los dos, ¿mhm?-Besó su mejilla y el Alfa cerró los ojos, disfrutando el gesto.
-Está bien, Omega.-Murmuró con la voz ronca. War lo vio acercar una de las sillas hasta una de las esquinas de la encimera, mirándolo con ojos azules. El Omega carraspeó, ignorando la desnudez del Alfa y la suya propia.
War logró que Yin tomara un supresor a duras penas antes de empezar a cocinar algo rápido, decidió que los fídeos instantáneos serían la mejor opción. Calentó un poco de arroz, tomó algo de kimchi que Up le había dado hace unos días atrás. Hirvió dos huevos, cortándolos a la mitad y dejando uno en cada plato.
-Alfa, ayúdame con esto.-Le pidió.
Sonrió cuando Yin casi corrió hacia él, quitándole los platos con ramen para caminar hacia la mesa del comedor. Caminó detrás de él, sus ojos en la espalda ancha y en las marca rosadas de uñas en ellas.
Quizás debería resultarle jodidamente extraño que ambos estén desnudos y vayan a comer como si nada, ellos no están viviendo la prehistoria, pero War siente que su estómago va a desatar una guerra sino lo alimenta.
Además, no va a arriesgarse a que de camino a la habitación por ropa, el Alfa encuentre otra superficie en la que lo pueda follar.
-Cómetelo todo, ¿bien?-El Omega pidió, observando con una sonrisa al Alfa comer rápido su comida. No habían comido nada el día anterior, por lo que había un gran vacío en el estómago de ambos.
-Omega.-War parpadeó lentamente, su atención centrándose en la persona frente a él. El Alfa le extendió la mitad de su huevo hervido.-Para ti. Quiero que estés fuerte.-El Omega sonrió enternecido, acercándose a comer lo que le ofrecían.-Buen Omega.-War rió por sus palabras.
-¿Para qué me quieres fuerte? ¿Para tu celo?-El Alfa arrugó sus cejas, negando después.
-Para los cachorros. Necesitas estar sano para tener nuestros bebés.-War tosió, ahogándose con los fídeos y pronto tuvo al Alfa cerca de él, dando palmaditas en su espalda y mirándolo con ojos preocupados.-Omega, ¿estás bien?
-Sí, sí, sí. Estoy bien.-Respiró suavemente, buscando regular su respiración mientras veía al Alfa regresar a su puesto.-Es decir, ¿quieres tener bebés conmigo?-El Alfa asintió.
-Quiero cachorros. Muchos.-Le mostró sus dos palmas abiertas, con todos sus dedos extendidos.-Así de muchos.-Le aclaró. War palideció, apartando un poco el plato de comida para sonreírle nervioso a Yin.
-No podemos tener tantos cachorros, Alfa.-El Omega le dijo bajito y no esperó que dicho Alfa lo mirara con cejas fruncidas y una expresión de molestia.
-¿Por qué no? ¿Crees que no puedo dártelos?-Los ojos del Omega se abrieron amplios ante aquella conclusión.-Te demostraré...-
-!¿Qué?! ¡No, no, no! ¡Alfa, te creo!-Se apuró a decir.-Sé de lo que eres capaz, créeme. Lo que pasa es que los bebés necesitan mucha atención. Si tenemos así de cachorros...-Le mostró sus diez dedos.-Entonces no tendría tanto tiempo para ti, no podría darte mimos. ¿Te gustaría eso?-El Alfa pareció pensárselo durante unos minutos, War sintió que estaba hablando con un niño pequeño al que intentaba convencer.
-Pero te verías lindo con mis cachorros.-A War le calentó el pecho la simple frase. Apretó los labios, sintiéndose estúpido por siquiera considerar la idea..-Omega, por favor.-War resopló, mirando los ojos azules del Alfa, luciendo esperanzados y amorosoS.
¿Quién podría negarle algo a esa preciosa carita de cachorro triste?
Realmente tiene que aprender a decirle "No" a Anan Wong.
-Lo pensaré, pero no te prometo nada, ¿bien?.-Es todo lo que responde, más es suficiente para hacer sonreír amplio al Alfa.-¿Feliz?-Yin le responde levantándose de la mesa.
Camina con pasos seguros hasta él, una sonrisa que muestra un par de colmillos afilados y brillantes le anuncia que está tramando algo.
-¿Sucede algo?
-Estás lejos.-War no sabe deducir muy bien sus próximas acciones al escuchar aquello, por lo que se deja ser, terminando por estar sentado en las piernas del Alfa, con este alimentándolo.
Yin en celo es un combinación explosiva. En un momento es un Alfa demandante que lo folla contra cualquier superficie que le resulte interesante, para después convertirse en una masita que pide mimos entre los brazos de War. No se queja, si tiene que ser sincero. Es el primer celo del Alfa que pasan juntos y aún así, ha sabido tener las riendas de la situación.
O eso cree, porque pronto las intenciones del Alfa de alimentarlo se reducen a un cero absoluto y War termina sobre la mesa de caoba, con parte de la comida restante esparcida en un desastre con el que tendrá que lidiar más tarde y con el Alfa entre sus piernas, penetrándolo.
War hace lo que puede. Se sacrifica por un bien que solo se resume a él y a su Alfa, a la forma desesperada que tiene de arrancarle gemidos y de empujarlo hasta el límite.
War mira a Yin a los ojos, su cuerpo demasiado agotado como para poder sobrellevar el venidero orgasmo que mancha su vientre de blanco.
El Alfa se presiona contra él, apresando sus labios mientras lo folla en su orgasmo y Yin gime sobre su boca, su aroma puro matando la poca cordura que le queda a War a la vez que vuelve a anudarlo.
Su cuerpo tiembla ante la imponente imagen del Alfa sobre él, anudándolo, descargando toda su esencia en su interior y son sus ojos azules lo último que War ve antes de que todo se vuelva negro.
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