6 ^᪲᪲࣪
+18¡!!!!!!!
Disfruta a nuestra
Omega...complácela.
La voz de su lobo resonó en su cabeza como un eco. Frunció las cejas, aún con los ojos cerrados, sintiendo como el control era cedido nuevamente hacia ella. La habitación estaba casi a oscuras, iluminada únicamente por la luz que se filtraba por la ventana. Parpadeó, intentando acostumbrar su vista a la oscuridad y cuando lo hizo, la silueta desnuda de la Omega se presentó frente a ella.
Danielle estaba sobre ella, montándola de espaldas mientras su pene salía y entraba sin dificultad del interior de la omega. Haerin gruñó, sintiendo la humedad de la Omega envolverlo y jadeó cuando la castaña se movió de forma más agresiva sobre ella.
Llevó las manos a sus caderas, deslizándolas hasta sus nalgas y las apreto, separando la carne para ver como la Omega se tragaba por completo su pene, con el lubricante facilitando el movimiento y apretó los labios para contener el gemido.
La Omega gimió sobre ella, empujándose hacia abajo en Haerin lo más que pudo mientras se corría y vio su delgado cuerpo ser sacudido por pequeños espasmos, su vagina apretándose alrededor de su pene.
—¿Danielle?—la llamó y la Omega se giró hacia ella, mirándola por encima del hombro y un par de ojos azules la observaron en coquetería. —Omega.—Lo Ilamó y vio a Danielle levantarse, masajeando su pene con una mano, el lubricante en ella facilitando la tarea de masturbar a la Alfa.—Omega, ¿qué haces?
—Consentir a mi Alfa—Le dijo con seguridad y la diferencia entre la personalidad de Danielle y la de su Omega era abrumadora.
Marsh Danielle era más dócil, cargada de inseguridades, nunca exige ni refuta nada. Era tranquila y sosegada. Su Omega, por otro lado, era caprichoso y malcriado. Coqueto, seguro de sí mismo y siempre que queria algo lo exige sin pelos en la lengua. Eran como los polos opuestos de una moneda.
La Omega dejó besos húmedos en su cuello, manteniendo su atención en el miembro de la Alfa con su mano y Haerin gruñó, cuando la Omega acarició con el pulgar el glande.
—Mi Alfa está tan tensa estos días. Deja que tu Omega te ayude a relajarte.— Le dijo en un ronroneo y Haerin la miró a los ojos, azul contra negro, acercándose a apoyar la mano en la nuca de Danielle, atrayéndola para un beso.
La Omega gimió en su boca, complacida y Haerin llevó las manos a sus caderas, dejando caricias vagas sobre la suave piel. Danielle se apartó de ella, sonriéndole con bonitos ojos azules y Haerin jadeó cuando la omega tomó su pene en la mano, guiandolo hasta su entrada. Descendió lento, con la mirada en la Alfa y gimió bajito cuando lo tuvo completo dentro.
—Tan llena...— musitó en un ronroneo y Haerin apretó los dientes, intentando ignorar el placer que se arremolinaba en su vientre por la imagen de la Omega sobre ella, desnuda y sin aliento. —Alfa... —Su voz fue suave cuando la llamó. Danielle tomó sus manos, llevándolas a su cuerpo.—Tócame—Le pidió en un gemido, comenzando a moverse y Haerin la obedeció sin rechistar.
Hizo uso de su fuerza para girarlas a ambas en un movimiento ágil. Una risita escapó de Danielle y Haerin la miró desde arriba, con el cuerpo de la Omega apresado entre ella y la cama.
—Alfa—La volvió a llamar, abriendo sus piernas para ella y Haerin tragó en seco cuando la Omega la miró con brillantes ojos azules.—Hazme sentir bien, aquí.—Le pidió, con sus delgados dedos jugueteando con su entrada.
Haerin le gruñó, más se acomodó sobre ella, guiando su pene hasta la dilatada vagina. Se deslizó dentro de ella, con el calor y la humedad de la omega recibiéndola.
—Eres muy demandante, ¿sabías?.—Le reclamó, comenzando a embestir en ella y un gemidito se escuchó antes de que Danielle hablara.
—No reclamo nada que no me merezca. —Le dijo y Haerin sonrió por sus palabras. A veces olvidaba lo directo que podia ser el lobo de Danielle con ella.
Mantuvo la mirada en el rostro de la Omega, observando sus expresiones y cómo se removía debajo de ella, gimiendo casi sin aliento. Con pequeñas lagrimitas acumulándose en sus ojos y se acercó a besarla cuando sintió a la Omega temblar bajo ella, ahogando los gemidos en su boca y Haerin cerró sus ojos, dejándose envolver por el placer cuando el climax la abrumó mientras aún se golpeaba en la Omega.
Unas suaves manos fueron a sus mejillas y Haerin abrió los ojos, para ganarse la imagen de la Omega acariciando sus mejillas. Sonrió, tomando una de las manos de la Omega para dejar un beso en la palma de este y otro más en su frente.
—Alfa.— La Omega le dijo con pucheros y Haerin hizo un sonidito de que la escuchaba. La castaña se dejó caer sobre sus pechos cuando Haerin se acostó sobre su espalda, mirándola con cejas fruncidas.—Tienes que regañar a Danielle.—Le exigió y Haerin alzó las cejas.
—¿Por qué? ¿Acaso te está tratando mal?—Preguntó, observando la expresión molesta de la Omega.
Pensó que Danielle regresaría en cuánto terminara, pero al parecer, la castaña le daba mucha libertad a su lobo.
—Está tomando pastillas malas.—Le dijo y las cejas de la pelinegra se arrugaron. ¿Pastillas? ¿Acaso Danielle estaba enferma? ¿Por qué no le había dicho nada?
—¿Qué clase de pastillas?— preguntó, dejando caricias en sus muslos cuando la Omega se subió sobre su regazo, luciendo contenta por tener su atención.
—Esas pastillas horribles que no nos dejan tener un cachorrito._Le contó y los hombros de Haerin perdieron la tensión. Hablaba de los anticonceptivos.—Yo quiero un bebé, pero ella sigue tomando esas cosas. Regáñala. No quiero que las tome.— Haerin sonrió.
—No puedo hacer eso.—Le dijo y el lobo hizo pucheros.—Es su cuerpo y yo no puedo decidir por ella.— murmuró y la Omega negó.
—Si tú se lo dices ella lo hará.—Le aseguró.—Queremos un cachorro. Danos un cachorro.— le pidió, dando golpecitos en su hombro.
—No puedo.—Le dijo bajito y el labio inferior de la Omega tembló.
—¿Por qué no? ¿No te parezco bonita?— le preguntó con voz llorosa.—Cuidaría bien a nuestro cachorro, y sería bonito como tú.—Haerin sonrió, dejando una caricia en la suave mejilla.—¿No quieres?—musitó, con la voz bajita y Haerin negó. El aroma de la Omega se apagó, la Alfa observó los tristes ojos azules de Danielle.—Entonces, una marca. ¿Me marcarías?—Le dijo, con esperanza en su voz y Haerin sintió a su lobo gruñirle en amenaza por sus próximas palabras.
—No.—Respondió y la omega dejó ir un jadeo, su aroma cargado de tristeza. La castaña asintió a sus palabras, con sus ojos fijos en los senos de la Alfa —Omega.—La llamó y la aludida negó, sin mirarla.
—Danielle tenía razón.—inició y Haerin contuvo el aliento, sintiendo su lobo rasgar en su pecho debido la tristeza de la Omega.— No somos suficiente para ti, ¿verdad?—Le dijo y Haerin frunció sus cejas, acercándose a tomar su rostro para que la encarara.
—¿Por qué dices eso?—Le preguntó, mirándola y un par de ojos castaños chocaron con los suyos.
—»¿Danielle?—La llamó y la Omega se veía confundida. Miró alrededor, sonrojándose cuando se vio desnuda encima de la Alfa.
Haerin apretó los labios, quitando sus manos de encima de la Omega, quien limpiaba las lágrimas de sus ojos. Su pecho sintiéndose oprimido, como si se lo estrujaran. Llevó la mano al lugar, dejando suaves palmadas mientras intentaba calmar a su lobo.
—¿Estás bien?—Haerin le preguntó cuando la vio levantarse de la cama, alejándose de ella como si el contacto le quemara. Se envolvió en una de las sábanas, cubriendo su cuerpo.
—Sí, yo solo...—Danielle negó, apuntando hacia el baño.—Tomaré una ducha.—Se apresuró, saliendo de la habitación y se encerró una vez que llegó al baño.
Se dejó caer en el suelo, gimiendo de dolor cuando sintió a su Omega llorar.
No nos quiere, lo escuchó hablarle en su cabeza. Nuestra Alfa no nos quiere.
^᪲᪲࣪^᪲
😭
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