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30^᪲᪲࣪

—"Cuando vi su sonrisa, lo supe. Era la sonrisa que quería ver siempre al despertar durante el resto de mi vida."—

[Mario Benedetti)

💥

Nunca había sido lo suficientemente ambiciosa, sus padres solían decirlo muy seguido. Siempre fue una persona que no necesitaba mucho para ser feliz, lo que poco a poco la convirtió en una conformista sin remedio.

Danielle había aprendido a soportar cosas hasta límites que hacían sangrar su orgullo, cosas que muchas personas no soportan y que en ese entonces habían dolido demasiado, pero en estos justos momentos, la pelinaranja sentía que todo había valido la pena.

+18!!

El cuerpo de Haerin se cierne sobre el suyo, apoyado en sus brazos para evitar aplastar a la Omega. Los ojos de Danielle van al cuerpo desnudo de la Alfa, donde un anillo cuelga de una cadena plateada y el reconocimiento ilumina su rostro. Es su anillo, Danielle lo reconocería donde fuera y verlo en la Alfa provoca miles de sensaciones bonitas en su pecho.

—Mi amor...— Haerin la llama, con la voz baja y dichas palabras envuelven a la Omega en una nube rosa. Falta una hora para la medianoche y sabe que no pueden despedir de mejor forma su quinto aniversario.

La pelinaranja abre sus piernas y recibe a la Alfa en su interior, la sensación de plenitud le rebasa a medida que el miembro se abre paso en ella, estirando la carne y sus manos acarician la espalda firme, presionando con fuerza hacia abajo para atraerla a un beso. Todo el peso de la Alfa cae sobre si y la omega gime bajito cuando es apresada entre la pelinegra y el colchón.

La Alfa embiste en ella con suavidad, en un movimiento casi perezoso que le saca un largo gemido de satisfacción a las dos. La pelinegra sale del interior de la Omega para luego hundirse en ella, una y otra vez, dejándose envolver por la sensación de placer que poco a poco las convierte a ambas en un desastre tembloroso.

Danielle tiene sus pupilas dilatadas y la respiración errática, su aliento cálido se mezcla con el de Haerin cuando la Alfa se acerca a presionar sus frentes juntas, con sus ojos brillantes en destellos que imponen la presencia de sus lobos, mirándose en una silenciosa complicidad.

Haerin le hizo una promesa a Danielle y a su Omega, e iba a cumplirla esa noche, en ese momento, en esa cama.

Con sus aromas mezclándose y sus miradas unidas, quiere hacer a la Omega suya, no solo en nombre y en ley, la quiere suya en alma y esencia.

Sostiene las caderas de la pelinaranja con sus manos, apresándolas en un fuerte agarre y al cabo de los minutos sus movimientos se tornan erráticos, la alfa no cree que vaya a durar mucho y menos la Omega debajo de ella, quien se retuerce en gemidos y se aprieta deliciosamente. Una de las manos va a su pecho, sus dedos enrollándose alrededor de la cadena que oscila con cada embestida.

Bajo ella, la Omega tiembla, corriéndose con un ahogado gemido y sus cejas se fruncen inevitablemente cuando en medio de su éxtasis, la pelinaranja rompe la cadena alrededor de su cuello. El anillo y la cadena caen sobre el pecho sudado y caliente, enviando una sensación fría a su cuerpo que le provoca un ligero estremecimiento y es su instinto, puro instinto el que le hace exponer su cuello a la Alfa cuando esta se corre y anuda en su interior.

Los colmillos de Haerin pican en sus encías ante la imagen que le regala su Omega y por unos segundos siente a su conciencia mezclarse con la de su lobo, ambos presentes en el momento en el que hunde sus colmillos en el cuello de Danielle.

Y es una sensación indescriptible, el cómo puede sentir todo lo que su Omega siente en esos momentos, todo el placer arremolinado en su bajo vientre, la felicidad, el miedo, el alivio, la expectación, todo se mezcla y explota como fuegos artificiales en su pecho.

Sus miradas se encuentran y están demasiado abrumadas como para decir algo, por lo que se limitan a sentir todos esos nuevos sentimientos que afloran en sus pechos. Ninguna sabe donde empieza la felicidad de una y dónde termina la de la otra, todo se une y entremezcla para crear algo único. Las dos son una ahora y Danielle siente que desborda euforia en esos momentos en los que la Alfa se acerca a besarla suavecito, separándose para ver a la Omega cuando un sabor salado se mezcla con sus salivas.

Unas lágrimas traicioneras escapan de los ojos de Haerin, corriendo por sus mejillas y muriendo entre sus labios. Danielle se ríe totalmente feliz, limpiando los rastros húmedos con manos temblorosas porque sabe, siente... que Haerin no está llorando de tristeza.

Toma el anillo sobre su pecho, deslizándolo fuera de la cadena y la Alfa hace pucheros hacia ella cuando lo coloca nuevamente en sus falanges.

Justo donde debe estar, siempre.

Haerin la gira, apoyando su espalda en la cama y dejando que la Omega se siente sobre ella mientras esperan que el nudo baje con la mayor comodidad posible. La pelinaranja sonríe hacia ella, con los ojos brillantes y la mirada de la pelinegra va al cuello de la Omega, donde una marca roja y con un poco de sangre descansa. Su pecho se infla en orgullo por ser ella quien dejó esa marca allí, y en felicidad porque es Kang Danielle quien porta dicha marca.

Se incorpora, quedando en una extraña versión de la posición de loto, que le saca un gemido a ambas cuando el movimiento crea un roce entre su nudo y las paredes de la Omega, enviando otra descarga de semen a su interior. Sostiene el cuerpo de la Omega, cuyos muslos están a cada lado de la cadera, con el torso inclinado hacia adelante y pronto la lengua caliente de la Alfa hace contacto con la zona sensible de su cuello.

Haerin lame la marca que ella misma hizo unos minutos atrás y Danielle sabe que sus acciones son mero instinto, pero no puede evitar sonrojarse como una adolescente.

—Hueles muy bien, Omega.—Haerin le dijo, con voz baja y su rostro hundido en el cuello de Danielle, fascinada al percibir como sus aromas se mezclan en el sitio donde se encuentra la marca y su lobo gruñe feliz al saber que aunque bañen a la Omega miles de veces, seguirá oliendo a ella. Solo a ella.—Hueles a mi. Me gustaba tu aroma, pero ahora es simplemente...—la alfa aspira sobre su cuello y la pelinaranja gime bajito cuando deja un beso sobre su cuello.—Es exquisito.

—Mi Alfa.

Danielle sonríe hasta que sus mejillas duelen, rodeando con sus brazos los hombros de la Alfa, donde se acerca a dejar un beso. Luego otro en sus cabellos rebeldes, en su frente sudada, en los pómulos, en la punta redondeada de su nariz y por último en sus labios, tomándose el tiempo de explorar con la lengua en el interior de la boca de Haerin, sus dedos envueltos en el cabello negro y mojado.

Permanecen así por varios minutos, en los que Danielle recibe todo tipo de mimos por parte de la Alfa, con su corazón latiendo tranquilamente a la par que busca acostumbrarse a la nueva conexión que las une.

—Vamos a tomar un baño, ¿bien?—la alfa le pide una vez que su nudo baja y la pelinaranja asiente, incorporándose con algo de dificultad y pronto el semen viscoso corre entre sus muslos. Escucha un gruñido salir de la garganta de la Alfa y ella le apunta con un dedo una vez que pone los pies fuera de la cama.

—Nada de dedos dentro.—

Le advierte y Haerin sonríe ladina, saliendo de entre el nido de sábanas para mostarse frente a ella, siendo todo un desastre precioso.

—Pero tienes que sacar el semen dentro de ti, bebé.— la Alfa refuta y las mejillas de la Omega se encienden cuando, ignorando totalmente su advertencia, la pelinegra se acerca a ella, agarrando su cintura para murmurarle al oído.—Pero igual si no quieres mis dedos, puedo sacarlo con mi boca, ¿qué dices?—El rojo explota en su rostro ante la sugerencia.

—¡Kang Haerin no seas cochina!-

La Omega dice en un chillido y Haerin se rie al verla caminar con algo de dificultad hacia el baño.

(fin de contenido +18 🪅)

Camina con lentitud, siguiendo los pasos de Danielle hasta el lugar que promete un relajante baño de agua caliente y cuando llega, observa la mirada de la Omega cautivada por su propio reflejo en el espejo del baño.

Se acerca a ella, colocándose detrás y apoyando su barbilla en el hombro de la Omega. La mano de Danielle está tocando la marca en su cuello, sus ojos lucen vidriosos y hay un bonito sonrojo bañando sus pómulos de rosado. Haerin deja un beso en su sien, abrazando su cuerpo desde la espalda y Danielle sorbe su nariz, mirando a la pelinegra a través del espejo.

—Es bonita.—es todo lo que dice, más Haerin sabe que se refiere a la marca en su cuello.

—»Es demasiado bonita. Gracias, Alfa.—Haerin deja un beso en su cabello, alejándola del espejo para atraerla al interior de la ducha.

Danielle se deja ser, demasiado abrumada por el hecho de que ahora tiene un lazo con su Alfa, que la une a ella, que las hace uno, que provoca un dolor sordo ante la más mínima idea de separarse. Por fin ha obtenido todo por lo que ha esperado y Kang Danielle no la dejará ir tan fácil.

Toman una ducha juntas, Danielle quiere que el bañarse juntas se vuelva una tradición porque adora sentir las manos de Haerin recorriendo su cuerpo en caricias cargadas de adoración, el agua caliente adormeciendo sus sentidos y apagando cualquier tipo de tensión, por lo que cuando regresan a la cama, el sueño se apodera pronto de ella.

Haerin ha quitado las sábanas sucias de su sudor y fluidos, a ella realmente le avergüenza hasta los huesos que alguien del personal del hotel vea lo que hizo con su Alfa, quien le atrae a su cuerpo, rodeando con una mano posesiva su cadera y Danielle esconde el rostro en su pecho, suspirando en felicidad al tener a la Alfa durmiendo a su lado después de cuatro horribles semanas que la convirtieron en ojeras caminantes. No quiere volver a experimentar algo así de nuevo.

Una Haerin somnolienta deseándole buenas noches es lo último que escucha antes de rendirse a Morfeo, descansando entre los brazos de la persona para la que Danielle cree que puso un pie en este mundo.

A diferencia de las últimas cuatro semanas, ambas logran conciliar el sueño varias horas seguidas sin despertar a mitad de noche con el pecho cargado en aflicción. Y cuando Haerin despierta sabe que no ha dormido más de ocho horas, pero su cuerpo está completamente descansado y relajado como si hubiera dormido toda una semana.

A su lado, la razón dormita con los rizos naranjas alborotados, su cabeza descansando en el brazo extendido de  Haerin y con una de sus manos en un fuerte agarre sobre la camisa de pijamas que tomó prestada para dormir. Haerin sonríe, quitando la cabeza de la Omega de encima de su brazo para dejarla sobre la almohada.

Sus ojos vagan por la expresión tranquila de Danielle mientras duerme, Haerin se encargará desde hoy de llenar nuevamente esas mejillas hundidas de su Omega y va a lograr que el rostro de Danielle recupere ese brillo que tenía antes. Es consciente de que forma parte de las razones que han roto a ma Omega en pequeñas piezas, más la pelinegra va a juntarlas todas y las adorará, amará cada pedazo.

—Buenos días.—la voz de Danielle la trae de regreso y Haerin mira sus ojitos pequeños por el sueño, su expresión adormilada y sus labios rosas sonreírle. La Omega se remueve en el lugar, buscando acercarse y entonces toda la atención de la Alfa va a la marca en Danielle. Su marca.

—Buenos días, mi amor.—abraza a Danielle, quien se aferra a su pecho, casi acostándose sobre ella y Haerin se ríe cuando los cabellos despeinados de su Omega provocan cosquillas en su nariz.—¿Cuándo quieres regresar a casa? Tu regalo de aniversario te está esperando allí.— Danielle alza la mirada hacia la Alfa, luciendo curiosa.—Lo guardé en el cajón que solía tener los papeles del divorcio, estaba con llave porque no quería que lo vieras.

—¿Qué es?—pregunta curiosa y su Alfa se niega a decirle algo sobre su regalo.

—Es una sorpresa.— Haerin responde, acercándose a besar los pucheros que Danielle hace.

—Como sea un collar como los que le regalas a tu abuela, vas a ver Kang Haerin.

La Omega le advierte y Haerin ríe, incapaz de tomar en serio la amenaza cuando se le es dicha por una pequeña masita adorable que quiere morder toda.

Haerin confía ciegamente en que su Omega nunca le haría daño, no a propósito, por lo que es capaz de entregar su corazón en bandeja de plata con los ojos cerrados. Y justo eso lo hizo.

—Dani...—la llama y toda la atención de la Omega se vuelca en ella.—Te amo.—le dice y la sonrisa que Danielle le da tras escucharla es jodidamente preciosa.

—Yo también te amo, Haerin.—y en esos momentos, con las manos y la mirada de la Alfa sobre su cuerpo, Danielle cree que no puede llegar a ser más feliz.

O eso cree, más pronto un pensamiento llega rápido a su mente y no puede evitar sonreír al percatarse de algo que había estado ignorando hasta el momento. Haerin le mira confundida, riendo al ver a Danielle hacerlo y recibe gustosa el beso que su Omega se acerca a darle. La mirada de su Alfa transmite curiosidad y Danielle solo se encoge de hombros, sumergiéndose en las atenciones que recibe.

—Te lo diré en unas semanas, mi amor.— Danielle se ríe de su expresión disconforme, besando varias veces sus labios.—Lo prometo.

🍬🎀

Se abre la encuesta para el nombre del bebé:

Denme sugerencias porque yo la neta no sep.

Ya se q dije que iba a actualizar, pero fueron los quinceaños de una prima y la neta me la pasé webeando y se me olvidó 😅

Gracias por leer y comentar 🫶🏻🫶🏻🐕💜

ᵐⁱᵘʷʷᵐⁱᵘʷ

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