Si la esperanza es lo último que se pierde,
entonces mátala.

Ya no quiero pensarte ni pensar
que hay un futuro por delante
cuando no lo hay.

Todo lo que queda
es un callejón sin salida,
lleno de puertas y ventanas
que nunca se abrirán.

Sin importar lo que sienta,
no estamos en sincronía.
No pertenecemos a la misma realidad.

Las esperanzas y sueños
lo están arruinando todo.
Tener sentimientos positivos no es un logro,
es solo la extensión deforme
de la posesividad.

Bailo en el limbo, en estos momentos
no quiero saber nada del mundo que me rodea.

Tan solo siento un extraño dolor de cabeza

y me pregunto aleatoriamente, ¿por qué no te tengo?

Quiero deshacer todo esto y pasar
al siguiente escalón del sufrimiento.

Ya no te quiero pensar y pienso
que lo mejor es que me mates sin piedad.

Dime que no, ya no me hagas dudar.
No sabes de lo que estoy hablando,
no sabes que te estoy hablando

quizás porque sabes más de lo que dices
o tan solo te niegas a escuchar.

No me mires, no me toques.
Solo me tienes que matar.
Quiero pasar la página,
quiero pasarla ya.

Veo sin remordimiento lo indivisible
y lo destruyo con mis dedos.
¿Por qué no puedo hacer lo mismo contigo?
¿Por qué mi estado es siempre

una constante intermitente?
Un río desenfrenado con rocas al final.

Y mi cuerpo ha caído ahí
una y varias veces más

porque así es como funciona todo,
así de aleatorio.

Eres solo un pensamiento nefasto,
a decir verdad.
La respuesta mas simple
es esa que me niego a ejecutar.