Salir un día de semana con Momo era lo mejor que le podía pasar sobre todo por como estaban las cosas en la casa, Mina no decía ni una sola palabra se la pasaba en el teléfono o viendo televisión o jugando videojuegos pero nada más que eso, así que la comunicación se había reducido a un saludo y nada más, eso la estresaba bastante ya que era alguien que le gustaba hablar, mucho, para ella el silencio era lo peor que le podía pasar porque se quedaba sola con sus pensamientos y estos la mayoría de las veces no era buenos.

Necesitaba salir de esas cuatro paredes lo más rápido posible, salir corriendo sin mirar atrás y esperar que al volver Myoui pueda hablar o algo por el estilo porque le está estresando, con la única cosa que habla es como la plantita de tomate y parece que a ésta tampoco le gusta hablar, se altera bastante lo suficiente como para rodar los ojos y cruzarse de brazos esperando que la pelinegra dijera aunque sea una sola palabra, apretó los labios y jugo con borde del vaso pasando el dedo lentamente por este.

Mojándose el dedo con el poco de naranja que quedaba y metiéndolo a su boca con cuidado antes de chuparlo y volver a hacer lo mismo, aunque no se diera cuenta esa simple acción tenía hipnotizada a su querida novia que se quedó en completo silencio al ver lo que estaba haciendo, creía que no se daba cuenta de las cosas que la hacía sentir como ese tipo de cosas y era bastante lindo que no supiera lo que eso provocaba en su cuerpo para que las cosas siguieran cómo están, son esa clase de novias que nunca se han tocado más allá de un beso y no le molesta ya que apenas están comenzando.

Solo que había veces en las que Minatozaki eras bastante difícil para ella por las cosas que hacía o decía, le intrigaba saber si era consciente o inconscientemente para poder seguirle el juego o explicarle lo que estaba haciendo, aunque si lo hacía lo más probable es que deje de hacerlo y le gustaría seguir viendo cosas como por ejemplo lo que está haciendo justo ahora, sonrió un poco y con cuidado se inclinó en la mesa viendo a todas partes para que las personas no vieran lo que quería hacer.

"Sana". Susurró, ésta seguía con el mentón apoyado en la mano derecha mientras chupaba los dedos de la izquierda con una expresión bastante triste y preocupada, eso le dolía bastante porque no sabía qué hacer para que dejara de sentirse así, estaba bastante confundida porque no sabía si estaba así por la preocupación que siente por las cosas que están pasando entre Mina y Chaeyoung o por lo que pasó en su casa, se sigue sintiendo bastante culpable por todo eso por más que Sana le ha dicho cientos de veces que no tiene la culpa porque no tenía ni la menor idea de todo lo que pasó.

Sana seguía creyendo que debería llamar a Chaeyoung o por lo menos preguntarle qué es lo que le sucede porque también está preocupada por ella, al fin y al cabo son bastantes amigas así que debería escribir por lo menos para que le diga algo que le pueda sugerir a Myoui pero siente que si lo hace las cosas no van a salir bien y será peor porque lo más probable es que lo eche a perder estresandose o algo por el estilo, tenía que descartar esa opción porque no era una buena idea.

"Mi amor". Momo apretó los labios y se inclinó en el espaldar de la silla, definitivamente no iban a poder hablar si seguía pegada en sus pensamientos sin poder dejar de ver hacia el vaso, es que creía que no era una buena idea haber salido, tuvo que hacer la comida y quedarse en casa de seguro eso sería más cómodo para la menor. "¿No me vas a decir que sucede?". La peli gris seguía viendo el vaso como si fuera lo más importante del mundo, suspiró e hizo algo que nunca se perdonaría, estiró el brazo y le dio un leve golpecito en la frente.

"Oh...hola". Sonrió como si fuera un androide, Hirai se cuestionó si no lo era ya que la perfección de ésta se podría comparar con algo creado con cuidado. "Perdón por estar tan distraída". Hizo un mohín y suspiró, se sentía bastante mal porque había salido para despejarse pero ella seguía pegada a esos locos pensamientos solo para poder ayudar a su mejor amiga, también se siente bastante mal por dejarla sola en casa sabiendo que cuando eso pasa se pone peor, no han sido días fáciles y trabajar tampoco es como que ayude.

"No te preocupes". Le dio un beso beso en donde le dio el golpecito y se sentó correctamente al ver como el chico traía la pizza, quería demostrar su felicidad porque por fin había llegado la comida pero se mantuvo en silencio por respeto a los pensamientos de Minatozaki porque parecía que no se encontraba tan feliz como siempre así que debía tratar de alegrarla de una forma distinta. "Muchas gracias". Le sonrió, éste parecía querer preguntarle algo.

Sana al ver eso rodó los ojos y tomó la mano de Momo por encima de la mesa. "Cariño". Automáticamente después de escuchar eso se fue, Hirai se quería reír pero no lo hizo porque le daba ternura el hecho de que no es la primera vez que hace ese tipo de cosas parecía que estaba tratando de marcar territorio de una forma bastante adorable y sutil, lo cual agradecía porque cuando son a niveles extremos no le gusta en lo absoluto. "No se que es lo que le pasa a Chaeyoung". Se apoyó de la mesa antes de suspirar, necesitaba que alguien cercana a la menor pudiera ayudarla o darle su opinión de la situación porque no sabía qué hacer.

"Ella es así". Le acarició la mano con el dedo pulgar. "Cuando siente que está muy presionada por cualquier tipo de cosas comienza a alejarse de todo el mundo para no herir a nadie y luego regresa". Se encogió de hombros como su nada, había veces en las que creía que Momo veía todo demasiado fácil cuando en varias ocasiones no era para nada sencillo lo que estaba pasando, aunque esa actitud relajada le parecía bastante atractiva de seguro era alguien que podría solucionar todo así que estaba bien, la entendía hasta cierto por punto.

En cuanto a lo que dijo de Chaeyoung la entendía más de lo que parece porque había veces en las que ella también quería alejarse de todo el mundo pero no lo hacía por miedo a lo que podría llegar a pasar pero parece que a ésta si le funciona hacerlo por como se comportó Momo es algo relativamente bueno que se puede solucionar rápido o que pasara rápido como si nada, entonces estaba todo bien por fin podría comenzar a comer sin ningún problema, la pelinegra la miró y sonrió al ver como comía mientras miraba los peces que estaban a su lado.

"Una vez tuve una pecera". Sana desvió la mirada a su novia para prestarle atención ya que parecía que diría algo importante por como lo decía. "Mi hermana quiso decorarla el problema es que...". Suspiró y masticó el trozo de pizza. "La planta que metió en la pecera era venenosa y mis peces fallecieron". Quiso reírse pero no debía hacerlo porque se notaba que no era algo muy lindo para la mayor así que solo bajó la mirada y asintió como si fuera algo super triste, apretó los labios y siguió masticando. "Te puedes reír". Murmuró.

Bastaron unos cuantos segundos para comenzar a reír, no podía más es que me parecía demasiado gracioso eran cosas que solo le pasaban a Momo y se sentía feliz de tener a alguien que la hiciera reír por cosas tan simples como esas, se apoyó de la mesa y tomó un poco de jugo, cerró los ojos y trató de calmarse ya que habían personas que las miraban raro, Hirai sonrió eso era lo que quería ver, a su novia feliz no llora do o sufriendo por cosas simples como una pelea de novias, lo triste es que la historia si era verdadera, fue la última vez que tuvo peces.

"Siento que te han pasado muchas cosas de ese estilo". Se le quedó mirando y asintió era la verdad no fue la primera vez que su hermana hacia ese tipo de cosas, así que entendía que les diera risa por más que en ese tiempo no se encontraba tan feliz por lo que pasó, le dolió bastante tener que ver como sus peces flotaban y no de la forma que le gustaría, se mordió el labio inferior y se quedó mirando a los ojos a Minatozaki, ésta miraba los peces y movía las piernas como si fuera una bebé.

"Oh...". Miró su teléfono, siempre tenían que escribirle cuando estaba en un momento feliz con su pareja, rodó los ojos. "Bebé tengo que llevarte a casa porque necesito ir a la oficina". Sana frunció las cejas era demasiado tarde para que lo hiciera pero asintió, estaban bastante cerca así que podrían ir caminando, se levantaron y tomaron de las manos. "Perdóname pero es que tengo algo super importante que hacer". Asintió sin decir una sola palabra, aunque le molestaba un poco, sintió que debía actuar como si nada para que la mayor no estuviera triste así que sonrió como siempre.

"Espero que las cosas entre ellas mejoren para poder salir las cuatro". Esas citas en pareja eran bastante complicadas, Momo ya había pasado por muchas, más de la que le gustaría admitir, solo asintió y siguió caminando con una pequeña sonrisa le gustaba pasar tiempo con Sana ya que ésta siempre tenía cosas lindas que decir. "Sabes...me gustaría poder ir a tu casa el sábado". La mayor asintió feliz, claro que quería que fuera era obvio que no le diría que no. "Tal vez para jugar con los perritos". Le encantaban, se llevaban bastante bien.

"Claro que sí". Sonrió en grande. "Bueno, ya he llevado a mi hermosa novia a su casa creo que ya deb-". Todo quedó en silencio cuando sonó que algo se cayó dentro de la casa, específicamente en la cocina, Sana frunció las cejas confundida y casi sale corriendo para entrar, tenía miedo de que Mina haya hecho algo o este herida, Hirai la ayudó a abrir la puerta, ambas entraron pero no escucharon nada más que un golpeteo que no entendían, fruncieron las cejas y se miraron ya que no entendían que era lo que pasaba. "Tú ve por aquí y yo por aquí".

Definitivamente la peor decisión que se puede tomar en esos casos es separarse pero le hizo caso porque sabía que Momo era inteligente así que confiaba en ella, con cuidado abrió la puerta de la cocina y lo primero que salió de sus labios fue un grito antes de cubrirse los ojos, ¿Por qué siempre tenía que encontrarlas?. Merecía que le pagarán la terapia.

"Amor". Momo llegó y se quedó petrificada a su lado. "Mira ya están mejor". Le apretó los hombros antes de sonreír, Mina y Chaeyoung estaban tendiendo sexo en la cocina, no entendían como no las habían escuchado, así que solo cerraron lentamente la puerta y se miraron a los ojos, Sana parecía estar procesando la situación así que la pelinegra con cuidado la cargó en peso y salió de la casa. "Hoy me acompañaras a la oficina". Asintió con la mirada perdida. "Dios...no pesas nada, eres como un bebé". Siguió caminando sin importarle las miradas de los demás.

Ahora sí que no se iba a preocupar por su mejor amiga y la novia de ésta, estaría bien y podría estar por más tiempo con Momo así que todo estaba bien, se escondió en su cuello y le dio un pequeño besito haciendo que la mayor sonriera.