She is my best friend
Abrió lentamente los ojos, no le gustaban las mañanas porque siempre se quedaba en la cama esperando que Mina fuera a su habitación para despertarla o algo, pero hoy no lo hizo, y ahora le tocará pensar en lo que sucedió, no sabe cómo pudo conciliar el sueño, porque estaba viendo el techo pensando en absolutamente todo, sobre todo en lo que le pasó, es que Momo la tocó, pudo sentirla pero no por mucho tiempo, no por el que ella deseaba, todavía siente su cuerpo hirviendo, recordando todo lo que tuvo que aguantar mordiéndose el labio, como las manos de Momo viajaron por todo su cuerpo.
Tragó saliva lentamente, es que no podía sacárselo de la cabeza, su cuerpo le pedía volver a sentirla, Hirai Momo se ha vuelto su droga y solo la ha probado dos veces, una más intensa que la anterior, ella se imaginaba todo lo que iba a pasar luego de eso, si tan solo no se hubiera echado para atrás las cosas entre ambas serían distintas, tal vez pasarían a su habitación, volvería a sentirse amada y justo por la chica que le gusta, es que no lo puede evitar, su corazón late gracias a la mayor, con tanta fuerza.
Se siente agitada y confundida, cerrando los ojos lograba sentir todo nuevamente, jadeaba, se retorcía, fruncía las cejas tratando de esquivar todo lo que estaba sintiendo. "Momo". Musitó aquel nombre con tanta dificultad que se le escapó el aire, era como si le estuvieran cerrando la garganta, despacio, como si Hirai estuviera ahorcandola, ese pensamiento le voló la cabeza, abrió los ojos, estaba sudando, le latía el corazón a una velocidad inexplicable, era demasiado, todo se volvía muy complicado, nunca se había sentido así, con ganas de tocarse para lograr liberar toda la presión en su cuerpo.
Mordió su labio inferior, ocultando el gemido que iba a salir cuando bajó la mano a su abdomen, acariciándola, abrió un poco las piernas, sintió un escalofrío que provocó que arqueara la espalda, sonrió boba creyendo que la pelinegra era quien la tocaba mientras la miraba a los ojos, dándole la misma seguridad que le dio al momento de besarla, la necesitaba ahora mismo, dentro de ella, moviéndose, se le escapó el aire y justo cuando estaba cerca, la puerta se abrió dando paso a una japonesa que gritó mientras se tapaba los ojos.
"¡Minatozaki Sana cierta la puerta!". La nombrada saltó y se sentó, es que no se lo podía creer, nada haría que logré estar en paz si en lo que piensa es en Momo, cuanto le hubiera gustado terminar con lo que ya había comenzado, sintió un pitido en los oídos demasiado fuerte, debía ducharse con agua fría para bajar lo caliente que estaba. "Deja de sonreír que casi me llevo una gran sorpresa". La miró mal, Sana no dijo nada porque se estaba riendo, es que nadie manda a Mina a abrir la puerta sin antes tocar.
"Para que sepas que debes tocar la puerta". Se colocó la mano en el abdomen, quería dejar de reír porque le estaba doliendo pero es que no podía evitarlo, Mina estaba super roja con los brazos cruzados y una mirada de pocos amigos, parecía que la quería matar pero no lo hacía porque le tenía cariño, lo peor de todo es que no fue culpa de ninguna de las dos o bueno si, una por no cerrar la puerta y la otra por entrar sin tocar. "Disculpame estaba pensando en...".
"Momo". Dijo cruzándose de brazos, Minatozaki no quería escuchar ese nombre, puede que ella piense en el pero no lo dice, hay algo que hace que cambia de humor en el momento en el que se da cuenta que gracias a esa persona siente que se le está cayendo a pedazos el corazón, no puede con tanta angustia, necesita saber si se encuentra bien pero no ha sido valiente, ni es novedad, para preguntarle si se encuentra bien, como le fue con la resaca y cosas casuales como esa, es que no quiere que Momo piense que no sintió nada o que ya se olvidó de lo que sucedió, es más le gustaría hablar del tema pero no le ha escrito, ninguna de las dos lo ha hecho porque les da miedo la reacción de la otra.
"Ni me la nombres". Entró al baño y busco el cepillo de dientes.
"¿Algo sucedió que no me has contado?". Era obvio si no no le hubiera dicho que no quería saber nada de ella, miró por el reflejo del espejo la cara de preocupación de la menor quién parecía que no se estaba tomando para nada bien que no esté bien por culpa de Momo, está preocupada, no mal, porque ya se dio cuenta que debe preguntarle cómo se encuentra, que no puede dejar de pensar en cómo debe estar, tal vez las cosas con la chica que le gusta se mejoraron o algo por el estilo, puede que esté ocupada y por eso es que no le ha escrito, es que ambas se escribían primero, algunos días era Sana y luego era Momo, siempre había un buenos días y puede que un "cuídate que no quiero que te pase nada".
Algo que le llegaba al corazón, le encantaba que Momo la tratará así.
Se enjuago la boca y se apoyó de la pared al lado del lavamanos. "Nos besamos pero...cuando íbamos a llegar a algo más todo se detuvo, ella no dio explicaciones tan solo eso, se alejó y ahora tengo miedo que me odie por besarla primero". Myoui apretó los dientes, es que no se podía creer lo estúpida que eran las dos, ninguna se daba cuenta que se estaba muriendo por la otra, les faltaba un empujoncito pequeño, le encantaría ayudarla pero no es muy cercana a Momo, de hecho solo se han hablado como en dos ocasiones y es bastante incómodo, a veces siente que la nombrada la odia o algo por el estilo.
"Ella no te odia porque accedió al beso, tal vez se dio cuenta que todo estaba yendo demasiado rápido y quiere llevar las cosas lentas contigo, conocerse y eso". Dijo con seguridad aún sin saber nada, no estaba en la cabeza de la mayor ni podría imaginarse lo que habría en ella, pero sí que podía imaginarse que era eso, tal vez si, porque si no obviamente hubiera seguido, estaba con Sana, no es que le atraiga o algo pero es linda, es algo que no puede ni debe negar.
"¿Eso pasó con Chaeyoung?". Negó lentamente, las cosas con la menor fueron bastante rápidas, un día estaban hablando de lo linda que estaba la luna y dos horas después en la sala de la coreana besándose, todo fue rápido y lindo a su manera, a la manera de dos hormonales que necesitaban tocarse con urgencia. "Creo que debo llamarla para preguntarle cómo está". Se encogió de hombros, Sana se estaba prácticamente contestando a si misma cuando frunció los labios y negó, nada podría hacerla cambiar de opinión debía dejar que hiciera lo que era lo mejor para ella, porque si llegaba a decirle algo se iba a estresé demasiado.
"Si eso es lo que quieres entonces hazlo eso sí". Ambas se miraron, estaba esperando lo peor, como siempre Mina cada que decía algo la hacía pensar por bastante tiempo y se lo agradecía en cierta parte, ya que gracias a eso ha logrado salir ilesa de muchas situaciones que claramente la iban a dejar destrozada. "Quiero que estés segura de ti misma porque mereces ser feliz". Le apretó las mejillas haciendo que se queje, es que era inevitable no hacerlo, era demasiado adorable cuando estaba pensando.
"Lo haré". Salió corriendo al teléfono y meco el número con los dedos temblorosos, sentía que se iba a desmayar, es que creía que si escuchaba la voz de la mayor se desmayaria, se sentó en la cama esperando que eso la calamara un poco, no podía dejar de escuchar los latidos rápidos y fuertes de su corazón, estaba aturdida, no lograba concentrarse.
"Hola". La saludó, gritó internamente, se levantó despacio y comenzó a saltar, la estaba tratando bien, eso era buena señal así que no quería alejarse de ella. "¿Cómo estás?". Se detuvo y acomodó su cabello, como si la estuviera viendo aunque no era así.
"Bien". Respondió antes de suspirar, debía hablar de eso antes de que se le fuera la valentía que sentía en ese momento. "Quisiera hablar de lo que suced-".
"Tengo que disculparme no fue mi intención hacer que hicieras todo eso tal vez estás confundida pero no quiero interponerme entre tú y Mina". Se le estaba rompiendo el corazón poco a poco hasta que escuchó eso, ¿Entre Mina y ella?, pero si no había nada entre ambas, solo mejores amigas que a veces actuaban como una pareja de casadas pero es por toda la confianza y tiempo que llevan viviendo juntas además de que les sale natural, no es la imagen que quieren dar, eso que escuchó hizo que comenzará a atar clavos, eso explica muchas cosas, por eso es que actuaba así cuando nombraba a su mejor amiga, ahora es que se daba cuenta de tantas cosas que no entendía anteriormente.
"¿Entre Mina y yo?". Preguntó confundida, es que debía escuchar algo para poder entenderlo por completo.
"Si...". Un silencio que la preocupo, realmente pensaba en eso, había hecho exactamente lo que no quería, hacer que la chica que le gustará pensará algo que no era real, ni estaba ni estaría ni le gustaría estar en una relación con Mina, era como una hermana para ella.
"¡Ella es mi mejor amiga!". Gritó, si había algo que le molestaba es que las personas las confundieran como pareja, no era nada malo, pero justo tenía que ser la chica que le gustaba, por esa sencilla razón las cosas entre ambas no llegaron a más, lo que tanto había estado esperando no sucedió por culpa de la misma confusión de siempre, suspiro con los ojos cerrados es que no podía con tanto, más que enojada se sentía decepcionada de si misma. "No es nada más que eso y disculpa si llegue a confundirte con eso". Otra vez el silencio.
Si supiera que Momo está saltando de felicidad porque por fin podría ser feliz con Sana, ni estaría tan preocupada por el silencio que hay, por fin las cosas tomarían el curso que debieron tomar desde el principio, será feliz y nada la detendrá, es que sentía que se iba a desmayar de la felicidad, pegó un brinco al escuchar a Boo ladrando. "Que susto". Murmuró mientras colocaba la mano en su pecho, casi se desmaya. "Quiero hablar contigo, espero podamos vernos en persona donde tú desees para poder hacerlo con más calma". Sana se quedó pensando, entre más rápido fuera mejor, apretó los labios pensando en un lugar apropiado.
"Ven, quiero explicarte todo para que no hayan más malos entendidos". Asintió, es que quería gritar de felicidad, tomó en peso a Boo y comenzó a bailar por toda la casa junto con el perrito que no dejaba de moverse, quería zafarse del agarre de su dueña. "Momo...". Lo único que escucha eran ladridos.
"Disculpame, Boo está ladrando demasiado alto". Agarró uno de los tantos juguetes que tenía y se lo lanzó para que se callará. "Si quieres voy hoy o cuando desees, bueno ya tengo que...".
"Si...está bien, nos vemos más tarde". Colgó la llamada.
Hirai se quedó con los labios abiertos, se lo iba decir pero no le dio tiempo. "Me gustas Sana". Susurró antes de sonreír y sentarse en el sofá, no estaba muy segura de lo que iba a suceder pero eso sí, haría de todo para que ambas sean felices, para volver a ver la sonrisa de Minatozaki y sobre todo volver a sentirla cerca, porque aunque solo fueron dos días, la extrañaba demasiado y quería tenerla cerca porque le gustaba.
La encantaba demasiado la peli gris.
¡Por fin!, ahora...¿Para cuando el noviazgo?
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