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Forgetting the past is not easy

Pasó la aspiradora cerca del sofá mientras cantaba, estaba de muy buen humor, luego de esperar por tres meses decidió que ya era hora de invitar a Momo de su casa, se sienta bastante feliz y cree que ya será el momento indicado para decirle todo lo que siente, han estado hablando mucho por teléfono horas y horas, hasta llamadas en las noches que se alargan hasta la madrugada, se están conociendo poco a poco y eso de verdad que le favorece a Sana, quiso conocerla más y ya se podría decir que todo está bien entre ambas.

Pueden decir las cosas que sienten sin ningún problema ya que saben cómo la otra va a reacción en diversos temas. "¿A donde tan feliz?". Miró por el rabillo del ojo a Mina quien se apoyó de la pared elevando una ceja, no era normal que Sana limpiará la casa. "Tal parece que hoy tienes visita". Se acercó y le hizo cosquillas. "Suerte en todo lo que vayan hacer por favor no hagan nada en mi habitación y si lo hacen en el sofá...lo limpias". Murmuró, más mejillas de la peli gris se encendieron, eso no iba a suceder o bueno no estaba muy segura que eso sucediera.

Quería tomarse las cosas con calma y hacer todo lento para así no apresurarse, ha que cada que lo hace echa las cosas a perder como la vez que trató de hacer un pastel lo más rápido posible y terminó con una especie de mezcla radioactiva que tuvo que botar oír el bienestar de ambas, extraña bastante cocinar pasteles, nunca le salían bien y los terminaba comprando.

Mina no se dio cuenta de eso hasta que fue fueron juntas a la panadería y la señora les grito ¡¿Un pastel de chocolate?!, Una pregunta que le heló la piel a la mayor porque no le había dicho en ningún momento a Myoui que todo lo que se supone "hacía con amor" era comprado, ese día no faltaron las burlas y risas de la pelinegra quien no podía creer que, además de creerse las habilidades nulas de Minatozaki, que lo hizo en menos de veinte minutos.

Con esas decoraciones y el buen horneado, a veces piensa que la estupidez se le está pegando más rápido de lo que ella quería.

"No haremos nada de eso". Se separó de golpe empujándola un poco, ella no tendría sexo hasta que fuera estrictamente necesario o más bien cuando ambas estuvieran de acuerdo en hacerlo, las cosas pasarían porque si, dejara que tomen el curso que deben tomar y si debe empujar un poquito para poder hacerlo más rápido entonces eso hará, solo que conociéndose serán mínimo dos años más.

"¿Por qué tan segura?". Se encogió de hombros, había algo en ella que le decía que las cosas irían bien pero que no debía apresurarse para no asustar a Momo quien aunque parezca ser una chica segura se esconde una mujer demasiado sensible, tímida y cuidadosa, todo lo que le encanta.

"Conozco a Momo...sé que ella no quiere ir tan rápido". Conocer no es saber exactamente lo que está pensando la personas, sobre todo cuando la tiene cerca, Hirai ahora mismo está en su habitación tratando de solucionar el problema que le produjo la voz mañanera de Sana, definitivamente no debe estar tan segura de conocer a alguien que desde que la conoció la necesita. "Además...". Se sienta de golpe. "No tengo ningún tipo de experiencia con las chicas". A Mina se le había olvidado que se dio cuenta de su muy fuerte homosexualidad hace poco y que no ha tenido ninguna experiencia que no sean besos o tocarse porque, lamentablemente, la ha escuchado.

"No es para nada difícil solo debes saber en qué punto tocar...más sencillo de lo que parece". Apretó los labios, no se sentiría segura de sí misma en ese aspecto, no podía hacerlo porque las cosas podrían salir mal, le dolería bastante no poder satisfacer las necesidades de Momo o que ésta no lo haga con ella, aunque la verdad es que sabe que puede hacer lo que quiera con ella y lo va a disfrutar porque se ve que si que puede hacerlo, no han tocado mucho ese tema pero por lo poco que se ha vislumbrado entre tantos mensajes, se dio cuenta de que efectivamente a Hirai Momo le encantaba hacerlo.

¿A quien no?.

Tal vez a una peli gris que no sabe exactamente lo que es disfrutar por culpa de tener un novio que no sabía cómo satisfacerla como se debe, porque solo buscaba su propio placer sin importarle como quedaba Minatozaki, quién ahora mismo está comenzando a tener tantas inseguridades que tiene miedo que se noten en la cena, ya hasta se está arrepintiendo de haberla invitado sin planear todo como se debía, es que fue por puro impulso que lo hizo, por primera vez se dejó llevar por uno tratándose de Momo, parece que le gusta organizar todo tanto que se acobarda al final cuando ve que puede que existan miles de fallos.

"Si no estás preparada se lo haces saber". Tomó su mano y la acarició. "La he visto pocas veces pero se nota que es una buena persona y alguien que te quiere cuidar". Sonrió y la acercó para abrazarla. "Yo me iré para que puedas pasar el tiempo que quieras con ella a solas". La apretó un poco. "Todo saldrá bien ten confianza en ti y en lo excelente, hermosa y capaz que eres". Se separó y le dejó un beso en la frente, si, como si fueran hermanas de verdad esa era la clase de conexión que tenían y se sentía bastante bien saber que podía confiar en alguien que tenía la capacidad de con tan solo algunas palabras de aliento y un abrazo, hacerla sonreír y volver a tener la seguridad de antes.

Tampoco es como que le quitó por completo el miedo que le tiene al fracaso pero si la relajó, tranquilizar a alguien como Minatozaki es bastante difícil, una chica que sobre piensa todo y cuando no lo está haciendo es porque asume que las cosas ya van a salir mal antes de que eso suceda, va más allá del presente, pensando en las cosas que ocurrirán en el futuro, cualquier tipo de variante ella ya tiene una solución para salir de ello, a veces esta bien pero no ha vivido lo que ha querido por miedo, todo saldrá bien pero también puede salir muy mal tanto que no querrá volver a ver a la casa.

"¿Te das cuenta que cuando se trata de ella tus ojos brillan?". La empujó, siempre echando a perder todo, obviamente no podía ver sus ojos pero sí que sentía que cuando se trataba de Hirai la cosas tomaban otro tipo de color, la felicidad aparece y se siente tan entusiasmada de saber todo lo que vivió, le encanta escuchar esas aventuras que por muy ordinarias que sean son lo mejor, eso hace que pueda escucharla más, no hay mejor cosa que la risa de la mayor, cuando suspira y se disculpa por ser tan escandalosa al estar feliz. "Si ella te gusta sigue tu corazón...probablemente sea el peor consejo de todos".

Sana no puede evitar reír, si es muy cierto, es el peor consejo de todos, recordó cuando se lo dijo, estaban ebrias y le recomendó que siguiera su corazón sin saber que Nayeon estaba en una relación y que se iba a casar, cada que lo recuerdan se parten de risa porque saben que cada que dicen eso las cosas no salen exactamente como ellas querían que sucediera.

"Cuando te lo dije por Nayeon créeme que estaba segura que le gustabas". Mina rió y se encogió de hombros, cada que recuerda que le llegó a gustar una de las chicas que considera como una de sus mejores amigas en el mundo, le causa gracia y la hace pensar bastante sobre lo que ella creía que era gusto, hasta creyó que podía llegar a ser amor, cuando si, si lo era pero no el que se supone estaba experimentando. "Espero que no me digas que estás segura que le gustó a Momo porque de seguro que no...somos amigas que se están conociendo, que juegan si se podría decir así". Murmuró antes de suspirar y acomodarse en el sofá. "Pero de gustar es...algo demasiado fuerte ¿No lo crees?".

Myoui claro que está segura que ambas se gustan, se les nota demasiado pero si llega a decirlo tendrá que tratar de convencer a alguien que cuando se mete algo en la cabeza es porque cree que así es, aún si está equivocada cosa que es cierta pero no quiere discutir, prefiere que las cosas tomen el curso que deben tomar sin mover nada porque si lo hace ella terminará perdiendo al igual que su mejor amiga, y si hay algo que espera que no sucede es que Momo no le rompa el corazón a Sana.

"Se me pasó decirte que el escote es demasiado pronunciado ¿No lo crees?". Bajó la mirada y lo cubrió con una de sus manos mientras que con la otra le pegaba en la piernas a una chica que no paraba de reírse, le encantaba molestarla era algo que no estaba en ella, le salía natural hacer que Sana se sonroje porque le fascina ver como sus mejillas se sonrojan y trata de cubrirlo con un "es que hace calor por eso estoy así".

"Así está perfecto". Se quejó apretando el puño el cual estaba a centímetros de su rostro. "¿No crees que ese short es muy corto?". Lo señaló y tocó, haciendo que Myoui se retorciera mientras se ahogaba de la risa. "¿Irás a ver a Chaeyoung?". Asintió mientras se limpiaba las lágrimas gracias a las carcajadas, la peli gris podía llegar a ser demasiado graciosa para ella, tanto que cada que hablaban mínimo estaban la mitad de la conversación riéndose por cualquier cosa que decía, hasta por una simple mirada ya era suficiente para tenerla riéndose como loca, no lo podía evitar, era demasiado graciosa y le sacó sonrisas hasta cuándo tenía el corazón roto.

"Hoy tendremos una pequeña reunión". Eso no lo sabía y le indigna que no la hayan invitado, se cruza de brazos y la mira bastante ofendida.

"¿Ustedes y quién más?". Elevó una ceja antes de pegar la lengua en el interior de su mejillas, estaba celosa se supone que ella es como la hija que nunca quisieron tener pero que está todavía con ellas porque es soltera y porque tiene un severo problema de falta de cariño y amor por figuras que se asemejan a lo que nunca tuvo, buenos padres.

"Y el consolador". Abrió los ojos impactada por lo que escuchó, no pensó que ella le diría lo que harían, porque claramente no le interesaba y por las que eso la relaje porque saben que no la van a reemplazar algo en ella nació, eso que nunca había sentido desde que sabe que son novias que se aman y de seguro amaran por el resto de sus vidas.

Envidia.

"Que suerte tienes". Le da leves palmaditas en la espalda y justo cuando está por encender otra vez la aspiradora para ignorar lo que sabe que va a decir para avergonzarla, suena la puerta, lo que estaba tratando de postergar, lo que su corazón le decía que ya iba a pasar y que debía ser fuerte llegó dando golpecitos a la puerta.

Hirai Momo acababa de llegar a la casa y lo supo porque cuando se asomó por la ventana lo primero que sus ojos miraron fue el cabello azabache de la mayor, suspiró tratando de tranquolizarse, no debía estar nerviosa porque si se daba cuenta daría una mala impresión, sacudió un poco las manos todo bajo la atenta mirada de una menor que estaba super confundida, esa no era la Sana que conocía así que se levantó y abrió la puerta.

"Buenas y chao, lamento no quedarme por mucho tiempo pero tengo cosas que hacer". Tan rápido como la saludó se fue, Momo miró enseguida a Sana quién estaba petrificada frente a ella, si, no fue una buena primera impresión.

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