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Can not be

Sana se encontraba en el patio viendo cómo Mina cuidaba la pequeña planta en la que se supone saldrían tomates, ella no creía que eso sucediera ya que la planta están de color y hasta parecía que sufría pero no podía decirle nada es más se levantó para ayudarla. "Dios Mina parece que la planta...". La menor levantó la mirada. "Esta hermosa que bien la cuidad". Halagó y la contraría sonrió.

"Voy a poner música ya vuelvo". La miró irse y lugo volteó a ver a la planta.

"No te vas a morir que Mina hasta te coloca las músicas viejas que escucha solo para que no mueras". Murmuró. "Quiero que vivas y nos des buenos tomates". Se cruzó de brazos y se sentó en el suelo. "¿Escuchas eso?". Tocó sus oídos y se levantó. "Mojito with lime, sweet mimosa, piña colada". Hizo un paso de baile y se frenó al escuchar la risa de malvada de su mejor amiga.

"Eres buena bailando y cantando". Codeó y se sentó. "La canción que sigue me encanta". Dijo y Sana se paralizó, sin pensarlo se levantó y quitó la canción cortando los cables de la pequeña corneta que tenían desde hace años.

"¿Que mierda hiciste, Sana?". Hizo lo mismo que la contraría y la empujó un poco para recoger el artefacto destruido. "Fue la primera cosa que compramos juntas". Reclamó con la voz ronca. "¿Por qué lo hiciste?". Sana veía las tijeras y sus manos miles de veces, ella sabía el por qué pero no quería decírselo. "Joder tendré que comprar una nueva".

"Lo siento y yo la comprare". Aunque quería llorar no lo haría frente a ella.

Mina suspiró y la abrazó un poco. "Ambas lo haremos". Sana se separó y miró hacía la planta. "Se va a morir, lo se, pero por lo menos escucho Alcohol Free".

"Voy a...ir al baño". Caminó hacia la puerta. "¿Ya vuelvo?". Al cerrarla recordó lo que pasó con esa canción, ese maldito día.

Six years before.


"¡¿Dónde mierda está la persona de la que me enamoré?!". Gritó con todas fuerzas y empujó al menor quién la agarró y la apretó contra la pared, sujetando con fuerza las mejillas tanto que sintió el sabor a metal al instante.

"Si me vuelves a gritar voy a tener que enseñarte lo que es respeto". Sana tembló levemente y las lágrimas salieron disparadas de sus ojos, Jungkook al verlas y sentirlas en su mano derecha sonrió con soberbia. "Así me gusta".

La peli gris sollozó y se quejó debido al apretón que le dio, era tanta la fuerza que ejercía que sintió que se le iba a reventar el rostro. "Sue-sueltame". Pidió llorando cada vez con más fuerza. "Te lo pido". Suplicó y el castaño la soltó, al caer subió la mano a sus labios los cuales estaban manchados de sangre.

"Espero que para la próxima no se te ocurra gritarme". Se sentó en el sofá y suspiró, mientras la veía encendió la televisión. "Ve y tráeme las galletas que están en la alacena". Sana seguía en el suelo tratando de levantarse, era la primera vez que la tocaba, si que habían tenido una que otra pelea, todo el tiempo discutían pero nunca llegaba al maltrato físico.

No lo creía capaz, sabía que pasaban por malos momentos como toda pareja y que tarde o temprano se solucionarían hasta ahora que se dio cuenta que si es capaz de herirla. Quería gritarle y mandarlo a la mierda pero si lo hacía puede que la golpeará.

Trató de levantarse pero sus piernas fallaron y volvió a caer, sintió unos pasos cerca de ella y cerró los ojos con miedo. "Levántate ahora mismo si no quieres que te lleve a la cocina". Con toda la fuerza que tenía se levantó y prácticamente salió corriendo hacia donde estaban las galletas, las agarró y con temor se las paso. "¿Que debes decirme?". Elevó una ceja.

"Perdóname". Bajó la mirada. "No te volveré a gritar".

"Muy bien bebé". Sana sonrió con lágrimas en los ojos y se levantó para ir a la habitación, pero un llamado la detuvo. "Ven vamos a ver la tv". Se sentó al lado de Jungkook quien le dio un beso y le sonrió. "Amo está canción". Aplaudió, le impresionaba el cambio que tuvo en tan solo segundos.

Present


"¡Sana!". Llamó, la nombrada limpió las lágrimas de sus mejillas y salió del baño con muchas ganas de vomitar, todavía no se perdonaba haber estado detrás de una persona que lo único que le hacía era golpearla. "¡San-...aquí estás". Suspiró aliviada, había estado mucho tiempo buscandola pero Sana no contestaba y la asustó ya que siempre le dice cuando va a salir.

"Dime Mina de mi corazón". La risa de ambas inundó aquellas paredes que fueron testigos del llanto de la mayor mientras recordaba su pasado, ese mismo que todavía no la quiere dejar y que ella desea que desaparezca.

"Espera". La peli gris miró cómplice a Mina quien sonrió un poco al ver algo que le llegó el teléfono, se quedó un tiempo viéndolo y luego escondió el teléfono en el bolsillo derecho de su pantalón. "Ya hice la comida, estuviste como una hora en el baño". Colocó la mano en la frente de la mayor. "Estás perfecta". Frunció un poco las cejas, no entendía el comportamiento tan extraño.

"Estuve mucho tiempo en el porque estaba tratando de arreglar la llave del lavamanos". A veces si que inventaba cosas que los demás creían, ella no le diría lo que en verdad le estaba pasando, no le gustaba ver a Mina con un rostro afligido y aguantando las ganas de llorar. "Vayamos a comer". Caminó a la cocina y se sorprendió al ver que todo estaba ordenando y limpio, volteó boquiabierta y señaló la mesa.

"No hagas esa cara que te voy a lanzar una silla". Entrecerró los ojos y se fue a sentar seguida de Sana quién todavía seguía sorprendida. "Los videos de Youtube ayudan".

"Ayudan demasiado". Miró cada uno de los platillos que Mina había hecho. "Si me muero déjame decirte que eres la culpable". Y comenzó a comer, cerraba los ojos cada que recordaba que podía morir por la comida. "No está tan mal".

Cuando subió la mirada volvió a percatarse que Mina le sonríe a la pantalla del teléfono como si fuera la cosa más hermosa del mundo, no dijo nada solo siguió comiendo como si nada, le quería preguntar pero sabía que si no le había dicho era porque lo estaba ocultando y no era nadie para pedirle explicaciones.

"No está para nada mal, estuve bastante tiempo cocinando lo que significa que no te va a matar". Aseguró y el teléfono volvió a sonar, Sana ya se estaba estresando, casi nunca hablaba con otras personas y mucho menos le sonreía así a la pantalla, eso era más de ella, todo el tiempo estaba sonriendo así y levantando sospechas. "Debo atender una llamada". Se levantó. "Ya vuelvo". Y como un rayo salió disparada para luego desaparecer, es que ni siquiera se escuchaba un poco su voz.

La mayor dejó de comer y tomó un poco de agua, sabía que no debía pero nadie la estaba vigilando ni prohibiendo nada así que se levantó y fue a ver a quién le estaba hablando. Prácticamente corrió hacía la habitación de la menor y se apretó contra la puerta. "No puede ser". Murmuró y abrió la puerta provocando un mini infarto en la contraría quien soltó el teléfono el cual se estrelló contra el suelo.

"Estás dispuesta a romper todo lo que valoro ¿No?". Se agachó a recogerlo. "¿Que haces aquí?". Sana ya no sabía que decir pero es que el nombre que había salido de los labios de la japonesa la había sorprendido.

"¿Por qué nombraste a Jaehyun y me gusta en la misma oración?". Sonrió al ver como Mina cambiaba de color, a un blanquecino casi pálido, estaba segura que un papel era más oscuro. "Conteste Minari". La menor mordió su labio inferior con molestia.

"No es tu asunto". Eso había sido un golpe bajo, eso y el golpe que le dio Mina en la pierna lo que hizo que cayera de rodillas.

"Myoui Sharon Mina". Se levantó como pudo y la persiguió, la pelinegra corría por toda la casa tratando de buscar un escondite en donde la nipona logrará entrar.

Sana la perseguía como si de una persecución se tratará, Mina saltaba el sofá ella hacía lo mismo, Mina rodeaba la mesa ella hacía lo mismo, hasta que se detuvo y logró agarrar del brazo a la menor. "No tengo que darte explicaciones". Apretó los labios.

"Esta bien pero si no me dices no te diré cuál es la clave del Wifi". La peliengra chasqueó la lengua. "¿Que?". Preguntó y la soltó.

"Me da igual, le pido al vecino su clave". Se mordió la lengua para no decirle nada, si no quería decirle estaba bien, además tampoco era su problema.

"Olvídalo". Se fue caminando a la habitación con lentitud, una sonrisa ladina se formó en sus labios cuando Mina llegó y murmuró algo que no logro entender con calidad. "Decías...".

"Jaehyun me está ayudando a conquistar a una persona que me gusta desde hace ya un tiempo". Se volteó sorprendida, ni tenía ni la menor idea de que a Mina le gustaba alguien y mucho menos que buscaba ayuda en otras personas, pero no en ella. "Se lo que estás pensando, es que no quería agobiarte con mi "vida amorosa" así que lo callé".

"No hay problema". Subió la mano y la dejó en el hombro de Mina quien suspiró aliviada al haber soltado el secreto que no la dejaba dormir. "Espero que sea una buena persona y que te haga feliz". Apretó un poco el agarre. "Si ese chico te llega hacer algo juro que no respondo". La risa de Mina la confundió, ¿Por qué reía si estaban hablando de un tema tan serio como su bienestar.

"No es un chico". Parpadeó varias veces y negó con la cabeza. "Es en serio, una chica me gusta". Abrió los ojos tan grandes que a la menor le dio miedo. "No estoy bromeando Minatozaki".

"Sabes que odio que me llamen por el apellido". Dijo con un tono que la erizó. "No tengo problema con que te guste una chica, de hecho estoy orgullosa de ti". Se acercó un poco y la abrazó.

"¿Orgullosa?". Sana asintió con una pequeña sonrisa.

"Aceptar abiertamente tu orientación sexual y pedirle ayuda a alguien para que te ayude a conquistar a una chica es la cosa más adorable que he escuchado de ti". Mina cubrió sus mejillas debido al notable sonrojo en ellas. "Por eso digo que estoy orgullosa en ti".

"No es para tanto". Miró hacia la cocina. "Siento que lo que siento por esa persona está mal". Admitió y bajo un poco un la mirada.

"¿Es por qué es chica?". Mina negó rápidamente. "¿Entonces?".

"La persona que me gusta no debería gustarme porque es imposible que me vea cómo yo la veo". Sana apretó los labios sin saber muy bien que decir, la verdad es que no era la mejor persona como para hablar acerca de conquistar a alguien ya que no tenía experiencia.

"¿Soy yo?". Mina le empujó un poco haciéndola reír.

"No seas idiota, es alguien más, no podría verte así". Lo último estaba de más agregarlo, Sana entrecerró los ojos. "Eres linda pero no me gustas". Ésto si estaba bueno que lo agregará, según la halagada.

"Se que soy linda". Se acomodó el cabello. "Me estoy juntando mucho con Nayeon". Dijo pero sintió como Mina se tensó. "¿Ocurre algo?". Frunció un poco el ceño era la primera vez que la veía así.

"No es que creo que tengo que ir al baño". Salió corriendo y dejó a Sana con las manos extendidas.

"Voy a esperarte en la sala". Se quedó un rato esperándola pero ésta parecía que iba a tardar. "¿Que le pasa?". Dio media vuelta y se fue.

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