Boxing ring
Luego de ese pequeño momento en el que prometió que iba a estar con ella, pasó una semana en la Sana estaba dudando si lograría cumplir aquella promesa que la ha hecho sonreír cuando se siente mal y sola, pero por como van las cosas siente que no es así, lleva dos horas esperando que llegué y parece que no lo hará porque ni siquiera contesta los mensajes, no esperaba mucho pero por lo menos un mensaje sería suficiente, quisiera que le explicará lo que sucede y el por qué se la nada desaparece de esa forma, para no estar tan preocupada.
"Tu mami es una tonta". Boo ladró, de seguro le estaba dando la razón por como saltó y movió la cola. "¿Escuchaste Dobby?". El nombrado la miró a los ojos y pestañeó varias veces, claro que lo había hecho pero no pensaba lo mismo, prestaba su decisión, total es un perro no sabe mucho de lo que está hablando, con cuidado lo agarró y dejó a un lado de Boo, ambos se acurrucaron para que Sana los acariciara y eso hizo, con mucho gusto y una sonrisa en su rostro, eran sus fieles compañeros, miró de reojo el reloj.
Ya era la medianoche, lo mejor que podía hacer era cerrar los ojos y dormir ya que no había nada más que hacer, fue tanta la emoción de que hoy se cumpliría la promesa que hizo todo lo que le tocaba en menos de dos horas y era algo bastante extenso, ahora se da cuenta de que fue por gusto y ahora se arrepiente porque pudo estar haciendo eso sin pensar tanto en Momo, la que ahora cree que nunca cumple promesas, se acomodó en el sofá y cerró los ojos, era un buen momento para dormir.
Al sentir algo húmedo en su mejilla y escuchar una risita particular abrió lentamente los ojos encontrándose a Dobby despertandola, con las patas en su pecho mientras parecía estar eufórico diciendo que alguien había llegado, miró hacia todas partes y encontró a la mayor de brazos cruzados, sonrisa juguetona y ojos brillantes. "Buenos días mi amor". Se levantó tan rápido como pudo, quedando de pie en una extraña posición que hizo reír a la contraria. "Ten cuidado". Asintió y apretó los labios, siempre tenía que pasar vergüenza sin importar la situación, pasó la mano por su cabello y gruñó, no debería estar tan feliz de que llegó.
Lo más probable es que se le presente un problema y por eso es que sigue vestida como si va a salir. "¿A que hora llegaste?". Preguntó mientras caminaba, como podía porque tenia un calambre, al baño, iba a abrir la puerta pero Momo fue más rápida, sonrió como agradecimiento y entró, lo que no sabía es que la contraria también entraría, elevó ambas cejas y fue al lavabo. "¿Y mi cep-". Se lo pasó con una enorme sonrisa. "Gracias". Dijo entre dientes, no esperaba que Momo llegará como alguien nuevo, pero no como le gustaría.
"Prácticamente acabo de llegar pero fue porque salí a comprar algunas cosas para ti". Una de las únicas cosas que no le gustaba mucho es que la tocarán, hablarán o mirarán mientras estaba cepillándose los dientes, no entiende el por qué pero desde pequeña es así y espera que eso siga, Momo la abrazó por detrás y se escondió en su cuello, tensó todo el cuerpo y suspiró. "Me he dado cuenta que no tienes muchos suéter así que fue a comprarte algunos, sabes que te puedes resfriar en el invierno y no queremos eso". De hecho si tenía pero algunos se quedaron en la casa de Mina.
Se enjuagó la boca y se quedó mirando a Hirai por unos segundos, era una chica muy hermosa pero no se daba cuenta de su rostro que estaba lleno de incomodidad, sobre todo porque no podía mover la pierna por el calambre, le dolía tanto que tuvo que morderse el labio para no gritar cuando Momo, sin querer, la movió sin avisarla haciendo que su rodilla se doblará y sintiera un horrible hormigueo que provocó que tensara la pierna, un profundo dolor fue lo único que sintió antes de ahogar un grito.
La pelinegra la tomó entre sus fuertes brazos y con mucha energía le dio una vuelta completa a la sala seguida de Boo y Dobby, se acababa de despertar así que no fue una buena idea lo que hizo ya que eso provocó unos fuertes mareos, si no fuera porque se cubrió los labios y se obligó a no hacerlo, de seguro estaría vomitando, sabía que todo lo hacía con mucha intención pero no la que debería tener, es que no entendía que era lo que le pasaba, parecía estar muy feliz y con demasiada energía, como es ella pero peor.
"¿Que quieres de desayuno?". Momo infló las mejillas y negó con la cabeza, antes de abrir la nevera y sacar algunas donas, eso obviamente que no era bueno para ninguna de las dos pero lo acepto ya que quería comenzar muy bien el fin de semana. "Veo que te gusta demasiado el chocolate". Sonrió y se acercó para limpiarle el labio, el corazón de la mayor latió con mucha fuerza al tenerla cerca. "¿Por qué me miras así?". La miró a los ojos y le robó un pequeño beso haciendo que sus mejillas se sonrojaran, esa era la chica que conocía.
"Te miro así porque cada día me doy cuenta de lo afortunada que soy". Se acercó para darle un beso pero no fue así, le robó un poco de la dona que tenía, Minatozaki se quejó e hizo un mohín antes de cruzarse de brazos, era tan adorable como un lindo bebé. "Tengo el fin de semana libre que será unica y exclusivamente para ti". Dos días en los que estarían juntas sin que nadie las moleste, era lo mejor del mundo, sus ojos brillaron al mismo tiempo antes de unirse en un profundo beso.
Las manos de Momo se posaron en su cintura atrayéndola, sus brazos se enrollaron en el cuello de la contraria pegándola a la encimera, en el momento en el que sus lenguas comenzaron un mínimo roce escucharon el ladrido de Boo haciendo que ambas se separan al instante y miraran en la dirección en donde se encontraban, estos corrían por toda la sala, persiguiendose, Sana sonrió en grande, eran las cositas más adorables que había en el mundo, miró de reojo a Momo quien resopló haciendo que su flequillo se moviera levemente, ya tendrían tiempo para ese tipo de cosas.
"Creo que debes ir a bañarte". Dijo de la nada, Momo la miró extrañada ya que no sabía por qué lo dijo. "Hueles a oficina". La mayor la miró feo y rodó los ojos, era obvio que no olía a oficina solo lo decía para molestarla pero ella tenía algo en mente para nivelar la situación, porque prefería estar sonrojada que dejar que Sana ganará ésta pequeña batalla, en un movimiento audaz la tomó de los muslos y la subió al mesón. "¡¿Que haces?!". Exclamó asustada ya que no se esperaba que hiciera eso.
"Vas a tener que bañarte conmigo". Los ojos de la contraria se abrieron como platos al punto de que parecía que se le iban a salir al igual que el corazón que latía con rapidez emocionado por lo que acababa de escuchar, era obvio que diría que no, siente que es muy pronto para ese tipo de cosas aunque una parte de ella le está diciendo que no sería una mala idea estar juntas en un pequeño lugar, desnudas y de seguro el agua tibia, además de que sería una nueva experiencia que quiere vivir. "¿Que dices?". Comenzó son un juego pero luego se volvió real, quería hacerlo.
Era consciente de que era un gran paso, eso de verse desnudas nunca ha pasado, lo máximo es en ropa interior y casi siempre desvían la mirada para que la otra no se sienta incómoda, son dos chicas que ni siquiera pueden estar una arriba de la otra porque se sonrojan, ni siquiera sabe muy bien como fue que tuve el valor de besarla como lo hizo aquella vez en el que ambas tomaron, tal vez fue por eso, estaba ebria y no pensaba mucho lo que estaba pasando, tanto que no le importa la supuesta relación de Mina y Sana.
"Podemos hacerlo pero tengo una idea...". Le dio bastante miedo la sonrisa macabra de la contraria ya que parecía que tenía la mejor idea del mundo cuando sabe muy bien que cada que pasa algo por esa cabecita prácticamente es destrucción, sin embargo, aceptaría cualquier cosa para poder estar el máximo tiempo juntas por lo que asintió esperando que dijera algo que no fuera tan descabellado. "Tienes que seguirme". Se bajó y entrelazo sus manos para poder caminar, mientras subía las escaleras se cuestionaba el hecho de haber aceptado lo que sea que esté pasando por su cabeza.
Aunque era una idea bastante loca creyó que era lo correcto para estar más cómoda porque tenía demasiada vergüenza además de que era algo bastante importante que preferiría vivirlo cuando haya más confianza pero ahora que tiene la oportunidad no la va a desperdiciar por más que quiera hacerlo de una forma un tanto peculiar que de seguro no acabará tan bien como le gustaría, espera no terminar en el hospital por cualquier cosa que pase, a veces, para mi decir siempre, las ideas que tenía eran bastante alocadas, aún así tenía bastante confianza porque ésta no era tan loca solo de alguien que tiene cierto miedo a decepcionar a su novia.
"¡Vamos a tener que vendarnos!". Dijo con entusiasmo antes de sacar las corbatas de Momo, definitivamente se había vuelto loca no sabía los peligros que habían en el baño si no se ve nada, podían caerse o incluso golpearse de gravedad, se le quedó mirando sin ninguna expresión facial esperando que fuera una de esas bromas que hace que no entiende pero aún así le sigue la corriente para que no se sienta tan mal. "¿Te parece bien?". Era obvio que no pero no se lo iba a decir de esa forma.
"Mejor nos bañamos por separado". Sana soltó una carcajada, sabía que le iba a decir eso así que dejó las corbatas y se acercó para luego desabrochar los botones de la camisa de color blanco, amaba como se le veía sobre todo cuando abría un botón de más dejando ver el sujetador de encaje negro, aunque sus manos estaban temblorosas siguió quitando uno por uno. "¿Estás segura?". Asintió sin decir una sola palabra. "¿Quieres que te ayude?". Volvió a asentir, estaba bastante nerviosa por eso no le gustaba hablar, lo más probable es que si lo hacía estaría balbuceando.
No quiere parecer una tonta frente a alguien como Momo en estas situaciones, si lo hace de seguro se cansará de ella y de seguro conseguirá a alguien que lo haga sin ningún problema, le quitó el suéter y luego le dio la vuelta, al sentir como sus dedos rozaban la piel de esa manera arqueó levemente la espalda, Hirai para tranquilizarla le dio un pequeño beso en el hombro antes de quitarle el sujetador, bajó la mirada y tuvo la necesidad de cubrirse pero no lo hizo, en cambio acomodó su cabello de una forma en la que éste pudiera hacerlo discretamente.
"Eres tan hermosa". Pasó las manos por los brazos ajenos provocando varios escalofríos. "¿Puedo?". Preguntó mientras bajaba las manos por su abdomen y llegaba a su short, asintió perdida en la gran burbuja que las estaba protegiendo de todo el exterior. "No haremos nada que tú no quieras hacer". Murmuró cerca de su oído, haciendo que los vellos de su nuca se erizarán.
"Quiero hacer todo si es contigo". Se dio media vuelta quitando frente a Momo, la mayor casi pierde la cabeza al verla desnuda pero se calmó, con una pequeña sonrisa se acercó. "Tienes el permiso de hacer lo que desees conmigo".
Díganme qué no soy la única que está colapsado.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro