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Capítulo 14

—Fue una noche hermosa Blitz— la parejita se encontraba de regreso en la entrada de la casa de Stolas, no hace falta ser un genio para saber que la cita fue todo un éxito, ambos estaban muy felices de por fin haber avanzado en su relación.

—Jeje no tienes que agradecer nada, lo repetiremos cuando quieras— estaban uno frente al otro tomados de las manos, simplemente mirándose a los ojos con una gran sonrisa, en ocasiones pasadas y refiriéndose a las veces que salía con otras personas, terminaban yendo a un motel por unas horas o recibiendo una cachetada por ser patán, pero esta vez mostro un lado que no conocía de si mismo —No olvides tu telescopio— dijo entregándole el objeto.

—¡Cierto! Gracias por hacerme acordar— por su parte, Stolas nuevamente sentía lo mismo que la vez que salió por primera vez con Angel a la ciudad, quizá lo de ahorita era mas intenso, con una reconfortante calidez en su pecho añadida, sabia que no solo era por su nueva libertad, al fin sentía que fuera de los muros de su casa era querido, querido por ser simplemente el mismo.

—Stolas, se que eres nuevo en esto, y por eso quería preguntarte algo— su rostro se encontraba rojo, agradecía que estuviera lo suficientemente oscuro para que no se diera cuenta de ello.

—¿Si Blitz?—

—¿Puedo...

—Joven Stolas, que bueno que regreso— "¡TE CORTO EL PITO MALDITO SEBASTIAN!" dio un grito en su mente con la llegada repentina del mayordomo, "¿Acaso lo hizo a propósito?".

—Oh si, gracias por recibirnos Alfred, creo que ya debo entrar, nos vemos en la universidad Blitz— se despidió entrando a la casa, dejando solos al anciano y a su cita, el mas joven estaba nervioso sin saber que decir.

—Gracias por traer a tiempo a Stolas, señor Blitz— dijo de forma calmada.

—Jejeje, bueno, a usted por abrir la puerta, digo, eso jeje— nuevamente no sabia que mas decir, aunque era probable que se vendría una especie de interrogatorio como en esas películas de adolescentes donde el padre de dos metros de la chica hacia al protagonista de esta.

—¿Y como estuvo su velada? El joven Stolas me comento que irían a ver las estrellas en un sitio especial—

—Ah la pasamos genial, el me enseño muchas cosas sobre el espacio que nunca hubiera imaginado, fue la primera vez que vi un planeta tan de cerca, pero lo que me hace mas feliz es que Stolas se veía muy contento, es alguien muy especial— dijo mientras mostraba una sonrisa de bobo enamorado al recordarlo bajo la luz del cielo, como su mirada se iluminaba al verlo.

—Me alegra escuchar eso, como bien sabe, Stolas es muy importante para mí, se podría decir que es como mi hijo, he estado a su lado desde que era un niño, como le dije, es la primera cit a la que sale, y quiero asegurarme de que sea tratado con el respeto y el cariño que merece— claro que se acordaba, y justo por eso quería que las cosas salieran bien entre ambos, no solo por el mismo, sino por Stolas.

—Entiendo, Alfred, el también significa mucho para mí, y prometo que lo cuidaré—

—Confío en sus palabras, señor Blitz, Stolas tiene un corazón muy puro y merece ser feliz. Espero que puedas hacerle sentir eso, que tenga una buena noche—

Se despidieron y el joven camino hacia su camioneta, quizás era muy pronto pero ya estaba planeando donde sería su siguiente cita, pensando en como podia superar esta que acababan de tener, en su revoltijo de ideas en su cabeza se dio cuenta de que se habia olvidado de algo importante, nunca le contó a Stolas de su pasado, el en cambio lo hizo, cosa que agradecía mucho porque ahora lo comprendió mejor.

Quería matar al pervertido de Andrealphus por atreverse a tocarlo, tatuarle la palabra "cerda" a Stella por hacerle creer que estaba gordo y que era poco atractivo, seguro que ella ni llegaba a ser bonita tan siquiera y por eso se ha empeñado en dañar su autoestima de ese modo, pero el peor de todos era Paimon, aun pensaba que su padre era el peor de todos, pero ese Goetia le estaba pisando los talones, sobretodo porque Stolas era un buen hijo, uno que todos matarían por tener, era amable, inteligente, obediente, respetuoso, ¿y que hacía el imbécil? Ignorarlo en el mejor de los casos, sin mencionar el maltrato que ejercía sobre el.

—¿Pero qué debo hacer para ayudarlo?— ¿secuestrarlo y llevárselo lejos para que viviesen juntos en una cabañita escondida en el bosque? Claro como tenía todo el dinero del mundo se lo podía permitir ¿verdad?. Tenia que pensar en algo mas realista, ayudar a alguien que es maltratado es una tarea muy extensa y complicada —¿Y si hablo con Alfredo?—

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—¡Gracias, gracias a todos! ¡Siempre es un placer entretenerlos! ¡Hasta la proxima mi querido publico!— la gente desbordaba euforia ante el gran escenario donde se encontraba Fizzarolli, su espectáculo ya habia finalizado con éxito.

Una vez cayo el telón, la sonrisa que mantuvo por tres horas se deformó en una mueca de cansancio absoluto, ultimamente se agotaba con mas rapidez que antes, y en ese tiempo podía disimularlo con mayor facilidad, pero desde el inicio de ese año su cuerpo le estaba gritando que se pusiera a descansar de inmediato.

Como pudo caminó hacia su camerino a pesar de ser seguido por los miembros del staff que le decían todo lo que debía hacer saliendo del centro de convenciones donde se encontraban, de solo pensarlo ya sentía que se iba a desmayar. Y cuando por fin estuvo en la privacidad de su camerino sus piernas se rindieron, cayo al piso alfombrado dando un gran suspiro de alivio, se quito los zapatos de plataforma alta para sobarse sus adoloridos pies.

—Maldita sea, ni siquiera pude llegar a mi sillón— se quito el gran gorro de bufón de su cabeza porque también le estaba apretando, revelando las zonas sin cabello cubiertas por cicatrices de quemaduras, producto de un momento trágico en su vida.

—Oh Fizzyyyyy, se que estas ahi, abre a puerta— oyó la voz de su jefe al otro lado de la puerta, rapidamente volvio a colocarse el sombrero y los zapatos, pues este odiaba cuando no tenía el disfraz completo.

—¡Si Mammon! Lo siento— solo basto que abriera un poquito para que casi tumbando la puerta entrara un hombre obeso casi de dos metros, con un traje verde oscuro y fumando un puro.

—Ah vaya, estos imbeciles no me soltaron hasta ahora, ¿puedes creer que de nuevo quieren demandarnos por productos defectuosos? ¡Ja! Como si no supieran con quien están tratando— dijo mientras se sentaba, o mas bien, se tiro con todo su peso en el pequeño sillón de Fizzarolli, esto era un escenario ya común para el.

–Jeje, si tiene razon señor— se rio de forma incómoda para no molestarlo.

—Casi se me olvida para que vine aquí, Fizzy solo quedan dos minutos para que recibas a los idiotas que pagaron por el Meet and Greet, así que no pierdas el tiempo y sal—

—Eh, s-si señor, solo, solo me retocaba el maquillaje—

—Sin ofender Fizz pero no se nota, se te esta corriendo por las mejillas el sudor y sabes que a tus fans les gusta ver al "Asombroso Fizzarolli" y no a un mamarracho quemado ¿o me equivoco?— claro que a el le dolía escuchar esas palabras de quien fue su ídolo cuando era niño, pero no mostró ninguna muestra de molestia ante el —Aunque no te hecho la culpa por completo, la imbécil marca de cosméticos prometió que duraría toda la noche, sabes que, es momento de cambiarla—

—Si, tiene razón Mammon, señor— antes de que pudiera hacer otra cosa, el hombre lo atrajo hacia el de la cintura, dejándolo sorprendido y muy incómodo.

—Por cierto Fizzy, te veo un poco mas cacheton y ahora veo que tambien mas panzoncito, necesitas cuidar lo que comes o tu público ya no te va a querer, te dare unas pastillas que te van a ayudar a bajar de peso para la siguiente función— después de eso lo soltó con brusquedad —¡Bueno no pierdas mas el tiempo, te queda solo un minuto y tus fans no gastaron cientos de dólares para nada! ¡Te veo afuera Fizz!— y tan rápido como entro, salio del camerino, dejandolo casi al borde de las lagrimas.

Pero no hubo tiempo para el llanto, de esto dependía su carrera, Mammon había hecho tanto por el y lo menos que podía hacer era hacerle caso en todo, hizo lo que pudo con su maquillaje corrido, para salir de la habitación hacia la zona donde los fanáticos ya estaban gritando su nombre. Así pasó otras dos horas firmando autógrafos, tomándose fotos, grabando videos divertidos y cantando para la gente que lo admiraba, esto era algo bueno de su vida de artista, que podía ver cuán feliz hacia al publico después de cada espectáculo, de como los inspiraba a seguir sus sueños y que algun dia querían llegar a ser como el.

Cosa que no les deseaba porque los llevaría a una vida de sufrimiento constante a manos de la industria del espectáculo, pocos eran los afortunados a los que les tocaba tener un trato humano, y por desgracia el no era uno de ellos, pero esto no era porque le gustase ser torturado, él pensaba que se lo debía a Mammon ya que gracias a el habia casi todo lo que antes era, y también se preguntaba ¿acaso valió la pena?

Pronto dieron las once de la noche cuando por fin se fue el ultimo fanatico, hasta ese momento se le fue permitido regresar a su hogar para descansar unas cuantas horas hasta la mañana siguiente donde volvía a tener otro día de ensayos para su siguiente presentación, estuvo todo el camino cabeceando contra la ventana de la camioneta del sueño, pero junto todas las pocas fuerzas que le quedaban para no quedarse dormido.

El lugar donde vivía era un penthouse muy moderno y espacioso, iluminado con luces azules y violetas que le daban un ambiente único al lugar, las grandes ventanas daban una vista increíble de la ciudad, desde la entrada ya se podía apreciar una gran sala de estar, amueblada con amplios sillones color vino de terciopelo, aparatos electrónicos de última generación, y mas a lo lejos se divisaba la barra de la cocina, perfectamente decorada con velas encendidas, dos platos de comida servidos, una botella de champagne por abrir, pero lo mas importante era quien lo esperaban, un hombre moreno bastante alto, fornido, vestido con un pantalón negro y una camisa a rayas color azul y blanco, la cual tenía desabrochada dejando a la vista su musculoso cuerpo.

—¡Ozzie!— grito emocionado mientras corría directo hacia el, lo siguiente que hizo fue abrazarlo con mucho cariño siendo levantado en el aire y apegado a su cuerpo con amor.

—Ranita, que bueno que ya llegaste, te prepare tu comida favorita— Fizzarolli lo lleno de besos en la cara a modo de agradecimiento, realmente amaba cuando Asmodeo lo recibía con una cena romántica luego de un dia largo de trabajo.

—Eres el mejor Ozz— luego de eso se fue a sentar a su respectiva silla que estaba muy pegada a la de su querido novio. Cada momento que tenían libre se lo dedicaban el uno al otro, por eso Fizz siempre ocultaba lo cansado que estuviese, aunque sabia que si le decia que queria dormirse en ese instante el no le podría ninguna objeción, se irían a la cama acurrucados hasta la mañana siguiente, pero tampoco quería que todo su esfuerzo en la cocina se viera desperdiciado, su estomago clamaba por darle un mordisco a esa jugosa hamburguesa que habia en su plato.

—Y por cierto, también hice papas fritas en honor otra excelente actuación de mi estrella favorita— dijo colocando una gran porción en su plato.

—¿Estuviste ahi? Creí que hoy tenias una reunion importante—

—Nada es mas importante que mi ranita, todo lo demás puede esperar— despues el resto de la velada se la pasaron hablando de como les fue en el dia, mientras degustaban de la comida que Asmodeo les preparo, aunque Fizz le conto solo lo bueno porque odiaba hacerlo preocupar con sus problemas. Lo que menos le gustaba era sentir que era una carga para Ozzie.

Flashback...

Luego de años en tratamientos para recuperar su movilidad, injertos de piel y mucha terapia psicológica, por fin ponía un pie fuera del hospital, el aire fresco nunca se habia sentido tan bien en su rostro, aunque este se encontraba cubierto por una mascarilla, una gorra para el sol y la capucha de su gran sudadera, las cicatrices en su cuerpo aun debían ser cuidadas del sol el cual estaba en su punto mas alto ese dia.

—¡Oh Fizzyyyyy! ¿Cuanto tiempo tengo que esperarte? Usa esos piecitos por los que pague tanto y ven aquí— lo llamo Mammon quien se habia estacionado en frente.

—¡Si! Lo siento— rápidamente se subió y el auto se puso en marcha.

—Bien pequeño Fizz hoy tenemos muchas cosas que hacer, ensayos de baile y canto, pruebas de vestuario, maquillaje, tu dieta especial, y eso solo es el principio, pero antes te llevare a un lugar especial con alguien que te conoce bastante bien— dijo en tono de misterio, Fizzarolli estaba confundido.

—Emmm, señor Mammon, crei que iriamos a su compañia—

—Y lo haremos, pero antes tendremos una reunion rapidita con mi amigo mas intimo— el joven se mantuvo callado el resto del camino, tratando de adivinar quien era esa persona a la que conocería, en todo ese tiempo, la unica persona con la que se habia relacionado, ademas de los doctores y enfermeros, era su jefe. La calle ahora se veía muy distinta a como la recordaba, y es que en cuatro años se podían cambiar bastantes cosas, cosas que por supuesto no vio por estar encerrado en su habitación tratando de mejorar, y se sorprendió al ver que se detuvieron frente a un gran edificio moderno que antes no estaba en esa calle con el nombre de "Ozzie's".

—¡Llegamos!— dijo mientras abría la puerta de forma rápida, salió disparado del vehículo olvidándose que no estaba solo, Fizz trato de seguirle el paso lo mejor que pudo ya que aun se estaba acostumbrando a estar en movimiento luego de mucho tiempo postrado.

Caminaron por los largos pasillos del lugar, donde recibieron muchas miradas de extrañeza, no por ver al hombre ya que era un visitante muy frecuente ahi, a quien vein era al joven encapuchado que lo seguía detrás, se preguntaban de quién se trataba ¿acaso una nueva estrella? Pero nadie se atrevía a preguntar porque conocían bien el temperamento arrogante de Mammon, y era mejor no meterse en sus asuntos. El no le dirigió la palabra a Fizzarolli en todo el trayecto, hasta que llegaron al ultimo piso donde habia mucha menos gente, cuando habían salido del elevador tenían en frente unas grandes puertas rojas con marco azul, dando a entender que ahi se encontraba alguien importante.

—Bien aquí estamos, enderezate y no digas ni una palabra hasta que yo te diga que puedes hablar— acto seguido abrió la oficina de par en par, entrando con toda la confianza del mundo — ¡Ozzie Ozzie! ¡Ya llego por quien llorabas!—

En el escritorio de madera brillante se encontraba sentado Asmodeo, el dueño y fundador de "Ozzie's Entertainment", al estar en la misma rama de negocios se habían hecho conocidos, solo que este tenía algunas diferencias con Mammon.

—Ah... ¿No habíamos quedado en que solo vendrías si hacías una cita previa?— pregunto sin mirarlo, prefería concentrarse en su papeleo que tener que hablarle.

—Oh no seas un amargado hombre— dijo rodeando su cuello con su brazo —No me demorare mucho, solo traje a alguien que tiene algo que decirte— se dirigió nuevamente al lado de su acompañante quien se mantuvo en silencio todo el tiempo, aun no sabia exactamente por que estaban visitando al CEO de otra compañía de entretenimiento —El es Fizzarolli, la futura cara de mi compañía y Fizzy, el es Asmodeo, el fue quien financió toda tu recuperación—

—¿Como?— preguntó sorprendido, todos esos años creyó que fue Mammon quien se habia hecho cargo de las facturas medicas, y ahora resulta esto se lo habia dejado a alguien mas, y no cualquiera.

—... Entonces, a eso te referias con "tu nuevo proyecto"— lentamente se levantó de su silla, y caminó hasta quedar en frente del joven, quien trataba de evitar su mirada por la vergüenza —Es un placer conocerte por fin, Fizzarolli, me hubiera gustado saber de ti desde antes—

—Y-Yo... Estoy muy agradecido con usted, señor, si puedo compensarlo de alguna forma...

—Nada de eso, es todo un placer— dijo tomando sus manos de forma delicada, Fizz agradecía el tener la mascarilla puesta porque sino se daría cuenta de que se habia sonrojado, sintió que su corazón se aceleraba de una forma especial, sabía muy bien de qué se trataba pues no era la primera vez, pero rápidamente freno sus pensamientos, no podía ilusionarse con el, estaba totalmente fuera de su alcance.

—Bien bien, basta de cursilerias, vinimos aquí por negocios, mira Ozzie, se que en tu compañía están los mejores bailarines de la industria, y Fizzy necesita volver a aprender muchas cosas de ellos, así que, si me haces un descuento de amigos quiza podrias...

—Si, el puede venir aquí—

...

Y así habían empezado, todos los días en las mañanas, Fizzarolli se iba a Ozzie's a trabajar con sus coreógrafos, fue una tarea extenuante ya que debía volver a acostumbrarse a tal esfuerzo físico, y aparte Mammon era muy exigente con el, sentia que se lo debía, pero tambien tenia una presion extra por estar recibiendo aún mas ayuda de Asmodeo, no le bastó com financiar su proceso de recuperación, sino que ahora también se hacía cargo de pagarle las clases de baile, así que todo debía salir perfecto.

Su regreso a los escenarios se encontraba a casi nada de realizarse, y ya mucha gente estaba emocionada por ello, sus viejos y nuevos fans esperaban con ansias, incluso su equipo le estaba felicitando por ello, todos a su alrededor parecían felices, menos el. Su autoestima se encontraba por los suelos después de que Mammon le hiciera comentarios despectivos sobre su aspecto físico, se suponia que ya habia aceptado que las cicatrices serían parte de él, pero luego salió con comentarios acerca de que la gente lo encontraría desagradable si no las cubría, entonces empezó utilizar mucho maquillaje en su rostro, vestuarios que mostraban la menor cantidad de piel posible y cada vez que no tenia ninguna de esas dos cosas, no salia de la compañia; pocas personas lo habian visto sin toda esa indumentaria, y entre esas, Asmodeo no estaba incluido.

Porque Fizzarolli no quería que este también le tuviera asco al verlo al natural, ocultarse no fue una tarea difícil por la apretada agenda de Ozzie, las únicas veces que coincidían era cuando tenían alguna reunion con Mammon, hasta que un dia paso lo inevitable. Se encontraba practicando su última coreografía solo, sin su típica sudadera y mascarilla por el calor de bailar por horas, pensó que a esas horas no habria nadie en el edificio para verlo ya que todos estarían almorzando.

—Hola, Fizz ¿que haces aun aquí? Deberias estar...— Asmodeo habia entrado sin avisar al salon de baile, asustando al mas joven en el proceso.

—¡No! ¡No me mire!— gritó con desesperación, rapidamente corrio a su maleta donde guardaba su ropa para cubrirse, pero en su pánico no pudo sacar nada de ahi, solo queria que lo dejara de ver, seguro ahora se sentía asqueado de el.

—Hey Hey tranquilo— se le acercó con cautela, no quería exaltarlo mas de lo que ya estaba, ni siquiera presto atención a sus cicatrices visiblemente marcadas, lo tomo suave de los hombros sintiendo como temblaba de los nervios, hizo que se volteara para verlo a los ojos, su rostro estaba cubierto de lágrimas.

—P-Perdón señor, no debería de verme asi de horrible—

—¿Pero, por que te disculpas?— saco un pañuelo y le secó la cara —No debes sentirte avergonzado de tu cuerpo, eres perfecto asi—

—... ¿Aun con todas mis...

—Por supuesto que sí, Fizz. Eres hermoso tal como eres, cada una de estas cicatrices es una prueba de tu fortaleza, solo me hacen admirarte más. Porque sé lo que has pasado y aún estás aquí, siendo la persona mas maravillosa y talentosa que conozco— dijo mientras esbozaba una cálida sonrisa, agarró sus manos con delicadeza tratando de transmitirle seguridad —Y sabes, no te lo he dicho antes, pero aqui tienes a tu fan numero uno—

—Ozzie...— Fizz se encontraba tan emocionado que no se dio cuenta de que era la primera vez que no lo trataba de usted, jamás le habían dicho algo tan bonito y sincero, ahora su llanto no era de tristeza, derramaba lagrimas de alegria, por fin la vida le puso a alguien que lo aceptara con todo y sus imperfecciones, después de todo el sufrimiento por el que pasó —De verdad, quiero compensarte de algún modo lo que haces por mi—

—Es agradable oírte decir mi nombre, y si quieres hacerlo de todas formas, puedes... Aceptar que te invite a cenar—

—¿En serio? ¿Yo?— tienen que entender que aun estaba incrédulo, era la primera vez en mucho tiempo que alguien mostraba interes romantico en el, y para colmo se trataba de un hombre tan atractivo y caballeroso como Asmodeo.

—Por supuesto, nada me haría mas feliz que el chico del cual me enamore desde que lo vi me corresponda—

—Oh... Ozzie, esto es lo mejor que me ha pasado después de todo— este de la emoción lo alzó en el aire y se puso a darle muchas vueltas, ambos se encontraban muy felices por este nuevo comienzo en sus vidas.

Fin del flashback...

Y ya llevaban cuatro años en una hermosa relación de cuento de hadas, se amaban y apoyaban en todo, pero lamentablemente, no podían demostrarlo ante el público por muchos motivos, primero, los dos al ser personalidades muy famosas en la actualidad, todos los días estaban en la mira de fans o mejor dicho personas que eran capaces de hacerles daño, hubo un incidente con uno de ellos que terminó con este preso por tratar de colarse en el departamento en el que Fizzarolli vivía antes, ¿pero que lo llevo a esto? Quería encontrar pruebas contundentes de que ambos estaban saliendo.

Otro problema, era el horrendo contrato con Mammon, no solo lo desfavorecía en su salud física, sino que también le tenía muchas restricciones, entre ellas, una prohibición de tener pareja en el tiempo que estuviera trabajando para el, ante estas circunstancias los dos salieron a desmentir cualquier rumor de algún romance entre ellos, cosa que no fue nada fácil pero esto les habia funcionado por todo ese tiempo, no hubo mas fans locos tratando de atraparlos, y Mammon no sospechaba nada, todavia creia que las reuniones en "Ozzie's" eran para que este le armara las coreografías de sus shows, vaya ingenuo.

Y justamente era por eso que Fizzarolli no le contaba lo cansado que se sentía por los ensayos tan demandantes que tenia, o los comentarios que su jefe le hacia sobre su apariencia, ya no quería causarle mas problemas a su pareja, asi que a los ojos de Asmodeo todo estaba bien con el.

—Ozzie, esta noche fue especial, siempre haces que me sienta tan bien— ahora se encontraba sentado en su regazo luego de comer la cena, el mas pequeño lo abrazaba del cuello mientras recibía caricias en su cintura.

—Lo que sea por ti mi ranita— acerco sus labios a la boca del contrario, dándole un beso apasionado que fue correspondido de inmediato, con suavidad lo apego mas a su cuerpo, creándole una oleada de emociones recorrer por todo su interior, haciéndolo estremecerse en sus brazos. Lo levanto para dirigirse a la habitación donde tendrian mas comodidad, dejo a Fizzarolli suavemente sobre la cama, sus toques ahora los daba por debajo de su ropa, sacándole uno que otro gemido de placer, pero se detuvo cuando oyó la respiración pausada de su pareja.

—¿Fizzy?— alzo la mirada, dándose cuenta que este se habia quedado dormido, solo negó con la cabeza mientras sonreía —Si que fue un dia muy agotador— no quería despertarlo de su sueño, por lo que le puso una cómoda pijama y arropo con las sabanas, unos minutos después se le unió abrazándolo nuevamente —Descansa mi ranita—

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Adivinen quien regreso, jsjsjjsjs, no se cuanto tiempo ha pasado desde la ultima actualizacion pero aqui esta, decidí poner un momento Fizzarozzie porque me faltaba escenas de esa pareja, otra cosa, en este universo Fizzarolli no tiene sus protesis porque no perdió sus extremidades, ademas no creo que seria realista si pongo que tiene unas protesis del nivel de la serie.

MIK.

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