
Parte 7.-
Actualización 1/2
Advertencia: Capítulo con contenido algo violento. :O
Para ustedes: bLUmEr178, BeckBagrz y KimJeevas.
El odio es el simple reflejo en el espejo del amor.
Joon Seok está de pie en la puerta cuando Yoongi detiene la moto frente al pequeño edificio de apartamentos donde su novio ha vivido desde que inició la universidad. Taehyung se muerde el labio con una sensación de nervios recorriéndolo de pies a cabeza porque no sabe qué es lo que dirá su novio sobre que haya faltado al trabajo y no le haya avisado.
También hay miedo subiendo por su garganta mientras se baja de la moto y le tiende el casco a Yoongi, siente miedo porque todavía escucha en su cabeza los gritos de Min Yoona, la manera en qué parecía haberse transformado en un ser tan roto y destructivo. Había sido ver una versión femenina de su novio, de aquellos momentos en los que Joon Seok perdía la paciencia con él debido a su estupidez.
Lo que menos deseaba era orillar a su novio a convertirse en algo así...
.- Sí necesitas algo, Tae... - empezó a hablar Yoongi, su voz sonaba contenida y sus ojos estaban fijos en algo más allá de su hombro, donde seguramente Joon Seok seguía de pie mirándolos – Sólo tienes que llam...
.- Voy a pedirte un favor, hyung – le interrumpió con una sonrisa, tratando de sonar seguro de sí mismo mientras le tiende el casco – No vuelvas a buscarme ni a hablarme, es mejor así.
Yoongi guarda silencio, sorprendido por la fuerza en su voz y en su postura. Porque ese es el Taehyung que recordaba, el Taehyung que parecía haberse convertido en cenizas y volado con el viento: aquel chico que no tenía miedo de decir ni hacer lo que pensaba o quería, que incluso sí era llamado loco o extraño, no se limitaría debido a nadie ni nada.
Resultaba por demás irónico que Yoongi volviera a ver a ese Taehyung diciéndole que le dejara en paz, que le permitiera correr con libertad a los brazos de su carcelero.
.- ¿Lo entiendes, hyung? – Tae trata de no desbaratar su sonrisa, sintiendo sus manos comenzar a sudar mientras una voz en su mente le recuerda que Joon Seok está a sólo unos metros esperando por él, esperando que Taehyung no vuelva a fallarle.
Las ganas de fumar su quinceavo cigarrillo del día abruman a Yoongi por unos segundos, los mismos que pasa observando el rostro de Tae, tratando de encontrar un resquicio de miedo, de cordura o de cualquier cosa que le dijera que su amigo no estaba hablando en serio, que en realidad sus palabras debían ser interpretadas como un grito de ayuda. Sólo necesitaba una señal, un gesto...
Pero Taehyung no parecía querer ayuda, parecía estar cómodo con la tragedia anunciada en la que había convertido su vida y para Yoongi, todavía sentado en su motocicleta con su casco entre las piernas y la mano recibiendo el que Tae le tendía, aquello se le hizo la imagen más patética y triste que había visto en toda su vida: la imagen de alguien que aceptaba vivir con migajas de amor y con sacos repletos de violencia.
La imagen que un día fue su hermana y ahora, era su amigo.
.- Yoongi hyung...
Sus ojos escrudiñaron por una vez más el rostro apacible de Taehyung, su sonrisa tensa y su postura derecha. Así había lucido Yoona los años anteriores a la tragedia, los meses y semanas previas a lo que había sido el acto principal de la tragedia que su hermana había protagonizado: la sonrisa de una mujer segura, la postura de alguien que no dudaba de cuál era su lugar y lo que traía consigo.
Yoona también le había sonreído de esa forma y dos semanas después, Yoongi había tenido que sostenerla cubierta en sangre, con los gritos de su garganta rompiendo algo más que sus tímpanos. Ver a Tae en ese instante, con la figura imponente de Joon Seok de fondo, era volver al momento exacto en el que, con tan sólo 16 años, descubrió que su hermana mayor había asesinado por celos, por rabia.
.- ¿Hablas en serio? – consigue preguntar mientras recibe al fin el casco que Taehyung le tiende, la sonrisa del menor tambalea ligeramente ante su intensa mirada – Dime, Tae... ¿hablas en serio con lo de dejarte en paz?
No, no... por favor, no me abandones tú también.
.- Completamente, hyung – responde de inmediato, su voz saliendo un poco más aguda de lo normal mientras retrocede unos pasos, alejándose considerablemente de Yoongi, de cualquier movimiento que el mayor pueda hacer – Creo que estás enterado de lo que ha pasado con... los chicos y, después de pensarlo mucho, es mejor que cada uno de nosotros siga camino diferentes, ¿no lo crees?
Yoongi sigue mirándole y Tae de pronto se siente diminuto, tan pequeño que en cualquier momento Joon Seok o el mismo Yoongi podrían tomarlo por la camiseta y guardarlo en uno de sus bolsillos, esconderlo como un simple muñequito descolorido y fragmentado. Así que termina retrocediendo unos pasos más, tratando de sostener a toda costa la sonrisa que comienza a pesar en sus labios y en su cuerpo entero.
Se siente incapaz de mirar al mayor a los ojos, sabe que su propia duda está escondida en los suyos, latiendo con cada uno de sus respiros: ¿merezco esto? ¿Nadie me ayuda porque realmente me merezco esto? ¿Por qué? ¿Por qué este es el precio para que alguien pueda amarme, para que no esté solo?
.- Tú... - Yoongi no encuentra las palabras, no encuentra nada más que una creciente rabia en la boca de su estómago mientras piensa en lo que ha sucedido ese día, en lo que estuvo dispuesto a mostrarle a Taehyung y que, al final, sólo terminó en una crisis más para su inestable hermana – Eres tan estúpido.
La rabia le carcome y no le importa la manera en cómo Taehyung tuerce un gesto y se encoge en sí mismo, visiblemente afectado por lo fría de su voz y lo brusca de su frasee.
Yoongi nunca ha sido bueno ni consolando ni controlando sus propias emociones y de pronto, se siente superado por la tormenta que siempre desata en su interior el ver la mirada perdida de Yoona, el ser testigo una vez más de lo rota que puede llegar a estar una persona por no saber amar, por aceptar migajas y considerarse incluso menos que un juguete. Es la rabia, es la culpa que se lo come vivo.
Es no poder aceptar que Taehyung es tan ciego y estúpido, que realmente no puede hacer nada por él... porque si Hoseok o Jin no consiguieron ayudarlo, había sido más que obvio que Yoongi no podría hacerlo. Que ni todas las promesas del mundo a Jungkook podrían darle las herramientas para salvar a Tae.
.- Yoongi... - el menor se atraganta con sus propias súplicas, palabras que le son desconocidas mientras el golpe emocional que ha provocado la brusquedad del mayor le desajusta, le desbarata su muralla de seguridad y deja expuesto al diminuto e inestable Taehyung – No digas eso, por favor.
Hay urgencia en su voz, hay súplica en él, en todo lo que es.
Sé que soy estúpido, sé que me merezco esto, pero... ¿no puedes ayudarme?
Las palabras terminan por morir antes de siquiera pensar en decirlas en voz alta, se marchitan como todas las flores de su jardín a medida que las mariposas van abandonándolo, sus brillantes colores se van para adornar paisajes más bonitos y bastos que un simple trozo de tierra enlodada y muerta. Se desvanecen junto a los rostros de quienes fueron sus amigos y dijeron quererle.
Yoongi es incapaz de mirarlo por un segundo más, la insoportable rabia parecía convertirse en fuego y amenazar con quemarlo desde su interior hasta terminar por arrasar con todo lo que había cerca: con cualquier persona que pasase cerca suyo y le recordase la indiferencia de la gente, con Taehyung y lo débil que era y con Joon Seok...
Con Joon Seok que todavía estaba esperando junto a la puerta, mirándolos.
De pronto, Yoongi no es consciente de nada más que de Joon Seok junto a la puerta, con sus brazos cruzados y su cabeza en una posición altiva, con su cínica sonrisa y su patético gesto de control. De pronto, Yoongi sólo puede pensar en cómo aquel estúpido es el culpable de que Taehyung parezca una flor marchita, una cáscara vacía.
Un cuerpo sin vida, sin nada más que golpes encima.
.- ¡¿Qué haces, Yoongi?!
El grito de Taehyung le persigue para cuando ya se ha bajado de la moto de golpe, empujándolo lejos de su camino y casi corriendo en dirección a Joon Seok, quien se endereza para mirarlo con pánico antes de que Yoongi consiga llegar hasta él y cerrar su pálido puño en el borde de su camiseta, jalando con tanta fuerza la tela que termina por cortar la posibilidad de respirar del otro.
Voy a matarte, maldito.
.- ¡Hyung! Suéltalo – Taehyung le toma por los hombros, tratando de aplicar fuerza y obligarlo a que soltar al más alto de los tres, pero Yoongi ni siquiera se siente capaz de dominar su cuerpo, es la rabia y la culpa quienes lo manejan a su total antojo - ¡No hagas esto! Hyung, por favor.
Taehyung es quien ruega... le ruega de la misma manera en la que está seguro, le ha rogado a Joon Seok en el pasado.
.- V-vas a m-meterte... e-en p-problemas, M-Min – consigue tartamudear el alto, quien incluso sin poder respirar le sonríe de tal manera que Yoongi siente su sangre convertirse en fuego – S-suéltame a-antes de q-que se v-vuelva p-peor para t-ti.
.- ¿Para mí? – Yoongi sonríe, le sonríe de tal manera que le deja claro que no le importa nada, ni la peor de las consecuencias - Voy a borrarte esa estúpida sonrisa, hijo de puta.
Es su turno de sonreír antes de soltar su agarre de la camiseta del otro hombre, quien se tambalea ligeramente porque nunca ha sido bueno en las confrontaciones físicas, menos con alguien como Yoongi, que sabe usar su fuerza con magistral control. Joon Seok se lleva una mano al cuello, mirándolo con profundo desprecio, pero antes de que salga cualquier sonido de su boca, Yoongi ya ha levantado su casco y ha arremetido contra él.
.- ¡PARA! ¡DÉJALO EN PAZ!
Los gritos de Taehyung se pierden en alguna parte de su mente, los gritos de los vecinos... todo se reduce a nada.
Yoongi en lo único que es capaz de pensar es en levantar una y otra vez el casco, en lanzar su puño libre y en reducir a nada el cuerpo que se cubre con sus brazos la cabeza, que se encoge cada vez más a medida que la sangre comienza a salpicar y que Yoongi se va sobre él, inmovilizándolo con su propio cuerpo contra el suelo.
.- ¿Cómo te sientes ahora? ¿Muy hombre? – gruñe con total desprecio mientras le obliga a bajar los brazos, asestando un golpe contra su cabeza.
Uno, dos más...
¿Cuántos necesita para matarlo? ¿Cuántos más para dejar su rostro irreconocible?
Estampa el casco contra su cabeza una vez más, el sonido de los huesos quebrándose resuena en su cabeza como una agradable sinfonía. Los ojos de Joon Seok están inyectados en sangre mientras sus intentos de defenderse cada vez se hacen más débiles, la sangre brota de su nariz, sus orejas y de su boca.
Pero Yoongi no para, en cambio, estampo un puñetazo contra su mandíbula y mientras levanta el casco una vez más, aprisiona la garganta con su mano libre, sosteniéndolo contra el suelo como un blanco fijo. Es cuando Taehyung trata de separarlo, sus manos empujándolo desde el cuello en una débil llave, que Yoongi retrocede ligeramente, lanzando un golpe contra el menor para que no intente volver a detenerlo.
No es capaz de ver como Tae cae de espaldas, aterrado e incapaz de encontrar algo qué hacer, de hallar una manera de defender a Joon Seok.
Es incapaz de siquiera detenerse a pensar que, para el menor, es revivir una y otra vez todos aquellos aterradores momentos que ha pasado a manos de Joon Seok. Hacerlo consciente de su incapacidad para hacer algo o utilizar la fuerza: es que Taehyung se dé cuenta que, aunque es un hombre también, no luce más que como un niño paralizado por el miedo.
Yoongi no piensa, tan sólo golpea.
Tres más golpes, y la sangre empapa sus brazos mientras Taehyung sigue gritándole que pare, las manos de su amigo jalándole desde atrás con absoluta fuerza, pero Yoongi se siente poseído, incapaz de detenerse hasta no asegurarse que le ha cobrado al maldito en el suelo cada lágrima, cada golpe, cada herida que ha causado en Taehyung.
Hasta que la culpa se evapore de su piel, por Tae y por su hermana.
Por todos los momentos en que guardo silencio y permitió que todo llegara a ese punto.
Y no importaba nada. No importaba sí lo mataba, sí llegaba la policía, si Taehyung dejaba de hablarle, sí Jungkook y Hoseok se daban cuenta y se sentía decepcionados o asqueados por lo que estaba haciendo. No importaba nada más que conseguir tan sólo un poco de venganza, de una retorcida justicia.
No sabe cuánto tiempo ha pasado hasta que Taehyung consigue empujarlo lejos, ni siquiera ha notado que en el proceso ha herido también al menor, quien se sostiene en pie con esfuerzo mientras se asegura que Yoongi retroceda, sus manos levantadas y su rostro enajenado en lágrimas que a él le saben cómo una muestra más del simple objeto roto en el que se ha convertido el menor.
.- ¡PARA! – grita de nuevo Tae, que termina por tirarse al suelo cerca de Joon Seok - ¡¿Te has vuelto loco?! ¡Vas a matarlo!
Taehyung no deja de llorar mientras arrastra el cuerpo molido en golpes y ensangrentado de Joon Seok contra él, sus ojos le miran llenos de pánico mientras Yoongi retrocede, todavía sobrecogido por la situación y la adrenalina que corre por sus venas como un veneno. Siente sus ojos inyectados en sangre y todos los músculos de su cuerpo tensos, dispuestos a seguir arremetiendo con Joon Seok hasta asegurarse que el maldito bastardo está muerto.
.- Aléjate de él, Taehyung. ¡Le mataré, le convertiré en la basura que es por dentro! No me hagas lastimarte, ¡estoy haciendo esto por ti! – gruñe al menor mientras levanta una vez más el casco, los gritos de las personas y la amenaza pronta de la policía le suenan cosas lejanas, lo único que puede ver y entender es la imagen frente a él - ¡SUÉLTALO SINO QUIERES QUE TE MATE TAMBIÉN!
Taehyung niega lleno de pánico, pero sin soltar el cuerpo de su novio: .- No más, hyung... no más, por favor. Por favor.
Su cuerpo es un manojo de niervos, su mente es un sinfín de cosas inconexas y en lo único en que Taehyung puede concentrarse es en que Yoongi casi mata a golpes a Joon Seok, quien parece desangrarse en sus brazos, gimiendo adolorido y con su rostro convertido en una masa deforme donde no queda nada de sus facciones. Taehyung no puede pensar en nada más que en la urgencia de que Yoongi se vaya de allí, de que la policía no le alcance.
Pero ninguna palabra diferente a súplicas sale de sus labios, Tae ya está acostumbrado a simplemente pedir que no más, por favor no más.
.- Muévete – sigue gruñendo Yoongi, quien consigue soltarse del agarre de algún vecino desconocido y lanzarse de nuevo sobre Joon Seok, quien ha dejado de moverse entre los brazos de Tae y parece más un simple muñeco completamente deformado que un ser humano, pero Yoongi necesita más.
Yoongi necesita que ese maldito imbécil aprenda lo que es sentir miedo, verdadero miedo.
.- ¡No! ¡No, por favor!
Tae se va contra él, soltando el cuerpo de su novio y levantándose tan rápido como puede, estirando sus manos para que pare y es sólo entonces cuando Yoongi realmente se detiene, tan de golpe como comenzó con todo. Los gritos se intensifican y en el fondo consigue captar el sonido de las alarmas sonando por la calle, avisándole que la policía ha llegado.
Sin embargo, lo único que Yoongi capta es a Joon Seok en el suelo y los brazos de Taehyung sosteniéndole por los codos, deteniéndole con el casco todavía en la mano mientras su cuerpo desfallece contra él, recostándose ligeramente contra su pecho mientras los ojos del menor, por primera vez en mucho tiempo, se enfrentan directamente con los suyos.
Taehyung le ha parado, con la sangre corriendo por un lado de su cabeza, ahí donde Yoongi acaba de golpearlo.
Ha hecho lo mismo que Joon Seok.
Se ha convertido en Yoona.
Lo prometido es deuda, mis queridas y queridos.
¿Cómo están? Cuéntenme cómo les fue en la semana, ¿vieron los partidos del mundial? ¿qué han comido o a dónde han ido? ¿están de vacaciones? Quiero saber cómo están, qué ha pasado de nuevo. Saben que amo actualizarme con ustedes.
Yo estoy mejor, mi herida definitivamente demorará muchoooo en sanarse (está sanando por segunda intención, lo que quiere decir que los puntos de sutura no sirvieron para nada y ahora tengo una herida de diez centímetros abierta en un brazo; así tan feo como suena). Pero de verdad estoy mejor, tanto que tengo hambre... :3
Ahora, yendo hacia el capítulo... ¡Estoy segura de que no se esperaban semejante cosa, ¿cierto?!
Escribirlo fue... wow. Sin embargo, creo que comprenderán que no es un acto salido de la nada sino que corresponde a la personalidad de Yoongi (a sus propios demonios y poco control) y que, esto también marca una RUPTURA ENORME en toda la historia. ¿Qué creen que pase?
Cuéntenme todo, muero por leerlos.
Quiero saber qué les pareció, qué opinan de lo que hizo Yoongi, cómo llegamos a ese extremo, qué pasará... ah, me encantará leer sus opiniones (incluso sí creen que fue demasiado o sí eso sólo empeora todo; recuerden que construyen conmigo esta historia y las opiniones constructivas son también importantes).
No siendo más, nos vemos muy prontito en la parte dos de está actualización. :3
Amor, amor para todos.
PD. Tengo varios en la lista para dedicar (quienes ya comentaron el capítulo pasado), lo iré haciendo en orden de comentario (de a tres en tres), así que no se me impacienten. :3 También pueden comentar aquí si quieren una dedicación.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro