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The truth

Abrió los ojos asustada, le dolía todo el cuerpo principalmente la cabeza, frunció las cejas y llevó las manos a ésta para presionarla y quejarse, no debió tomar tanto ya que gracias a eso ahora quiere vomitar y estar todo el día en la cama cuando debería ir al trabajo, tendrá que decir que está enferma, otra vez, si sigue así las cosas ahí no serán para nada buenas, no le gustaría dejar de trabajar por completo gracias a los premios recientes que está teniendo la y la agobian, es que ya no puede ni pensar muy bien en lo que siente.

Mordió su labio inferior e intento levantarse de la cama, se extraño al no sentir algún tipo de incomodidad en la pierna, bajó la mirada y elevó ambas cejas al darse cuenta que estaba, además de que tenía un pijama más cómodo, vendada de forma correcta, ya no le dolía tanto y podía mover la pierna sin ningún problema, pero que ella recuerde no hizo nada para curarse, solo tomó y perdió el conocimiento, nada más que eso, detesta tomar tanto porque sabe que va a estar de mal humor todo el día, bueno como ya es algo común de seguro va a saber cómo sobrellevarlo.

Se levantó y con cuidado fue al baño, al pasar por el espejo se dio cuenta de que todo estaba demasiado arreglada, el cabello e incluso su rostro, parecía que se había puesto una mascarilla de esas que hacen que tú rostro brille, es que no recuerda que pasó después de cerrar los ojos en el sofá así que no tiene muy claro si llegó a hacer todo, pegó necesitó ayuda eso lo tiene más que claro, cuando está ebria no coordina muy bien los pasos, así que si lo hubiera hecho sola lo más probable es que estuviera en la escalera con algo fracturado.

Se cruzó de brazos y miró como su cepillo ya tenía pasta de dientes, todo estaba siendo demasiado perfecto como para que lo hiciera en un estado bastante alto de ebriedad, lo acercó a su boca y comenzó a cepillarse, todo parecía estar demasiado preparado y perfecto, eso la estaba sacando un poco de sus pensamientos referentes a lo que vio en la cafetería, ese lugar, como detestaba el simple hecho de saber que la estaba engañando, todas las pruebas seguían apuntando a eso, ama a Momo.

Pero lamentablemente parece que está no, que lo único que ha hecho es estar con ella o pasar el rato, lo que no entiende es ¿por qué fue tanto tiempo?, las cosas pudieron acabar luego de que casi tuvieran sexo en la sala de su antigua casa, entendía si se hubiera cansado de intentar, tal vez si eso pasaba no tendría que estar tan triste ahora, de seguro estaría trabajando un tanto triste por recordar lo sucedido pero nada más que eso, la pelinegra se hubiera quedado como el recuerdo de lo que puso ser y no fue, está mal pero mejor de lo que está pasando ahora.

Se enjuagó la boca y se dio media vuelta al escuchar como la puerta principal se abría, era el momento perfecto para poder encarar a la mayor, si, sería bastante doloroso pero eso acabaría con algunos de los problemas que la están atormentando, tenía tanto miedo de encararla porque sabría la verdad y puede ser de esas que la destrozan, porque no cree que nada de eso sea para algo bueno, es casi imposible que eso sucede, así que debía aguantar como la mujer que ama le dice que la engañó o que perdió el interés.

Pero debía ser fuerte porque eso fue la única condición que ella misma se impuso al comenzar la relación, tendría que ser la mujer más decidida y fuerte que podía haber en el mundo para poder sobrellevar cualquier adversidad, ahora es el momento de poner en práctica lo que había estado esperando por mucho tiempo, aún así le dolía tanto que parecía que sus pies se congelaban, no querían moverse porque saber la verdad es lo más doloroso que puede existir, está segura que podrá con todo, infló el pecho y salió de la habitación

Todo estaba en silencio lo que la desconcertó pero de seguro Momo no quería hacer ruido porque lo mas probable es que se fuera, otra vez, no era la primera vez que lo hacía, así que ya estaba acostumbrada a ello, acomodó su cabello y con cuidado bajó los escalones porque no quería volver a lastimar alguna parte del cuerpo y mucho menos donde ya tenía un golpe, mordió su labio inferior y al llegar al primer piso sus cejas automáticamente se fruncieron cuando vio la espalda de alguien que no conocía, Momo estaba sentada en el sillón frente a ella.

Inclinada y con las manos entrelazadas apoyando los brazos en sus propios muslos, su rostro detona tristeza, cansancio, se notaba bastante que no había dormido, y preocupación, como su algo realmente le estuviera carcomiendo la cabeza, ahora ella también se sentía mal, incluso más de lo que ya estaba, porque no quería verla así, parecía que me acababan de dar la peor noticia del mundo o que no ha podido dormir en semanas, aclaró la garganta llamando la atención de las dos, cuando aquella chica se dio la vuelta y la miró se sintió bastante expuesta, tan hermosa que impactaba.

Con una sonrisa delicada y a la vez grande, llena de felicidad, grandes ojos de color avellana que estaban fijos en los suyos, estaba levemente maquillada pero su labial era rojo sangre, vestida con un traje femenino de color negro y unos tacones del mismo color, llevaba un top blanco bastante sencillo, que se seguro ella no usaría porque le quedaria horrible, pero a ésta chica se le veía perfecto, debido a sus dos grandes dotes, si no es porque sacude la cabeza seguiría viendo, bastante delgada, de manos grandes, su cabello corto perfectamente cortado, le llegaba hasta el cuello, alguien a quien miras y de seguro pasas de largo por miedo a que te regañe.

"Mi amor". Hirai se levantó y se acercó a ella para tomarla de la mano y ayudarla a caminar, no dijo nada porque no quería ser descortés, solo apretó los dientes y se mordió la lengua para no decir absolutamente nada, no quería parecer alguien que no tenía modales, sonrió un poco sin mostrar los dientes y se sentó, la chica se le quedó mirando por unos instantes antes de sonreír ladina y hacer una reverencia, se veía bastante apenada, de seguro por toda la situación que las envolvía.

"Mucho gusto". Correspondió la reverencia confundida, no entendía que era lo que estaba pasando con claridad, estaba entre que era demasiado cínica y le daba igual su dolor o que de verdad te iba gusto de conocerla y todo lo que había estado pensando, lo mismo que hizo que estuviera atormentada por tantas horas y que acabará inconsciente en el sofá solo era su mala imaginación e interpretación de la situación, como siempre pensando lo peor de todo el mundo, antes creía que era algo que la defendía de todo, ahora está bastante segura que es lo que la ha hecho perder a tantas personas.

Todo estaba en silencio bastante incómodo, parecía que ninguna quería hablar por lo que se quedó mirando al suelo, el movimiento del pie de Momo la estaba alterando un poco porque era obvio que estaba alterada y quería abrazarla, no le gustaba cuando estaba así pero dado todo lo que les estaba diciendo prefirió quedarse inmóvil y ni siquiera mirarla porque si lo hacía de seguro se metería en problemas, es que ya no sabía ni que pensar, iba a volverse loca si seguía pensando en ello, completamente desquiciada.

La castaña aclaró la garganta y la miró de reojo para luego acomodarse en su dirección, la estaba encarando así que debía estar seria y serena para que no pasará algo malo. "Mi nombre es Park Jihyo". No quería saber el nombre de la persona que le estaba destruyendo la vida, pero no hizo nada más que sonreír incómoda. "Momo me llamó preocupada y me comentó algo que me dejó sorprendida". Frunció las cejas, ni ella sabía que era lo que pasaba. "Momo y yo somos mejores amigas desde pequeñas, mi padre trabaja con el suyo y pues...digamos que desde el vientre de nuestras madres nos conocemos".

Ahora si que quería morir, había armado todo un problema en su cabeza que no existía, es que solo ella hacía ese tipo de cosas, había desconfiado de la persona que ama aunque tiene una duda y es ¿cómo se enteró de ella?. Lo más probable es que se lo haya dicho ebria, es algo que siempre hace cuando lo está, habla de más e incluso le dice cosas justo a la persona a quién va dirigida, hace mucho pasó con Mina y ésta casi la mata, fue un buen día en el que estuvo corriendo con una japonesa loca detrás.

"Yo...". No tenía palabras para disculparse y describir lo apenada, avergonzada, frustrada, decepcionada de si misma y arrepentida que estaba de todo lo que había pasado en su cabeza, no se culpa porque es algo que todo el mundo pensaría si lleva días notando a su pareja extraña y que luego le mienta, la vea en una cafetería y la vea con otra persona, es algo de lógica pero aún así siente que hizo todo mal, tuvo que esperar una respuesta antes de incriminar o entrar a la cafetería, el problema es que sabía que si lo hacía formaría un escándalo aunque no quisiers hacerlo.

Y menos mal que eso no pasó porque hubiera sido la peor vergüenza de su vida, tanto que de seguro Momo le terminaría por ello, bueno, ahora mismo no sabe si eso pasará porque está bastante callada ni siquiera hace contacto visual con ella, entiende que esté ofendida e incluso triste, porque el hecho de entrarse de que su novia ha estado desconfiando a esa magnitud ni debió ser para nada fácil, solo quería llorar ya que se sentía bastante mal, no quería que las cosas estuvieran así, pero sus pensamientos fueron más fuertes.

"Entiendo lo difícil que ha sido para ti que Momo no esté tanto tiempo contigo pero...bueno...siento que ella debería explicarte que es lo que pasa, yo me retiro tengo cosas que hacer". Se levantó e hizo una reverencia, no se veía enojada pero si parecía que estaba bastante descolocada por lo que pasaba, es que quería matarse tenía tanta vergüenza que se iba a morir, se levantó y le abrió la puerta, Park sonrió levemente. "Espero poder tomar un café contigo y acercanos más". Miró a Hirai y se acercó. "Eres muy importante para ella así que también lo eres para mí".

"Perdón". La contraria negó con la cabeza mientras seguía con la misma sonrisa radiante y se fue, cerró los ojos y apoyó la frente en la puerta antes de cerrarla y mirar de reojo a la pelinegra que parecía estar perdida en sus pensamientos, era bastante evidente que le afectaba más de lo que llegó a pensar que le dolería todo lo que pensó, es que se siente una completa tonta, sus ojos se llenan de lágrimas cada que recuerda lo decepcionada que se sintió de alguien que le ha hecho saber en muchas ocasiones que nunca la hará sentir mal.

"Tengo un regalo para ti...". Todo quedó en silencio, se miraban a los ojos su respiraciones agitadas y sus cuerpos extrañandose, aún así ninguna de las dos hizo el intento de tocarse porque si lo hacían terminarían haciendo otra cosa en vez de hablar de la cosa que hizo que casi terminarán. "Ella es buena con la computadora y pues...me ayudó a localizar a tus padres". Eso sí que no se lo esperaba. "Así que...si quieres podemos ir a verlos y así aprovechamos para que los míos te conozcan".

¿Cómo le iba a explicar su historia?.

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