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It only happens to me

Con una mano sosteniendo el control y la otra descansando en su abdomen estaba Sana, le encantaban los días libres sobre todo si éstos eran seguidos, tenía dos días libres en los que en trabajo desaparecía como lo primordial en su vida, era lo mejor que me había pasado en el mes, porque si hace recuento de todo desde el primer día vive en desgracia, confusión y desánimo, su vida se volvió tan difícil y eso que debía acostumbrarse porque estaba segura que duraría para toda la vida.

Los días libres, sobre todo si eran lunes y martes, se la pasaban en su hogar viendo películas abrazaditas o dormidas, que es lo que estaba haciendo Mina en el suelo, digamos que se cayó y ella no tuvo las fuerzas suficientes para levantarla, y ella veía con total desinterés una de las series que tanto le gustan a la menor, no es que sea mala pero no le entiende mucho.

Además de que la lógica de todas las cosas que suceden no es muy buena que digamos, no hay bases sólidas y siempre discuten por cualquier estupidez. Era como ir a la casa de la tía de su mamá, siempre discutían y no se entendía el por qué.

A veces solo era por existir, y si, hubieron discusiones acerca de eso, es horrible tener recuerdos de su familia, lo cuáles se basan en peleas, golpes, críticas "constructivas", no entendían la diferencia entre destructivas y constructivas, una vez se los dijo y su madre la castigo por estar contradiciendo a una persona mayor, sabe que no pudo controlarse porque la tenían harta.

Siempre estaba a la defensiva por culpa de ellos, no porque ella quisiera, si no estabas atenta a defenderte, todos irían a por ti como asquerosos carroñeros, una de las tantas razones por las que detesta a su familia entera, no había nadie que se salvará, solo a los que conocía y era por eso.

Aunque hay pequeñas veces en el día que recuerda a su madre y se siente mal por ella, una mujer con tanta amargura en su corazón no es feliz y lamenta que sea así, porque bueno es su madre alguien que la tuvo nueve meses, que la crió, que le dio de comer y en los primeros años le dio el amor que todo el mundo añora, cuando recuerda su niñez siente que era más feliz.

Hasta en las fotos sonreía pero al pasar los años esa mujer con esa sonrisa tan parecía a la suya fue desapareciendo, convirtiéndose en una despiadada víbora, la odiaba y detestaba que los recuerdos más lúcidos que tengan sea de enojos y odio hacía alguien que debía ser importante en su vida.

"Buenos días". Le dijo a Mina al verla abrir los ojos, su rostro hinchado le indicaba que durmió como nunca antes, de veía tan adorable sobre todo la media sonrisa que tenía, parecía estar tan relajada que le pareció adorable. "Ven, vamos a ver películas y luego pedimos comida". Abrió los brazos y como una niña pequeña gateo hasta estos para luego acurrucarse.

"Quiero ver una película en el cine". Era extraño que Myoui hablará en su idioma natal, pero le parecía demasiado adorable su voz así.

"Entonces eso haremos, vayamos al cine a las...". Miró su reloj y frunció los labios, no tenían mucho tiempo para alistarse e ir a una función importante, lo sabe porque casi siempre le da un vistazo a la cartelera para ver qué tan buenas son las películas que se encuentran en el cine. "Cuatro, son las dos así que hay que alistarse, bañarse y comer un poco". Cada que hablaba peñizcaba las mejillas de Mina quien se quejaba pero reía.

"Si alguien entra y nos ve así de seguro pensará que somos novias". Asintió lentamente a veces se le olvidaba que Mina tenía novia y que sus actos demasiado cariñoso podrían levantar sospechas, si supieran que la ha visto desnuda.

"En tus sueños soy tu novia". Rió pero Mina no se veía muy contenta con lo que dijo así que intento levantarse pero era demasiado tarde, la mejor ya la había acorralado y sus manos parecidas a las patas de un pollo se aproximaban a su abdomen con tanta lentitud que la desesperaba, se retuerce y trata de escapar pero es imposible, es tan difícil quitarla de encima que comienza a hacer pucheros para ver si así puede manipularla.

"Esta bien esta bien no te haré nada". La miró de reojo, eso no era una buena señal, tragó saliva y la apartó lentamente, todo estaba yendo tan bien que le daba miedo voltearse y encontrarla muy cerca de su rostro, porque sabía que eso significaba cosquillas hasta que se canse. "Por ahora". Murmuró y rió, la típica risa de la malvada en una película de Disney. "No te tardes mucho en el baño que voy a pensar que estás haciendo otra cosa".

Sus mejillas ardieron y la tonalidad de éstas cambió a una rojiza, se veía tan tierna, Myoui entre cerró los ojos esperando que se fuera para poder ver con tranquilidad la serie sin que esté cada dos segundos criticandola, eso la enoja un poco pero siempre lo deja pasar ya que si tiene buenos puntos para criticarla, no es la mejor del mundo pero la entretiene y eso para ella es suficiente.

"Minari". Volteó a verla, movía el teléfono como si acabará de enterarse de lo mejor del mundo. "Ya se que vamos a ver". Y se fue dejándola confundida, ni siquiera le dijo que era lo que verían, rodó los ojos y rió, estaba segura que si Sana no estuviera tan presente en su vida de seguro estaría aburrida todo el tiempo, odiaría cada cosa que se cruzará en su camino y no tendría ni la mitad de la felicidad que tiene ahora.

La ayudó a sanar y eso para ella es lo mejor que la ha pasado en el mundo, encontrar a una hermana de hacerla sonreír con tan solo una cara loca.

El grito de Mina la alertó, al darse la vuelta se dio cuenta que estaban muy alejadas, al salir de casa su mente se nublo, con miles de pensamientos sobre Momo, tenía miedo de encontrarla en algún lugar y no saber que hacer, tendría que sonreír y actuar como que no le cómoda tenerla cerca, aunque lo más probable es que ni siquiera le salga el habla. Se creer valiente pero cuando se trata de esa japonesa de ojos provocadores hace todo su auto control desaparezca, cada parte de su cordura se esfuma.

Le impresiona la capacidad que tiene para descontrolarla incluso si no están cerca, lleva días sin saber de ella y aún así cada que la recuerda siente que va a desfallecer. Se siente tan estúpida por dejar que una persona la controle de esa manera, pero no lo puede evitar, y eso que le pidió ayuda a Mina para que se la sacará de la cabeza, hablando de otras cosas, presentándole otras chicas, tratando de despajar la mente con el trabajo pero nada de eso ha podido borrarla de su memoria y lo peor de todo es que ya no quería que eso sucediera.

"Dejar de caminar tan rápido". Regañó la pelinegra, se había cansado tanto por tener que correr hasta donde estaba. "Casi te atropella un auto pero tú seguiste como si fueras un zombie". La abrazó con fuerza, al escuchar lo que le pudo suceder frunció las cejas, hasta su vida estaba en peligro, todo por culpa de su corazón enamoradizo. "Mantente alerta que ya estamos cerca del cine". Asintió absorta en sus pensamientos, solo ir esta vez pensaba en su vida, estuvo a punto de tener un accidente y ni cuenta se había dado.

Su padre siempre se dio cuenta de su déficit de atención y cada que tenía la oportunidad le decía lo estúpida que se veía al estar perdida en el mundo, casi nunca se centraba en nada y eso lo enojaba tanto, aunque lo que más lo enojó es que no nació niño, le hubiera encantando ser hombre para verse más imponente al lado de éste, poder gritarle y tener la manera de aunque sea correr con más rapidez, pero ella no podía hacerlo porque cuando trató la agarró del brazo con tanta fuerza que sentía que se rompería en mil pedazos.

No se consideraba débil, porque no lo era, aún así quiso golpearlo. "¿Te encuentras bien?". Parpadeó varias veces y asintió, no es que no quería hablar si no que tantas cosas en la cabeza la estaban atormentando y de seguro en el camino debía comprar algunas pastillas para aliviar el dolor de cabeza.

"Lamento que parezca que no fue una buena idea venir al cine". Dijo mientras entraban, cientos de personas por todas partes aparecieron de la nada comprando palomitas, algunos en los refrescos, muchos comprando entradas, otros salían de las salas con rostros felices, calmados, enojados y hasta decepcionados, sus ojos divagaban por todas las personas con una rapidez impresionante hasta que logró divisar a una persona que la dejó helada.

Sus pupilas se dilataron, enseguida apretó el brazo de Mina jalandola hacía su cuerpo, ella quería salir de ahí lo más rápido posible ya que no se la quería encontrar, tal vez estaba con alguien más y prefería ahorrarse el drama. "No puede ser yo también la vi, creo que sí pasamos por...". Minatozaki no la estaba escuchando, sus ojos apuntaban hacia la mayor y no se movía, quería verla y hablarle pero el miedo de saber que alguien la acompañaba la estaba matando.

Lo único que la antena en pie es que no lo había visto y que podían moverse hacia otro lugar sin que se diera cuenta, no le gustaría sentirse incómoda en medio de una charla con una persona mientras la quiere impresionar, se sentiría tan mal si eso llega a suceder.

"Va-vamonos". Estaba siendo tan cobarde que Mina se impresionó, parecía un pequeño cachorro incapaz de acercarse al agua. "Antes de que nos...". Y vio como ésta se volteó y sonrió al instante que sus miradas se unieron, estaba completamente jodida y ya no tenía escapatoria porque actuar como si no se dio cuenta sería caer tan bajo.

"Ya nos vio". Aseguró al verla acercarse con un refresco gigante, eso significaba que no estaba sola, ¿Quién va al cine solo?. Pensó mientras la veía cada vez más cerca, fue una muy mala idea ir al cine. "Hola Momo". Saludó con una sonrisa cuadrada, estaba incómoda y nerviosa por como se sentiría Sana.

"Hola Sana". Pasó de ella y eso la hizo cruzar de brazos, no se lo podía creer estaba siendo amable con alguien que no conocía muy bien, porque sabe que salvó a Sana, y no le interesa ni su presencia. "Y hola Mina". Sonrió otra vez.

"Hola". Se limitó a decir, Hirai miró con el rabillo del ojo a la pelinegra esperando que dijera algo y cortar ese ambiente tan incómodo entre todas, pero no dijo nada estaba de brazos cruzados y con una mirada de pocos amigos que le daba miedo, no estaba entendiendo porque ambas adoptaron esa actitud di cuando las detectó se veían felices. "Y...". Aclaró la garganta. "¿Como están?". Preguntó de la nada.

"Bien". Contestó Sana, parecía un robot y es que trató de apagar el interruptor de sus emociones, porque si actuaba como se estaba sintiendo de seguro la espantaria.

Lo que no sabía es que con sus actitudes le hacía entender que no quería estar cerca por alguna cosa que la haría pensé por días hasta que sepa que es lo que le está sucediendo. "Yo estoy muy bien y tú ¿Estas bien?". La que hablaba era Mina quien trataba de aliviar el ambiente porque le estaba dando miedo.

"Si...estoy bien". Lo dijo decaída, no pensó que la trataría de esa manera así que sonrió y se fue mirando las palomitas que llevaba, se le quitó hasta el hambre y eso que compró todo doble porque no tuvo tiempo de cenar.

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